En esta ocasión he contado con el apoyo y asesoramiento de Elena Ballesteros y Emilio González Miras, compañeros de la Agencia de Medio Ambiente y Agua, que han realizado los trabajos de seguimiento de este grupo en el marco del Observatorio de Cambio Global y de mi amiga Maribel Benítez coautora del estudio herpetológico para el parque nacional y natural.
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Y así quedó el reportaje en la edición impresa a doble página.
Al
final del artículo he colocado imágenes de las diferentes especies presentes en Sierra Nevada,
sin pie de foto, para que juguéis a adivinar el nombre de cada una de
ellas.
LA HUELLA DEL CAMBIO GLOBAL EN SIERRA NEVADA
LA HUELLA DEL CAMBIO GLOBAL EN SIERRA NEVADA
Los
anfibios, termómetro del cambio climático
Las
variaciones de temperatura y humedad, la desaparición y
fragmentación de sus hábitats y la aparición de nuevas
enfermedades ha acabado durante los últimos años con más de 200
especies de estos frágiles vertebrados. 1 de cada 3 especies está
en peligro de extinción.
Aún
es pronto para conocer el verdadero papel del cambio climático en el
declive generalizado de los anfibios. Pero parece claro que, a medida
que conocemos más sobre sus efectos, podemos afirmar con rotundidad
que el calentamiento global será sin duda la amenaza más seria a la
que deberán enfrentarse estos grandes supervivientes de piel húmeda
y ojos saltones.
La
mayor pérdida de anfibios de Europa ocurrirá, previsiblemente, en
la Península Ibérica, donde la mayor parte de las especies
desaparecerán como consecuencia de la aridificación que se
producirá que nos hará que nos parezcamos al norte de África. Por
esa razón, Andalucía oriental, es una zona especialmente sensible
al cambio climático ya que la duración de los hábitats acuáticos
es más corta y son menos abundantes, a lo que hay que añadir la
transformación agrícola de amplias zonas de las provincias de
Almería y Granada.
SUPERVIVIENTES
AMENAZADOS
Los
anfibios constituyen el primer grupo de vertebrados que ocupó con
éxito el medio terrestre. Los
actuales son especies supervivientes al cambio climático que se ha
producido en los últimos miles de años pero ahora están amenazados
seriamente por los cambios acelerados que estamos viviendo.
Etimológicamente,
anfibio significa ‘doble vida’, apelativo que describe uno de los
rasgos más notables de este grupo de vertebrados: a su fase
larvaria, generalmente acuática, le sigue una fase adulta netamente
terrestre a la que llegan por medio de una metamorfosis aunque en
muchos casos siguen ligados al agua debido a sus mecanismos de
reproducción y desarrollo.
Especies
muy sensibles.
Los
anfibios son quizás el grupo de vertebrados más sensible al cambio
climático. En primer lugar porque su piel es extremadamente
permeable y sus huevos no tienen pared protectora. La exposición
directa con el suelo, agua y luz solar los hacen muy vulnerables a la
absorción de sustancias tóxicas a través de la piel, lo que los
convierte en verdaderos termómetros de la salud de la tierra.
Al
ser animales de sangre fría, no son capaces de producir calor propio
para mantener la temperatura entre límites constantes y su
temperatura corporal depende en gran parte de la temperatura
exterior.
Algunos
de los efectos del cambio climático sobre los anfibios son ya
evidentes. Por ejemplo el adelanto de la reproducción, motivado por
el aumento de la temperatura, hace que los anfibios estén más
expuestos a las heladas tardías, por lo que muchos animales mueren
congelados al inicio de la estación reproductora. También, el
aumento de las temperaturas provoca en muchas zonas la desecación
temprana de las masas de agua, con la consiguiente muerte de las
larvas que no tienen tiempo de completar su metamorfosis. Además, el
aumento de la temperatura del agua provoca una adelanto en el
desarrollo larvario, lo que hace disminuir la talla de los ejemplares
recién metamorfoseados, comprometiendo su supervivencia.
Por
otro lado los anfibios sufren intensamente los efectos de otros
motores del cambio global, como la destrucción o fragmentación de
hábitat o la contaminación del medio acuático en que se
desarrollan.
Bajo
la amenaza del hongo asesino
El
nuevo escenario climático puede facilitar indirectamente las
epidemias de enfermedades infecciosas que ocasionarían declives
poblacionales muy rápidos y, en ocasiones, extinciones de especies.
Es el caso de la quitridiomicosis provocada por un hongo que está
originando una mortandad elevada en muchas poblaciones de anfibios.
El hongo mata a ranas y sapos principalmente en las regiones
montañosas frescas o durante el invierno. Parece que el cambio
climático podría estar elevando las temperaturas en las zonas altas
de montaña de latitudes templadas, haciendo que estos ambientes,
antaño demasiado fríos para el desarrollo de este hongo, resulten
ahora un ambiente más adecuado para su crecimiento. La
enfermedad es la bala que está matando a muchos anfibios pero el
cambio climático es quien está apretando el gatillo.
Sierra
Nevada, observatorio privilegiado
Los
anfibios, por sus particularidades fisiológicas y ecológicas,
constituyen uno de los grupos de fauna más sensibles a los efectos
del cambio global en Sierra Nevada. En los últimos años se han
estudiado diferentes aspectos de su ecología relacionados con la
temperatura y la disponibilidad hídrica en el Observatorio de Cambio
Global de Sierra Nevada. Los datos obtenidos permiten inferir cambios
en las comunidades de anfibios nevadenses entre los que destacan: un
desplazamiento en altitud, mayor competencia entre especies que se
reproducen en medios permanentes, modificaciones en el tamaño de los
metamórficos y expansión de enfermedades emergentes.
En
el seguimiento realizado de los anfibios presentes en el macizo
nevadense durante las tres últimas décadas, se han observado
cambios en la distribución de las especies. De las especies
estudiadas, tres muestran un claro patrón ascendente superior a 100
metros (sapillo pintojo, sapo y rana común), dos no muestran un
patrón definido (sapo partero bético y sapo corredor) y otras dos
han tendido a rarificarse y desaparecer (rana meridional y sapillo
moteado ibérico). Para el sapo partero bético y el sapo común
existe un claro retardo fenológico conforme ascendemos en altura que
está claramente relacionado con la temperatura.
A
nivel general, mientras que las poblaciones de alta montaña podrían
verse beneficiadas por un aumento de la temperatura, las de baja y
media montaña corren serio riesgo de desaparecer, especialmente las
que utilizan medios temporales.
Metodología:
Muestreos
en lugares de reproducción y puesta, observación directa y
recorridos nocturnos con paradas de escucha.
Anfibios
presentes en Sierra Nevada:
-
Sapo común (Bufo spinosus)
-
Sapo corredor (Bufo calamita)
-
Sapo partero bético (Alytes dickhilleni)
-
Rana común (Pelophylax perezi)
-
Sapillo pintojo (Discoglossus jeanneae)
-
Sapillo moteado (Pelodytes ibericus)
-
Sapo de espuelas (Pelobates cultripes)
-
Ranita meridional (Hyla meridionalis)
-
Gallipato (Pleurodeles waltl)
-
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