Acaba de publicarse un nuevo número de la revista Enred@2.0, la revista por y para los empleados públicos de la Junta de Andalucía, que trae como siempre un sumario amplio y variado, todo muy interesante. Los amigos de Embajadores del Conocimiento se lo han currado de nuevo y han conseguido sacar una nueva edición.
Nº 19 (agosto 2024 - octubre 2024) - EnRed@2.0 (juntadeandalucia.es)
Como en números anteriores me pidieron una colaboración para la sección "ANDALUCÍA NATURALmente" que se me ocurrió dedicar, dada la fecha para la publicación, con una propuesta de sendero otoñal por uno de los lugares que más me apasionan del Parque Nacional de Sierra Nevada: la Dehesa del Camarate, conocida como "el bosque encantado". Os invito a leerlo y sobre todo a recorrerlo.
Sinfonía de colores en “El bosque encantado”. - EnRed@2.0 (juntadeandalucia.es)
ANDALUCÍA
NATURALmente
Sinfonía
de colores en
"el
bosque encantado".
Ignacio
Henares Civantos.
El
otoño es temporada alta en muchos de los espacios naturales
andaluces que ofrecen múltiples posibilidades para disfrutar de su
flora, de su fauna, de sus paisajes y de su patrimonio cultural.
La
Dehesa del Camarate es uno de los parajes más bellos y singulares
del Parque Nacional de Sierra Nevada. Alberga uno de los mejores y
más completos bosques mixtos de toda Andalucía.
La
niebla incrementa el encanto del paisaje otoñal multicolor. Javier
Olivares
La
Dehesa del Camarate es uno
de los lugares privilegiados
de nuestra región
para disfrutar de la 'otoñada', un espectáculo de colores que atrae
cada año a senderistas de muchas procedencias, naturalistas y
fotógrafos. Localizado en el
término municipal granadino
de
Lugros, en el cuadrante noroccidental del macizo nevadense, este
espacio constituye uno de los tesoros botánicos más preciados de
cuantos posee el Parque Nacional de Sierra Nevada, ya que alberga el
mejor y más completo bosque mixto de toda la provincia de Granada y
uno de los más sobresalientes de Andalucía. En este paraje natural,
se dan cita numerosas especies de árboles de hoja caduca, tales como
robles melojos, quejigos, mostajos o serbales, arces, maguillos,
fresnos, sauces y toda la corte de arbustos que los acompañan
(agracejos, rosales silvestres, majuelos, zarzamoras…), que lo
han convertido
en uno de los sitios
más fotogénicos y fotografiados del otoño andaluz.
Contrasta
este bosque, relicto de un pasado climático más húmedo y fresco,
con el paisaje acarcavado de los badlands de la Hoya de Guadix a sus
pies y con la alta montaña de Sierra Nevada que lo corona y el Picón
de Jérez, el tres mil más oriental y más al norte, presidiendo el
skyline
de toda la comarca.
Enclave con un bosque
mixto
Conocido como el “Bosque
Encantado”,
es un lugar privilegiado para disfrutar de
la variedad cromática del otoño aunque
el espectáculo visual de la explosión
primaveral
de
vida no
le anda a la zaga.
En función del año hidrológico y de las condiciones
meteorológicas, durante unas semanas, este espacio nos ofrece
múltiples paisajes diferentes, rebosantes de color, en donde los
tonos rojos, anaranjados, amarillos, ocres y verdes van componiendo
sinfonías caprichosas de colores que alegran la vista y animan el
espíritu. Los días variados de otoño, lluviosos, con nieblas o
soleados, multiplican la posibilidad de encontrarnos con bellas
estampas diferentes, a veces incluso en la misma jornada. El encinar,
en las zonas de solana y el piornal o matorral almohadillado, en las
zonas más elevadas, ofrecen un contraste que remata la composición
de colores y texturas.
Una
parte de la finca de la Dehesa del Camarate en la actualidad es de
titularidad pública y arranca en el denominado Horcajo, lugar en el
que al río Alhama se le suman las aguas del barranco de las Rozas y
del barranco de Guadix; una cancela impide la circulación a los
vehículos con motor (salvo los autorizados: pastores y ganaderos,
propietarios y guardería del parque). El acceso es libre para
senderistas y bicicletas por una puerta situada a la derecha del
portón principal. Durante
la temporada alta de otoño, entre el 12 de octubre y el 8 de
diciembre, los festivos y fines de semana hay una regulación de
accesos por lo que hay que realizar una reserva previa a través de
la web de la Consejería
de Medio Ambiente y Sostenibilidad en la siguiente dirección:
Los
vehículos a motor deben dejarse, en todo caso en estas fechas, en un
lugar habilitado como aparcamiento por el ayuntamiento de la
localidad desde donde se puede utilizar una lanzadera hasta la
entrada a la finca.
