http://www.granadahoy.com/article/granada/2222582/mas/alto/titulo/nobiliario.html
Y así ha quedado la página en papel.
El más alto título nobiliario
La hazaña del enlace geodésico entre Europa y África
hizo merecer el título de Marqués del Mulhacén al ingeniero y general Carlos
Ibáñez de Ibero
Al igual que en la Edad
Media los reyes europeos se disputaban los descubrimientos de territorios para
su colonización, en el siglo XIX y primera mitad del siglo XX los países
competían entre sí por el honor de figurar como los primeros en la lista de quienes
habían pisado una cumbre, alcanzado el Polo, explorado un volcán o cualquier
otra gesta heroica así como con logros científicos que les colocaran a la
vanguardia tecnológica e industrial.
En el campo de la geodesia,
la ciencia que se ocupa del estudio de la forma, las dimensiones y el campo
gravitatorio de la Tierra, a finales de los 70 del XIX, había un reto pendiente
para completar la cartografía que unía los continentes europeo y africano. Años
atrás se había realizado la triangulación entre las Islas Baleares con nuestra
Península, un enlace geodésico de excepcional magnitud, con 161 kilómetros en
su lado mayor. Los triángulos que ahora se trataban de medir para el enlace de
Argelia con España tenían lados de 270 kilómetros.
La aventura de emprender
este enlace geodésico entre el continente europeo y el africano a través del
Mediterráneo fue acordada en 1878 por los gobiernos de España y Francia
encargando la misión al general Ibáñez y
al coronel Perder respectivamente.
Tras varios estudios,
decidieron formar un gran cuadrilátero de enlace entre los dos continentes, con
dos de sus vértices en España, el Mulhacén –con sus 3.479 metros máxima elevación de las Cordilleras Béticas– y la
Tetica de Bacares, cuyos 2.080 metros sobre el nivel del mar culminan la
almeriense Sierra de los Filabres; del lado africano se eligieron las montañas
argelinas de Filhaoussen (1.137 m) y M’Sabiha (591), ambas próximas al Golfo de
Orán.
Se había decidido que la
operación se hiciera al final del verano- principios de otoño, cuando las
temperaturas descienden, disminuye la evaporación y las lluvias limpian la
atmósfera, favoreciendo la visibilidad entre ambas orillas del Mediterráneo. La expedición
se preparó durante los primeros meses de 1879: varios centenares de soldados
fueron abriendo caminos carreteros para facilitar, en la medida de lo posible,
el acceso a cada uno de los vértices. Se construyeron asimismo dos casetas de
mampostería en la estación de la Tetica y hasta siete en la del Mulhacén para
albergar a la variopinta comunidad de soldados, científicos y obreros que
componía la expedición. Antes de finalizar el mes de Julio de aquél año empezó el transporte de
instrumentos y maquinaria realizado con mulos y cuatro carretas de bueyes que
soportaron numerosas vicisitudes hasta llegar al destino, escoltados por
setenta hombres. El viaje entre Granada y lo más alto del Mulhacén costó 17
días, aproximadamente lo mismo que se empleó en llegar a la Tetica de
Bacares, y tuvieron que soportar
numerosos contratiempos que hacían dudar del éxito de la operación.
Una vez asentados en los
campamentos el mal tiempo completó las dificultades. Nada más instalarse se
desató un temporal de viento y nieve, llegando a alcanzarse temperaturas de
hasta 10 grados bajo cero, ¡en los primeros días de septiembre! Por la noche se
congelaba la nieve caída y al día siguiente sucedía una nueva nevada. La presión barométrica fluctuaba alrededor de
los 500 mm produciendo daños a la salud de los participantes. Incluso llegarían
a sufrir el ataque de un rayo que dañó seriamente parte del aparataje.
Tras varios días de
observación infructuosa soportando las inclemencias del tiempo, en la noche del
9 de septiembre se reconocieron los contactos lumínicos con la Tetica de
Bacares y el M'Sabiha, no pudiendo hacerse con el Filhaussen hasta el 23 de
septiembre, a punto de abandonar los trabajos por una fuerte nevada.
Afortunadamente se pudieron aprovechar las noches despejadas (ni una sola
observación se pudo realizar durante el día) para completar el enlace geodésico
que culminaría el 2 de octubre. El 16 de noviembre se completaría el reto con
la realización del enlace astronómico.
El principal artífice
promotor de esta empresa, el General
Ibáñez de Ibero, sería nombrado por la
Regente María Cristina en 1889, Marqués
del Mulhacén, dando origen a un título nobiliario que puede ser considerado
como “el de mayor altura”.
Tetica de Bacares en la Sierra de los Filabres |
BASES DEL
ACUERDO FRANCO-ESPAÑOL
En 1878 los gobiernos de
España y Francia decidieron llevar a cabo el primer enlace geodésico entre el
continente europeo y el africano, comisionando al efecto por parte de España al
Instituto Geográfico y Estadístico dirigido por el general Ibáñez, y por parte
de Francia al del Servicio Geográfico del Ejército bajo las órdenes del coronel
Perder.
- Los jefes y oficiales de cada nación debían realizar las observaciones en su respectivo territorio.
- Las observaciones serían simultáneas en los cuatro vértices, Mulhacén y Tetica de Bacares, en el lado español, y Filhaoussen y M’Sabiha, en el lado argelino, con objeto de terminarlas en una sola campaña.
- Se emplearían durante el día señales solares (heliógrafos) y durante la noche luz eléctrica (generada por potentes máquinas de vapor).
- Los instrumentos, aparatos y máquinas serían idénticos en los cuatro puntos, así como los métodos de observación.
- Se acordó aprovechar la ocasión para programar un enlace astronómico para cerrar el polígono Madrid-París-Marsella-Argel que se efectuaría sobre los vértices Tetica de Bacares (Almería) y M’Sabiha, una vez finalizado el geodésico.
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