Me he impuesto este verano salir un par de
veces a la semana al campo y compartir con los diferentes equipos de
seguimiento del Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada una jornada de
trabajo. Ya relaté en un anterior artículo Descubriendo Joyas Botánicas cómo
me había ido con la gente de flora y os quiero contar aquí y ahora la
experiencia con el seguimiento de mariposas.
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En esta ocasión había quedado con José Miguel,
Barea, otro biólogo, en este caso más “bichólogo” aunque su formación es muy amplia.
Barea es uno de los autores del libro "Las mariposas diurnas de Sierra Nevada",
junto a Alberto Tinaut, Javier Olivares, Javier Pérez y yo mismo, que editó la Consejería de Medio Ambiente en
el 2011 (y cuya versión digital está disponible aquí). José Miguel Barea es
otro tío estupendo de los que se está a gusto con él de excursión, en la
oficina, en reuniones, en cursos, o echando una cerveza. Una persona que
gestiona recursos y equipos, que proyecta, que investiga, que escribe y todo lo
hace muy bien y para colmo, además, es un gran fotógrafo. Tiene un
extraordinario curriculum vitae, a pesar de su juventud, del que yo destaco su
participación en la elaboración del Libro Rojo de los Invertebrados de
Andalucía. En la actualidad trabaja en la Agencia de Medio Ambiente y Agua
(Amaya para los amigos) y es uno de los “pilares” del Programa de Seguimiento
del Observatorio de Cambio Global.
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Pero lo mejor de todo es que Barea jr, (su
padre ha sido un gran investigador especializado en micorrizas, que durante varios
años dirigió la Estación Experimental del Zaidín del CSIC, con el que intimé en
mi etapa en el Instituto Andaluz de Investigación Agraria y Pesquera cuando yo
trabajaba en una línea de investigación acerca del papel de las micorrizas en
las restauraciones forestales), es una persona
“dispuesta y disponible” para emprender nuevas ideas, nuevos proyectos.
Para aprovechar bien la salida al campo, (por las enormes distancias que hay que recorrer en Sierra Nevada que requieren un gran esfuerzo y además para ahorrar en desplazamientos), habíamos programado sesión doble: en la primera nos dedicamos a realizar un par de transectos para contar “Apollos de Sierra Nevada” ya que este año estamos colaborando con un proyecto de investigación de la Universidad de Granada coordinado por los profesores Alberto Tinaut y Juan Gabriel Martínez con un seguimiento intensivo de esta especie emblemática de las cumbres nevadenses. A nosotros nos tocó hacer dos transectos de 500 metros en las parcelas superiores (en el límite superior de distribución, entre los 2.500-2.700 metros y en la cota inmediatamente inferior). Hace unos días en Ideal Granada, Juan Enrique Gómez, (un periodista reciclado de las páginas políticas hacia la divulgación de nuestros espacios naturales y a la información ambiental que está realizando una magnífica tarea, sin parangón en toda España en un medio de comunicación), realizó un completo reportaje sobre esta subespecie, Parnassius apollo nevadensis, uno de los endemismos nevadenses entre los ropalóceros o mariposas diurnas, en el que hace alusión a este proyecto.
Para aprovechar bien la salida al campo, (por las enormes distancias que hay que recorrer en Sierra Nevada que requieren un gran esfuerzo y además para ahorrar en desplazamientos), habíamos programado sesión doble: en la primera nos dedicamos a realizar un par de transectos para contar “Apollos de Sierra Nevada” ya que este año estamos colaborando con un proyecto de investigación de la Universidad de Granada coordinado por los profesores Alberto Tinaut y Juan Gabriel Martínez con un seguimiento intensivo de esta especie emblemática de las cumbres nevadenses. A nosotros nos tocó hacer dos transectos de 500 metros en las parcelas superiores (en el límite superior de distribución, entre los 2.500-2.700 metros y en la cota inmediatamente inferior). Hace unos días en Ideal Granada, Juan Enrique Gómez, (un periodista reciclado de las páginas políticas hacia la divulgación de nuestros espacios naturales y a la información ambiental que está realizando una magnífica tarea, sin parangón en toda España en un medio de comunicación), realizó un completo reportaje sobre esta subespecie, Parnassius apollo nevadensis, uno de los endemismos nevadenses entre los ropalóceros o mariposas diurnas, en el que hace alusión a este proyecto.
Reportaje publicado por JE Gómez en Ideal Granada |
El método empleado para el seguimiento de
mariposas diurnas (con excepción de los Hespéridos) es el mismo que se utilizan
en otros programas de seguimiento que gozan de gran tradición como es el caso
del famoso Butterfly Monitoring Scheme del Reino Unido o el de Cataluña, el más
sólido y antiguo en nuestro país. Se trata de repetir los muestreos durante los
meses de mayo a septiembre, semanal o quincenalmente, según los casos, a lo largo de itinerarios distribuidos
estratégicamente por todo el macizo nevadense (robledales, enebrales, áreas de
matorral espinoso, zona de cumbres…).
(Más información se puede consultar en el apartado
concreto sobre seguimiento de mariposas (aquí) del Manual de Metodologías del Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada).
En este caso los transectos miden 2,5
kilómetros cada uno por lo que sumados al kilómetro inicial hacen la distancia
total de 6 kilómetros (en montaña) “mariposeando”por Sierra Nevada, más lo extras hasta llegar o para regresar de los puntos
de muestreo.
Pseudochazara hyppolite |
A título de ejemplo muestro la ficha del tramo alto de la Loma Papeles. Las especies que más hemos visto por aquí son Satyrus actaea, Parnassius apollo, Hyponephele lupinus, Issoria lathonia y Lycaenas alciphron, aunque el total de especies es 19 y el número de ejemplares identificados y contabilizados, (según las pautas de la metodología empleada se descartan las que están a más de 2,5 metros de distancia hacia ambos lados del observador y las que se encuentran a más de 5 metros por delante), en esta parte es de 94.
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