domingo, 30 de agosto de 2015

Volverán los coloridos abejarucos

Imagen cedida por Fernando Castro
Esta semana he escrito sobre los abejarucos, quizás el ave europea más bonita, por su colorido y figura estilizada. Esta especie da para un tratado completo pero había que sintetizar en una página una breve descripción y algunos apuntes sobre su situación en Sierra Nevada, así como los problemas de conservación. He completado la página con algún dato sobre el seguimiento que se está realizando de las poblaciones tanto por SEO-Sierra Nevada como por la Estación Ornitológica de Padul. 

Pero lo más importante era conseguir unas fotos que ilustraran de manera bella e impactante las características de esta especie que mucha gente no ha podido disfrutar contemplándola, al menos de cerca. En esta ocasión he contado con la generosa colaboración de Fernando Castro que puso a mi disposición una colección de imágenes de las que he seleccionado las dos que aprecen en el artículo del periódico Granada Hoy y que reproduzco aquí, más abajo, en su versión original para que se pueden admirar en todos sus detallles. 

Pincha en el siguiente ENLACE  para acceder a la edición digital:

Y aquí comparto tal y como ha quedado la página.




La dieta principal del abejaruco está compuesta por abejas, avispas y libélulas, aunque no desdeña saltamontes, mariposas  y otros insectos de tamaño medio.

sábado, 22 de agosto de 2015

Insectos ESPECIALISTAS en alta montaña


El pavón nocturno o gran pavón (Saturnia pyri) es la mariposa más grande de Europa, con 15 centímetros de envergadura. Su coloración le permite camuflarse y escapar de sus depredadores a los que ahuyenta con los ocelos alares.
En mi colaboración semanal en Granada Hoy sobre Sierra Nevada, tocaba el apartado Paraíso de Biodiversidad y tocaba fauna, y he escrito sobre la adaptación de los insectos a la "dura" vida de la alta montaña. He aprovechado el abundante material gráfico aportado por mi amigo y compañero José Miguel Barea y hemos sacado otra doble página en el periódico con la inestimable colaboración de la propia directora Magda Trillo que ha hecho una edición especialmente atractiva. Os paso el enlace a la edición digital, el escaneado del reportaje y las imágenes originales para mejor reconocimiento de las especies utilizadas para explicar gráficamente estas adaptaciones: melanismo, apterismo, formas redondeadas y alargadas y mimetismo.

Más información sobre la entomofauna nevadense en la publicación“Los insectos de Sierra Nevada, 200 años de historia”. Ruano, F., Tierno de Figueroa, M., y Tinaut, A. 2013).

Enlace a la edición digital: http://www.granadahoy.com/article/granada/2094461/insectos/especialistas/alta/montana.html




Insectos especialistas en alta montaña

  • Con enorme plasticidad ecológica y gran éxito evolutivo, los insectos han desarrollado sorprendentes estrategias para sobrevivir a más de 2.000 metros

La chicharra de montaña (Baetica ustulata) es un género monoespecífico y endémico de Sierra Nevada. 
La vida es 'muy dura' en la alta montaña y sólo los especialistas han conseguido superar las condiciones hostiles de las cumbres nevadenses. Las especies de insectos que viven por encima de los 2.000 metros han de soportar unas temperaturas extremas, bajísimas en invierno, con muchas jornadas en números rojos, con el termómetro siempre por debajo del cero, y por el contrario muy elevadas en verano ya que el suelo puede alcanzar en las jornadas soleadas del estío hasta los 60 grados cuando la temperatura ambiental se sitúa en torno a los 30. A ello hay que añadirle la gran diferencia entre las temperaturas diurnas y nocturnas en una misma jornada.
Otras condiciones meteorológicas se suman a estas adversidades de las temperaturas como son los vientos fuertes y frecuentes, la escasa pluviosidad entre primavera y otoño, la humedad relativa muy baja, o la alta insolación, con niveles por encima de lo normal de radiaciones ultravioletas e infrarrojas.
Un grupo tan amplio como los insectos, con una enorme plasticidad ecológica y con un gran éxito evolutivo, tiene muchos representantes capaces de vivir en zonas muy elevadas que han desarrollado diferentes estrategias para adaptarse a estas difíciles condiciones y para poder vivir en estos lugares con una vegetación también especialmente adaptada a todos estos contratiempos.

MÚLTIPLES ESTRATEGIAS
Los insectos que han conseguido sobrevivir en la alta montaña, han desarrollado diferentes respuestas tanto morfológicas como fisiológicas y han adaptado su comportamiento y ciclos biológicos a estos especiales ecosistemas.
Melanismo. Muchas especies, singularmente entre los escarabajos, tienen tonos oscuros y negros. Esta adaptación les permite 'activarse" muy rápidamente con los primeros rayos de sol; al estar activos durante el mayor tiempo posible se evita la depredación por otros animales y se incrementa el tiempo disponible para alimentarse.
Iberodocardion lorquinii. Este escarabajo longicorne del grupo de los cerambícidos, es uno de los más emblemáticos representantes de la entomofauna nevadense.

