lunes, 29 de mayo de 2017

Avispas con muchas 'agallas'

Agalla y adulto de Diplolepis mayri en rosal silvestre.  
Este fin de semana le tocaba de nuevo a la sección sobre biodiversidad en mi colaboración en el periódico Granada Hoy y la he dedicado a un grupo de insectos himenópteros, las avispillas de las agallas. Agradezco a José Luis Nieves, especialista en este grupo y autor de un artículo al respecto en el libro "Los insectos de Sierra Nevada: 200 años de historia", que me haya cedido las fotografías y haya revisado el texto.

Pincha aquí para acceder a la edición digital:

Y así quedó la doble página a color en el papel:


SIERRA NEVADA, PARAÍSO DE BIODIVERSIDAD

Agallas de Cynips disticha en quejigo

Avispas con muchas agallas


Un grupo de pequeñas avispas representa una de las interacciones planta-insecto más curiosas. Al ‘picar’ en los tejidos vegetales para inocular los huevos, inducen la formación de agallas que les darán protección y servirán de alimento a las larvas.


Las avispas de las agallas pertenecen a la familia de los cinípidos, un grupo de himenópteros apócritos, emparentado con abejas, avispas y hormigas. Son de pequeño tamaño, (entre 1 y 8 mm), y cosmopolitas aunque predominan en el Hemisferio Norte. Son fitófagas, esto es, se alimentan exclusivamente de tejido vegetal. Este hecho las distancia bastante de otros grupos de avispas, la mayoría carnívoras o parasitoides de otros insectos. Se han descrito unas 1.400 especies, unas 350 aproximadamente en el continente europeo. Como todos los representantes del grupo, las avispas de las agallas tienen una forma de cuerpo distintiva, con una conexión estrecha entre el tórax y el abdomen, la llamada ‘cintura de avispa’.
Hembra de la generación sexual de Trigonaspis spp.
En el ciclo biológico se alternan dos generaciones de morfología diferente: una de machos y hembras de reproducción sexual y otra asexual con hembras que se reproducen partenogenéticamente sin necesidad de machos.

Las hembras no presentan el ovopositor transformado en un aguijón, como ocurre en otras avispas, sino que este órgano conserva su función original, que es la inoculación de los huevos. Las larvas crecen absorbiendo los tejidos nutritivos de las agallas, donde además están bien protegidas de efectos ambientales adversos externos. Las plantas hospedantes y el tamaño y forma de las agallas son específicos de cada especie. Se pueden encontrar agallas en diferentes partes de las plantas, (hojas, flores, ramas, raíces…).

¿Qué son las agallas?

Las agallas son malformaciones de los tejidos vegetales inducidas por este grupo de avispas cuando las hembras inoculan los huevos en sus interior. La ‘picadura’ de la avispa provoca una reacción de la planta, con deformación y engrosamiento de diferentes órganos vegetales. Los mecanismos moleculares últimos que disparan la formación de las agallas son todavía poco conocidos. Sin embargo, investigaciones recientes indican que el proceso se inicia cuando las hembras adultas inoculan los huevos en el interior del tejido vegetal. A partir de ese momento, la agalla crece alrededor de los huevos, quedando éstos incluidos dentro de una o diversas cámaras.  

Corte de una cápsula de Papaver con agalla de Barbotinia oraniensis

Agallas de Cynips quercus en quejigo
En su interior, las larvas se alimentan de los tejidos vegetales nutricios de la agalla  al amparo de las inclemencias ambientales; se cree también que el propio rascado de las larvas para alimentarse potenciaría el crecimiento de la agalla. Una vez formados, los adultos se abren paso a través de la gruesa pared de la agalla para alcanzar su superficie y salir al exterior, proceso en el que invierten mucho tiempo y energía. Por lo general, los adultos no se alimentan y dedican su corta vida a la reproducción.
La avispilla Biorhiza pallida produce unas grandes y características agallas en el quejigo. 

No todas las agallas son producidas por avispillas. Hay muchos grupos de organismos con capacidad para provocar la formación de agallas en multitud de especies botánicas, desde algunos grupos de hongos hasta ciertos ácaros, pero sobre todo en el grupo de insectos (escarabajos, mariposas, pulgones…), aunque los dos grandes grupos inductores de agallas son los mosquitos cecidómidos y los himenópteros de las familias Tentredinidae y Cynipidae. Este último grupo es el responsable de las agallas de de formas y estructuras más variadas y complejas, además de ser las más abundantes, sobre todo en los robles y otras quercíneas. Cada especie suele inducir una tipología de agalla concreta. Frecuentemente, la determinación de la especie es muy simple observando las agallas producidas más que al insecto en sí.
Agallas de Andricus quercusramuli en amentos de quejigo.

Agallas de Andricus curvator en hojas de quejigo.
Agallas de Plagiotrochus quercusilicis
Hembra adulta de  Plagiotrochus quercusilicis

Una ‘casa’ muy concurrida

El microhábitat que suponen las agallas es un lugar propicio para la supervivencia de otros insectos. En su interior habitualmente emergen individuos de otras especies, además de los adultos de las avispas que las han inducido. Unos se alimentan de los tejidos nutricios de la agalla para completar su desarrollo, otros parasitan las larvas de diferentes avispillas, causando su muerte y alguno se desarrolla únicamente al final de la vida útil de la agalla.
Los parasitoides son uno de los grupos más importantes que se desarrollan dentro de las agallas. La mayoría pertenece a otro grupo de avispas. Inoculan los huevos en el interior del cuerpo de las larvas de diferentes cinípidos mediante sus largos ovopositores mientras estos se encuentran dentro de las agallas. En el interior emergerán, mayoritariamente, los adultos de las avispas parasitoides.
Un caso especial lo constituyen algunas especies de avispillas que han perdido la capacidad para inducir la formación de agallas y parasitan a otras especies. Las hembras inoculan los huevos en el interior de agallas en formación y sus larvas ‘roban’ el tejido nutricio de la agalla en la que se desarrollan.
Finalmente hay inquilinos secundarios de las agallas. Escarabajos, mariposas, moscas y otras especies viven en su interior y generalmente se desarrollan una vez salen las avispillas.
Avispilla de los castaños’. 



Es una especie invasora de reciente introducción en España. Originario de China empezó a propagarse por Japón (1941) y Corea (1963). En EEUU se detectó en 1974 y a Europa llegó en 2002, entrado por Italia. En los últimos años se ha extendido por diferentes países europeos, introduciéndose en España en 2012, inicialmente en Cataluña. Tras aparecer en Andalucía en 2014, el año pasado se produjo la primera cita de esta ‘avispilla del castaño”, (Dryocosmus kuriphilus), en la provincia de Granada, en la localidad de Lanjarón.




Esta plaga es muy peligrosa para el castaño ya que puede producir una pérdida de hasta el 80% del fruto. Se están ensayando programas de lucha biológica para combatirla con liberación de un parasitoide, Torymus sinensis, procedente también del continente asiático.


Avispas de las agallas en Sierra Nevada

Hasta la actualidad se han encontrado 30 especies de este grupo en el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada que representan algo más del 20% del total de las 140 especies citadas en la península ibérica. Sin embargo, José Luis Nieves-Aldrey, del Departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales, especialista en estas avispillas, estima que con un mayor esfuerzo de estudio este número podría incrementarse notablemente. Basándose en la extensión y altitud del territorio, su posición geográfica y composición botánica, este autor ha calculado que la riqueza potencial de cinípidos de Sierra Nevada estaría entre 60 y 80 especies.

La riqueza de especies de avispillas de agallas de Sierra Nevada es mayor a niveles bajos y medios donde se distribuyen la mayoría de sus plantas hospedadoras, especialmente las especies del género Quercus: encina (Quercus ilex), coscoja (Q. coccifera), quejigo (Q. faginea) y roble melojo (Q. pyrenaica), a las que están ligadas las dos terceras partes de las especies. Por ahora no se conocen o no se han descrito especies endémicas de avispas de las agallas en Sierra Nevada, pero se considera probable su existencia, especialmente entre las especies inductoras de agallas en plantas herbáceas, dada la presencia de varios géneros de plantas hospedantes con especies endémicas de Sierra Nevada, como Centaurea, Papaver, Salvia… que aún no han sido investigados respecto a los posibles cinípidos asociados.

