La otra parte del
análisis post 20-11 es que el PSOE ha perdido las elecciones,
incluso esta afirmación es más rotunda incluso que decir que el PP
las ha ganado. Rajoy ha obtenido la mayoría absoluta con menos votos
de los que obtuvo Zapatero en el 2008 y con todos los vientos a su
favor. La mayor parte de los españoles sabría decir unas cuantas
razones por las que el PSOE/Rubalcaba han perdido las elecciones y
les costaría más trabajo decir razones, motivos por los que
Rajoy/PP las han ganado.
El PSOE se ha desangrado
por varias heridas: la vena más grande es la que ha drenado hacia el
PP, un voto de muchos orígenes y causas; hay otra herida grande pero
menor que la anterior, que ha vertido hacia Izquierda Unida, menor de
la que cabía esperar si las críticas al gobierno de Zapatero era
que había sucumbido a los mercados y a políticas conservadoras;
UPyD ha captado también mucho descontento socialista aunque capta
votos también por otros lados ya que su opción es es menos
ideológica en mi opinión; y en fin creo que mucho votante
socialista de anteriores ocasiones haya podido ir a opciones
minoritarias como EQUO o se haya quedado en casa. Vamos que el PSOE
ha hecho aguas por todas partes por lo que enmendar costará mucho
trabajo y múltiples enfoques.
Ya he escrito en otras
ocasiones que las estrategias se miden por los resultados y en
función de éstos los socialistas han errado en el planteamiento o
quizás a estas alturas de la película, debemos al menos reconocer
que cuando la cúpula del partido apostó por Rubalcaba no tenía ya
otra (mejor) alternativa. Las hipotecas del PSOE y del candidato han
podido más que la campaña realizada y como he ido comentando en
anteriores entradas, el PP y sus aliados mediáticos han conseguido
que la campaña electoral no haya servido para mover, apenas, la
posición política de los ciudadanos y desde hace tiempo la suerte
estaba echada.
En todo caso, y sea cual
sea la actitud que adopte Rubalcaba ante el proceso congresual que
abrirá el Comité Federal del PSOE este fin de semana, hay que darle
las gracias por este nuevo y gran servicio prestado al Partido y su
gran esfuerzo para intentar paliar la debacle que se cernía y que ha
acabado materializándose en las urnas.
Los españoles, de forma
mayoritaria querían un cambio y aunque mucha gente no las tenía
todas consigo sobre qué y cómo piensa llevar a la práctica ese
cambio el Partido Popular, le han dado un amplio margen de confianza
para que lo lleve adelante. Otra gente, mucha gente, a pesar del
sistema electoral que no lo favorece, ha entregado su voto a otras
opciones que hacen presagiar que el 20 del 11 del 2011 puede ser
también el final del sistema bipartidista, aunque con el riesgo de
que el objetivo se yerre y en lugar de marchar hacia un sistema más
plural como pretendían, la deriva nos lleve hacia un sistema con un
partido super-hegemónico y múltiples y pequeñas fuerzas
compitiendo por el mismo y más estrecho espacio electoral.
Si la “auténtica
izquierda” considera un éxito los resultados obtenidos, que
Izquierda Unida afirme que sus 10 diputados compensan la mayoría
absoluta del PP significa que su objetivo real es que el PSOE
desaparezca, (el mismo que persigue la derecha y toda la caverna) y
asumir que España es un país de derechas que no tiene futuro, ni el
país ni la izquierda democrática, en muchos años.
Yo no creo “que contra
el PP se viva mejor” como opina alguna gente en todo caso lo que sí
está claro es que el PSOE tiene que ser ahora un partido mejor
porque en las circunstancias en las que el PP ha ganado las
elecciones y ha concentrado gran parte del poder en todo el Estado va
a ser difícil hacer oposición institucional y se necesita un
partido socialista diferente al que se ha ido configurando en los
últimos años y que ha conducido a un partido pequeño, con pocos
militantes y al que le falta penetración social, excesivamente
institucionalizado.
El PSOE ha perdido es
cierto pero ha perdido toda la izquierda porque el PP pretendía una
mayoría absoluta para gestionar el cambio y ahora podrá hacer el
que quiera sin posibilidad de freno ni control parlamentario aunque
la sociedad, la calle, las redes sociales sí podrán condicionar al
futuro gobierno.
Aunque parezca que el PP
lo va a tener fácil por su cómoda mayoría parlamentaria, me atrevo
a aventurar que va a ser una legislatura complicada para Rajoy.
Primero porque pronto se le acabará su virginidad y deberá empezar
a pringarse en múltiples frentes internos y externos. Dos de los principales
escollos que se encontrará Rajoy los encontramos en el País Vasco y
Cataluña donde la situación política es complicada y en ellas el
PP es una fuerza minoritaria. Gestionar la cohabitación con un
gobierno nacionalista en Cataluña y con la nueva situación en el
País Vasco tras el final de ETA y la irrupción con fuerza de la
izquierda abertzale va a deparar más de un quebradero de cabeza a
Mariano Rajoy.
