Continúo la serie de artículos divulgativos "La mar de biodiversidad" en Granada Hoy. En esta ocasión la he dedicado a las estrellas de mar, unos invertebrados marinos que (casi) todos conocemos, más o menos, pero de los que la mayoría de la gente desconoce bastante sobre su biología.
En esta ocasión he contado con la colaboración especial de dos colegas: Manuel García Díaz, alias @lor.bone en las redes, y de Ander Congil, autor de las fotografías que he usado.
Enlace a la edición digital: Protagonistas ‘estelares’ (granadahoy.com)
En esta ocasión la versión impresa ha aparecido en color de esta guisa.
LA MAR DE BIODIVERSIDAD
Protagonistas ‘estelares’
Estrella de mar roja (Echinaster sepositus). Autor: Ander CongilLas estrellas de mar o asteroideos son uno de los grupos de invertebrados marinos más singulares. A pesar de su popularidad esconden muchos secretos sobre su biología y ecología.
La morfología característica de las estrellas de mar las hace muy reconocibles para todo el mundo y sólo podría ser confundida con las ofiuras o serpientes de mar, otros equinodermos de simetría pentaradial que alguna gente agrupa inocentemente con los asteroideos. Sin embargo es fácil distinguirlas pues en las estrellas de mar todos los brazos están conectados entre sí mientras que en las ofiuras los brazos están diferenciados del disco central, apareciendo en muchos casos ramificados. Además las ofiuras poseen vértebras en sus extremidades, careciendo las estrellas de mar de ellas.
Comparativa entre una estrella de mar y una ofiura tipo (Juan Fernando García)
El cuerpo de las estrellas de mar entraña una gran variedad de Curiosidades.
Aunque la norma general son los individuos con 5 brazos, que nacen del disco central del cuerpo, algunos tienen de 6 o 10 brazos y hay especies en que los ejemplares pueden llegar a tener hasta 50.
La locomoción y adhesión a diferentes sustratos que son capaces de realizar las estrellas de mar es posible gracias a un sistema hidráulico provisto de numerosos pies ambulacrales. Aunque no se desplazan a grandes velocidades, sí consiguen unos movimientos adecuados para escapar ante ciertos peligros, para moverse en busca de alimentos o para la reproducción, eligiendo generalmente la noche y haciendo uso de las células sensoriales de la piel, que les permiten percibir el entorno desde cualquier ángulo y diferenciar la luz y las corrientes marinas.
Detalle del aparato locomotor de una estrella de honduras (Luidia ciliaris). Ander Congil.
La respiración de la estrella de mar se lleva a cabo mediante una simple ósmosis que apenas supone un gasto energético al animal, de forma que tanto el oxígeno como el anhídrido carbónico disueltos en el agua entran por un agujero situado en la cara posterior que permite la entrada de agua al organismo (madreporito). Posteriormente, el intercambio gaseoso se realiza gracias a la ayuda de diversas estructuras con función respiratoria, como las branquias dérmicas y los citados pies ambulacrales.
Otra de las características más representativas de las estrellas de mar es su peculiar patrón de crecimiento indefinido y su asombrosa capacidad de regeneración. Cuando sufren la disección o rotura de alguno de sus brazos, estos son reemplazados y regenerados rápidamente por otros que genera el propio disco central. Sin embargo, si un brazo roto se ha aislado del resto del organismo, es capaz de cicatrizar su herida y permanecer vivo durante varias semanas, aunque finalmente acabará muriendo al agotar sus propias reservas energéticas. Existe un curioso caso que supone la excepción a este fenómeno; en el género Linckia, los brazos rotos y aislados son capaces de regenerar su propio disco central y los cuatro brazos restantes.
No tienen cerebro ni sangre. El sistema nervioso es el típico de los equinodermos. La epidermis corporal está repleta de células sensitivas y por tanto las estrellas responden a estímulos táctiles, químicos y luminosos.
Tienen un esqueleto interno formado de osículos calcáreos o placas que pueden articularse entre sí.
La piel está calcificada y protege a las estrellas de mar de la mayoría de los depredadores; los colores rojo, naranja, azul, gris o marrón, a veces muy brillantes, tienen la función de ahuyentar a sus enemigos o sirven para camuflarse. La superficie tiene texturas variadas: lisa, granulada, espinosa, etc., pero siempre está cubierta de placas óseas superpuestas.
El ciclo biológico de las estrellas de mar es complejo con dos fases larvarias de simetría radial (bipinnaria y braquiolaria). Los adultos pueden reproducirse tanto sexual, (con fecundación externa), como asexualmente. Aunque hay dos sexos diferenciados, algunas estrellas de mar son hermafroditas.
Ciclo biológico de las estrellas de mar (tomado de Ecología Verde).
¿Qué comen las estrellas?, ¿quién se las come?
Todas las especies de estrellas de mar tienen una alimentación generalista, consumiendo animales que son lentos, de tal forma que son incapaces de evadir su ataque. Entre sus presas favoritas están los moluscos bivalvos, esponjas, cangrejos o erizos. A veces son carroñeros facultativos, alimentándose de peces muertos. Algunas estrellas tragan los animales enteros aunque en el caso de que la presa sea muy grande el estómago puede evaginarse, reblandecerla e ingerirla predigerida.
Existen numerosas especies depredadoras de las estrellas de mar en su hábitat natural. Animales como las gaviotas, los cangrejos e incluso otras estrellas de mar representan amenazas para la supervivencia de los individuos.
No obstante las amenazas mayores para la mayoría de los asteroideos provienen de su vulnerabilidad a enfermedades degenerativas causadas por bacterias del género Vibrio y del cambio climático ya que son muy sensibles al incremento de la temperatura del agua del mar y a la acidificación de los océanos. Se ha registrado que en algunas espcies que se reducen sus tasas de alimentación y crecimiento si su temperatura corporal se encuentra por encima de los 23 ºC y que mueren cuando su temperatura sobrepasa los 30.
Las estrellas de mar son unos excelentes indicadores ambientales, su presencia o ausencia puede reflejar cambios en la salud del ecosistema. Por otro lado el estrés ambiental que provoca la contaminación, (dada su gran susceptibilidad a los agentes químicos), o el calentamiento global, (por su sensibilidad al incremento de la temperatura del agua), afectan a su supervivencia.
Prohibido tocar… y sacar del agua.
El enorme atractivo de las estrellas de mar que habitan en zonas turísticas, hace difícil resistir la tentación de cogerlas con la mano, para observarlas de cerca, lo que se convierte en una de las principales amenazas para estas especies ya que son muy sensibles a estar fuera del agua salada; sacarlas al exterior, apenas un minuto, puede provocar la asfixia del animal, aparte del propio daño que puede sufrir su manejo. Nuestra admiración debe respetar siempre manteneralas dentro del agua del mar; observarlas y disfrutar de sus formas, colores y movimientos en las actividades de buceo o de snorkel, sin molestarlas y capturándolas solamente en nuestra retina o en nuestras cámaras para divulgar su importancia, es una buena manera de contribuir a la conservación de estas especies y de que sigan cumpliendo su papel para el correcto equilibrio y funcionamiento de los ecosistemas marinos.
Ejemplar de 7 brazos de estrella espinosa (Marthasterias glacialis). Ander Congil
Millones de estrellas de dos mil especies.
Las estrellas de mar son uno de los invertebrados más abundantes y de más amplia distribución por todos los mares y océanos del mundo. Unas dos mil especies de asteriodeos o estrellas de mar se han descrito hasta la fecha, que habitan desde la zona intermareal hasta la abisal, tanto en fondos arenosos, como en rocas o grupos de corales. La mayoría de las especies miden de 12 a 24 centímetros de diámetro, pero existen algunas que miden menos de 2 centímetros y otras que tienen más de 1 metro de diámetro.
Estrella de mar púrpura (Ophidiaster ophidianus). Ander Congil
Taxonomía de las estrellas de mar.
Las estrellas de mar son unos animales que pertenecen a la CLASE Asteroidea, dentro del FILO de los Equinodermos, que están incluidos en el SUPERFILO de los Deuterostomos. Se dividen en 7 Órdenes.
ORDEN BRISINGIDA
2 Familias (Brisingidae y Freyellidae), 16 géneros, 111 especies.
Principalmente distribuidas por el océano Pacífico, Caribe y Nueva Zelanda. Principalmente en aguas profundas, (1.800 a 2.400 metros) aunque también viven en aguas someras de la Antártida. Es común observar a especies de este orden en acantilados marinos o zonas donde existan corrientes constantes de agua, ya que esto facilita su alimentación.
Pueden presentar de 6 a 20 largos y delgados brazos, que utilizan para alimentarse por filtración. Largas espinas en forma de agujas. Disco flexible en el que se encuentra la boca.
ORDEN FORCIPULATIDA
6 familias (Asteriidae, Heliasteridae, Labidiasteridae, Neomorphasteridae, Pedicellasteridae y Zoroasteridae), 68 géneros, 300 especies.
Están distribuidas ampliamente a escala global, tanto en aguas tropicales como frías.
La característica principal es la presencia de pedicelarios en forma de pinza con funciones defensivas o de ataque. Por su parte, los pies ambulacrales, poseen ventosas de puntas planas. Los brazos suelen ser bastante robustos y presentan 5 o más radios cilíndricos en su parte basal..
ORDEN PAXILLOSIDA
8 familias (Astropectinidae, Ctenodiscidae, Goniopectinidae, Luidiidae, Paleobenthopectinidae, Porcellanasteridae, Pseudarchasteridae y Radiasteridae), 46 géneros, alrededor de 250 especies.
