Estoy en mi despacho, preparando la agenda de la semana próxima y esperando los resultados del referéndum. Hago memoria y recuerdo todo el esfuerzo realizado en estos días para conseguir la máxima participación y el mayor respaldo de votos afirmativos. Charlas, debates, reparto de estatutos por mercados, mercadillos y centros comerciales. Ilustro este trabajo con un par de ejemplos de nuestras actividades: el acto sectorial sobre Estatuto e Igualdad, con la presencia de la presidenta del Parlamento Andaluz y la secretaria de igualdad del PSOE-A. y la caravana por el Sí, previa a la merecida fiesta del cierre de campaña en la que congregamos a todos nuestros interventores y apoderados.
Es cierto que los socialistas hemos estado muy solos en esta campaña, en la que desde muchas instancias sociales y mediáticas se ha jugado a la contra, siendo la más descarada la de los obispos pidiendo el No abiertamente a este Estatuto. El Partido Popular no sólo no ha hecho el esfuerzo responsable de movilizar el voto favorable al Estatuto sino que ha pasado de atribuirse, con grandes dosis de cinismo, la paternidad del texto, a decir que lo más importante no son las normas sino los gobiernos que las gestionan. Y siempre desde la ambigüedad y generando confusión entre propios y extraños.
Un par de anécdotas para ilustrar estos comentarios. Una la reveló el secretario general, Ángel Gallego, en la fiesta-mitin del cierre de campaña. Nos contó que el taxista que le había llevado hasta el Zaidín había transportado horas antes a un dirigente del PP que le manifestó que su partido pedía el sí pero aconsejaba que si quería votar contra los catalanes tenía que votar que no en nuestro referéndum ¿?. Habría que intentar averiguar quién era este artista.
La otra me la contó un amigo ese mismo día y se refiere al señorito Arenas, campeón andaluz de la mentira y ocurrió en una visita a un colegio de la capital esta semana, supuestamente para pedir el Sí al Estatuto. La hija le contó a mi amigo que los del PP habían estado con propaganda del Sí pero parecía que querían que saliera que No. Tiene 12 años y se dio cuenta.
Yo creo, de todas formas, que cada santo tendrá que aguantar su vela si no obtenemos el porcentaje que nos habíamos fijado como objetivo pero hay que relativizar todas estas actitudes durante la campaña porque en el fondo lo que ha ocurrido es que la mayoría de la gente ha pensado que su voto no era necesario al no haber confrontación directa entre las principales fuerzas políticas, lo que además ha producido una campaña un tanto desconcertante.
Es lo que ocurre en nuestra democracia que los ciudadanos piden que no haya pelea entre los “políticos” para los temas principales, para las cuestiones esenciales, y cuando los “políticos” logramos este consenso básico, con un gran esfuerzo desde el PSOE para no dejar fuera al PP y otro, no menor, desde el PP, (que ha aprobado para Andalucía lo que ha rechazado en Cataluña), por miedo a quedarse, otra vez, 27 años después, lejos de ser alternativa de gobierno en Andalucía.
Es cierto que los socialistas hemos estado muy solos en esta campaña, en la que desde muchas instancias sociales y mediáticas se ha jugado a la contra, siendo la más descarada la de los obispos pidiendo el No abiertamente a este Estatuto. El Partido Popular no sólo no ha hecho el esfuerzo responsable de movilizar el voto favorable al Estatuto sino que ha pasado de atribuirse, con grandes dosis de cinismo, la paternidad del texto, a decir que lo más importante no son las normas sino los gobiernos que las gestionan. Y siempre desde la ambigüedad y generando confusión entre propios y extraños.
Un par de anécdotas para ilustrar estos comentarios. Una la reveló el secretario general, Ángel Gallego, en la fiesta-mitin del cierre de campaña. Nos contó que el taxista que le había llevado hasta el Zaidín había transportado horas antes a un dirigente del PP que le manifestó que su partido pedía el sí pero aconsejaba que si quería votar contra los catalanes tenía que votar que no en nuestro referéndum ¿?. Habría que intentar averiguar quién era este artista.
La otra me la contó un amigo ese mismo día y se refiere al señorito Arenas, campeón andaluz de la mentira y ocurrió en una visita a un colegio de la capital esta semana, supuestamente para pedir el Sí al Estatuto. La hija le contó a mi amigo que los del PP habían estado con propaganda del Sí pero parecía que querían que saliera que No. Tiene 12 años y se dio cuenta.
Yo creo, de todas formas, que cada santo tendrá que aguantar su vela si no obtenemos el porcentaje que nos habíamos fijado como objetivo pero hay que relativizar todas estas actitudes durante la campaña porque en el fondo lo que ha ocurrido es que la mayoría de la gente ha pensado que su voto no era necesario al no haber confrontación directa entre las principales fuerzas políticas, lo que además ha producido una campaña un tanto desconcertante.
Es lo que ocurre en nuestra democracia que los ciudadanos piden que no haya pelea entre los “políticos” para los temas principales, para las cuestiones esenciales, y cuando los “políticos” logramos este consenso básico, con un gran esfuerzo desde el PSOE para no dejar fuera al PP y otro, no menor, desde el PP, (que ha aprobado para Andalucía lo que ha rechazado en Cataluña), por miedo a quedarse, otra vez, 27 años después, lejos de ser alternativa de gobierno en Andalucía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario