El secreto de la doncella de colores
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La doncella o julia (Coris julis) ‘baila’ en los fondos marinos. Autor Juan Fernando García
Hay una leyenda que cuenta que en las aguas que abrazan el Mar de Alborán, hay un pez que baila como si supiera que lo están observando. Con destellos azulados, naranjas y cobrizos que se deslizan entre las praderas submarinas, parece ir ‘vestido’ para una celebración perpetua. Quizás por eso los pescadores lo bautizaron como ‘doncella’ por su actitud elegante, casi cortesana, al nadar. Como si supiera que la belleza también puede ser su defensa frente al olvido.
Detalle doncella macho. Web litoraldegranada.ugr.es
Su éxito evolutivo radica en su adaptabilidad: desde su capacidad para cambiar de sexo según las necesidades reproductivas del grupo, hasta su comportamiento diurno y territorial que le permite optimizar recursos y proteger su espacio. Además, su estrategia reproductiva, con larvas planctónicas que se dispersan ampliamente, asegura una colonización eficaz de nuevos hábitats.
La etimología del nombre científico del género de esta especie (Coris) proviene del griego korys=casco, tal vez en referencia a la forma arqueada de su cabeza o al modo en que se desplaza con elegancia entre las corrientes. El apellido (julis), por otro lado, parece evocar el mes de julio, cuando su actividad reproductiva alcanza el clímax y sus colores se intensifican como si la naturaleza misma le diera un toque de maquillaje estival.
Características morfológicas
La doncella, también denominada comúnmente julia, tiene el cuerpo alargado, de hasta 25 cm de longitud, y algo comprimido lateralmente. Es un pez teleósteo, perteneciente a la familia de los lábridos, orden de los perciformes. Su cuerpo está revestido de escamas y su carne es bastante apreciada.
Los ojos y la boca son pequeños, con dobles labios carnosos que cubren sus mandíbulas. Una de sus características más distintivas es la aleta dorsal, larga y espinosa, que a menudo muestra una mancha oscura en la parte delantera. En el macho, los primeros radios de esta aleta dorsal son mas del doble de largos que el resto. Las aletas pectorales son grandes y transparentes, y la aleta caudal es bilobulada.
La hembra es más pequeña que el macho porque Coris julis es una especie hermafrodita secuencial proterogínica, es decir, los individuos más pequeños son hembras porque los órganos sexuales femeninos maduran antes. Cuando las hembras alcanzan cierto tamaño, las gónadas femeninas entran en regresión y comienzan a madurar las gónadas masculinas, por tanto, cambian de sexo a machos.
Se reproducen durante el verano, cuando los machos terminales forman harenes que vigilan de otros machos terminales y de los primarios.
Un mosaico de colores y formas
Las julias o doncellas presentan un marcado dimorfismo sexual y cambios de coloración a lo largo de su vida, lo que puede llevar a la confusión en su identificación. Los individuos jóvenes y las hembras poseen el cuerpo más alargado y delgado de coloración variable, con tonos que van del marrón rojizo al naranja o verdoso en el dorso, con el vientre más claro, casi blanco. Una línea longitudinal oscura y sinuosa, a menudo interrumpida, recorre su flanco desde la cabeza hasta la aleta caudal.
Sin embargo, los machos adultos lucen un traje mucho más llamativo. Su cuerpo adquiere un tono azul verdoso intenso en el dorso, con una banda anaranjada o rojiza brillante que se extiende a lo largo de su flanco. Esta banda está flanqueada por una línea azul eléctrico en su parte superior y otra en la inferior. La cabeza también presenta intrincados dibujos de color azul y naranja. Esta coloración, asociada a su nado característico, es utilizada para impresionar a otros machos y atraer la atención de las hembras, aunque a veces también puede atraer a sus depredadores.
Doncella macho. Web litoral de Granada
Doncella hembra. Juan Fernando García
Un inquilino de los fondos rocosos
Coris julis es una especie bentónica, lo que significa que vive asociada a los fondos marinos. Se encuentra en una variedad de hábitats, pero prefiere los fondos rocosos, los arrecifes de coral, las praderas de fanerógamas marinas y las zonas mixtas de arena y roca. Son de hábitos diurnos, enterrándose lateralmente durante la noche o bien para huir de alguna amenaza. Las hembras suelen nadar en grupos pequeños mientras que los machos, al ser territoriales, viven aislados.
