El PSOE vive un momento político
muy importante con la celebración del próximo congreso federal extraordinario a
finales del mes de julio. Yo he declarado que más que una época de cambios nos
encontramos ante un Cambio de Época, para el que no vale sólo (aunque es
necesario), cambiar las caras de nuestros dirigentes (no sólo la del actual secretario
general Alfredo Pérez Rublacaba). No es una situación nueva y la larga historia de este más que centenario
partido está basada en esa capacidad de cambio, de renovación (no me saquéis
punta al término lo escribo sin primeras ni segundas intenciones), de adaptarse
a la realidad social y al tiempo político. El éxito electoral de las últimas
décadas, tras la vuelta de la democracia, ha estado basado en buena medida en
su capacidad de liderar y representar las aspiraciones de esa mayoría
progresista, de ese conjunto amplio de ciudadanos de nuestra sociedad, lo que
antes llamábamos el bloque social de progreso, que ahora se encuentra partido y
repartido frente al cohesionado grupo de la derecha conservadora, otra
constante histórica.
La crisis interna actual, arranca
de la mala gestión, y peor comunicación, de la “crisis” por el gobierno de
Rodríguez Zapatero, y su solución quedó aparcada en el 38 congreso federal,
como ahora se ha puesto de manifiesto. Su superación tiene un importante
componente no sólo en el resultado del proceso en el que estamos inmersos sino
en el propio proceso. Primero en el interno, un militante = un voto para la
elección del secretario general, y luego en el de primarias abiertas para la
elección del candidat@ a la presidencia del gobierno. Los militantes tenemos
ahora, en primera instancia una gran oportunidad, la primera vez, de elegir
directamente a nuestro secretario general, y por esa razón tenemos una enorme
responsabilidad en la elección y en el cómo se desarrolla el proceso.
He titulado este artículo difícil
elección por ello y también porque en este caso compiten candidaturas muy fuertes, muy potentes y creo que resulta difícil decantarse por alguna de las distintas opciones en liza: Por esta razón me referiré más a
mis mayores preferencias, a algunos acentos que a otra cosa. Quien espere una
palabra o una crítica destructiva en mi “posicionamiento” puede abandonar en
este momento la lectura.
Me referiré especialmente a los que parece que tienen más
“chance” de pasar el corte de la recogida de avales durante la precampaña
(según el calendario congresual hasta el próximo viernes 27 de junio) y no
quiero ignorar ni minusvalorar el derecho a presentarse y el atrevimiento y valentía
de otras precandidaturas.
Tengo un gran respeto por Edu
Madina y por su trayectoria personal y política. Me parece un compañero muy
preparado y pienso que sería un buen secretario general para esta nueva etapa.
Tengo amistad personal y una gran consideración hacia José Antonio Pérez Tapias
y estoy muy cerca de muchas de sus propuestas. Es un “tío” muy solvente e
ideológicamente muy bien amueblado. También sería un buen, (otro tipo muy
distinto, está claro), de secretario general.
Mis preferencias en este momento
están en el candidato Pedro Sánchez Castejón al que he decidido avalar por
varias razones. En primer lugar porque creo que es el que mejor puede trasladar
interna y externamente este “Cambio de Época”, lo que queremos de este nuevo
PSOE, de este nuevo tiempo. Creo que eso es lo que nos jugamos y no un debate
geográfico sobre dónde debe estar el partido, que no debe depender de dónde
está su cabeza, sino que la cabeza debe estar donde está la mayoría del
partido. Un debate de otro tipo debería solventarse en un congreso
extraordinario diferente a este en el que vamos a elegir a una dirección
política.
Yo siempre he estado en el partido en el mismo sitio, (al lado de la
gente y junto a los valores tradicionales del socialismo democrático), y he
visto “bailar” mucho a un lado y a otro y he observado competiciones de
compañeros por ver quién estaba más en uno u otro extremo. Y que conste que cuando digo siempre, significa que hace ya el pico de los ciento y pico años de la historia del PSOE. (Dejo
la cuenta abierta para no dar muchas pistas sobre qué significa ya lo de “vieja
gloria” que pone en mi perfil en las redes sociales).
Este proceso, del que ya he
señalado la importancia tanto de su resultado final como de su evolución y
desarrollo, es para que los de abajo nos hagamos escuchar y no para que los de
arriba nos intenten convencer. Los órganos federales y buena parte de los
regionales han tenido su oportunidad y, como en la canción, la dejaron escapar.
Ahora es el tiempo para que los militantes de abajo y desde abajo conformemos
una opinión para confiar en un nuevo liderazgo. De camino diré que los
militantes no sólo queremos que nos cuenten sino que queremos que cuenten con
nosotros (para votar y para más cosas, para el día D y a partir de ese día).
Uno de los problemas actuales es el enorme derroche de capital humano que se
produce al no saber captar las capacidades, ilusiones y toda la fuerza de la
militancia. No podemos desperdiciar tanto capital humano como hay en las sedes
(y desgraciadamente muchos en sus casas, en sus trabajos, en sus colectivos
sociales).
Hay dos razones más de tipo
personal que me han empujado finalmente a ofrecerme a trabajar con una candidatura
concreta. En Granada, en la plataforma trabaja activamente Javier Aragón, un
gran amigo de Pedro Sánchez y mío (y en parte, como el me recordó hace unos
días, yo propicié el encuentro entre ellos y el origen de su amistad). Una
conversación con él, una tarde de reflexión y estudio de cómo iban las campañas
me acercó a l@s compañer@s que trabajaban en la candidatura. Y en esa toma de
contacto (lo siento soy un romántico y me dejo llevar por impulsos emocionales)
hubo un momento y un gesto con el que me identifiqué. El momento fue el de la
aparición de la petición de buen rollo en la campaña, de fair play, y el gesto
del candidato de vivir en la campaña en casa de amigos y compañeros para
mantener el cordón umbilical de contacto y huir del secuestro que imponen a
veces, los asesores y la presión mediática. Dos pequeños detalles pero para mí
importantes por su simbolismo.
Ya estoy muy mayor para hacer
caso al inevitable “ruido” de la campaña: lo que dicen que dicen, quién está
con quién, lo de la intervención de los aparatos y la de los cacharros, todo lo
que viene o vendrá sobre qué
las primarias dividen al partido, los que quieren ahogar el debate por el
vértigo a los cambios y los que quieren que debatamos hasta los símbolos y
rehacer la Historia…Pido especial atención a las informaciones tendenciosas que
lanzan medios afines (¿nos quedan?) y los del bando contrario (la lista sería
interminable).
Pongo en cuarentena todo lo que
leo y veo y os pido que hagáis lo mismo e incluso a los pocos que hayáis
llegando leyendo hasta aquí, (asomar una mano para que os vea), os aconsejo que
también pongáis estas opiniones en solfa, son interesadas ;). Tomad una opinión
propia en función de vuestra propia experiencia y análisis, no tengáis prisa,
lo normal es que tengáis dudas y si queréis posicionaros lo hacéis libremente
en función de qué creéis es lo mejor para el PSOE y en todo caso votad libre y
responsablemente pero ir a votad. Para que salga bien todo, lo primero que
tenemos que conseguir es una masiva participación de la militancia. Ese es mi,
nuestro, objetivo principal.
2 comentarios:
Me encanta tu reflexión Ignacio.
Gracias Antonio, por tu comentario lo pagaré con una excursión (sin andar mucho) con unas vistas espectaculares por Sierra Nevada
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