Agallas de Trigonaspis baetica, especie endémica amenazada de Andalucíaen roble melojo
La especie más interesante de Sierra Nevada desde el punto de vista de la conservación se denomina Trigonaspis baetica, que fue descrita de bosques de Quercus canariensis de la provincia de Cádiz y ha sido citada también en la localidad alpujarreña de Bubión sobre Quercus faginea. Esta especie es endémica de Andalucía y está incluida en el Libro Rojo de los Invertebrados de Andalucía.


Variadas formas y colores

Agallas de una especie indeterminada del género Trigonaspis, en roble melojo

Agallas de Plagiotrochus coriaceus en hojas de encina 

Agallas de Plagiotrochus coriaceus en hojas de encina 
Agallas de Neuroterus numismalis en roble 


Agallas de Andricus solitarius en ramas de roble

Agallas de Neuroterus tricolor en quejigo 

Agallas de Cynips disticha en quejigo

miércoles, 17 de mayo de 2017

Cerro Huenes

Tocaba la sección Montaña de Oportunidades en mi colaboración semanal y la quería dedicar a proponer conocer algo de la media montaña mientras que llega el verano y subimos a las cumbres. Es una buena época para recorrer estos lugares con la primavera 'explotando'. Es curioso que este lugar que es el que tenemos más a la vista desde la ciudad de Granada sea tan desconocido para mucha gente y su nombre quizás para la mayoría sea la primera vez que lo oye. No he podido encontrar la etimología de esta palabra y parece un topónimo bastante antiguo.  En esta ocasión dos compañeros del área de Uso Público, Antonio J. Ramos y José Manuel Castilla y Andrés Caballero, cuya tesis doctoral es sobre Paisaje de Sierra Nevada, me han cedido las fotos.  


Dejo el enlace a la edición digital: 

http://www.granadahoy.com/vivir/Cerro-BHuenesB_0_1135387057.html

y la versión impresa (a doble página y en color aunque en el papel esta semana quedó en blanco y negro). 

Reproduzco la versión original del artículo.

CERRO HUENES




Esta mole caliza se interpone entre la vega sur granadina y las altas cumbres silíceas. El sendero que recorre esta isla forestal constituye uno de los mejores miradores de Sierra Nevada.

El paisaje de la media montaña caliza de Sierra Nevada, en la orla occidental, aparecía a mediados del siglo pasado completamente deforestado. En los años 70 se llevaron a cabo repoblaciones de pinos salgareños y resineros que han supuesto importantes beneficios ambientales y un cambio en la fisonomía de toda este área que domina el paisaje en primer plano desde el área metropolitana y como antesala de las zonas más elevadas del macizo nevadense. A caballo entre el cambio de siglo se efectuaron actuaciones de naturalización de dichos pinares que buscan una mayor resiliencia de las masas forestales favoreciendo una mayor biodiversidad y disminuyendo los riesgos de plagas, incendios y del impacto del cambio climático.

El recorrido que proponemos para conocer el Cerro Huenes, en el término municipal de Monachil, sigue en parte una antigua senda abierta en su día para aquellas actuaciones forestales. Transcurre en su mayor parte por el interior del parque nacional rodeando uno de los grupos de cumbres de media montaña más llamativos de Sierra Nevada.



De mirador en mirador

Se propone para descubrir este imponente cerro calizo realizar un sendero circular que parte desde el Cortijo Sevilla, junto al Canal de la Espartera, más arriba de la Fuente del Hervidero, adonde llegaremos desde la localidad de La Zubia, subiendo por Cumbres Verdes. Este lugar antiguamente se conocía como la Era de los Pensamientos y por aquí merodeaban los viajeros románticos y naturalistas desde finales del siglo XVIII hasta principios del XX enamorados de Sierra Nevada.

