martes, 2 de agosto de 2011

DOS CAMPAÑAS, DOS ESTRATEGIAS

Nos abocamos a dos estrategias electorales distintas. La de Rajoy et al. se centra en No campaña, en dejar que transcurra el tiempo echando balones fuera, en destruir el juego de los contrarios. Se saben que van ganando la eliminatoria y aunque queda partido ya piden la hora para que acabe el encuentro. Bueno, algunos del PP no quieren ni que se dispute el choque (nunca mejor empleada la palabra), piden que descalifiquen al equipo contrario, (casi) quieren que no haya elecciones.

Enfrente el equipo Rubalcaba, que arranca el partido con una clara desventaja en el marcador, cuyo lema sería Campaña, Campaña, Campaña, que sería lo mismo que decir que no se juegue todo a un único partido, del que quedan unos pocos minutos para enderezar el resultado, sino que la competición se alargue, se amplie. En cualquier caso, el PSOE tiene que arriesgar para recortar distancias en el marcador, buscar el cuerpo a cuerpo, solicitar debates cara a cara y, por otro lado, lanzarse a las arenas ciudadanas, algunas de ellas movedizas.

El PP ya ha empezado a regar el campo para que esté embarrado, porque en ese terreno se mueven mejor. Me temo que en este partido, no sólo valdrá el tiki, taka, el debate de las ideas y de las propuestas, el juego limpio, sino que habrá que ponerse espinilleras y mancharse la camiseta, no sólo de sudor. La derecha cuenta con poderosos aliados, mediáticos y económicos, que le hacen una campaña paralela, que juegan en otra cancha pero que meten goles en la portería de la izquierda.

Ahora toca, a cada uno en su puesto, jugar este partido en el que no son sólo importantes los que saltan al terreno de juego sino que en las elecciones todos somos importantes, en la grada animando, escuchando la radio, viendo la tele, en las redes sociales, en la calle, en el trabajo, lanzando ideas al entrenador y apoyando a los jugadores del equipo y no metiendo goles en nuestro propio campo porque esos además hacen un daño psicológico a toda la hinchada irreparable. Y cuando acabe el partido ya habrá tiempo para análisis de estrategias, alineaciones, del balón o de lo que haga falta.

Mientras tanto ensayemos coreando nuestras consignas: hagamos que suceda, yes, we can do it.