jueves, 17 de julio de 2014

España camisa blanca de mi esperanza


Me gusta Ana Belén, como cantante me refiero, y desde hace muchos años me gusta la canción que lleva el título de "España camisa blanca de mi esperanza", que toma el nombre de un poema de Blas de Otero. Me gusta tanto que su música la utilizamos en mi murga de carnaval en el año 1998, un año en el que íbamos disfrazados de jueces y cantábamos "España con manos blancas, de la esperanza", el año siguiente al asesinato por ETA de Miguel Ángel Blanco, (curiosamente el 13 de julio, el mismo día en que se han celebrado las primarias a secretario general del PSOE).

En los últimos artículos escritos en mi blog, relativos a esta elección mediante el procedimiento de un militante = un voto, comunicaba mi opinión al respecto del complejo y difícil proceso en el que los socialistas estaban inmersos y sobre cuál era la opción que yo prefería.

Los militantes han hablado y el resultado es inapelable aunque las interpretaciones son de lo más variopintas. Ha ganado de manera rotunda Pedro Sánchez con su lema cambiar el PSOE para cambiar España, el título que daba a un artículo en el País los últimos días de campaña, y con el mensaje de “el socialismo que une”.  

El día antes de las votaciones pude compartir mesa con el entonces candidato, vi en su cara que iba a ser el ganador del proceso y creo que también el futuro presidente del gobierno, más temprano que tarde.

No tiene nada de científico pero lo vi en su rostro, en su movimiento, en sus gestos y en sus palabras pero sobre todo lo vi en los rostros, reacciones, gestos y palabras de los que lo observaban. Y me vino a la cabeza el título de esta canción y le comenté a Pedro Sánchez públicamente que ya tenía título para mi artículo siguiente aprovechando que pude tomar la palabra en el acto para hacerle una pregunta (habéis acertado pregunté sobre la necesidad de un nuevo modelo de desarrollo compatible con la conservación del medio ambiente y sobre el cambio climático).


Cambiar el PSOEPrimarias generalizadas en el interior del Partido y para la elección de los candidatos, limitación de mandatos, incompatibilidades... el mismo partido de siempre, con los mismos valores y principios,  pero un partido nuevo, más democrático, más participativo más cercano y conectado a su base social, a sus propias bases de las que se ha alejado demasiado.

Cambiar España. Una España más solidaria, más libre e igualitaria, en la que la diversidad de territorios, lenguas, razas u orientaciones sexuales sea un elemento enriquecedor; una España más educada y más culta, más respetuosa con su patrimonio natural y cultural; una España más justa con una reforma profunda del sistema fiscal…

Internamente para este proceso, que no será de la noche a la mañana por la profundidad del cambio necesario,  viviremos las resistencias a “soltar el poder” y los “vértigos a los cambios” en esta organización centenaria.

Externamente, “todas las derechas concentradas” y buena parte de la “izquierda fragmentada”, junto a casi todos los  medios de comunicación, jugando con la desafección a los políticos y en buena medida a la Política, se emplearán, ya han empezado, en deslegitimar el proceso histórico de la elección de Pedro Sánchez y en cuestionar todo su programa político. Y lo van a hacer con fuerza, tanta como sea la capacidad de formular un proyecto político radical de restitución de los derechos y libertades y un nuevo modelo económico.

En estos días me estoy divirtiendo mucho con algunas reacciones a su elección como secretario general de las que quiero destacar a la MariCospe que ha dicho que sólo ha oído palabras de Pedro Sánchez que faltan obras. “Esta gente tan preparada…” que dice mi tía la facha, como se columpia.

También es meritoria la de los portacoces (perdón portavoces) del PP que han saltado a decir que le falta liderazgo y carisma al flamante secretario general del PSOE.  Manda huevos, los que tienen de jefe (y lo digo sin metáfora, sin comillas) a Marianico y antes -y ahora- han sufrido a JoseMari, hablando de líderes sin carisma... Esto sí que tiene guasa.

