Así me ha quedado la entrevista en la versión digital:
https://www.granadahoy.com/granada/Haciendo-estudio-pequenoAlberto-raneraNominando-nominado_0_1257174809.html
Y así el reportaje completo en la versión impresa:
Sierra Nevada, Paisaje y Paisanaje
Alberto Tinaut Ranera
Haciendo grande el estudio de lo pequeño
“En el principio fue la
montaña” la que ejerció una atracción en Alberto Tinaut, cuando todavía era muy
pequeño. Luego vino el interés por la fauna, especialmente los insectos y otros
invertebrados. Ambas aficiones se unieron de manera indisoluble en su vida,
encontrando en Sierra Nevada el espacio ideal para poder dedicarse con pasión a
ellas.
En Sierra Nevada ha escalado
casi todos los tres miles, ha practicado esquí alpino y de travesía, bicicleta
de montaña…. Además de ‘patearse’ toda Sierra Nevada ha recorrido y estudiado
otras montañas españolas como los Pirineos, Picos de Europa, Gredos... Fuera de
España, ha estado en el Atlas, los Alpes
y los Andes, tanto en la parte del Ecuador como en Perú. No presume de
'montañero' pero está muy feliz de todas sus conquistas aunque lamenta que le
han quedado muchas por descubrir.
ENTREVISTA.
Alberto Tinaut es un investigador,
admirado y querido por todo el ‘mundillo bichológico’, un grande de la
Entomología española, como las montañas que tanto ama. Como persona es de una
extraordinaria sencillez y humildad, que no puede esconder sin embargo su
fecunda actividad investigadora (más de 150 artículos científicos) y
divulgativa con numerosas publicaciones entre las que podemos destacar la
coordinación de la Enciclopedia sobre Fauna de Andalucía. Su
contribución al conocimiento de muchos insectos es de gran importancia. Yo he
sido uno de los más de 6000 alumnos que ha bebido de esas fuentes y de los
inoculados por el interés por estos animales, aparentemente, menos atractivos.
¿Cuándo
surge tu vocación como zoólogo? No sabría decirlo, desde pequeño, como
a la mayoría de los niños, me gustaban los animales y en mi casa, mis padres
apoyaban (y sufrían) esa afición. El interés por los animales y mi amor a la
montaña se complementaron.
¿Cómo
eran aquellos primeros años de investigación en Sierra Nevada? En
los años 70 la Sierra aún era visitada por pocas personas y por tanto tenía una
aureola más ‘salvaje e indómita’. Era menos accesible y había que quedarse
varios días en la montaña para completar los muestreos. Iba con una mochila
suficientemente cargada de alimento, ropa y el material de trabajo. Las Alegas,
Siete Lagunas, Vacares, etc, eran parajes bastante solitarios… resultaba
infrecuente encontrarse con alguien después de 2-3 días de estancia. Era
emocionante esa sensación de lejanía y de soledad, de la que a veces no quería
desprenderme y que en ocasiones agradecía pues no era fácil explicar qué hacía
un muchacho en lo alto de la Sierra cogiendo hormigas o algún otro insecto.
Ha
cambiado mucho la Sierra y la forma en la que se hace investigación en ella. Los
principales cambios que se han producido yo los observo en el procesado del
material recogido ya que los sistemas de lupas o microscopios han mejorado
bastante; el uso del microscopio electrónico es algo habitual, incluso,
salvando el tema económico, las técnicas de secuenciación genética están
relativamente al alcance. Todo esto te permite acceder a otros interrogantes y
a otras respuestas en consecuencia.
Insectos y Sierra Nevada.
Hablamos de la importancia de la
biodiversidad animal en Sierra Nevada. Haciendo recuento en el grupo de los
insectos comprobamos que están inventariadas ahora mismo 3.750 especies lo que
supone la mitad de las conocidas de Andalucía y casi el 20 por ciento de la
Península Ibérica. Ello indica que en un
porcentaje de territorio relativamente pequeño tenemos una gran concentración
de especies, lo que convierte al parque nacional y natural en 'hotspost', un
punto caliente en biodiversidad, en la Región Mediterránea.
