viernes, 30 de enero de 2015

Aves equipadas de serie



Sierra Nevada, un paraíso de biodiversidad

Aves equipadas “de serie” para la alta montaña

Las especies de la avifauna han desarrollado diferentes estrategias de adaptación para la vida en ese ambiente especialmente hostil e inhóspito


Enlace a la edición digital:

https://www.granadahoy.com/opinion/articulos/Aves-equipadas-serie_0_885211794.html

viernes, 23 de enero de 2015

Una montaña de leyendas



SIERRA NEVADA, UNA MONTAÑA DE OPORTUNIDADES

UN ESPACIO NATURAL DE LEYENDA


Excursiones y rutas para conocer los escenarios de las leyendas más singulares y famosas de Sierra Nevada podría convertirse en una nueva y atractiva oferta turística.

Enlace a la edición digital 

http://www.granadahoy.com/article/granada/1945837/una/montana/cubierta/leyendas.html
http://www.granadahoy.com/article/granada/1945837/una/montana/cubierta/leyendas.html

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Es frecuente atribuir a muchos espacios naturales el calificativo de lugares de leyenda, pues en muchas ocasiones circulan alrededor de esos paisajes sobresalientes historias extraordinarias, y a veces curiosas y fabulosas, que se han convertido con el tiempo en atractivos adicionales para su visita. Estas leyendas sirven a los guías para adornar sus explicaciones sobre la flora, la fauna, la geología o la misma historia de dichos lugares y junto a la gastronomía, suele ser uno de los recuerdos que más perdura en la memoria de los visitantes.

Sierra Nevada es también, en ese sentido, un lugar de leyenda y de leyendas múltiples. Durante muchos años su inaccesibilidad y su aislamiento hicieron que apenas manzanilleros, pastores y neveros subieran a sus cumbres hasta que los viajeros románticos y naturalistas europeos la pusieran de moda en el siglo XIX.

Muchas de esas leyendas están basadas en su carácter fronterizo, refugio de moriscos y escenario de batallas y romances, entre moros y cristianos, aunque alguna como la del Castillo de la Caba (en la localidad de Aldeire) se remonte más allá de la llegada de los árabes y esté ambientada en el final del periodo visigodo con la hija del conde Don Julián por el rey Don Rodrigo, como protagonistas de lo que pudo ser una razón justificada de la traición que facilitó la entrada de los omeyas en la Península, que a su vez traicionaron al noble ceutí.

En ocasiones las leyendas son universales y pueden encontrarse similares historias en muchos sitios pero hay también una legión de leyendas endémicas de Sierra Nevada, bien por desarrollarse en el escenario único de sus altas cumbres, bien porque los protagonistas y acontecimientos (reales o imaginarios) son genuinamente nevadenses. Entre estas encontramos las referidas a los picos más elevados de la Sierra como el Mulhacén y el Veleta, a las numerosas lagunas y lagunillos o a la permanencia eterna de la nieve como la de La Escoba del Diablo.

PICO DEL MULHACÉN, PURA LEYENDA

Por ser el techo de la Península y por su imponente figura junto al otro coloso, la Alcazaba, el Mulhacén es destino de variadas leyendas, una de ellas quizás sea la más conocida y derivada del propio nombre de la cumbre -no se conoce una denominación anterior de este pico-, que paradójicamente no se hizo famosa hasta época relativamente reciente (en 1845 se publicó por primera vez recogiendo un manuscrito escrito 70 años antes. Hasta entonces tuvo más fuerza la idea de que Muley Hacén murió en su castillo de Salobreña y luego fue trasladado al cementerio real de La Alhambra).

Cuenta la leyenda que Muley Hacén, el misántropo rey moro, padre de Boabdil el Chico, con su primer matrimonio con Aixa (o Fátima), pidió a Zoraya, su segunda mujer (Isabel de Solís cuando cristiana) y a sus hijos que le enterraran en un lugar desierto en el que no hubiera ni vivos ni muertos, lejos de todo tipo de compañía humana.

Otra leyenda paralela sitúa en el Mulhacén un gran tesoro, que incluye tres extraordinarios diamantes negros, escondido por Al Hamar siglos antes, y que Muley-Hacén, en su lecho de muerte en el Castillo de Mondújar, encargó recuperar a su hijo entregándole un pergamino con el mapa de la cueva en la que estaba oculto. Ni el hijo, que fue atacado cuando se dirigía a la cumbre, ni su nieto que, al carecer del plano, pasó jornadas enteras escudriñando todas las grutas y recovecos de las cumbres, intentando en vano recuperar los diamantes negros que atribuían el poder de salvar el Reino y quedando finalmente atrapado por una tormenta y sepultado en el hielo.