Amplia distribución. Dependiendo de la especie, pueden vivir a diversas profundidades o incluso algunas habitar niveles bastante superficiales.
Una de las características más resaltantes es poseer cinco o más brazos, con los que excavan en los fondos arenosos. Los individuos de este grupo tienen los pies ambulacrales en forma de tubos, con ventosas rudimentarias, si es que las presentan, y pequeñas estructuras en forma de gránulos sobre las placas que cubren la superficie esquelética superior del cuerpo.
ORDEN NOTOMYOTIDA
Una familia (Benthopectinidae), 12 géneros, unas 75 especies.
Amplia distribución. El hábitat característico de las especies de este Orden son las aguas profundas.
Los pies ambulacrales de este tipo de estrellas de mar están formados por series de cuatro y poseen ventosas en sus extremos, (salvo algunas especies). El cuerpo posee espinas considerablemente delgadas y afiladas, con brazos formados por bandas musculares bastante flexibles. El disco es relativamente pequeño, con la presencia de cinco radios y los pedicelarios pueden tener diversas formas, como valvados o de espina.
ORDEN SPINULOSIDA
Una familia (Echinasteridae), 9 géneros y alrededor de 120 especies.
Regiones polares, tropicales y templadas; desde zonas intermareales a aguas profundas.
Los miembros de este grupo poseen cuerpos relativamente delicados y como rasgo distintivo carecen de pedicelarios. Placas marginales no visibles, las actinolaterales son desarrolladas y se presentan en series paralelas. El disco de estos animales suele ser pequeño, con la presencia de cinco radios con forma cilíndrica y los pies ambulacrales poseen ventosas.
ORDEN VALVATIDA
El orden Valvatida tiene 14 familias (Acanthasteridae, Archasteridae, Asterinidae, Asterodiscididae, Asteropseidae, Chaetasteridae, etc.), 165 géneros y cerca de 700 especies.
El hábitat preferido de las especies de estrellas de mar de este Orden son las aguas profundas.
Generalmente robustas, voluminosas y/o grandes. Casi todas las especies de este grupo poseen cinco brazos en forma tubular, en los que se ubican dos hileras de pies ambulacrales y osículos llamativos, que son estructuras calcáreas incrustadas en la dermis que brindan rigidez y protección al animal. También presentan en el cuerpo pedicelarios y paxilas (estructuras en forma de sombrilla que tienen función protectora, con el fin de evitar que las zonas por donde se alimenta y respira el animal se obstruyan con arena).
ORDEN VELATIDA
5 familias (Caymanostellidae, Korethrasteridae, Myxasteridae y Pterasteridaela), 25 géneros y unas 200 especies.
Este Orden tiene una amplia distribución, es bastante diverso y heterogéneo, pudiendo encontrar especies que van desde unos pocos milímetros hasta más de 75 cm.
Cuerpo robusto con discos grandes que presentan cinco radios o más. Dependiendo de la especie poseen entre 5 y 15 brazos y muchos de estos presentan un esqueleto poco desarrollado. Hay individuos con pequeños diámetros de entre 0,5 y 2 cm, y otros de hasta 30 cm. En cuanto al tamaño, el rango varía entre los 5 y los 15 cm de un brazo a otro. Los pies ambulacrales se presentan en series pares y suelen tener una ventosa bastante desarrollada. En cuanto a los pedicelarios, usualmente están ausentes, pero si llegan a tenerlos, consisten en grupos de espinas.
La gran familia de los equinodermos.
Las estrellas de mar forman parte de este filo de invertebrados, todos marinos y bentónicos, cuyo nombre proviene del griego echinos (=espina) y dermis (=piel). Se incluyen además en este filo las ofiuras o serpientes de mar, los erizos de mar, las holoturias o pepinos de mar y los crinoideos conocidos como lirios de mar. Las características principales comunes a todos los equinodermos son:
Simetría radial pentámera única en el reino animal. Se considera secundaria pues las larvas tienen simetría bilateral.
Sistema ambulacral. Conjunto de tubos y cámaras por todo el cuerpo del animal, rellenos de un líquido similar al agua de mar, que recorren el interior del aninal y desemboca en el exterior a través de numerosos pies (ambulacrales). Puede tener diferentes funciones, ayudar al desplazamiento, a la alimentación, al intercambio gaseoso, a la fijación al sustrato y a la percepción sensorial. Está conectado al medio externo a través del madreporito o placa madrepórica para regular la presión del líquido con respecto al ambiente.
Endoesqueleto, variable según los diferentes grupos, compuesto por osículos de carbonato cálcico que se encuentran debajo de la epidermis. Suelen presentar espinas (fijas o móviles) y también salientes (como tubérculos o gránulos).
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