El 27 de enero fue elegido para conmemorar el Holocausto por ser el aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, lugar que resume los horrores de la persecución y el exterminio de los judíos de Europa, junto a otros colectivos, a manos de los nazis.
Cuando aquél frío día de 1945 los soldados del Ejército Rojo entraron en el mayor y más letal campo de exterminio que ha conocido la humanidad, aún pudieron respirar el humo de los hornos que las SS acababan de dinamitar para borrar las huellas de sus crímenes.
Nunca podremos comprender, es imposible, pero si debemos conocer, es necesario conocer y recordar lo sucedido para que no se vuelva a repetir.
Algunas de aquellas personas asesinadas, algunos de esos hombres eran vecinos, paisanos nuestros. Apellidos como López o García, nombres como Juan o José, eran vecinos de Granada, de Loja, de Baza o de la Zubia, de muchos pueblos de nuestra tierra, que pertenecían a hombres que tan sólo habían cometido el “delito” de ser republicanos y de haberse unido a la resistencia frente al nazismo. Los seguidores de Hitler les pusieron un triángulo azul con la S de spanier y seis mil de ellos dejaron sus vidas en campos como Mauthausen.
Si queremos crear futuro debemos recordar. Trabajaré para que el próximo gobierno municipal dedique un lugar de la ciudad a esta memoria y a que algún artista haga un monumento conmemorativo.
Por la luz de mis ojos que vieron aquel duelo
y llenaron de clamor el corazón rendido.
En nombre de la piedad que enseñó a absolver
hasta los más terribles días que el perdón perdona,
me juré: recordarlo todo
recordar y nada olvidar.
Cuando aquél frío día de 1945 los soldados del Ejército Rojo entraron en el mayor y más letal campo de exterminio que ha conocido la humanidad, aún pudieron respirar el humo de los hornos que las SS acababan de dinamitar para borrar las huellas de sus crímenes.
Nunca podremos comprender, es imposible, pero si debemos conocer, es necesario conocer y recordar lo sucedido para que no se vuelva a repetir.
Algunas de aquellas personas asesinadas, algunos de esos hombres eran vecinos, paisanos nuestros. Apellidos como López o García, nombres como Juan o José, eran vecinos de Granada, de Loja, de Baza o de la Zubia, de muchos pueblos de nuestra tierra, que pertenecían a hombres que tan sólo habían cometido el “delito” de ser republicanos y de haberse unido a la resistencia frente al nazismo. Los seguidores de Hitler les pusieron un triángulo azul con la S de spanier y seis mil de ellos dejaron sus vidas en campos como Mauthausen.
Si queremos crear futuro debemos recordar. Trabajaré para que el próximo gobierno municipal dedique un lugar de la ciudad a esta memoria y a que algún artista haga un monumento conmemorativo.
Por la luz de mis ojos que vieron aquel duelo
y llenaron de clamor el corazón rendido.
En nombre de la piedad que enseñó a absolver
hasta los más terribles días que el perdón perdona,
me juré: recordarlo todo
recordar y nada olvidar.
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