Además
del valioso patrimonio natural cuenta con un patrimonio
cultural asociado
al uso dedicado durante
mucho tiempo a
la ganadería extensiva,
como son las ruinas de una coqueta ermita y los corrales de embarque
de los toros bravos que se criaban aquí hasta el siglo pasado, ambos
situados
junto a
la entrada.
Un
atractivo paseo botánico
El
paseo por nuestro ‘bosque
encantado’, desde la base en el Horcajo
del Camarate,
hasta
el punto más elevado de la finca, puede
ser considerado un recorrido por una magnífica colección botánica.
Ya al cruzar la verja inicial
nos
encontramos con unos buenos ejemplares de sauces y fresnos. En esta
zona de entrada también son destacables unos espectaculares majuelos
y rosales silvestres. En las inmediaciones podemos ampliar nuestro
listado de especies con álamos y alisos y dos variedades de sauces:
blancos y cenicientos.
En
nuestro primer tramo de subida nos vamos a encontrar, de manera
alternativa, a los robles en su evolución cromática foliar, con
toda su corte de arbustos y matorral acompañante -en las zonas más
umbrías- y a las siempre verdes encinas, -en la solana- con todas
las especies que las escoltan. En nuestra ascensión zigzagueante por
la pista aprovecharemos cada recodo para ir descansando y cobrando
una visión más amplia del paisaje conforme ganamos altura.
Tejo milenario, incluido en Inventario de Arboles Singulares Andaluces
En la espesura del follaje podremos distinguir todavía más
especies para sumar a nuestro catálogo: zarzas, madreselvas,
clemátides y heléboros. Entre el matorral arbustivo abundan
rascaviejas y anotaremos también en la lista a durillos, espino
cerval o algún endrino andaluz perdido.
A
mitad de la ascensión, el espectáculo multicolor está a nuestro
alcance. Los fresnos son los primeros árboles que comienzan a
amarillear junto a los arces granadinos. De este endemismo podremos
encontrar ejemplares con distintos tonos, o en un mismo pie incluso
podemos observar hojas de múltiples tonalidades, verdes, amarillas y
rojas. Destacan también los tonos anaranjados del mostajo y el
profundo rojo bermellón de los cerezos silvestres. Si escudriñamos
por los barrancos aledaños descubriremos verdes tejos mezclados con
abedules y una nueva especie, (junto a robles y encinas), de
quercínea productora de bellota: el quejigo.
Continuamos
ascendiendo hasta alcanzar el collado del Cerro de los Carneros.
En este punto se da acceso a una propiedad particular aunque nuestro
recorrido continuará por el ramal público. Desde aquí podemos
apreciar ya en todo su esplendor el paisaje de la alta montaña,
presidido por el cerro del Mirador Alto (2.684 metros) y detrás y
más alto el Picón de Jerez (3.088 metros).
Un tramo más arriba, en la parte más
elevada de la finca, superaremos un
antiguo ‘tentadero’, quizás el más alto
del mundo, y nos encontraremos con el
Prado de los Chapiteles donde obtendremos una perspectiva
amplia de toda la Dehesa desde la que podemos disfrutar de las vistas
al cortijo ganadero de “El Camarate” que da nombre al lugar,
rodeado de amplios prados formados por el ‘careo’ de las
acequias tradicionales. Si echamos una mirada hacia la Hoya de
Guadix, veremos toda la llanura salpicada de pequeños pueblos
blancos. Desde lo alto la vista alcanza hasta poder identificar los
perfiles de Sierra Mágina, Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas,
Sierra de Castril, La Sagra, Sierra de Baza…
Un tentadero "por todo lo alto". José Miguel Barea
Subimos
un poco más hasta alcanzar el lugar conocido como la Piedra de
los Soldados, (un nombre por el que compiten diferentes historias
y leyendas para explicar su denominación), situada a 2.256 metros de
altitud. Desde aquí tenemos a la vista el Puerto de Trevélez, que
une las dos vertientes de Sierra Nevada, y gran parte de la cuerda
que sigue en dirección este y que delimita el Marquesado del Zenete
y la Alpujarra. Nos encontramos ya en el dominio del matorral
almohadillado de alta montaña conocido como piornal, en el que
podríamos ampliar nuestra colección de plantas con más de 50
especies adicionales a las que hemos contemplado hasta este momento.
Desde aquí podemos iniciar el camino de regreso a nuestro punto de
partida por el mismo lugar por el que hemos realizado la ascensión
o, si las fuerzas y el tiempo nos lo permiten, conectar con otros
interesantes parajes nevadenses.
La Piedra de los Soldados
esconde diferentes leyendas. Antonio J. Ramos
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