Cuando salió publicado este artículo en Granada Hoy estaba en Nueva York, pero me había dejado los deberes hechos para ser fieles a la cita semanal con la divulgación de Sierra Nevada, en este caso en el apartado de Paraíso de Biodiversidad y dedicado a una planta endémica, la malva de las Alpujarras.
MALVA DE LAS ALPUJARRAS
La malva de las Alpujarras fue recolectada y
descrita por el gran botánico suizo, Pierre Edmond Boissier en 1838, y es un
endemismo bético que a pesar de su nombre común es muy escasa en la comarca
alpujarreña teniendo poblaciones más importantes en las vecinas sierras de Lújar,
Contraviesa y Gádor.
DESCRIPCIÓN.
Arbusto leñoso en la base, de hasta 2 metros de
altura. Tallos erectos tomentosos, cubiertos de pelos estrellados muy
densos que le dan un aspecto blanco-grisáceo.
Las hojas son grandes, llegando a superar los 7 cm
de largo, alternas, simples, ovado-lanceoladas, con el borde entero o
ligeramente festoneado, con peciolo, gruesas y afieltradas, con los nervios muy
marcados por el envés.
Aspecto general de la planta |
El fruto es en esquizocarpo, discoideo, seco que permanece cerrado (indehiscente),
y se fragmenta en la madurez en 15 a 20 mericarpos
lisos y glabros.
Su área de distribución se extiende por la Sierra de
Lújar, Sierra de la Contraviesa y la Sierra de Gádor (ya en la provincia de Almería);
de modo testimonial se encuentra también en la Sierra del Cabo de Gata. En
Sierra Nevada es muy escasa, pues sólo se presenta en las zonas basales de la
vertiente sur en la comarca de la Alpujarra.
COMPORTAMIENTO
ECOLÓGICO.
Vive en matorrales termófilos sobre sustratos
calcáreos, en suelos pedregosos y descarnados, donde está acompañada por
tomillo, salvias, romero, y otras aromáticas así como asociada a plantas
especialmente adaptadas a estos ambientes, (aulagas, bolinas yesqueras). Se encuentra a partir de los 100 metros de
altitud y llega a alcanzar los 1.500 m, aprovechando la suavidad del clima,
dada la proximidad del Mar Mediterráneo.
RIESGOS
Y AGENTES DE PERTURBACIÓN.
El margen altitudinal donde vive esta especie está
fuertemente influenciado por el hombre (cultivos, roturaciones, urbanización,
pastoreo, etc.), por ello es muy
probable que fuera muy abundante en otras épocas y que haya ido desapareciendo
de muchas localidades, particularmente en las Alpujarras, no habiéndose podido
confirmar su presencia en muchos lugares con citas históricas de la especie.
Fruto de la malva de la Alpujarra |
Ficha
técnica:
Nombre
común: malva, malvón o malvavisco de las
Alpujarras
Nombre
científico: Lavatera oblongifolia
Familia:
Malváceas.
Conservación:
especie incluida en la Lista Roja de la Flora Vascular de Andalucía como
vulnerable.
Pisos bioclimáticos: termo y mesomediterráneo
Endemismo
bético.
Lavatera: El nombre del género de esta
especie está dedicado a los hermanos Lavater, Johann Heinrich (1611-1691) y
Johann Jacob (1594-1636), médicos y naturalistas suizos.
Oblongifolia. El nombre de la especie significa
“de hojas oblongas”. Se denomina así en botánica a las hojas más largas que
anchas, con nervios paralelos a los bordes y extremos redondeados.
UN ENDEMISMO ‘EXCÉNTRICO’
Se
dice que Sierra Nevada es un “punto caliente” de biodiversidad vegetal ya que
alberga más de 2.100 plantas vasculares, a los que hay que sumar cerca de 400
briófitos, (grupo que incluye a los musgos y hepáticas). Eso supone que el 30%
de las especies de plantas de la Península Ibérica, con sólo una extensión del
0,4% del territorio, estén presentes en Sierra Nevada, o que con una extensión
inferior al 0,01 %, albergue el 7% de toda la flora de la Región Mediterránea.
Pero
además de la importancia cuantitativa, hay que destacar el elevado número de
especies que son exclusivas del macizo nevadense -los denominados “endemismos
nevadenses”-, plantas que no se encuentran en ningún otro lugar del Planeta;
alrededor de 100 taxones vegetales. En la zona de cumbres entre el 30-40 % de
la flora que encontramos es exclusiva de Sierra Nevada. En algunos de los
nichos ecológicos de las altas cumbres como los cascajares (pedregales
relativamente móviles situados en pendientes muy fuertes) y los tajos de los
roquedos, el porcentaje se eleva hasta un 80%. Entre ellas podemos destacar la
amapola de Sierra Nevada, la romperrocas, la manzanilla real… o bien especies
como la tiraña o la estrella de las nieves en las zonas de borreguiles. En las zonas de media montaña en las calizas
y dolomías de los Alayos y el Trevenque también son abundantes las especies
endémicas, especialmente adaptadas a las condiciones hostiles del clima y a los
suelos tan exigentes para el desarrollo de la vida vegetal. Entre ellas podemos
citar los alfilerillos, la perdiguera o el piorno blanco.
Curiosamente
nuestra malva de las Alpujarras es una especie endémica que se encuentra
desplazada de estos dos grandes ejes de elevada endemicidad de Sierra Nevada
situados en la alta y media montaña, al
tener su área de distribución a lo largo
de las sierras costeras menos elevadas de La Contraviesa, Lújar y Gádor,
(aparte de la propia vertiente sur de Sierra Nevada), una amplia comarca
situada al sur del macizo, con suelos y clima más “agradecidos”.
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