Me gustaría encontrarme con todas las personas con las que discutí, en algunos casos de manera acalorada, sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, para poder comentar la salida extemporánea, frívola y déspota del expresidente Aznar. Nos mintió entonces y ahora nos miente diciendo que nadie lo sabía porque lo sabíamos millones de españoles pero, además, lo sabían los mediadores de la ONU y el director de la Agencia Internacional de Energía Atómica, por poner algunos ejemplos. Nos mintió también con lo del Prestige, con lo del Yakolev y, sobre todo, nos mintió y nos quiere seguir mintiendo con lo del 11-M.
Pero Aznar no ha pedido perdón ni ha reconocido que el Trío de las Azores ha sido el protagonista de uno de los mayores fracasos del mundo occidental, un peligroso precedente de violación de la legalidad internacional y una gran hipoteca para la solución del conflicto en Oriente Próximo. Lo más grave no es que no haya confesado su pecado sino que no tiene dolor de los pecados ni propósito de la enmienda. Pero podemos en cualquier caso imponerle una penitencia para él que a la vez es una salvación para la humanidad: una nueva derrota del Partido Popular (este final parece una coplilla del carnaval, se nota la fecha en la que estamos y el mono que tengo, pero el referéndum y la precampaña de las municipales este año me tienen apartado de los escenarios, de las calles y de los bares).
Pero Aznar no ha pedido perdón ni ha reconocido que el Trío de las Azores ha sido el protagonista de uno de los mayores fracasos del mundo occidental, un peligroso precedente de violación de la legalidad internacional y una gran hipoteca para la solución del conflicto en Oriente Próximo. Lo más grave no es que no haya confesado su pecado sino que no tiene dolor de los pecados ni propósito de la enmienda. Pero podemos en cualquier caso imponerle una penitencia para él que a la vez es una salvación para la humanidad: una nueva derrota del Partido Popular (este final parece una coplilla del carnaval, se nota la fecha en la que estamos y el mono que tengo, pero el referéndum y la precampaña de las municipales este año me tienen apartado de los escenarios, de las calles y de los bares).
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