domingo, 4 de agosto de 2013

Descubriendo joyas botánicas

 

En los borreguiles, en apenas un metro cuadrado, hay multitud de especies diferentes.
Esto de tener "un puesto por todo lo alto" como lo define mi madre tiene sus jornadas especiales que valen por toda una semana o más de trabajo. Una de ellas fue hace unos días cuando subí a las cumbres con el coordinador del equipo de flora del Observatorio de CambioGlobal de Sierra Nevada, José Miguel Muñoz. Además de conocer directamente los resultados del seguimiento de plantas, uno de los ámbitos temáticos de más importancia, la salida me permitía hacer un poco de deporte y huir un poco del calor de la capital y de los papeles de la oficina.

El Observatorio de Cambio Global Sierra Nevada tiene como finalidad última la recopilación de información útil y relevante sobre el funcionamiento de los sistemas ecológicos y socioeconómicos de Sierra Nevada, con objeto de diseñar protocolos de gestión que minimicen los impactos del cambio global en dicha montaña. Para satisfacer este objetivo general, el proyecto se basa en cuatro pilares básicos: un Programa de Seguimiento (que recopila datos de los sistemas socioecológicos), un Sistema de Información, que permite la adecuada gestión de la información, una serie de mecanismos que posibilitan la transferencia efectiva de los resultados sobre la Gestión Adaptativa, y por último una Estrategia de Divulgación y Comunicación de los resultados obtenidos. La difusión es sin duda una de las principales señas de identidad del proyecto, puesto que se considera primordial el diseño de mecanismos de gestión que incrementen la capacidad de resistencia y de resiliencia de los sistemas naturales ante los hipotéticos nuevos escenarios.

El Programa de Seguimiento de los efectos del cambio global de Sierra Nevada consta de multitud de protocolos que pueden ser descritos atendiendo a una serie de atributos temáticos, espaciales (escala de captura y extensión de aplicación de los datos) y temporales (longitud de la serie temporal y periodicidad de captura).

Es un lujo subir a las cumbres con un experto en botánica de los de bota pero con una sólida formación de bata. Y además José Miguel es una compañía agradable, amena, para las horas andando por la cumbre. Pero sobre todo es la oportunidad para ver trabajando “en directo” a nuestra gente, conocer la manera y el resultado de su tarea y acercarme a la otra cara de la gestión de un lugar tan extraordinario, tan inmenso y complejo como es Sierra Nevada. Este día se sumaron a la “fiesta” dos alumnas del Máster de Biodiversidad de la Universidad de Granada que realizan prácticas con nosotros en el parque nacional y natural de Sierra Nevada.

En esta ocasión el objetivo era subir hasta el Cerro de los Machos para descargar los datos de los sensores de temperatura de una de las estaciones de "Gloria" (Global Observation Research Iniative in Alpine Environments) que hemos integrado en el Observatorio. Gloria es la primera red europea de seguimiento del cambio global y sus efectos en la biodiversidad. Está dedicada al análisis de la vulnerabilidad y la pérdida de biodiversidad de las comunidades vegetales de alta montaña.
El ascenso hasta los 3.327 del Cerro de los Machos permite unas panorámicas extraordinarias, para mí mucho mejores que las del vecino Veleta (3.396 m) tanto hacia la vertiente atlántica (Valles del San Juan y de Valdeinfierno) como hacia la mediterránea con el los Crestones y Raspones de Río Seco y el Valle del Río Veleta dominando el paisaje.

Desde aquí hay una perspectiva bellísima del Mulhacén y la Alcazaba que se extiende hasta el Puntal de Vacares (los prados de su loma tenían un aspecto coloreado en diferentes tonos que merece la pena subir a ver) y una imagen en su punto álgido de las Lagunas Larga y Gabata.

