lunes, 7 de abril de 2014

¿Es el teleférico una alternativa al tráfico hacia Sierra Nevada?

Como anuncié tras la sentencia del TSJA, voy a seguir analizando el proyecto del teleférico desde distintas perspectivas y en esta voy a referirme a su consideración como alternativa viable al tráfico hacia Sierra Nevada, uno de los argumentos que se utilizaban y se utilizan en su defensa.

El teleférico se presentó originariamente como “la única alternativa al transporte a la Sierra” (léase a la estación de esquí). Así se planteó en sus primeros compases para intentar justificar su necesidad. Pronto este argumento cayó porque se demostró que este tipo de transporte no es operativo para los esquiadores, no está preparado para transportar mercancías, es incómodo, lento, caro y sólo serviría, por darle un margen, para los esquiadores foráneos que se alojaran cerca de la estación base. ¿Alguien imagina, por ejemplo, a una familia de esquiadores sevillanos, o de malagueños  (a esos que tanto criticamos/envidiamos los granadinos pero nos gusta que vengan aquí a “gastarse los dineros”), llegando de su ciudad, alojándose en un hotel de la capital, desplazándose en su vehículo hasta el parking frente al nuevo Los Cármenes, ponerse las botas, coger los esquís y los bártulos imprescindibles para pasar el día (guantes, gorro, cremas, gafas...), subirse en el teleférico, pasar 50 minutos montado en este microbús colgante y llegar a la Plaza de Pradollano, “con las botas puestas”, y desplazarse hasta uno de los telecabinas, con todo el equipo, para iniciar la jornada deportiva? Y como diría la tonta "y volver"... ¿Alguien piensa, por otra parte,  que una familia granadina, utilizaría este transporte para subir y bajar a la estación de esquí? No hablamos ya de coste del transporte, del tiempo empleado, sino de la cultura, de los hábitos de la gente que sube a practicar este deporte.

Simulación del teleférico a su paso por Monachil
No, como alternativa para los esquiadores el teleférico no funcionaría, eso lo saben todos los expertos, la gente de Cetursa y cualquier persona con sentido común, y como el argumento no se sostenía, rápidamente sus promotores “evolucionaron” la propaganda y la publicidad y modificaron el argumentario convirtiendo el teleférico en un magnífico columpio que sería un estupendo reclamo de la ciudad de Granada para los turistas, aunque se olvidaron de modificar la concepción del proyecto y siguieron, y siguen, utilizando argumentos anclados en la idea inicial.

Ciertamente el teleférico sería un paseo espectacular con unas vistas extraordinarias (esos mismos valores paisajísticos que se utilizan como atractivo son despreciados en el estudio de impacto ambiental) pero como ya he comentado una infraestructura como ésta no es rentable ni competitiva con otros sistemas de transporte, como he señalado en "el teleférico más grande del mundo". 

Tampoco hay que aceptar que no hay otras alternativas viables. En el Estudio de Impacto Ambiental presentado por la empresa no se analizaron otras alternativas ni al trazado elegido ni otras posibles fórmulas para solucionar “el problema” del acceso a la estación de esquí (lanzaderas de autobuses y/o furgonetas, carriles reservados, rutas alternativas de subida y bajada... por empezar a dar ideas). Y además se dejó de analizar, con rigor, la alternativa principal, la de la no intervención y el coste de oportunidad. Sobre todo si se tiene en cuenta que quitando algunas horas, de algunos fines de semana, durante una parte de la temporada de esquí, que es cuando se supone que serviría para “aliviar o descongestionar” el tráfico, el resto del año, la mayor parte del año, la carretera es la mejor alternativa.

Hay que decir que tras las modificaciones y acondicionamientos de los años 90, la A-395, constituye una de las vías de más fácil penetración, accesibilidad y comodidad a una estación de esquí, una de las más “rápidas” de todas las vías de acceso, desde una ciudad media a estaciones de esquí, de nuestro entorno europeo.

mapa de impacto visual del teleférico
Por eso hay que rechazar con rotundidad el argumento del teleférico como alternativa al acceso por carretera actual (no estamos contemplando hacer una carretera o construir un teleférico, la carretera ya está hecha), sino que en el mejor de los casos se trataría de un transporte diferente, complementario, sumatorio.

En el proyecto, tan alabado por la magistrada del TSJA, se planteaban dos cuestiones que no me resisto a comentar tras la discutida y discutible sentencia que no leyó o no ha tenido en cuenta los argumentos de la administración para desestimar el teleférico, (ahora además de los enemigos que me estoy granjeando entre la cúpula empresarial, me estoy buscando enemigos en la Justicia): el primero se refiere al argumento utilizado de que el teleférico servirá para modificar los hábitos de transporte privado (como si el teleférico fuera un transporte público). Los promotores hacen aquí una declaración de buenas intenciones pero que no está fundamentada en ningún argumento que la avale. Ni el tiempo, ni el precio, ni la comodidad ni nada que haga optar por este tipo de transporte. Tan es así que, en  un alarde de sinceridad, en otro apartado del estudio de viabilidad que acompañaba al proyecto, (que también debió escapársele a la sala del TSJA), se decía que sería probable que la demanda de los viajeros no fuera tan alta como para mantener los costes de explotación y por eso sugería que. en ese caso, la Administración debería estudiar fórmulas para favorecer el teleférico entre las que se incluían la restricción del tráfico por carretera, subvenciones públicas al billete o exenciones fiscales.

Volveré en otra entrada, cuando analice los aspectos económicos, sobre este asunto tan importante pero ahora me limitaré a decir lo que significa restricción al tráfico privado por carretera. Los promotores, con este proyecto tan estudiado que dicen que presentaron, lo que proponen es que se corte el paso por una carretera (en este caso autonómica) para que la gente se suba en un transporte privado. Es como si le dijéramos a la gente que se cierra la autovía Madrid-Barcelona y que cojan el AVE o el puente aéreo (eso sí le diríamos que es que contamina menos, que es para que se emitan menos toneladas de gases de efecto invernadero). Es curioso que sea en este único apartado de todo el proyecto, cuando se preocupan por la contaminación de los vehículos, cuando se cantan las excelencias del espacio natural protegido que atraviesa el teleférico. ¿Sorprendente, no? Y eso que no vamos a entrar a valorar otros aspectos relativos a cómo se haría operativa esta medida, ¿desde donde y cómo se cortaría?, ¿cuál sería la repercusión sobre las poblaciones locales intermedias? y/o quién pagaría todo este dispositivo.

Pues estas cosas que he subrayado las ponen en el proyecto, no me las he inventado.


En definitiva que eso de que el teleférico es la única alternativa viable al tráfico en Sierra Nevada es un argumento que hace aguas por todos lados porque ni es única, ni es alternativa y además no sirve para la inmensa mayoría de los usuarios de la estación de esquí. Ya veremos en otros artículos si es viable como columpio. 

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