Si hiciéramos caso a otra leyenda, otro gran tesoro, el de los Beni-al-Kazar, se encontraría todavía oculto en el conocido por esta razón como Cerro del Tesoro, en el valle del Río Monachil a la espera de que en una noche de San Juan, un mozo puro y honrado, conditio sine qua non, encuentre, "la mágica yerba de las herraduras", cuya flor tiene la propiedad de abrir el cerro y desentrañar el fabuloso conjunto de joyas y alhajas que hay en su interior.

Todo el entorno del Picacho del Veleta y la Laguna de las Yeguas está también entre los lugares preferidos para ubicar las más bellas e increíbles historias y leyendas como la de una población que se asentaba en el Corral del Veleta, destruido por una gran tormenta o por un terremoto según las versiones, o la más fantástica de la Laguna de las Yeguas.

LEYENDAS DE LA LAGUNA DE BACARES

Probablemente las leyendas más fabulosas de Sierra Nevada están ubicadas en esta laguna situada en el Valle del Trevélez a una altitud de 2.872 metros y muy próxima a la divisoria de cumbres. Tiene forma circular debido a su morrena en forma de media luna. Misteriosa se decía que no tenía fondo que era un "ojo de mar" que conectaba con el Mediterráneo, y en la que habitaban enormes peces de formas extrañas y ciegos.

Quizás se hayan concentrado aquí una serie de leyendas por su lejanía, aislamiento, por su profundidad (está entre las tres más hondas de Sierra Nevada junto a La Caldera y Laguna Larga), por las corrientes de agua o por los extraños sonidos que pueden oírse en sus proximidades.

Cuenta la conocida como Leyenda del pájaro blanco que en la Laguna de Bacares vivía una ondina (sirena de agua dulce) que durante la noche se aparecía en forma de pájaro a los viajeros. Cuando se aproximaba, se transformaba en una hermosa mujer que seduciendo a los desdichados los llevaba hacia el borde de la laguna, los sumergía en el agua y… Hasta que llegó uno del que se enamoró y lo convirtió en su amante.

El afortunado descubrió lo que les había pasado a los anteriores y huyó y contó lo sucedido. Los bramidos que escuchaban pastores, cazadores y viajeros que llegaban a estos recónditos parajes y que atribuían a aquél ser misterioso despechado, quizás tengan su origen por la ocurrencia de repentinas corrientes de aire y vientos huracanados motivados por las diferencias térmicas entre las dos caras de la Sierra.

La leyenda de la princesa Cobayda es la historia de una bellísima princesa, cuyo padre, el rey moro de Granada, la sometió recién nacida al estudio de los sabios, mandándoles descifrar su destino con tan mala fortuna que el oráculo anunció que la princesa moriría al conocer el amor, para lo que su padre, queriendo desafiar la fatal sentencia, construyó un palacio con bellos jardines en el sitio más inaccesible de la Sierra.

Cuando la niña se hace mujer, aparece un príncipe azul casualmente perdido en la montaña. Surge el idilio entre ambos que al ser descubierto por el padre se desata la tragedia. El rey moro desenvaina su alfanje damasquino, y la cabeza del caballero rueda mientras se convierte en una piedra negruzca que algunos todavía aciertan a identificar.

La princesa, del susto, queda convertida en hielo, y de sus ojos brotaron tantas lágrimas que bastaron para llenar el valle y convertirlo en la laguna que cubrió el palacio, el valle y el jardín. El padre, aterrado por la desesperación de su hija, quiso huir, pero quedó convertido en una enorme roca, que también puede reconocerse en el borde de la laguna, con lo que esta leyenda cumple con otras encontradas en otros espacios naturales que explicarían el origen y formación de esta singular laguna de alta montaña.

viernes, 16 de enero de 2015

Un reinado de altos vuelos



Sierra Nevada, Paraíso de Biodiversidad

Un reinado de altos vuelos

En el mes de enero se producen los “movimientos nupciales” del águila real en los 23 territorios de nidificación con que cuenta esta especie en el macizo nevadense.

Enlace a la edición digital: http://www.granadahoy.com/article/opinion/1940690/reinado/altos/vuelos.html




Águila real.

