viernes, 19 de agosto de 2022

Adoles-sesenta

 




... el día que tú naciste

grandes señales había,

estaba la mar en calma

la Luna estaba crecida,

moro que en tal signo nace

no debe decir mentira...”


El pasado 4 de agosto ha sido mi cumpleaños, como todos los años. Este día también cumplen los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (dos más que yo) y Barack Obama (uno más).


Pero en esta ocasión ha sido un cumpleaños diferente, muy especial, porque acabo de cumplir los cincuentaytodos. En realidad como yo suelo decir sólo he cumplido un año, el resto los tenía ya cumplidos anteriormente.


Podríamos cantar con Alberto Cortés aquello de “a partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida…” aunque en este caso, haciendo algunos sencillos cálculos estadísticos sería más correcto indicar “el último tercio de mi vida”, suponiendo que llego, más o menos, al límite de la esperanza de vida en la actualidad, en nuestro ‘país.


Hace años yo habría pensado (me temo que mucha gente 'más' joven lo vea así ahora aún) que llegar a los sesenta era ya entrar a ser ‘mayor’ y aunque es cierto que la media de edad a la que llegamos ha ido aumentando progresivamente, la barrera del 6 sigue siendo la recta, más o menos larga, en la que llega el final de la vida laboral y algunos síntomas de deterioro físico van asomando. Como en los ‘aparatos’, algunas piezas empiezan a fallar, a funcionar peor, aunque por ahora paso las ITVs personales anuales con solvencia y, gracias a mi seguimiento médico desde hace años y mi ‘disciplina’, los temas del azúcar y de la tensión están (más o menos) controlados. Suelo bromear al respecto con que muchos no tenemos problemas con el impuesto de sucesiones porque las únicas herencias que tenemos, (a pesar de haber tenido padres muy trabajadores durante toda la vida), son las genéticas; en mi caso, salvo ‘esas referidas pequeñas taras’, cuento por contra con un buen legado cromosómico.


En cuanto al 'chasis', yo no me veo mal, comparando con los de mi quinta y ‘para la edad que tengo’, la misma que por ejemplo Tom Cruise, Bertín Osborne, Jim Carrey, Bon Jovi… o Joddie Foster y Demi Moore entre las ‘chicas’.


En todo caso, en unas semanas entraré en boxes para una pequeña reparación interna que he ido demorando, que no debe ser complicada aunque te obliguen a firmar papeles como si te fueras a la guerra.



Quien lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho".


Para mí seguir esta máxima cervantina, ayer, hoy y siempre, es fundamental. Su significado es más complejo de lo que en apariencia supone, (como es habitual en este genio de las letras). A este respecto diré que la vista de cerca está bien, leo sin gafas todavía, y la vista de lejos mejor, ya que veo a los fantasmas y a los gilipollas a larga distancia. El oído es el que se está volviendo más delicado y selectivo y aunque soy de los de la ‘escucha activa’, voy convirtiéndome en sordo de conveniencia.


En lo de ‘andar’ es lo que estoy en déficit ya que lo hago menos de lo que me gustaría y me quedan muchos lugares a los que deseo ir. Tengo en mente tres o cuatro destinos que espero hacer realidad en los próximos años/meses.


Mi llegada a este especial ‘Rubicón’, a diferencia de la de Julio César, no puede completarse con un alea jacta est. No llego a esta edad con una misión concreta, cerrada. No tengo un plan para los próximos, últimos, años de mi vida profesional. Más bien me encuentro como un adolescente (adoles-sesente en mi caso) pensando, buscando y dibujando, con ilusión, qué hacer cuando sea mayor.


Como prueba de estas ganas de 'hacer cosas', de emprender nuevos proyectos, señalaré que no abandono mi continuo aprendizaje y formación como empleado público en diferentes programas de innovación pública y de gestión del conocimiento, (a pesar de que me quedan eventualmente, en principio, apenas cinco años para mi jubilación). Mantengo además otras líneas de trabajo como mi colaboración en un proyecto de investigación sobre la miel de Sierra Nevada o mis apariciones esporádicas, (prefiero que me echen d emenos a que me echen de más), en prensa tanto en el campo divulgativo ambiental como en el socio-político. Tengo además abiertas varias líneas profesionales que me hagan salir del destino ‘provisional’ en el departamento de Sanidad Vegetal al que he sido ‘condenado’, hace poco más de un mes, en la Junta de Andalucía, tras la resolución del concurso de traslados…


Estoy abierto a ofertas para 'cambiar de equipo' y aprovechar mi bagaje y experiencia en la gestión pública en algún lugar en el que sean útiles ‘mis competencias técnicas y directivas’. Barajo incluso la posibilidad de hacerme un Iniesta o un Beckham e irme a jugar en otras ligas exóticas como las ‘viejas glorias’ un par de temporadas antes de colgar las botas, aunque más bien tengo la intención de 'morir con las botas puestas'.

Adolescencia-sesenta

Resumiendo: que mi actitud vital ante esta nueva etapa no es la de resignarme a que vayan pasando los años sino la de enfrentarme, con menos fuerza física pero con más aptitudes, a nuevos retos, a abrir nuevos frentes. No quiero esperar a que me llegue el final de mi vida activa laboral y profesional sino que voy a ir a su encuentro, hasta que duren y me duren las ganas de cambiar el mundo desde la fórmula que he venido practicando hasta ahora: procurar hacer las cosas lo mejor posible en el lugar que esté. Como mi padre me enseñó, “cuesta lo mismo hacer las cosas bien que mal”, y yo encuentro una gran satisfacción y complacencia en el deber cumplido y el trabajo bien hecho. Quizás no sirva para cambiar el mundo, pero sí mi mundo y en todo caso como dice un proverbio chino “más vale encender una vela que maldecir la oscuridad”.


Una celebración de cumpleaños muy especial.


Para que este especial cumpleaños no fuera uno más mi familia me preparó una fiesta sorpresa en un ‘marco incomparable’, a la que se sumó un buen puñado de buenos amigos; me hicieron muchos (y buenos regalos) y me hicieron pasar un rato muy agradable sintiéndome muy arropado y querido. Si las penas con pan son menos, las alegrías con jamón son la rehostia. 








Nota. Aprovecho para volver a agradecer las numerosas felicitaciones, y buenos deseos, recibidas por tierra, mar y aire.

¡¡¡Las redes sociales también pueden servir a buenos propósitos y buenas causas!!!

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