Igualmente me he reído mucho con los que han criticado (dentro y fuera) a Pedro Sánchez por ser guapo o bien parecido, insinuando o acusando directamente de ser sólo un producto de marketing político. Como si estuviera reñido tener buen aspecto físico y capacidad política. Diremos al respecto que con lo bajo que está el nivel –el físico y el otro- es fácil destacar. Y me he sentido solidario y consciente de cómo muchas mujeres atractivas tienen que luchar en sus ámbitos profesionales para que las vean y juzguen por su trabajo y no por su apariencia, sufriendo prejuicios y juicios insultantes sobre qué pretenden o cómo habrán llegado tan alto.

Pero lo que ya es de cachondeo es la de los hooligans (también de dentro y de fuera del PSOE) que saltan con un “a mí no me gusta”, “no me parece tan guapo” o “yo no lo veo bien parecido”.

Yo creo que además de ser un buen tío, se le nota en la cara, y en la de su mujer y en la de su madre cuando lo miran, (estos indicadores no fallan), “el candidato en la carretera” es un tío bueno en el mejor sentido de la palabra y no hay que ser mujer ni cambiar de orientación sexual para reconocerlo, y a mí me parece que eso ayuda a crear empatía con la gente y si no ayuda al menos no es negativo. Si perjudica tener buena planta me veré obligado a hacerme una cicatriz en la cara y alguna lesión para mejorar mis expectativas en los próximos procesos electorales si decidiera dar un paso adelante (tranquilos, que no cunda el pánico, me estoy quitando y no voy a cambiar mi perfil en las redes sociales: de joven promesa a vieja gloria).

El caso es que a falta de la ratificación por el Congreso Federal Pedro Sánchez ya está ejerciendo y ya se le puede juzgar por su acciones, (“mi primera medida será derogar la reforma laboral”, el voto negativo al nombramiento de Juncker o las reservas de las eléctricas a su elección, por citar tres ejemplos), que apuntan en una dirección que me gusta mucho. 

Pues es eso que el PSOE y España necesitan una camisa blanca, nueva, limpia que nos dé esperanzas. Yo tengo fe en él y por caridad dejémosle, ayudémosle a que lo consiga. (Hala ya he juntado las tres virtudes teologales en la misma frase). 

Pidamos que también tenga nuestro nuevo secretario general las virtudes cardinales: Justicia, Prudencia, Fortaleza y Templanza, falta le van a hacer. 

sábado, 12 de julio de 2014

Alea jacta est.

Llega el final el proceso de elección del nuevo secretario general del PSOE que se rige, por fin, bajo el principio: un militante = un voto. Aunque algunos se empeñen en martillear cansinamente con el PSOE=PP, al menos en este tema, deben reconocer que el PP resuelve estos asuntos con otra filosofía, la de una persona (concretamente un dedo, el del que manda) = un voto, un voto único que vale por todos.

He comprobado como la fiesta de la democracia, de la participación directa de los militantes socialistas, se vive con ilusión y con expectación (que trasciende los muros de las sedes) y me ha alegrado ver que este proceso está siendo un revulsivo en muchos lugares en los que la moral de la tropa estaba bastante baja.


 ¿Quién es ese tal Pedro Sánchez?




Pedro Sánchez un candidato en la carretera


En los últimos días me he pringado del todo e incluso he participado en representación de la plataforma de apoyo “Granada con Pedro” en varios debates en agrupaciones locales. En mis intervenciones en los debates he procurado ser absolutamente exquisito con todos los candidatos y con sus representantes y también lo han sido conmigo tanto los anfitriones como los contertulios y me he sentido querido y respetado. (A Pedro le han lanzado varias puyas que he intentado contrarrestar sin devolver las agresiones verbales. Espero que del calumnia que algo queda se pase al que quien calumnia la paga). Me he reencontrado con viejas y buenas amistades y compañer@s y he conocido a nueva gente sobre todo en Ogíjares, Churriana y Montefrío, (las plazas en las que me ha tocado torear), de la familia socialista ya que hacía bastante tiempo que no participaba en la vida orgánica del Partido de la que estoy voluntariamente distante, salvo para los temas ambientales como saben los que me siguen.