Unos metros más adelante de nuestro punto de inicio del sendero, situado en el aparcamiento y pequeña área recreativa situada, podemos acercarnos hay un extraordinario mirador, al que se puede llegar por un sendero de accesibilidad universal. Desde aquí, hacia el Sur podemos ver los Alayos que se alzan al otro lado del valle del río Dílar; hacia el suroeste, en la línea de cumbres, podemos divisar el Caballo que con sus 3.009 m es el más occidental de los tresmiles de Sierra Nevada; hacia el Este el Trevenque, el rey de la media montaña nevadense (2.079 m) y hacia el noreste, al otro lado del arroyo Huenes divisamos el Tamboril (1.776 m), al que nos dirigiremos y el Pico de la Carne (1.813 m).

Iniciamos nuestro recorrido bajando hacia la pista forestal que conduce hacia el jardín botánico de La Cortijuela. Aproximadamente un kilómetro más adelante, dejamos esta pista y nos dirigimos hacia la que sube a nuestra izquierda. Cruzamos al otro lado del barranco por un puente y continuamos hacia la izquierda para internarnos en un pinar de repoblación de pinos salgareño y resinero, que nos lleva en dirección hacia el barranco de las Majadillas bordeando la falda del Pico de la Carne. Posteriormente bordeamos el Cerro del Tamboril por una vereda amplia que discurre por la ladera escarpada salpicada de una vegetación propia de estas rocas calizas.

Desde el Cerro del Tamboril disponemos de unas espléndidas vistas de la Vega de Granada. En primer plano podemos ver el cortijo de la Fuente del Hervidero y otros antiguos cortijos dedicados a las labores agrícolas. Hacia el suroeste, podemos distinguir la Boca de la Pescá y detrás la Silleta de Padul. Al fondo, podemos distinguir las cumbres de las Sierras de Almijara y Tejeda con las siluetas caracteristicas de El Lucero y La Maroma.

El sendero atraviesa ahora una zona de ‘arenas’ dolomíticas que nos conduce hacia un paraje conocido como el barranco del Lobo. Tras cruzar cruzar este barranco y bordeando ya el Cerro Huenes, llegamos a otro mirador natural en el que disponemos de una panorámica más amplia hacia el oeste, completando la visión de la vega del punto anterior e incorporando al paisaje de fondo Sierra Elvira y la Sierra de Parapanda.


El sendero vuelve a discurrir por una frondosa masa forestal de pinos salpicados de cipreses cuando llegamos al Barracón Forestal de Fuente Fría, o del Huenes por el cercano nacimiento del arroyo. Este refugio forestal fue construido hace 70 años para los trabajos de repoblación. Más adelante nos encontraremos con un aprisco construido por el parque natural de construcción reciente para los pastores que tienen los aprovechamientos ganaderos de estos montes. Unos 500 metros después abandonamos el carril y tomamos la vereda que sale a nuestra derecha a la altura de un pequeño barranco. Unos minutos después habremos ascendido a un nuevo mirador, el punto más elevado de nuestro itinerario, situado a 1.772 m: la Llanada del Chopo.

Aprovecharemos en este paraje, un amplio collado pedregoso entre el Huenes (1.808 m) y Cerro Gordo (1.894 m), para recrearnos con las vistas de las altas cumbres desde el Veleta al Caballo y de la cuerda de los Alayos.

Nuestro sendero continúa hacia el sur, hacia al Pico de la Carne, que rodeamos para internarnos en un pinar acompañado de enebros rastreros, piornos y matorral espinoso. Descendemos ya por una pendiente más pronunciada por un terreno que continúa siendo calizo y en el que el matorral ahora es dominado por diferentes plantas aromáticas, (salvias, lavanda, salvia, salamonda, mejorana...).

Pasamos la cabecera del Barranco de las Majadillas y bajamos rodeando los impresionantes arenales del Pico de la Carne, dejando atrás la vereda que asciende hasta esta cumbre para continuar nuestro descenso dando vista al Trevenque y al barranco del Huenes.

