Querid@s compañer@s:
He recibido en los últimos días diferentes llamadas, mensajes y correos en los que echaban de menos mi posicionamiento político en este proceso de primarias para elegir la candidatura socialista a la presidencia de la Junta de Andalucía. Aunque la mayoría adivinaban qué opción es mi preferida, les extrañaba que no hubiera realizado una declaración pública más explícita. Hay que tener en cuenta que dos de mis entradas más leídas y comentadas de este blog llevan la etiqueta #Primarias.
Motivos para confiar (en Pepe Entrena)
España camisa blanca de mi esperanza.
Para compensar esta ausencia quiero dejar por escrito algunas reflexiones sobre este ‘apasionante’ proceso de primarias en Andalucía que ha sacado de cierto aletargamiento, (y no me refiero sólo al forzado por la pandemia), al PSOE-A y ha hecho recobrar la ilusión socialista por todos los rincones de Andalucía. Nuestro reto es ahora ser capaces de sumarla, de integrarla, de conseguir que esta movilización por partes se convierta en una sumatoria de esfuerzos, de inteligencias y de ideas para recuperar la confianza de una gran mayoría social que convenza a los andaluces y a la andaluzas y que venza a la alianza de las derechas.
Breves apuntes sobre las primarias. Quien espere alguna crítica, mucho menos descalificación a alguna de las candidaturas puede dejar de seguir leyendo porque va a quedar defraudad@. Las felicito a las tres por haber dado con valentía el paso el paso de presentarse y por haber conseguido los avales necesarios. En esta ocasión no hemos sufrido las primarias de las primarias que eran los avales y no estamos forzados a esa ‘batalla’, (dejémoslo en carrera), pública que hubo en otras primarias por reclutar, antes incluso del debate, aliados. En mi opinión eso ha restado tensión innecesaria y nos hemos sacudido de la presión extemporánea sobre la decisión de la militancia. Ahora estamos en la decisión del voto después de recabar la información necesaria y de la exposición de las ideas de l@s candidat@s.
Para que las primarias sean un éxito colectivo siempre he defendido que debe haber respeto y compañerismo, con la responsabilidad individual de que los ataques personales que pudiéramos lanzar hoy serán parte de la munición de nuestros adversarios políticos. La diversidad de opiniones es enriquecedora siempre que se refieran a debate político, de ideas, y no a asuntos ni rencillas personales contra las candidaturas o sus equipos de apoyo que también entiendo que de manera libre “hacen sus apuestas” pensando en lo que consideran la mejor opción para el Partido.
Quizás algunas personas jueguen sus apuestas personales en este proceso, también es legítimo, pero como somos 45.000 no hay ‘bazas’ personales para tantos y la inmensa mayoría de los militantes, en la soledad y responsabilidad de nuestro voto el día 13, lo vamos a hacer porque creemos libre y honradamente que es la mejor opción para el Partido en este momento, siendo sensibles también a lo que escuchamos en nuestro entorno familiar, laboral o personal. Así lo creo y a eso apelo y os invito. Quiero que interpretéis mi apuesta, mi decisión y mi voto como unas preferencias pero sin ánimo de invalidar o restar crédito a las otras. Y sobre todo, sea cual sea el resultado interno, estaré encantado y dispuesto a trabajar para conseguir los mejores resultados externos en las próximas (creo que más próximas que siguientes) elecciones autonómicas.
Una advertencia previa: las primarias no son la panacea. Haré un inciso sobre el origen y significado de esta palabra. Panacea viene del griego (pan+akos) y viene a significar ‘remedio para todo’. La panacea es un mítico medicamento que cura todas las enfermedades o, incluso, prolonga indefinidamente la vida. Fue buscada por los alquimistas durante siglos, especialmente en la Edad Media. Hoy se interpreta como algo que es un remedio o solución para cualquier tipo de problema.
Muy especialmente considero a Juan Espadas como el liderazgo que necesitamos, nosotros y los andaluces en su conjunto, para la recuperación económica y la transición hacia un nuevo modelo productivo (AQUÍ lo he resumido en 30 segundos en el Día Mundial del Medio Ambiente).
Ahora nos enfrentamos a un dilema que es la auténtica esencia de estas primarias:
- volver al escenario de 2018 y recuperar el tiempo perdido y volver a ganarnos la confianza de los que nos dieron la espalda entonces (los famosos 400.000 votos que se quedaron en casa en las andaluzas pero luego volvieron a confiar en el PSOE, en las generales, (en dos ocasiones) y en las municipales.
- renovar nuestro proyecto, adaptarlo a la nueva situación, actualizarlo hacia el escenario post-covid y forjar una nueva alianza con la mayoría social andaluza con la que los socialistas hemos conectado desde la vuelta de la democracia.
Se trata de ver con cuál obtenemos mejores resultados ya que para cada estrategia hay una persona que mejor la puede representar y abanderar.
Yo considero mejor la estrategia de #CambioParaGobernar desde la unidad de los socialistas, que representa mejor, en mi opinión, Juan Espadas. Haré una observación personal que refuerza esta opción que defiendo. En el campo de la estrategia política (como en la militar) siempre hay que tener en cuenta la hipótesis más probable y la más peligrosa. En este caso puede que coincidan las dos: que no consigamos una mayoría suficiente con ninguna de las dos estrategias. En este caso si optamos por la primera estrategia volveremos a estar en la situación actual y, aparte de no ser capaces de conformar una mayoría que nos permita recuperar el gobierno, quedaremos hipotecados para hacer oposición de nuevo y quizás por muchos años.
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