jueves, 30 de enero de 2014

15 AÑOS DE PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

No rompamos el equilibrio ha sido el titular que he elegido para mi artículo de opinión sobre el 15 aniversario de la declaración del parque nacional de Sierra Nevada. Como es un artículo para un medio escrito, Granada Hoy que me presta siempre que lo solicito un lugar preferente en su Tribuna, y aunque lo he escrito a título personal, (así salvo a mis jefes que no tienen que verse obligatoriamente reflejados en mis opiniones), no he querido meter el dedo en el ojo de nadie más de lo estrictamente necesario para advertir de los riesgos de querer devaluar el status quo actual de Sierra Nevada como espacio natural protegido y he puesto más el acento en el gran reto vigente: ser capaces, a la vez, de presumir de ser un Paraíso de Biodiversidad (y de geodiversidad) y una Montaña de Oportunidades para el Ecoturismo y para el desarrollo sostenible en general. 

En mi perfil de Facebook lo presenté así: 827 palabras, 5300 caracteres, 9 párrafos, 71 líneas, he "gastado" para poder justificar un titular "No rompamos el equilibrio" y un mensaje de cierre "orgullosos de poder exhibir simultáneamente tanto que somos un 'Paraíso de Biodiversidad' como 'una Montaña de Oportunidades'. Va sobre el 15 cumpleaños del parque nacional de Sierra Nevada. 

Aquí abajo dejo el enlace a la edición digital pero por si no funciona lo transcribo aquí (he sombreado en amarillo párrafos que no me cabían y tuve que recortar):
http://www.granadahoy.com/article/opinion/1694099/no/rompamos/equilibrio.html

NO ROMPAMOS EL EQUILIBRIO

Acabamos de cumplir el 15 aniversario de la publicación de la “Ley 3/1999  por la que se crea el Parque Nacional de Sierra Nevada”. Era el final de un largo proceso de debate que arrancó con la Proposición de Ley aprobada por unanimidad de todos los grupos políticos en el Parlamento Andaluz en 1995.
En la tramitación en las Cortes Generales de la Ley también hubo un amplio acuerdo social y político, primero sobre los límites del espacio protegido y, finalmente, también sobre el articulado aunque algunos grupos mostraron sus reservas sobre aspectos relativos a la gestión, lo que no sería óbice para su aprobación por unanimidad en el Congreso de los Diputados. (Posteriormente tras varias sentencias del Tribunal Constitucional se transferiría la gestión de los parques nacionales a las Comunidades Autónomas).
Se reconocía con esta Ley “la singularidad y riqueza florística de Sierra Nevada, su variedad de formaciones vegetales, espectacularidad paisajística e interés geomorfológico” que eran considerados un patrimonio natural de indudable valor científico, recreativo y educativo, y por ello su conservación merecía la declaración como interés general de la Nación, y su incorporación a la Red de Parques Nacionales, (la Champions League de los espacios naturales protegidos), a la que incorporaba los ecosistemas de la alta montaña mediterránea. 
La declaración del parque nacional era también el final de un dilatado proceso que arrancó en 1986 con la declaración del macizo de Sierra Nevada por la UNESCO como Reserva de la Biosfera y que tuvo su momento decisivo en julio de 1989 con la Ley 2/1989 por la que se aprobaba el ”Inventario de Espacios Naturales de Andalucía y se establecían medidas adicionales para su gestión”, una ley pionera en España en la que se apostaba por el entonces denominado ecodesarrollo, el equilibrio entre la conservación del patrimonio natural y cultural y el desarrollo de los pueblos incluidos en los espacios protegidos. Sierra Nevada era declarada Parque Natural en 1989 en atención a sus singularidades de flora, fauna, geomorfología y paisaje.
A lo largo de estos años se ha configurado un modelo de gestión integrada y conjunta, por parte de la administración ambiental andaluza, de dos figuras jurídicas de protección diferentes, Parque Nacional,  la zona más valiosa y frágil en el núcleo, y Parque Natural, actuando como zona de amortiguación y de transición y rodeando al anterior,  mediante la creación del Espacio Natural Sierra Nevada (fórmula que comparte con Doñana), lo que ha permitido realizar una zonificación de usos y actuaciones con un gradiente de protección que va desde las cumbres hasta las poblaciones, que facilita esa doble función señalada de los espacios naturales protegidos: la protección y conservación de la enorme biodiversidad que atesoran y a la vez posibilitar el uso y disfrute de la población y convertir este patrimonio en un activo para la dinamización socioeconómica de los municipios de su área de influencia.
En Sierra Nevada ha quedado consolidado este modelo y ha cristalizado, tanto en la organización administrativa referida como en la planificación y normativa de aplicación a las infraestructuras y actividades, con la aprobación en el verano del 2011 del Plan de Ordenación de Recursos Naturales de todo el conjunto de Sierra Nevada y los Planes Rectores de Uso y Gestión del parque nacional y del parque natural. Este modelo ha sido validado hace unos meses por el gobierno de la nación y por la UNESCO por adecuarse a la Estrategia y Plan de Acción de las Reservas de la Biosfera aprobado en el congreso mundial de 2008 en la capital madrileña.
Lo más importante de toda esta historia de Sierra Nevada como espacio natural protegido es que el proceso se ha hecho con el concierto y acuerdo de las diferentes administraciones implicadas, (estatal, autonómica y local),  y de los agentes sociales integrados en los órganos de consulta y participación, que siempre han aprobado por unanimidad (o al menos con una amplísima mayoría) los diferentes planes de actividades y memorias de actuación. Este equilibrio, difícil y complejo en un espacio natural que, no lo olvidemos, integra a 60 municipios de diferentes comarcas de las provincias de Granada y Almería y afecta directamente a más de 100.000 personas de esos pueblos, se ha forjado con una continua interlocución y diálogo entre los diferentes actores implicados buscando siempre el mínimo común múltiplo y buscando soluciones pactadas con gran responsabilidad y lealtad.
Quiero destacar este compromiso y actitud de colaboración de todos los componentes de las Juntas Rectoras, Patronatos y Consejos de Participación a lo largo de todos estos años,  presididos por Manuel Pezzi en la primera etapa del Parque Natural y luego por Pascual Rivas y José María Quintana, hasta llegar al actual presidente Federico Mayor Zaragoza, )todo un lujo para Sierra Nevada contar con una personalidad de su talla intelectual y ética y un extraordinario embajador de nuestro parque nacional por todo el mundo).
Un papel principal en este consenso renovado periódicamente les corresponde a los alcaldes y alcaldesas, directos intermediarios con la población local y también, y es digno resaltar su protagonismo, a las asociaciones de conservación de la Naturaleza y a los científicos; unos y otros han aportado sus mejores valores y sus conocimientos para encontrar respuestas a las diferentes “papeletas” (muchas y difíciles en este dilatado periodo) con las que se han ido encontrado.
En estos años hemos pasado de presumir de tener la carretera más alta a ser el parque nacional más grande buscando el equilibrio, por ejemplo, entre los que quieren volver a abrirla y los que quieren restringir el paso a vehículos de manera absoluta. Equilibrio también entre los que quieren desmantelar la estación de esquí y los que plantean de manera recurrente su ampliación a sabiendas de su inviabilidad legal, económica y ambiental. Equilibrio, siempre difícil, entre el desarrollo, por supuesto sostenible, y la conservación,  estando orgullosos de poder exhibir simultáneamente tanto que somos un “Paraíso de Biodiversidad” como “una Montaña de Oportunidades”.