¿Queda
mucho por descubrir en los insectos de Sierra Nevada? Mucho. Se
calcula que la mitad de las especies presentes aún no están citadas. Es raro el
año que no se describen especies e incluso géneros nuevos. Hay muchos grupos
que están bastante poco estudiados, por falta de especialistas y/o por falta de
financiación.
¿Cuáles
son los insectos nevadenses mejor conocidos? Realmente bien conocidos a
nivel taxonómico, podíamos decir que hay muy pocos. Quizás algunas familias
pertenecientes a los coleópteros, sean las mejores conocidas, junto a algunos
grupos de insectos ligados con medios acuáticos y las mariposas diurnas. Por
supuesto y aunque esté feo decirlo, al ser motivo de mi tesis doctoral y uno de
los grupos que más he estudiado, las
hormigas, se conocen bastante bien,
aunque siempre surgen sorpresas.
Por el
contrario, ¿cuáles son los más desconocidos?
Los dípteros, la mayor parte
de las mariposas nocturnas, o algunas familias de himenópteros, por citar
grupos importantes, están en su mayor parte sin estudiar. En general podemos
afirmar que en entomofauna se desconoce más de lo que se conoce. Algunas
estimas que he realizado sitúan el número de insectos en Sierra Nevada en torno
a las 12.000 especies.
Algunos protagonistas de sus estudios
La
mariposa Apolo, un símbolo e icono de Sierra Nevada, es una de las especies que
has estudiado en profundidad. Esta mariposa es una especie muy curiosa.
Empezando por su diseño y coloración, con las manchas negras y los ocelos color
vinagre y su gran tamaño. Es un ejemplo de una especie que vino con el frío y
se quedó colgada en las alturas, en un sitio que realmente no le correspondía.
En el norte de Europa la podemos ver a orillas del mar o en praderas a baja
altitud. En el sur esta especie
sobrevivió refugiada en las zonas frías, pero en estos sitios es un inquilino
forzoso.
Las especies de mariposas propias de la montaña
son tienen tamaño y alas pequeñas que le permiten volar a ras de suelo, casi
elevarse más alto que las piedras que les cortan el viento; es la misma
estrategia de las gaviotas que vuelan pegadas a las olas cuando el viento
arrecia. Sin embargo la Apolo de gran envergadura alar apenas si puede remontar
o dirigir su vuelo cuando hace viento, algo frecuente en las zonas altas y
desprovistas de vegetación arbórea, siendo a veces arrastrada por alguna ráfaga
u obligada a permanecer inmóvil en alguna planta o en el suelo. Ese carácter de
mariposa procedente del frío, la hace muy sensible a los cambios climáticos y
de usos del suelo y por tanto un buen bio-indicador. Su biología apenas estaba
estudiada y hemos podido conocer su diversidad genética, la existencia de flujo
génico entre poblaciones más o menos distantes, su desarrollo fenológico,
plantas alimenticia.
Una vez te escuché una charla denominada ¿Qué hace una hormiga
como tú en un sitio como este? dedicada a las ‘hormigas esclavistas'. Ha sido
uno de tus principales campos de investigación.
Este tipo de comportamiento
de algunas especies de hormigas me ha llevado más de 20 años de mi
investigación. Es un comportamiento que parece irreal, pensar que una sociedad
de hormigas viva a costa de otra especie a la que secuestra en sus fases más
juveniles para llevarlas a su hormiguero y que, una vez lleguen a adultas, se
dediquen a cuidar y alimentar, no sólo a las larvas y huevos de la especie
parásita, sino también a las obreras y reina de la especie parásita… Y sobre
todo que las obreras de la especie parásita formen un ejército cuya única
misión es salir al exterior a asaltar de vez en cuando nuevos hormigueros de la
especie hospedadora, parece más fruto de la imaginación de un guionista de
ciencia ficción que algo que ocurre en la vida misma, pero así es.