Apterismo. La ausencia total de alas o tenerlas muy reducidas supone otra adaptación importante para los insectos. Ello se explica porque los ecosistemas de la alta montaña tienen unas dimensiones reducidas por lo que las alas no suponen una ventaja competitiva para desplazarse en estos lugares con climas áridos y ventosos. Tampoco son necesarias para huir de los enemigos pues son muy reducidos y es mucho más fácil utilizar el mimetismo o encontrar refugio en las piedras o en el matorral espinoso.
En este saltamontes endémico se unen diferentes estrategias, mimetismo, alas vestigiales y cuerpo adaptado a la vida en la alta montaña.
Mimetismo. Entre los ortópteros y algunos lepidópteros (especialmente con las alas plegadas), entre otras especies, encontramos una adaptación a los colores y a las formas del medio para pasar desapercibidos de sus depredadores.

La Apolo de Sierra Nevada en reposo se mimetiza sobre las rocas de pizarra. Sus ocelos simulan dos grandes ojos para intimidar a posibles depredadores.
Otra de las características más visibles es la adopción de formas más gruesas, redondeadas, que sirve para aminorar la pérdida de calor y facilita el mantenimiento del metabolismo interno. Cuando las temperaturas descienden estas especies buscan refugio penetrando bajo tierra. Las piedras, el suelo e incluso la nieve con el efecto iglú hacen que el microhábitat de estos insectos se mantenga con temperaturas por encima de 0 grados, evitando su congelación y permitiendo el estado de letargo hasta la llegada de la primavera.

Este género tiene cuatro especies en Sierra Nevada. Su coloración oscura y sus formas redondeadas son adaptaciones a la vida en la montaña.
Pero sin duda la adaptación más importante la encontramos en los ciclos biológicos para aprovechar los cortos periodos vegetativos; para completarlos algunas especies tardan varios años.
EXTRAORDINARIA BIODIVERSIDAD
Sierra Nevada es un punto caliente de diversidad biológica en el contexto europeo también para la entomofauna. Hasta ahora se han contabilizado cerca de 3.800 especies de insectos en Sierra Nevada, pertenecientes a 110 grupos diferentes, de las cuales 143 son endémicas, exclusivas de Sierra Nevada. De los 215 taxones amenazados que recoge el Libro Rojo de los Invertebrados de Andalucía, en Sierra Nevada se encuentra medio centenar de especies.

Rossomrymex minuchae es una hormiga ‘esclavista’ endémica de las cumbres del sureste de la península ibérica. Aparece entre los 1900 y los 2100 msnm en Sierra Nevada, Sierra de Gádor y Sierra de los Filabres.
Los diferentes grupos de escarabajos con 1.300 especies clasificadas, son el orden de insectos más diversificado en Sierra Nevada, coincidiendo dicho predominio con los datos conocidos a escala nacional y global. Le siguen en importancia numérica los dípteros (moscas y mosquitos) y las mariposas, mientras que los dipluros (que incluye un conjunto de organismos ciegos, despigmentados y carentes de alas) es el grupo que menos especies aporta. En cuanto al número de endemismos, son los escarabajos, seguido de los dípteros e himenópteros (abejas, avispas y hormigas), los que cuentan con valores más elevados. (Más información en Los insectos de Sierra Nevada, 200 años de historia. Ruano, F., Tierno de Figueroa, M., y Tinaut, A. 2013).

Esta peculiar tijereta, también popularmente conocida como 'cortapichas' (Eulithinus analis) es una especie exclusiva de las altas cumbres de Sierra Nevada.
BIOINDICADORES DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Sierra Nevada es un espacio privilegiado para el seguimiento del cambio climático por su gradiente altitudinal y por su posición biogeográfica, (al sur del continente europeo y muy próxima al mar Mediterráneo. Los insectos son unos buenos indicadores de este fenómeno ya que a través de ellos podemos percibir con nitidez ciertos efectos del cambio climático. En el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada (http://wiki.obsnev.es) se cuenta con una red de puntos de muestreo y transectos de censo en los que se registran periódicamente los cambios en las poblaciones de mariposas y de otras especies de insectos como coleópteros, dermápteros y ortópteros asociadas a los pisos bioclimáticos superiores, el oro y el crioromediterráneo, por encima de los 2.000 metros de altitud.

Dinodes baeticus. Este curioso escarabajo de la familia de los carábidos es  una excepción al patrón de los insectos nevadenses con sus colores rojo y verde metálicos.
Estas especies son testigos de los cambios en el ambiente y de alguna manera son vigilantes del clima, de los cambios en bosques, praderas y matorrales de Sierra Nevada. El seguimiento de las tendencias poblacionales y el conocimiento de la huella de la actividad humana sobre estas especies son muy útiles para adoptar las medidas de gestión adecuadas para minimizar el impacto y promover las medidas de adaptación necesarias.

El grillo de matorral (Picnogaster inermis) carece de alas. Las hembras tienen un gran apéndice ovopositor para enterrar los huevos y alejarlos de las temperaturas extremas de la superficie.