El águila  real  (Aquila chrysaetos subespecie homeyeri) es el águila de mayor tamaño de las que podemos observar en Sierra Nevada, con una envergadura alar de 2,2 m, hasta 80 cm de alto y unos 4,5 kg de peso. Su plumaje es oscuro, con la cabellera dorada en los adultos. Sus patas están emplumadas hasta el nacimiento de los dedos. Los ejemplares jóvenes pueden distinguirse por las marcas blancas en las alas y en la cola.  Quizás el nombre, aparte de por su tamaño, le venga dado por su vuelo elegante y majestuoso al elevarse con sus potentes alas largas y esbeltas y su característica cola larga.

El águila real nidifica en cantiles rocosos y cortados abruptos en grandes valles por encima de los 1.000 metros de altitud y lejos de la presión humana a la que son muy sensibles sobre todo en el periodo de reproducción y cría de los pollos. Uno de los territorios de nidificación en Sierra Nevada supera los 2.700 metros lo que lo convierte en la cita más elevada de la especie en la  Península Ibérica, igual que la observación de ejemplares localizados cazando en la Loma de la Alcazaba, a 3.300 metros. Por el contrario hay documentadas citas que bajan hasta los 500 m. en el extremo oriental, en el río Andarax.

Después de una recuperación progresiva desde los años 80 del pasado siglo, la población de águila real actual de Sierra Nevada parece estar estabilizada en torno a 23 parejas que se mantienen próximas a esos territorios. Los adultos sólo realizan desplazamientos altitudinales influidos por las condiciones meteorológicas y la disponibilidad de alimento mientras los ejemplares más jóvenes realizan vuelos dispersantes más lejanos, por lo que podemos considerar que la Sierra se ha convertido en un núcleo “exportador” de las jóvenes águilas que consiguen salir adelante cada temporada y necesitan buscar pareja y territorio. 

Dieta.  La alimentación de los ejemplares de la real observados en Sierra Nevada se compone principalmente de ofidios (35%), perdiz (14%), conejo (12%) y otros mamíferos (21%) aunque también entran en su dieta córvidos, palomas y otras aves  (11%) e incluso casi un 3% de carroña, según los datos aportados por Jesús Bautista.


Reproducción.

Las parejas de águilas son estables y se mantienen fijas dentro de un territorio de campeo de grandes dimensiones, en el que poseen  3 o 4 nidos, construidos con ramas y otros restos vegetales. Los vuelos nupciales se realizan en el mes de enero y consisten en una simulación de ataques en los que entrechocan las garras. Posteriormente, arreglan uno de los nidos que poseen en su área de cría  adicionando vegetación fresca.

La puesta suele ser de dos huevos entre marzo o abril. Tras la incubación por la hembra de unos 43-45 días, nacen los pollos con un característico plumón blanco y sólo suele prosperar uno de ellos. Son alimentados por ambos padres durante las primeras semanas y hasta que cambian el plumaje (unas cinco semanas), están siempre acompañados en el nido por uno de los progenitores. A partir de entonces el pollo se queda solo, recibiendo la comida una vez al día en el borde mismo del nido. Cuando han pasado 8 semanas, el aguilucho tiene ya el plumaje completo y a los 80 días aproximadamente ya vuela.

El águila real alcanza la madurez sexual a los 5 ó 6 años y tienen una longevidad de unos 30 años.

RAPACES DIURNAS EN SIERRA NEVADA

El número de especies de rapaces diurnas que pertenecen a la misma familia (Accipitridae) que el águila real que pueden observarse en Sierra Nevada es amplio, 12 géneros diferentes que agrupan a 17 especies distintas, si bien algunas sólo es posible localizarlas en los pasos migratorios o de forma muy ocasional. Se caracterizan por ser aves de tamaño medio a grande, (que van desde los 3 metros de envergadura del quebrantahuesos a los 75 cm del elanio), extraordinaria agudeza visual y poseer características excepcionales para el vuelo. Tienen picos en forma de gancho y patas terminadas en garras lo que les permite sujetar con fuerza, presionar e incluso producir desgarros en sus presas. Son eminentemente cazadoras (salvo quebrantahuesos, buitres y milanos que son carroñeros más o menos especialistas o estrictos) y su alimentación es muy variada: otras aves, mamíferos, anfibios, reptiles e incluso invertebrados.