Sin embargo Rajoy cuenta
con una ventaja adicional a la de su cómodo mayoría parlamentaria,
de la que no ha gozado el gobierno saliente: el PSOE va a hacer ahora
lo que no ha hecho el PP durante estos últimos años, una oposición
seria, constructiva y responsable, eso va en el ADN de los
socialistas, trabajando más por el interés colectivo que por el
partidario. El reto será conseguir que los españoles valoren dicho
comportamiento sea cual sea la evolución de la situación
socioeconómica. El límite a esa lealtad institucional debe ser la
defensa de los elementos básicos del Estado del Bienestar.
Lo más importante ahora
para los españoles no es lo que haga el PSOE sino lo que diga y haga
Rajoy pero lo importante para los socialistas no es lo que hagan los
del PP y sus acompañantes sino escuchar (y oir) y entender a los
españoles. Escuchar, hacer y explicar, en evaluación continua comos
se dice en el ámbito educativo, (o gestión adaptativa como
empleamos en el ámbito de la gestión de los espacios naturales),
desde el primer momento asumiendo nuestro papel de oposición y
sacudirnos rápido que éramos el gobierno anterior por lo que habrá
tomar decisiones coherentes con esta nueva situación, tanto en el
Partido, en el nuevo PSOE que debe nacer, como en el ámbito
institucional con la conformación de la dirección del grupo
parlamentario.
Como siempre, yo tengo
más dudas y preguntas sobre el futuro que claves y respuestas. Sé
mas bien qué no hay que hacer. Por ejemplo yo veo alguna gente más
preocupada en buscar responsables que en proponer soluciones. Eso no
es bueno. Veo a otra gente pidiendo a unos cuantos que den pasos
atrás cuando lo que deberían, deberíamos es ilusionar a muchos en
que se tiren para adelante. Observo que algunos compañeros se
empeñan en convertir el debate en un debate de posición y para mi
no se trata de girar a derecha (como pretende Bono) ni a la izquierda
(como algunos bienintencionados creen) sino que lo que tiene que
hacer el PSOE es mirar hacia dentro y hacia el conjunto de la
sociedad porque tiene ahora mismo más un problema de credibilidad
que ideológico.
Sí tengo claro lo que
no debería de hacer el PSOE: un congreso para salir del paso. Es malo
para los resultados en Andalucía (en mi opinión empeorará los
resultados) y sobre todo si los resultados no son buenos será una
hipoteca más pesada de las posibilidades de recuperación al día
siguiente de las elecciones como ocurre a hora a nivel federal.
Yo soy pesimista sobre el
futuro del PSOE en Andalucía. Pienso que Griñán y el PSOE lo
tienen hoy por hoy muy difícil para impedir una victoria del PP y
soy muy escéptico sobre lo que haría Izquierda Unida en una
hipotética victoria del PP por mayoría insuficiente para gobernar.
En todo caso si el PP saca más votos que el PSOE yo me iría a la
oposición a rearmarme ideológica y organizativamente. Ese pesimismo
me hace que me ponga a trabajar para evitar que el PP gane las
elecciones y creo que la mejor manera en la que mucha gente podemos
contribuir es continuar trabajando, haciendo nuestro trabajo de la
mejor manera posible.
Pero mi pesimismo se
acentúa cuando observo reacciones en los dirigentes socialistas o
mejor dicho cuando veo que no reaccionan cuando parecen ennortados,
como groggys por el batacazo de las generales (al que se suma el de
las municipales y autonómicas pasadas).
Ese “miedo” a que la
situación vaya a peor queda compensado cuando me pongo a comparar lo
que hace el PP en otras comunidades autónomas y lo que haría el PP
en caso de que ganara en Andalucía. Eso me da fuerzas y ganas de
pelear por lo que quiero de nuevo.
Pero reitero, una vez
más, que el PSOE tiene una única posibilidad de ganarle al PP en
Andalucía y no es dando miedo sino generando ilusión, por lo que va
a ser difícil que jugando a resistir en la trinchera, a desacreditar
al enemigo, pueda evitarse que el próximo marzo Arenas, por fin y a
la enésima se convierta en presidente de la Junta de Andalucía.
Nota 1: No sabéis
cuantos apolíticos hasta anteayer de mi alrededor, ahora son del PP
de toda la vida. A mí no me han engañado y no me sorprenden que
salgan del armario político, es más lo prefiero, lo agradezco.
Ahora podremos hablar de política y les pediré que den la cara que
expliquen, que defiendan, si son capaces al gobierno.
Nota 2: El principal
escollo que tiene el PSOE de Andalucía ahora mismo para afrontar una
nueva etapa es que hay demasiada gente más pendientes de su culo y
de buscar excusas y justificaciones que en invertir la tendencia a la
baja. Si jugamos al empate perderemos seguro.
1 comentario:
Creo que eres algo benévolo en el ánalisis de los motivos de la derrota pero creo que aciertas en "PSOE tiene que ser ahora un partido mejor", "la lucha por sus culos" y "pesimista por los resultados en Andalucía. En general estoy contigo
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