Finalizamos la fuerte pendiente de nuevo en la pista de La Cortijuela, a la altura del Puente de los Siete Ojos. Hacia la derecha este carril nos llevará al aparcamiento del Canal de la Espartera donde iniciamos nuestro recorrido.

FAUNA: La riqueza faunística de Sierra Nevada tiene también en este sendero una buena muestra de su abundancia y variedad. A lo largo de todo el recorrido, debemos estar atentos para ir descubriendo las diferentes especies de fauna silvestre. Especialmente en la segunda mitad del recorrido podemos encontrarnos con ‘señales’ de la presencia de cabras monteses, zorros y jabalíes pero también especies menos comunes como la jineta, gato montés o tejón. La mayoría de estos animales tienen hábitos crepusculares y son esquivos a la presencia humana por lo que resulta difícil el avistamiento directo aunque si veremos sus heces, hozaduras o huellas. Entre las múltiple especies de aves que podemos divisar están el carbonero, el arrendajo o el piquituerto y las rapaces halcón peregrino, águila calzada o la imponente águila real.


Ficha Técnica: Sendero de Pequeño Recorrido Cerro Huenes



Denominación oficial del sendero: PR-A20

Tipo de itinerario: circular
Longitud: 13,4 km
Duración: 4 a 5 horas
Dificultad: Media
Desnivel: 492 m
Cota máxima: 1.804 m
Cota mínima: 1.312 m

Municipio: Monachil

Tipo de camino: veredas y carriles forestales

Paisaje/vegetación: Este recorrido por la media montaña se caracteriza por las espectaculares vistas que podemos disfrutar a lo largo de su recorrido tanto hacia las altas cumbres como hacia la vega y hacia otras sierras.

Época recomendada: Las mejores épocas para recorrerlo son la primavera y el otoño, pudiendo encontrarlo ocasional y parcialmente nevado en invierno.


martes, 9 de mayo de 2017

Temporada alta en Hoya de Pedraza

Con este mensaje en facebook anuncié mi artículo de la pasada semana: 

Buenos días. Informo que ya es temporada alta en Sierra Nevada, pero no os despistéis, no para ⛷ ⛷ sino para 🌻🌲🌺🌹; me refiero a que está a punto de caramelo el Jardín Botánico de la Hoya de Pedraza. Una oportunidad de conocer la extraordinaria flora de Sierra Nevada "para todos los públicos". Y de camino para concienciarnos de la necesidad de conservar sus tesoros botánicos.
(La imagen de portada del artículo es del amigo Juan de Dios Rodríguez).

Era una manera de rebelarme contra esos titulares que dicen que "Cierra Sierra Nevada" cuando debieran decir termina la temporada de esquí o cierra la estación y anunciar que Sierra Nevada, el todo, no la parte que es la estación de esquí, está abierta todo el año y que además ahora empieza lo mejor para conocer toda su biodiversidad. Coincidió la entrega de este artículo con una visita que hice con un grupo de alumnos de primaria del proyecto Profundiza de la Consejería de Educación y Ciencia acompañados de la profesora Lola Bernal que trabajan el tema de la biodiversidad. Me sorprendió gratamente el nivelazo y la actitud de l@s niñ@s y pasamos una mañana estupenda en este paraíso de la biodiversidad vegetal. 

El artículo quedó así en su versión digital: 

http://www.granadahoy.com/vivir/Temporada-alta-Hoya-Pedraza_0_1133287272.html

 ... y así en la doble página a color en la versión impresa: 

Reproduzco aquí el artículo en su versión un poco más amplia que la publicada por razones de espacio.

'Temporada alta’ en Hoya de Pedraza

En estos días primaverales el Jardín Botánico Hoya de Pedraza se muestra en todo su esplendor. Alberga una importante colección de plantas representativas de Sierra Nevada.
Era de Pedraza. El Jardín Botánico tiene un privilegiado emplazamiento y unas hermosas perspectivas de la media y alta montaña. Foto: Juan de Dios Rodriguez.