El águila calzada, con 35 parejas, es la rapaz forestal más abundante en Sierra Nevada. Es fácil de observar en la media montaña y se identifica porque en vuelo se ve de color blanco y amarillento. El azor es la segunda rapaz forestal en número en la Sierra, con 25 parejas. Además de las 23 parejas de águila real, en el último censo se contabilizaron 16 parejas de perdicera, 10 de busardo ratonero y tan sólo 3 del águila culebrera europea.

El águila pescadora (Pandion halieatus), que se ha observado de manera puntual en el paso migratorio en la Laguna de Padul, se clasifica actualmente en una familia diferente). 

Además hay otra familia de rapaces “menores” (Falconidae), que agrupa a halcones y cernícalos, con 6 especies presentes en Sierra Nevada (cernícalos primilla, común y patirrojo, esmerejón, alcotán europeo y halcón peregrino). 

Listado de rapaces de la Familia Acipitridae observadas en Sierra Nevada, estatus y presencia.

  1. Abejero europeo (Pernis apivorus). En pasos migratorios. Poco común.
  2. Elanio común (Elanus caeruleus). Invernante. Ocasional.
  3. Milano negro (Milvus migrans). En pasos migratorios. Poco común.
  4. Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus). Vuelos de dispersión. Ocasional.
  5. Alimoche (Neophron percnopterus). En pasos migratorios. Muy Ocasional
  6. Buitre leonado (Gyps fulvus). No nidifica en Sierra Nevada. Común.
  7. Culebrera europea (Circaetus gallicus). Nidificante. Primavera a otoño. Común.
  8. Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus). Migradora e invernante. Poco común.
  9. Aguilucho pálido (Circus cyaneus). Migradora e invernante ocasional.
  10. Aguilucho cenizo (Circus pygargus). En pasos migratorios. Ocasional.
  11. Azor (Accipiter gentilis).  Sedentaria. Poco común.
  12. Gavilán común (Accipiter nisus). Nidificante, migradora e invernante. Común.
  13. Busardo ratonero (Buteo buteo). Nidificante, migradora e invernante. Muy común.
  14. Águila real (Aquila chrysaetos).  Sedentaria. Muy común.
  15. Aguililla calzada (Aquila pennatta). Reproductora en Sierra Nevada. Muy común.
  16. Águila-azor perdicera (Aquila fasciata). Sedentaria. Común.
Águila imperial (Aquila adalberti). Escasas citas.

viernes, 9 de enero de 2015

Las bicicletas son para todo el año

TRANSNEVADA, UNA GRAN RUTA CIRCULAR.


Sierra Nevada, Montaña de Oportunidades

LAS BICICLETAS SON PARA… TODO EL AÑO.

La amplia oferta de rutas para bicicletas de montaña de Sierra Nevada será una de las apuestas de las empresas de turismo sostenible en la próxima edición de FITUR. 


 

domingo, 4 de enero de 2015

La Última de la Lista



Empiezo el 2015 publicando una nueva página en Granada Hoy en mi sección   
Sierra Nevada, Paraíso de Biodiversidad 





Pie de foto:  Ranillo o botón de oro de La Ragua, Ranunculus bupleroides, última especie encontrada en Sierra Nevada, en las inmediaciones del Puerto de la Ragua.
El descubrimiento fue realizado hace unos meses por José Miguel Muñoz, botánico de la Agencia de Medio Ambiente y Agua que trabaja en el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada, de manera casual cuando se encontraba realizando un itinerario didáctico para poner en valor los recursos para la educación ambiental y para el ecoturismo del entorno del Puerto de la Ragua. En la excursión  le llamó la atención una población de “ranúnculos”, una pequeña planta con flores de color amarillo, que crecían entre piornos, pues tenían características diferentes a otras del mismo género relativamente frecuentes en la Sierra, tanto por detalles de la flor como por la forma y disposición de las hojas basales y, sobre todo,  por el hábitat concreto en que crecía. El hallazgo mereció una visita específica al día siguiente para confirmar las primeras observaciones y para tomar el material para una correcta clasificación taxonómica y realizar el protocolo de actuaciones en estos casos, con remisión a especialistas de la Universidad de Granada y de la Red Andaluza de Jardines Botánicos, que confirmaron su pronóstico y coincidieron en que se trataba de la especie Ranunculus bupleroides, una especie que no había sido descrita hasta ese momento en Sierra Nevada.

Curiosamente, a pesar de los muchísimos estudios que se han realizado a lo largo de los dos últimos siglos desde los primeros inventarios botánicos realizados en el siglo XIX por Simón Rojas de Clemente, por el suizo Edmond Boissier o por el alemán Moritz Willkomm en Sierra Nevada, esta planta había permanecido oculta o confundida con otras similares y es el primer taxón incorporado a la extensa Lista de Flora Nevadense en los últimos cincuenta años. Hoy ya podemos confirmar que el largo listado de especies de Sierra Nevada, cifrado en más de 2.100 plantas vasculares, se ha incrementado con este ranillo o botón de oro de La Ragua, que corresponde con el nombre científico de Ranunculus bupleroides, un endemismo de la Península Ibérica que, hasta ahora, sólo había sido descrito en zonas muy  reducidas de las sierras del norte de Portugal y de Galicia. Estamos por tanto ante la primera cita de la especie en el sur de la península y la duda científica y la importancia del descubrimiento estriba en conocer si estamos ante un endemismo nevadense estricto pues podría tratarse de una subespecie propia de Sierra Nevada. Así  lo cree el propio autor del descubrimiento, José Miguel Muñoz, que se ha fijado en detalles de los ejemplares encontrados que la diferencian de la especie tipo: hojas más gruesas y peludas para poder retener mejor el agua en un hábitat que registra condiciones meteorológicas extremas o flores más pequeñas en altura que otras del mismo género e incluso de la misma especie, que pueden corresponder con adaptaciones al hábitat específico de la Sierra y con el aislamiento secular de sus congéneres, por lo que se está a la espera de que los especialistas en Genética confirmen esta hipótesis.

Desde el parque nacional y natural de Sierra Nevada  se tomaron, desde el primer momento, una serie de medidas de conservación que se iniciaron con el monitoreo y seguimiento de la planta con el fin de determinar su viabilidad y las principales amenazas a las que se enfrenta. Además se iniciaron las medidas oportunas para proteger la única población encontrada por el momento con medidas in situ, instalación de protectores en varios ejemplares para analizar el efecto de la herviboría, y ex situ, recolección de material genético para el Banco Andaluz de Germoplasma. Los botánicos creen poder encontrar nuevas poblaciones en suelos silíceos, junto a piornos, en determinadas condiciones de humedad y suelos, ya que este hábitat se repite en otros lugares similares en nuestra Sierra.

UNA GRAN FAMILIA. 

Ranunculus bupleuroides, es una especie hasta ahora desconocida en Sierra Nevada, que se encuadra en un género botánico con más de 400 especies en el mundo. En la península ibérica se han descrito 70 especies del género Ranunculus, de las que 31 están en Andalucía y 20 están presentes en Sierra Nevada.  


El género Ranunculus y el nombre común de “ranillos” derivan del diminutivo de ranas pues muchas de las especies de esta familia viven en zonas próximas a ambientes húmedos, como charcas o lagunas; la denominación de “botones de oro” deviene del color amarillo vivo de las flores de muchas de las especies del género como es el caso de nuestra protagonista.

Los botones de oro colonizan casi todos los hábitats, pero la mayoría prefieren zonas húmedas, umbrosas o encharcadas. Destacan por su rareza especies como Ranunculus glacialis, presente en el Norte de Europa y en altas montañas centroeuropeas. En Pirineos y Sierra Nevada han quedado como únicas poblaciones aisladas desde la última glaciación y ahora solo viven muy pocos ejemplares en los picos más altos. Otros ranillos son habituales de los borreguiles, como R. acetosellifolius (ranillo de las nieves) o R. angustifolius subsp. alismoides (ranillo de los borreguiles). En ambientes encharcados también habita una especie que parece un pequeño nenúfar, R. hederaceus, una planta muy sensible a la desecación de los cauces. Más extraña es la presencia de especies del género en ambientes secos pero este es el caso por ejemplo de R gramineus (ranillo graminoide) que en Sierra Nevada se encuentra en los arenales dolomíticos del Trevenque.

Pie de foto: Borde de borreguil con Ranunculus demissus (botón de oro) y R. acetosillefollius (ranillo de las nieves), dos ranillos diferentes presentes en Sierra Nevada que conviven en este hábitat pero se distribuyen de manera separada.


Pie de foto: R. demissus una especie frecuente en los bordes de borreguiles y pedregales húmedos.
Pie de foto: R. acetosillefollius,  conocido como ranillo de las nieve, una especie exclusiva de los borreguiles nevadenses.
Pie de foto: El ranúnculo glacial está presente en Sierra Nevada, en los Piríneos y en los Alpes donde supera los 4.000 metros de altitud.

