No rompamos el equilibrio ha sido el titular que he elegido para mi artículo de opinión sobre el 15 aniversario de la declaración del parque nacional de Sierra Nevada. Como es un artículo para un medio escrito, Granada Hoy que me presta siempre que lo solicito un lugar preferente en su Tribuna, y aunque lo he escrito a título personal, (así salvo a mis jefes que no tienen que verse obligatoriamente reflejados en mis opiniones), no he querido meter el dedo en el ojo de nadie más de lo estrictamente necesario para advertir de los riesgos de querer devaluar el status quo actual de Sierra Nevada como espacio natural protegido y he puesto más el acento en el gran reto vigente: ser capaces, a la vez, de presumir de ser un Paraíso de Biodiversidad (y de geodiversidad) y una Montaña de Oportunidades para el Ecoturismo y para el desarrollo sostenible en general.
En mi perfil de Facebook lo presenté así: 827 palabras, 5300 caracteres, 9 párrafos, 71 líneas, he "gastado" para poder justificar un titular "No rompamos el equilibrio" y un mensaje de cierre "orgullosos de poder exhibir simultáneamente tanto que somos un 'Paraíso de Biodiversidad' como 'una Montaña de Oportunidades'. Va sobre el 15 cumpleaños del parque nacional de Sierra Nevada.
http://www.granadahoy.com/article/opinion/1694099/no/rompamos/equilibrio.html
NO ROMPAMOS EL EQUILIBRIO
Acabamos de cumplir el 15 aniversario de la publicación de la “Ley
3/1999 por la que se crea el Parque
Nacional de Sierra Nevada”. Era el final de un largo proceso de debate que
arrancó con la Proposición de Ley aprobada por unanimidad de todos los grupos
políticos en el Parlamento Andaluz en 1995.
En la tramitación en las Cortes Generales de la Ley también hubo un amplio acuerdo social y político, primero sobre los límites
del espacio protegido y, finalmente, también sobre el articulado aunque algunos
grupos mostraron sus reservas sobre aspectos relativos a la gestión, lo que no
sería óbice para su aprobación por unanimidad en el Congreso de los Diputados. (Posteriormente tras varias
sentencias del Tribunal Constitucional se transferiría la gestión de los
parques nacionales a las Comunidades Autónomas).
Se reconocía con esta Ley “la singularidad y riqueza
florística de Sierra Nevada, su variedad de formaciones vegetales,
espectacularidad paisajística e interés geomorfológico” que eran
considerados un patrimonio natural de indudable valor científico, recreativo y
educativo, y por ello su conservación merecía la declaración como interés
general de la Nación, y su incorporación a la Red de Parques Nacionales, (la
Champions League de los espacios naturales protegidos), a la que incorporaba
los ecosistemas de la alta montaña mediterránea.
La declaración del parque nacional era también el final de un dilatado
proceso que arrancó en 1986 con la declaración del macizo de Sierra Nevada por
la UNESCO como Reserva de la Biosfera y que tuvo su momento decisivo en julio
de 1989 con la Ley 2/1989 por la que se aprobaba el ”Inventario de Espacios
Naturales de Andalucía y se establecían medidas adicionales para su gestión”,
una ley pionera en España en la que se apostaba por el entonces denominado
ecodesarrollo, el equilibrio entre la conservación del patrimonio natural y
cultural y el desarrollo de los pueblos incluidos en los espacios protegidos. Sierra Nevada era declarada Parque Natural en 1989 en atención a sus singularidades
de flora, fauna, geomorfología y paisaje.
A lo largo de estos años se ha configurado un modelo de
gestión integrada y conjunta, por parte de la administración ambiental
andaluza, de dos figuras jurídicas de protección diferentes, Parque Nacional,
la zona más valiosa y frágil en el núcleo, y Parque
Natural, actuando como zona de amortiguación y de transición y
rodeando al anterior, mediante la
creación del Espacio Natural Sierra Nevada (fórmula que comparte con
Doñana), lo que ha permitido realizar una zonificación de usos y actuaciones
con un gradiente de protección que va desde las cumbres hasta las poblaciones,
que facilita esa doble función señalada de los espacios naturales protegidos:
la protección y conservación de la enorme biodiversidad que atesoran y a la vez
posibilitar el uso y disfrute de la población y convertir este patrimonio en un
activo para la dinamización socioeconómica de los municipios de su área de
influencia.
En Sierra Nevada
ha quedado consolidado este modelo y ha cristalizado, tanto en la organización
administrativa referida como en la planificación y normativa de aplicación a
las infraestructuras y actividades, con la aprobación en el verano del 2011 del
Plan de Ordenación de Recursos Naturales de todo el conjunto de Sierra
Nevada y los Planes Rectores de Uso y Gestión del parque nacional
y del parque natural. Este modelo ha sido validado hace unos meses por el
gobierno de la nación y por la UNESCO por adecuarse a la Estrategia y Plan de
Acción de las Reservas de la Biosfera aprobado en el congreso mundial de 2008
en la capital madrileña.
Lo más importante de toda esta historia de Sierra Nevada
como espacio natural protegido es que el proceso se ha hecho con el concierto y
acuerdo de las diferentes administraciones implicadas, (estatal, autonómica y
local), y de los agentes sociales
integrados en los órganos de consulta y participación, que siempre han aprobado
por unanimidad (o al menos con una amplísima mayoría) los diferentes planes de
actividades y memorias de actuación. Este equilibrio, difícil y complejo en un
espacio natural que, no lo olvidemos, integra a 60 municipios de diferentes
comarcas de las provincias de Granada y Almería y afecta directamente a más de
100.000 personas de esos pueblos, se ha forjado con una continua interlocución
y diálogo entre los diferentes actores implicados buscando siempre el mínimo
común múltiplo y buscando soluciones pactadas con gran responsabilidad y
lealtad.
Quiero destacar este compromiso y actitud de colaboración
de todos los componentes de las Juntas Rectoras, Patronatos y Consejos de
Participación a lo largo de todos estos años,
presididos por Manuel Pezzi en la primera etapa del Parque Natural y
luego por Pascual Rivas y José María Quintana, hasta llegar al actual presidente
Federico Mayor Zaragoza, )todo un lujo para Sierra Nevada contar con una
personalidad de su talla intelectual y ética y un extraordinario embajador de
nuestro parque nacional por todo el mundo).
Un papel principal en este consenso renovado periódicamente
les corresponde a los alcaldes y alcaldesas, directos intermediarios con la
población local y también, y es digno resaltar su protagonismo, a las
asociaciones de conservación de la Naturaleza y a los científicos; unos y otros
han aportado sus mejores valores y sus conocimientos para encontrar respuestas
a las diferentes “papeletas” (muchas y difíciles en este dilatado periodo) con
las que se han ido encontrado.
En estos años hemos
pasado de presumir de tener la carretera más alta a ser el parque nacional más
grande buscando el equilibrio, por ejemplo, entre los que quieren volver a
abrirla y los que quieren restringir el paso a vehículos de manera absoluta.
Equilibrio también entre los que quieren desmantelar la estación de esquí y los
que plantean de manera recurrente su ampliación a sabiendas de su inviabilidad
legal, económica y ambiental. Equilibrio, siempre difícil, entre el desarrollo,
por supuesto sostenible, y la conservación,
estando orgullosos de poder exhibir simultáneamente tanto que somos un
“Paraíso de Biodiversidad” como “una Montaña de Oportunidades”.
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