Unas semanas después de que la estación de esquí cierre la temporada, el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada están en plena temporada del 'fitoturismo'. En el jardín Botánico Hoya de Pedraza se puede encontrar una muestra representativa de la extraordinaria y singular flora nevadense.

 Las prímulas o primaveras se encuentran por distintos rincones del Jardín Botánico

Las fresas silvestres están en flor la actualidad.  

El Jardín Botánico Hoya de Pedraza se localiza entre los 1900 y los 1980 metros de altitud, en la carretera A-395, la que conduce hacia la estación de esquí, apenas a cuatro kilómetros de Pradollano. Tiene una extensión total de 16 hectáreas. La entrada al recinto está justo en el kilómetro 27,8, junto a la famosa Fuente de Don Manuel, conocida antiguamente como la Fuente de la Rata. El agua de esta fuente nace en unos afloramientos carbonatados próximos situados al otro lado de la carretera. El jardín permanece abierto desde principios de primavera hasta noviembre, cerrando durante el invierno por las duras condiciones meteorológicas de este paraje.

En este Jardín está representada gran parte de la flora y la vegetación del macizo nevadense y de las Sierras de Baza-Los Filabres, Lújar-La Contraviesa y Gádor, lo que se conoce como los sectores biogeográficos nevadense y alpujarreño-gadorense, dos de las áreas con mayor biodiversidad de Andalucía, con numerosas especies endémicas. Muchas de estas especies se encuentran amenazadas y especialmente protegidas por nuestra legislación.
Amapola de Sierra Nevada, una especie muy amenazada
La variada flora de Sierra Nevada, más de 2.300 especies se han contabilizado hasta el momento, se completa con la representada en el sector biogeográfico denominado malacitano-almijarense. Una muestra de las especies vegetales presentes en este sector puede encontrarse en el otro Jardín Botánico que hay en Sierra Nevada, el de la Cortijuela, situado al pie del emblemático Pico del Trevenque.

Los Jardínes Botánicos tienen varias funciones: conservación in situ y ex situ de las especies vegetales, apoyo a proyectos de investigación, educación ambiental y también sirven como equipamientos para el turismo de naturaleza y ecoturismo.


DESCRIPCIÓN:

El Jardín Botánico de Hoya de Pedraza está organizado en 4 unidades: Unidad de Vegetación Silicícola, Unidad de Vegetación Calcícola, Vegetación de Riberas y el Jardín de Especies Amenazadas y Singulares. Las 3 primeras recogen formaciones vegetales en las que se ha respetado, (o se ha recreado), el hábitat natural; en la última se ha ordenado por colecciones de especies agrupadas por su ecología.

UNIDAD CALCÍCOLA. Recoge la flora y vegetación que se desarrolla sobre suelos carbonatados que se forman principalmente en cuencas sedimentarias y su descomposición da lugar a suelos de carácter básico. En esta Unidad se representan dos comunidades vegetales: el encinar calcícola y el pinar sabinar.
En la zona calcícola podemos encontrar una especie muy singular: una verónica ‘de secano’ (Veronica tenuifolia).

Encinar calcícola: En situaciones de humedad favorable el encinar se enriquece con quejigos y otros árboles o arbustos de hoja caduca como los cerezos de Santa Lucía o los durillos agrios y dulces. Los claros y las zonas más secas están ocupados por coscojas acompañadas. Retamares, escobonares y salviares (con amplia presencia de aromáticas como la salvia y el espliego) ocupan zonas con suelos menos profundos.

La peonía, rosa maldita o de monte, una planta que encontramos en el sotobosque mediterráneo.

Pinar-Sabinar
. Estos pinares secos y fríos están formados en Sierra Nevada por una variedad local del pino albar (Pinus sylvestris subsp. nevadensis) que se puede acompañar de arbustos como sabinas y enebros. En zonas más desfavorables la vegetación está formada por un matorral espinoso de porte almohadillado compuesto por mancaperros, asientos de pastor y cojines de monja. Finalmente, en las zonas con menos suelo sólo puede formarse un pastizal.
El piorno azul recibe nombre curiosos como asiento de pastor o cojín de monja. Se encuentra en plena floración.