Macho de doncella enterrándose durante la noche. Web litoraldegranada.ugr.es
En el Mar de Alborán, es un habitante común de las áreas costeras poco profundas, desde la superficie hasta unos 60 metros de profundidad. Su distribución abarca todo el Mar Mediterráneo, oriental y occidental, y se extiende al Atlántico oriental, desde las costas de Noruega hasta Senegal, incluyendo las Islas Canarias, Madeira y Azores.
El jardinero de los fondos marinos
La doncella no solo es un espectáculo visual, sino que desempeña un papel crucial en el equilibrio ecológico de su entorno. Su comportamiento alimenticio y su ciclo de vida la convierten en una pieza fundamental de la red trófica marina. Al alimentarse de pequeños invertebrados como moluscos, crustáceos o equinodermos, contribuye al control de poblaciones bentónicas y a la limpieza del lecho marino. Su presencia en praderas de Posidonia oceanica y fondos rocosos favorece la biodiversidad, ya que al buscar su alimento, remueve el sustrato, contribuyendo a la aireación del sedimento y a la disponibilidad de nutrientes para otros organismos.
Un futuro incierto
A pesar de su relativa abundancia, la doncella enfrenta diversas amenazas para su conservación, muchas de ellas ligadas a la actividad humana. La degradación del hábitat es una de las principales preocupaciones. La contaminación de las aguas, el arrastre de las redes de pesca y la alteración de los fondos marinos por la actividad turística y la construcción costera impactan negativamente en su hogar, las praderas de fanerógamas marinas y los arrecifes.
Los fondos rocosos con arrecifes son el hábitat preferido de Coris julis
Aunque no son objetivo principal de la pesca comercial, es capturado accidentalmente en redes de arrastre y artes de pesca de pequeña escala. La sobrepesca de otras especies puede alterar el equilibrio de la cadena trófica, afectando a las poblaciones de sus presas o depredadores. El cambio climático, con el aumento de la temperatura del agua y la acidificación de los océanos, también representa una amenaza a largo plazo para esta especie y todo el ecosistema marino.
Una familia muy colorida.
Se han descrito 27 especies del género Coris que comúnmente son conocidas como ‘doncellas’, aunque este término también puede referirse a otros géneros cercanos como Thalasomma. En algunas regiones, estas especies también se llaman ‘peces arcoíris’ en referencia a su amplia variedad de colores.
La mayoría de las especies de Coris se encuentran en la zona tropical del Indo-Pacífico. Sólo Coris julis está presente en el Mediterráneo y hay otra especie presente en el océano Atlántico tropical, cerca de las costas africanas. Todas son exclusivamente marinas y los juveniles y los adultos frecuentan generalmente los mismos hábitats. Los hábitats costeros como los arrecifes rocosos y los praderas marinas proporcionan numerosos escondites. Solamente Coris bulbifrons está clasificada como ‘Vulnerable’ en la Lista Roja de especies amenazadas elaborada por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza. Las demás especies del género incluida nuestra doncella del mediterráneo, no están amenazadas, aunque son peces particularmente objeto de la pesca recreativa y capturados accidentalmente por los pescadores profesionales.
Un tesoro a proteger
La doncella o julia, con su extraordinaria belleza y su compleja biología, es un claro ejemplo de la riqueza que esconde el Mar de Alborán. Su presencia en las aguas costeras no solo enriquece la experiencia de buceadores y aficionados al esnórquel, sino que también es un bioindicador de la salud del ecosistema.
Proteger a la doncella y su hábitat es proteger la biodiversidad y garantizar la supervivencia de un mar único y vital para el planeta. La concienciación sobre la importancia de la conservación marina y la implementación de prácticas sostenibles son esenciales para asegurar que este tesoro de colores siga adornando nuestros fondos marinos por muchas generaciones.
En la web litoraldegranada.ugr.es se da a conocer la biodiversidad de nuestro litoral y sus problemas de conservación.