Se conocen más géneros y especies pero el
género con el que hemos trabajado en la Universidad de Granada, el género Rossomyrmex,
es muy singular por varias cuestiones. Primero porque se conocen en escasas
localidades, aunque está muy distribuido. En Europa sólo se ha citado en
algunas montañas béticas y recientemente en la Sierra de Guadarrama y no vuelve
a aparecer hasta las llanuras de Anatolia (Turquia), cerca del Mar Caspio,
Kazajstán y China, con sólo cuatro especies a nivel mundial. Además su
comportamiento es, aparte de los asaltos, realmente singular, tanto en los
mecanismos de orientación y búsqueda de hormigueros, como en su reproducción,
muy organizados y no conocidos en otras hormigas.
¿Qué
te movió a interesarte por las especies de las cuevas? Las cuevas son ambientes biológicamente muy desconocidos y
con una gran dificultad para su estudio, dos ingredientes necesarios para
descubrir lo que hay en su interior.. La dificultad del estudio estriba en que
algunas cavidades exigen un esfuerzo físico y técnico que a veces te hace
plantearte si vale la pena, pero hasta el momento, al final siempre ha ganado
la curiosidad. Ha
sido también una actividad que me ha llevado muchos años, alternando con otras
investigaciones. Su estudio ha sido muy productivo y me ha proporcionado lazos
académicos y afectivos con mucha gente del mundo de la espeleología.
Las especies troglobias son una fauna
de otro mundo. Taxonómicamente es muy diversa, fundamentalmente insectos, pero
también miriápodos y arácnidos, lo que la hace difícil de estudiar al tener que
contar con especialistas de campos muy diversos. Son formas bien adaptadas a este ambiente, de aspecto elegante, largos apéndices,
ciegas, de color miel que a veces permite ver algunos órganos internos; no
distinguen el día de la noche y su ritmo es casi constante pero lento, pausado,
aunque algunos pueden correr muy rápido gracias a sus largas patas. En el comienzo de lo bioespeleología se
pensaba que las cuevas andaluzas no tenían mucho interés, en comparación con
las del Pirineo o del Levante. Hoy día se conocen más de 500 especies
habitantes de las cuevas, la mayor parte de ellas endémicas y en algunos casos
géneros o incluso familias exclusivas, lo que nos habla de una larga historia
evolutiva encerrada en el subsuelo.
Nominando y siendo nominado: Su dilatada
trayectoria de estudio de especies le ha llevado a describir varias nuevas y a
bautizarlas, como el coleóptero Tinautius troglophilus, el
diplópodo Acipes andalusius y el pececillo de plata Coletinia
tinauti.
A la vez
otros investigadores le han puesto en su honor el apellido Tinaut a especies
que han descubierto. Es el caso de Philorizus
tinauti, un carábido endémico del sureste andaluz, Origmatogona tinauti, un milpiés endémico de la
Cueva del Agua, Polydrusus tinauti
un coleóptero de la familia de los gorgojos y Aphaenogaster tinauti, una hormiga carnívora.
Un júbilo muy productivo. A punto de cumplir 68 años continúa como colaborador
extraordinario en la Universidad desarrollando una ardua labor investigadora y
de divulgación científica. Lo ‘pillo’ terminando varios artículos sobre
hormigas cuyo estudio pretende seguir adelante hasta completar la fauna del
grupo en Andalucía y su filogenia En el
departamento sigue dirigiendo algunos Trabajos Fin de Grado y de Fin de
Máster y en la mejora de la Colección
Histórico-Didáctica y Científica de Zoología. Además colabora con otros grupos
de investigación sobre la mariposa Apolo o la fauna de la Cueva de Nerja.
Además asesora y desarrolla varios estudios en el Parque de las Ciencias en el
aula científica del BioDomo.
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