UNIDAD SILICÍCOLA. Incluye a la vegetación de suelos ligeramente ácidos formados por la disgregación de las rocas silíceas. Las más frecuentes son los esquistos, que se fracturan en láminas. Se representan cuatro comunidades vegetales:

Pastizales de Alta Montaña: vegetación de lugares fríos y secos, como roquedos, cascajares y ventisqueros. Aquí vive, entre otras especies, la manzanilla real.


Enebrales y Piornales: formas achaparradas y redondeadas como adaptación al viento y la nieve.
Piorno amarillo

Robledal de melojos. Los robles conviven con otras especies de frondosas que destacan por su rareza como abedules, serbales y cerezos silvestres junto a jarales y escobonares.

Encinar silicícola: Es una formación abierta compuesta por encinas, endrinos y majuelos junto a diversas especies acompañantes.


JARDÍN DE ESPECIES AMENAZADAS Y SINGULARES

Narciso de Sierra Nevada

En este espacio se reúnen las
joyas botánicas de los sectores biogeográficos representados en el Jardín y que requieren de programas especiales de conservación para evitar su extinción. Entre las amenazas de estas plantas se encuentran tanto la acción humana, (recolección, sobrepastoreo, procesos de urbanización y creación de infraestructuras, presión del uso público...), como el efecto del cambio climático.

Aquilegia de Sierra Nevada


Herraduras rastreras, y alfillerillos o relojitos, son dos plantas endémicas catalogadas en peligro.

 


Ya es primavera’ en los Jardines Botánicos andaluces

La situación privilegiada de Andalucía entre el Atlántico y el Mediterráneo y entre dos continentes permite una gran diversidad de ecosistemas y ambientes, con climas y suelos muy variados, donde se desarrolla un riquísimo patrimonio vegetal. Nuestra Comunidad cuenta con unas 4000 especies de plantas superiores diferentes, muchas de ellas exclusivas de Andalucía y algunas amenazadas por diversos factores por lo que gozan de planes de conservación, recuperación y manejo para asegurar su supervivencia.
Los jardines botánicos contribuyen a la conservación de este vasto patrimonio natural. Para ello se ha establecido una Red de 11 Jardines, para el conocimiento, conservación y exposición de la biodiversidad vegetal andaluza. Estos equipamientos están asociados a la Red de Espacios Naturales Protegidos y se distribuyen siguiendo criterios biogeográficos por todo el territorio. La Red se completa con un Jardín Micológico, que es una representación de los hongos y trufas de toda la región.

Desde su apertura hasta principios del 2017, los Jardines Botánicos habían registrado más de un millón y medio de visitantes.


Los centros educativos son unos de los principales usuarios del Jardín Botánico


RELACIÓN Y SITUACIÓN DE LOS JARDINES BOTÁNICOS ANDALUCES

Jardín Botánico El Albardinal (Parque Natural Cabo de Gata)
Jardín Botánico Umbría de la Virgen (Parque Natural Sierra de María)
Jardín Botánico El Aljibe (Parque Natural de los Alcornocales)
Jardín Botánico El Castillejo (Parque Natural Sierra de Grazalema)
Jardín Botánico San Fernando (Parque Natural Bahía de Cádiz)
Jardín Botánico Dunas del Odiel (Paraje Natural Marismas del Odiel)
Jardín Botánico Hoya de Pedraza (Espacio Natural Sierra Nevada)
Jardín Botánico La Cortijuela (Espacio Natural Sierra Nevada)
Jardín Botánico Torre del Vinagre (Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas)
Jardín Botánico El Robledo (Parque Natural Sierra Norte de Sevilla)
Jardín Botánico Detunda-Cueva de Nerja (Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama)
Jardín Micológico La Trufa (Parque Natural de las Sierras Subbéticas)