Durante esta primera parte de la ascensión a Los Machos, desde la Carihuela, hemos tenido que sortear algunos neveros y atravesar otros, cosa poco usual en estas fechas en los últimos años, y hemos ido descubriendo muchas joyas botánicas propias de los pisos bioclimáticos superiores (oro y crioromediterráneo), la mayoría de ellas endemismos exclusivos de Sierra Nevada.

Realizada la descarga de los datos meteorológicos en el ordenador hemos bajado hacia la Laguna de Aguas Verdes en donde nos hemos dedicado a hacer un inventario y a disfrutar de la enorme biodiversidad  que atesoran estas singulares comunidades vegetales. En esta zona nos hemos recreado con el espectáculo del deshielo tanto en la descarga hacia la laguna y desde ésta como en las numerosas chorreras que desde el Veleta “duchan” los tajos que atravesamos.




Adjunto un listado de las especies que he anotado en mi cuaderno de campo, sólo de las que hemos encontrado en flor, a las que habría que sumarle las que ya lo han hecho y las que aún no han florecido pues a determinadas cotas “todavía es primavera en Sierra Nevada”. Ello da una idea de que el aparente desierto de la alta montaña esconde un tesoro de joyas botánicas de incalculable valor ya que a la extraordinaria diversidad de especies hay que sumarle el interés de que más de la mitad de ellas sólo las podemos encontrar en este macizo montañoso.

  1.  Agrostis nevadensis
  2. Arenaria pungens
  3. Arenaria tetraqueta
  4. Armeria splendens
  5. Artemisia granatensis
  6. Campanula wilkommi
  7. Carduus carlinoides hispanicus
  8. Carex spp
  9. Chaenorhinum glareosum
  10. Cerastium ramosisimun
  11. Cirsium acaule gregarium
  12. Dactylis juncinella
  13. Erigeron frigidus
  14. Erigeron major
  15. Festuca clementei
  16. Festuca indigesta
  17. Galium pyrenaicum
  18. Gentiana sierrae
  19. Hormatophylla nevadensis
  20. Jasione crispa
  21. Leontodon boryi
  22. Lepidium
  23. Leuncanthemopsis radicans
  24. Linaria aerugineus nevadensis
  25. Linaria glacialis
  26. Lotus curniculatus
  27. Luzula hispanica
  28. Miosotis minutiflora
  29. Nardus stricta
  30. Nevadensia purpurea
  31. Plantago nivalis
  32. Pilosella castellana
  33. Pingüicola nevadensis
  34. Potentilla nevadense
  35. Ranunculus demissus
  36. Ranunculus
  37. Reseda complicata
  38. Saxifraga nevadensis
  39. Scutellaria alpina
  40. Sedum spp
  41. Sempervivum minutum
  42. Senecio nevadensis
  43. Sideritis glacialis
  44. Silene boryi
  45. Trisetum glaciale
  46. Urtica dioica
  47. Veronica spp.
  48. Vaccinium oleaginosum
  49. Viola crassiuscula 
(Además de estas especies observamos los helechos Cystopteris fragilis y Botrychium lunaria).

Borde de borreguil con Ranunculus demissus y R. acetosillefollius, dos ranillos diferentes de Sierra Nevada.
Las dos especies de ranúnculos se ditribuyen ordenadamente en el borreguil en función de la humedad.

La zamárraga, Erigeron frigidus


Nevadensia purpurea

Pedicularis verticillata
La estrella de las nieves. Plantago nivalis, tapiza los prados

La tiraña, (Pingüicola nevandensis) una pequeña planta insectívora
Dos formas diferentes de la Violeta de Sierra Nevada (Viola crassiuscula), que tiene una amplia gama de colores.


















NOTA: Posteriormente a la publicación de este artículo apareció una noticia en Ideal Granada que se hacía eco del seguimiento de flora en el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada que complementa perfectamente el contenido de esta entrada y que coincide el titular "la primavera dura hasta agosto en Sierra Nevada" con mi comentario anterior de "todavía es primavera en Sierra Nevada"

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