Cuando escribo estas líneas estoy a punto de conocer directamente al candidato pues voy a asistir a un almuerzo con militantes en el restaurante El Guerra, un lugar simbólico para los socialistas granadinos, en la vecina localidad de Huétor-Vega, (el otro símbolo  El Guerra, el Alfonso, ha dado un capotazo a Edu Madina,  y luego a un acto público abierto en Fuente Vaqueros, todo un símbolo del compromiso de Pedro Sánchez con la cultura y con la memoria histórica.

Cierro esta serie de artículos con una nueva llamada a la participación mañana domingo día 13 y a la responsabilidad y generosidad en la gestión del resultado de las urnas. Sé que si gana Pedro Sánchez hará valer el eslogan de campaña El socialismo que une o Unidos por el Cambio e integrará en su equipo a los otros candidatos, como ha repetido públicamente en todos sus actos desde el principio, y que aprovecharemos todas las inteligencias y capacidades que han fluido en el proceso; confío en que los otros candidatos hagan lo mismo.

Sé que, gane quien gane, el partido iniciará una nueva etapa, una época de cambios que debe conducirnos a un Cambio de Época, a la que yo llego con la misma ilusión que cuando hace treintaycinco años (lo pongo así con letra para reforzarlo) me afilié al Partido Socialista Obrero Español (también escrito entero, con todas sus letras) y viví la ilusión del Cambio que protagonizó el PSOE en la década de los 80.
Sé que las primarias no son la panacea, que son necesarias pero no suficientes,  y que deben de ir acompañadas de más cambios en el modelo de partido (listas abiertas, limitación de mandatos, incompatibilidades, cierre de puertas giratorias, código ético...) y de un nuevo proyecto político anclado en los mismos principios de libertad, igualdad y solidaridad que hemos defendido siempre. Pero las primarias pueden y deben ser el principio del acicate que mucha gente, dentro y fuera del PSOE está esperando para renovar la ilusión y confianza en un nuevo proyecto que frene a la derecha en primera instancia y protagonice después una nueva era en la que se restituyan las conquistas de derechos y libertades que el Partido Popular en alianza con el neoliberalismo conservador está podando de manera severa.

Mi próximo artículo irá sobre el nuevo secretario general del PSOE. Espero dentro de un rato obtener unas fotos de él y con él para poder ilustrarlo bien. VOTO A PEDRO. 

martes, 1 de julio de 2014

VOTAD BENDITOS


Como continuación a mi artículo Difícil (e importante) Elección…

Avanza el proceso hacia la celebración del Congreso Extraordinario del PSOE del 26-27 de julio, que tendrá en las asambleas locales del domingo día 13, por toda España, su momento álgido, cuando se lleve  a cabo, por primera vez en la historia del PSOE y de otras fuerzas políticas, la elección directa del secretario general, siguiendo el principio de “un militante, un voto”.

Tres candidatos, Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, han pasado finalmente el corte del mínimo de avales y han configurado una “parrilla de salida” que, como en las motos o en las carreras de coches, no es definitiva pero que es muy importante. Lo primero es felicitar a los tres candidatos y como ha dicho mi amigo y compañero José Antonio Montilla en su artículo "Candidatos" cualquiera que sea el resultado final, el PSOE se garantiza que inicia una renovación.("... los tres representan un tiempo nuevo, sin apenas ataduras con el pasado y, por tanto, están en condiciones de liderar la nueva época en la que nos adentramos").
 
En mi anterior entrega ya manifesté que iba a dar mi aval al "candidato de la carretera", el que ha mirado más a la Fuerza del Sur (y ha sido correspondido, a tenor de los apoyos conseguidos en este primer round); posteriormente me he incorporado a la plataforma “Granada con Pedro” por lo que me convierto en “parte interesada”. Ahora, unos pocos pero intensos días después, tengo que reafirmarme en esta primera apuesta y anunciar que votaré por Pedro Sánchez y que estos días me han hecho sentirme tan ilusionado como hace 35 años cuando me acerqué por primera vez la sede del Partido para afiliarme.

Ahora viene lo difícil, lo más importante para el Partido: conseguir la máxima participación, avanzar en la campaña sin que se rompan las costuras, sabiendo que disparan desde fuera, a ambos lados del camino y que van a hacer lo posible para que el proceso no acabe bien.

Por otro lado la gente, nuestra gente, mucha gente, está siguiendo con expectación cómo se ha conducido el tema de los avales y ahora crecerá la atención conforme se acerque el día de las Asambleas. Yo lo noto porque mis compañeros de trabajo, vecinos, amigos y familiares me sacan el tema de manera espontánea y me preguntan con quién estoy, cómo son, cómo va el “partido”, y a cómo se pagan las apuestas.

El día 13 tenemos que conseguir dos triunfos: uno colectivo, del conjunto del Partido que irá ligado especialmente al número de participantes, al grado de movilización conseguido y a la manera en que se hayan comportado los candidatos. El otro ganador será individual y su triunfo será más importante tanto por la diferencia de votos con las otras candidaturas como por el número total de militantes que hayan votado.

Como “vieja gloria” me permitiré dar tres consejos, tres ideas a seguir en estos días:

  1. Desde dentro no debemos ayudarles, no darle comidilla al enemigo. En muchas redacciones ya tienen preparados los titulares, crónicas y programas que publicarán pase lo que pase pero más vale que sea mentira. Hay que ser prudentes en las declaraciones y en los comentarios, incluso internos y en broma que luego traspasan los muros de las sedes, (y los virtuales), y se convierten en dagas que se vuelven contra todos los socialistas.
  1. No distraerse del objetivo, del colectivo y del particular. Se trata de poner el acento, de resaltar las cualidades, aptitudes y actitudes de nuestro candidato preferido, si se tiene,  en decir por qué lo preferimos y no en hacer sangre ni en tirar a los otros. Aquí pondré una precaución: son poco de fiar los que repiten constantemente que gane quien gane estaremos todos detrás, basta con una vez y con comportarse antes de la votación ya asumiendo esta cuestión. No vale golpear ahora y decir después que estamos todos en el mismo barco. En el mismo barco estamos antes de la votación también.
  1. No confundir qué estamos haciendo y qué estamos eligiendo. No estamos refundando el Partido, no estamos haciendo un Partido nuevo -si no arreglamos la situación actual puede que en un futuro nos viéramos abocados a un proceso de ese tipo- sino que estamos, nada más y nada menos, que ante la oportunidad histórica de participar en un proceso de conformación de un nuevo liderazgo que tendrá consecuencias importantes para procesos futuros a otras escalas.
En este sentido creo que es un error plantear el debate sobre quién es más de izquierdas o menos o sobre para dónde y cómo va a ir el Partido como si eso dependiera de una sola persona y de la decisión que hagamos ahora. Pienso que los congresos en los que se elige y se decide eso no surgen de la confrontación de personas sino de la convergencia y la síntesis de ideas y lo podremos hacer mejor si separamos las decisiones sobre las personas de las decisiones sobre las políticas aunque no se me escapa que guardan relación.

En todo caso ya manifiesto que mi posición no va a variar al respecto seguiré siendo “simplemente socialista” y no tengo complejos en posiciones geográficas ni cardinales. Yo sé lo que me digo.

In fine: Vuelvo a escribir que este proceso es para que cada uno le haga caso a sí mismo y que nada debe condicionarnos ni confundirnos. Y pongo mis cartas sobre la mesa diciendo que votaré por Pedro Sánchez pero buscad, comparad y si creéis que hay otros candidatos mejores para liderar el PSOE en este momento, en esta nueva etapa (cambio de época si se quiere), votadle benditos porque vuestro es el Partido, Votad, votad, por lo que más queráis, por quién más confiéis, VOTAD.   Vosotros, todos y cada uno de los militantes sois el verdadero aparato del partido, el que lo mueve día a día, los que lo habéis llevado a lo más alto y los que no habéis permitido caer más abajo.