A vueltas con la LAC




Como muestra la imagen, tampoco es que la Gran Vía se haya convertido en una calle "limpia"

Uno de los temas de debate en Granada el año pasado ha sido la puesta en marcha de la Línea de Alta Capacidad, la LAC para los amigos y #LAsCagado o #LACasliado para sus múltiples detractores.  La LAC ha merecido el primer artículo del Anuario 2014 del diario IDEAL, firmado por Daniel Olivares, @dawsonx, que ha titulado “LA #LACAVENTURA DE LA CIUDAD”, según este periodista, uno de esos bucles polémicos en los que se enroca la capital durante meses.

Ya escribí en este blog al respecto hace unos meses: “Primera entrega sobre la LAC de los cojones” (pincha aquí para leerla), y ya advertía que este no es un “debate de pollas” de los que nos tiene acostumbrado el ayuntamiento capitalino sino que es un debate sustancial, importante y trascendente.
Me ratifico en todo lo expuesto entonces, a primeros de agosto, sobre todo en los errores que señalaba:

  • El primer gran error estratégico es que la LAC no se ha pensado con una visión metropolitana.  
  • El otro gran error estriba en la improvisación.
Sobre el primer asunto me reafirmo en que este error no se circunscribe sólo a las cuestiones de movilidad y sobre la improvisación de la implantación de la LAC baste decir que la primera y más simple prueba está en que el gobierno municipal dijo que bastaba con dos semanas gratis para habituar a los usuarios, que luego se convirtieron en un mes, pero lo más grave es que a pesar de señalar que no había alternativa posible y que todo estaba muy bien pensado y diseñado, en estos meses han aparecido tres nuevas líneas de Largo Recorrido no previstas, se han suprimido otras y se han reorganizado algunos recorridos. Demasiados cambios para algo que estaba tan bien atado, ¿no os parece?. Si queréis recordar las risas que produjo la implantación inicial de la LAC recomiendo este enlace: ¡Oh La LAC!La malafollá se monta en bus y Granada se parte de risa en las Redes Sociales.

Un aspecto que no señalé entonces es el “coste” del experimento. Tenía mis reservas y carecía de conocimiento directo sobre el montante económico de las nuevas medidas aunque desconfiaba de las declaraciones del gobierno municipal de que supondrían un ahorro. Además de todas las consecuencias negativas y de las críticas recibidas por miles de usuarios, especialmente de los barrios periféricos, nos enteramos que la LAC nos costará más dinero a los granadinos y que además sólo vale hasta la entrada en funcionamiento del Metro-Tranvía, porque entonces, según declaraciones de la propia Telesfora, habrá que replantearse de nuevo todo el sistema de autobuses urbanos (seguimos sin pensar en clave metropolitana). El concejal de Izquierda Unida, Paco Puentedura cifró el sobrecoste en cuatro millones de euros (pincha aquí). 

Para los más despistados y los que quieran tener todo el relato de la LAC pueden consultar #Concejal9, el blog del grupo municipal socialista, capitaneado por PacoCuenca,  que ha hecho un seguimiento exhaustivo de la repercusión de la puesta en marcha de las medidas y que realiza muchas iniciativas en torno al tema de la movilidad  en el ayuntamiento de Granada.

Todavía, a estas alturas, no sabemos si el arcarde repetirá candidatura aunque ya ha manifestado, él mismo que no son palabras mías, “que está dispuesto a seguir dando la lata”, y en ese caso si mantendrá a la Telesfora en su equipo, o por el contrario el Partido Popular será capaz de ponerlo todavía peor y colocar, (o mejor dicho colocarse), a Sebastián Pérez en la cabeza del cartel y con la renovación sacrificar a la concejal de Tráfico que podrá decir que vino al ayuntamiento sin saber nada de movilidad, y se va de la misma manera, con lo que podremos decir aquello de lo peligrosos que son los tontos con iniciativa). 

Para este año electoral que se presenta, a priori, tan abierto y disputado, sería conveniente que los experimentos sobre el complejo y delicado asunto de la movilidad (y de la accesibilidad), se dilucidaran antes de la cita con las urnas. Que se presenten y debatan las ideas y propuestas antes de pedirnos el voto para solucionar este asunto, "vayamos a pollas".