He tenido que actualizar mi perfil 👉 IGNACIO HENARES ... es biólogo de bata, de bota, y de gabinete. Máster (de los de verdad) en Gestión del Medio Ambiente y del Agua por la Universidad de Granada...
Enlace al artículo en el periódico aquí.
Tiene
mérito el
‘pacto del codo’
El
PSOE de Granada ha firmado un acuerdo con el gobierno municipal,
formado por el Partido Popular y Ciudadanos, para sacar adelante unos
presupuestos que
permitan hacer
frente a
la
situación sobrevenida por la crisis sanitaria y las
consecuencias
sociales y económicas derivadas.
El asunto
cabe
considerarlo como ‘histórico’, sin exageración, pues pone fin a
cinco años de prórrogas de las cuentas municipales. En
mi entorno social
y político, poco proclive al ‘gobierno de los trapos sucios’ y
al ‘alcalde por la cara’, todo
el mundo ha aplaudido el que
algunos
llaman ‘Pacto
del
Rasillo’,
por
ser el lugar donde se han llevado a cabo las reuniones, y
otros el
‘Pacto
del Codo’
(por la imagen en la que los portavoces de los tres partido firmantes
comparecían para hacerlo público). La
mayoría entienden
con
normalidad que
“es lo que había que hacer”, por
responsabilidad.
Pero
creo que tiene un gran mérito
este
acuerdo
porque
surge de la mano tendida ofrecida por los socialistas, que
están
en la oposición aunque ganaron
ampliamente las elecciones hace ahora un año, con
10.000 votos más que el PP y 20.000 más que Ciudadanos.
El
PSOE, como primera fuerza en el ayuntamiento, aporta al Pacto 10
concejales, 6
más que los naranjas y 3 más que los de la gaviota.
Y
tiene mucho mérito también porque esa mano tendida
ha sido recogida por
el equipo de gobierno gracias
al trabajo de los portavoces de los partidos que lo
apoyan,
César
Díaz por
el PP y
Manuel Olivares por
Ciudadanos,
que han reaccionado de manera también
responsable
anteponiendo el bien de la institución y haciendo un esfuerzo por
dar estabilidad al ayuntamiento en unos momentos difíciles y
complicados, con
preferencia a otras posibles aritméticas.
Hay que reconocer que ese
esfuerzo
ha tapado la incompetencia e inacción de los otrora primeros
espadas de sus
formaciones, el alcalde Luis Salvador, de gira televisiva haciendo de
oposición al gobierno de la nación en lugar de estar trabajando por
la ciudad, y Sebastián
Pérez, el
vicealcalde, teniente de alcalde o no sé qué cargo y condición
ostenta en la actualidad, que anunció que se retiraba pero que hoy
por hoy se ha tomado muy a pecho lo del teletrabajo y está muy tele
(de lejos) pero poco de trabajo.
Tiene
mérito porque es un Pacto que se hace con luz y taquígrafos,
que todo el mundo puede consultar y que difiere mucho del modo aún
no aclarado en el que se llegó a la esperpéntica situación del
actual gobierno municipal con un alcalde que fue el menos votado y
‘soportado’ (no es metáfora) por sus compañeros de grupo y por
otro partido que cuenta el doble de concejales que el suyo.
Tiene
mérito también
porque
el Acuerdo alcanzado
incluye acuerdos
concretos para que los sectores más perjudicados por la pandemia no
queden desprotegidos, con
compromisos para reforzar
los Servicios Sociales, medidas
para poner
en marcha programas de estímulo del comercio de cercanía, en el
centro y los barrios, así como bonificaciones a los
sectores profesionales
más
afectados como pueden ser la hostelería, el turismo o las empresas
culturales. Y
porque además apunta hacia la transición, que no debería de
haberse torcido,
hacia
un nuevo modelo
económico para Granada basado en la Ciencia y el Conocimiento.
Entre
los 22 puntos firmados se incluyen medidas
fiscales, el
impulso a
la obra pública o una nueva movilidad, para
la nueva normalidad que se avecina, con
la ampliación de las zonas de peatonalización y
la apuesta por un transporte público no contaminante.
Tiene
mérito porque
el grupo municipal socialista se ha tragado, con generosidad y por
responsabilidad, que los
partidos que forman el gobierno municipal no apoyaran
los presupuestos en ejercicios anteriores en los que había un
agujero económico heredado de la etapa negra del gobierno de Torres
Hurtado, que
creció con
el desastre de la LAC y con las sentencias judiciales en las que la
ciudad tuvo que pagar casi 30 millones de euros por asuntos de
mala gestión urbanística
o
directamente ligados a la corruPPción, con dos P del Partido
Popular.
Tiene
mérito que Paco Cuenca y su equipo desde la oposición hayan
facilitado el acuerdo en un contexto de crispación porque eso no es
lo que está ocurriendo en Andalucía,
a pesar del ofrecimiento hecho por Susana Díaz al presidente de la
Junta, cuando JuanMa Moreno le da la presidencia de la Comisión
Parlamentaria para la Reconstrucción de
Andalucía
a un miembro de Vox, formación que
se
había mostrado contraria a los objetivos y a la propia creación de
la Comisión. No es tampoco
desgraciadamente lo
que está ocurriendo con la oposición nacional cuyos esfuerzos van
únicamente
orientados a derribar al gobierno, desde antes del coronavirus y
después.
Tiene
mérito el pacto firmado entre PP, Ciudadanos y PSOE porque es un
acuerdo en el que las medidas recogidas han surgido del Plan de
Reconstrucción por
Granada
propuesto por el grupo municipal socialista hace
menos de un mes que
a su vez recogía las aportaciones de los agentes económicos y
sociales y
colectivos ciudadanos de
Granada. Ante
la
ausencia del alcalde durante
estas semanas, (más
pendiente de las cámaras que de las personas),
Paco
Cuenca, el
portavoz socialista,
ha cubierto el hueco y
ha sabido escuchar las demandas de la ciudadanía y mostrar empatía
con la
situación
personal, familiar, laboral o empresarial de
la sociedad granadina.
Ojalá
sirva de ejemplo este acuerdo, y el alcanzado en el ayuntamiento de
Sevilla, (en
este caso impulsado por el alcalde Juan
Espadas y en el que se han implicado todas las fuerzas políticas,
salvo VOX),
para que haya un cambio de actitud por parte de todas las fuerzas
políticas y estén a la altura de las circunstancias y del conjunto
de la sociedad, que en su inmensa mayoría está teniendo un
extraordinario y responsable comportamiento durante todo este
‘periodo especial’ que estamos viviendo en los últimos meses.
Ojalá
suponga
un punto de inflexión y fomente los acuerdos de los partidos
políticos en las cuestiones de interés general, en los asuntos de
estado y que este acuerdo en Granada espolee otros pactos por
toda la geografía española.
Ojalá
contribuya
a que el Partido Popular, a
nivel nacional, abandone
el carril de la extrema derecha y deje de chupar rueda de la
ultraderecha si quiere liderar el pelotón de la oposición y
convertirse en una alternativa seria de gobierno. Convendría de
camino, por su propio bien y por el del país, que Ciudadanos
volviera al centro político y contribuyeran
a que dejen de ser
determinantes, para asuntos trascendentales de
interés general,
algunas
fuerzas
minoritarias
con intereses muy particulares.
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