Subo a mi blog personal, de nuevo, como seña de identidad, el logo de por una diversidad familiar y el enlace al sitio, en respuesta a la manifestación celebrada en Madrid, en defensa de la familia cristiana, y sotto voce, en contra del gobierno de ZP. La jerarquía de la Iglesia católica ha vuelto a sacar a la calle a miles de personas para reivindicarse ante ellos mismos porque no tratan de defender unas ideas, sus ideas, sino de convencernos a los que tenemos otras de que somos, aparte, de pecadores de las praderas, malnacidos, asesinos, y no sé cuantos insultos más.
En estos días navideños en los que nos acercamos a los valores del humanismo cristiano y podíamos sentirnos muchas personas más cerca de la religión que hemos mamado, en la que nos hemos criado y formado, vemos cómo los representantes de la Iglesia vuelven a cagarla con sus declaraciones. El discurso del Papa comparando la amenaza del cambio climático para la Tierra con el matrimonio sexual para nuestra sociedad y las palabras de Rouco, Cañizares y compañía alarmados por la crisis de la familia cristiana, parecen más mensajes apocalípticos de fin del mundo que de fin de año. Ese discurso homófobo y el sermón navideño nos alejan a muchos de la Iglesia justo en el momento en que estamos más cerca de Jesucristo, de su figura, mensaje y ejemplo.
La derecha política, como siempre ha estado en misa y repicando y ha apoyado la movilización con más disimulo que en otras ocasiones, no sé si como parte de una estrategia de moderación de la confrontación, o porque les dé vergüenza a muchos de sus dirigentes este tipo de manifestaciones en las que se lanzan gritos contra el divorcio, contra los matrimonios de homosexuales (enfermos o viciosos según la propia terminología usada por la iglesia para distinguir dos tipos diferentes de gays), contra los casados por lo criminal, contra las madres solteras y demás descarriados/as entre los que pueden sentirse aludidos muchos de sus militantes incluidos destacados dirigentes como Rodrigo Rato, Álvarez Cascos, la Cospedal, o quién sabe si el propio Mariano Rajoy.
En estos días navideños en los que nos acercamos a los valores del humanismo cristiano y podíamos sentirnos muchas personas más cerca de la religión que hemos mamado, en la que nos hemos criado y formado, vemos cómo los representantes de la Iglesia vuelven a cagarla con sus declaraciones. El discurso del Papa comparando la amenaza del cambio climático para la Tierra con el matrimonio sexual para nuestra sociedad y las palabras de Rouco, Cañizares y compañía alarmados por la crisis de la familia cristiana, parecen más mensajes apocalípticos de fin del mundo que de fin de año. Ese discurso homófobo y el sermón navideño nos alejan a muchos de la Iglesia justo en el momento en que estamos más cerca de Jesucristo, de su figura, mensaje y ejemplo.
La derecha política, como siempre ha estado en misa y repicando y ha apoyado la movilización con más disimulo que en otras ocasiones, no sé si como parte de una estrategia de moderación de la confrontación, o porque les dé vergüenza a muchos de sus dirigentes este tipo de manifestaciones en las que se lanzan gritos contra el divorcio, contra los matrimonios de homosexuales (enfermos o viciosos según la propia terminología usada por la iglesia para distinguir dos tipos diferentes de gays), contra los casados por lo criminal, contra las madres solteras y demás descarriados/as entre los que pueden sentirse aludidos muchos de sus militantes incluidos destacados dirigentes como Rodrigo Rato, Álvarez Cascos, la Cospedal, o quién sabe si el propio Mariano Rajoy.
Por todo eso, este año la manifestación ha tenido menos éxito, no estamos en precampaña electoral, y los propios organizadores han rebajado a la mitad los asistentes, a pesar de los autobuses fletados desde todas las diócesis, y los mensajes lanzados desde la macroeucaristía de la Plaza de Colón han sido menos beligerantes contra el gobierno y han estado menos politizados.
Pero para los conservadores españoles no debe suponer mayor problema esta contradicción porque históricamente se han caracterizado por la doble moral y la hipocresía. En esto cumplen con el mensaje “bíblico” de “haced lo que yo diga y no lo que yo haga”.
Pero para los conservadores españoles no debe suponer mayor problema esta contradicción porque históricamente se han caracterizado por la doble moral y la hipocresía. En esto cumplen con el mensaje “bíblico” de “haced lo que yo diga y no lo que yo haga”.
Menos mal que hay otros cristianos, otra iglesia, lejos del boato y de las consignas de los obispos que si no era como para hacerse budista que está más cerca de mi estado espiritual actual.
En todo caso, desde este blog, deseo un feliz año a todas las familias, a todos los hogares, sin distinciones y espero que todos los dioses se conjuren para hacer del 2009 un año más justo, más solidario, más fraternal.
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