La derecha extrema ha iniciado este año, si cabe, más radicalizada, más provocadora, y más mentirosa que el anterior. En la cúpula del PP se ha lanzado una consigna: “el PSOE entró en la Moncloa por la estación de Atocha y debe salir por el aeropuerto de Barajas”. Las órdenes indican que hay que repetirlo por todos los sitios hasta recuperar el gobierno que -piensan ellos- por derecho natural les corresponde y que el PSOE, “esos piojosos, culturetas y maricas” (lo he oído de un militante del PP no me lo he inventado) le ha arrebatado.
El rencor, el revanchismo que inspira toda esta estrategia, el odio que destilan todas las declaraciones de los dirigentes del PP en estos primeros días del año, está alimentado por la connivencia de su aparato mediático y de determinados poderes fácticos (que conseguirán que el eco de sus voces y de sus rebuznos llegue a todos los rincones del país).
Lo de la manifestación de ayer sábado no será suficiente para que rectifique el PP. Rajoy está siendo empujado, o él mismo empuja, hacia una estrategia de enfrentamiento entre españoles, una ola de crispación en la que ya hemos soportado bastante. Yo conozco a muchos votantes del PP que están avergonzados con la actitud y comportamiento de los dirigentes del PP pero creo hay entre el electorado conservador mucha ceguera política y demasiado cinismo y no confío mucho en que se vaya a producir ningún cambio porque se ha demostrado que "Aguirre y Gallardón la misma... son" con la ausencia de ambos en las calles de Madrid en solidaridad con las víctimas, por la paz, la libertad, contra el terorrismo. Sólo habrían acudido si la pancarta hubiera dicho "contra el gobierno, contra Zapatero, contra el PSOE".
Cada vez más, estoy convencido que la crispación no va a cesar porque la derecha española cuando no gobierna deslegitima cualquier acción política y cuando gobierna tiende a ocupar todos los resortes del poder e intenta reducir la democracia y el pluralismo hasta límites insospechados.
Siempre he defendido que en España somos más los que pensamos de manera diferente, somos más los progresistas. Sólo que a veces nos inhibimos o nos dividimos, por cuestiones mucho menores que las que se volverán a dilucidar en las próximas elecciones, y las derechas están todas juntas y capitaneadas por los más ultras.
A los socialistas nos toca estar firmes, serenos y responsables y seguir reclamando la unidad de los demócratas contra el terrorismo pero, como ha dicho hoy Chaves en Marbella, “no olvidaremos los insultos, las mentiras y las insidias recibidas”.
El rencor, el revanchismo que inspira toda esta estrategia, el odio que destilan todas las declaraciones de los dirigentes del PP en estos primeros días del año, está alimentado por la connivencia de su aparato mediático y de determinados poderes fácticos (que conseguirán que el eco de sus voces y de sus rebuznos llegue a todos los rincones del país).
Lo de la manifestación de ayer sábado no será suficiente para que rectifique el PP. Rajoy está siendo empujado, o él mismo empuja, hacia una estrategia de enfrentamiento entre españoles, una ola de crispación en la que ya hemos soportado bastante. Yo conozco a muchos votantes del PP que están avergonzados con la actitud y comportamiento de los dirigentes del PP pero creo hay entre el electorado conservador mucha ceguera política y demasiado cinismo y no confío mucho en que se vaya a producir ningún cambio porque se ha demostrado que "Aguirre y Gallardón la misma... son" con la ausencia de ambos en las calles de Madrid en solidaridad con las víctimas, por la paz, la libertad, contra el terorrismo. Sólo habrían acudido si la pancarta hubiera dicho "contra el gobierno, contra Zapatero, contra el PSOE".
Cada vez más, estoy convencido que la crispación no va a cesar porque la derecha española cuando no gobierna deslegitima cualquier acción política y cuando gobierna tiende a ocupar todos los resortes del poder e intenta reducir la democracia y el pluralismo hasta límites insospechados.
Siempre he defendido que en España somos más los que pensamos de manera diferente, somos más los progresistas. Sólo que a veces nos inhibimos o nos dividimos, por cuestiones mucho menores que las que se volverán a dilucidar en las próximas elecciones, y las derechas están todas juntas y capitaneadas por los más ultras.
A los socialistas nos toca estar firmes, serenos y responsables y seguir reclamando la unidad de los demócratas contra el terrorismo pero, como ha dicho hoy Chaves en Marbella, “no olvidaremos los insultos, las mentiras y las insidias recibidas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario