domingo, 29 de mayo de 2016

La "Lista" se agranda y el tamaño (en este caso) SÍ importa

Gentiana alpina, al fondo el Mulhacén
Esta semana de Corpus no he descansado y he aprovechado para sacar un artículo para divulgar un artículo científico publicado recientemente por Juan Lorite, profesor de la Universidad de Granada que durante unos años trabajó en los proyectos de conservación de flora amenazada en el parque nacional de Sierra Nevada.

El enlace a la edición digital está AQUÍ:

http://www.granadahoy.com/article/granada/2293669/la/lista/se/agranda.html

y la edición en papel, a doble página, aunque en blanco y negro quedó así:




Os dejo los textos y las fotos originales con permiso de uso citando la fuente, sobre todo de las imágenes que en este reportaje corresponden a Luis Ordóñez  (genciana y amapola), José Miguel Muñoz, Mario Ruiz y Miguel Ángel Mesa y Antonio Gómez (las de los pinos insignes y secuoyas respectivamente).

La ‘Lista’ se agranda

Una reciente actualización del Catálogo de plantas de Sierra Nevada eleva a 2.353 las especies presentes. La cifra supone un incremento del 15% sobre las estimadas hasta el momento.
La prestigiosa revista científica dedicada al mundo de las plantas, PHYTOTAXA, ha publicado un artículo del profesor Juan Lorite, del Departamento de Botánica de la Universidad de Granada, con la actualización del Listado completo de plantas de Sierra Nevada, trabajo que no se realizaba desde la década de los 80 del siglo pasado cuando los profesores Molero Mesa y Pérez-Raya (1987) elaboraron la única Lista de flora vascular disponible de toda Sierra Nevada hasta ahora.
De las 2.100 plantas que se estimaban hace tres décadas se ha pasado, con esta revisión a un total de 2.353 taxones diferentes (2.063 especies, 258 subespecies y 32 híbridos identificados), lo que supone un incremento de 359 taxones, lo que supone un incremento del 15% sobre lo que se consideraba anteriormente. Los avances genéticos, los nuevos estudios realizados, las actualizaciones en taxonomía y la publicación de los Catálogos de Flora de la Península Ibérica y de Andalucía Oriental, han dado pie a esta revisión florística que queda abierta a probables nuevas incorporaciones con un mayor esfuerzo de muestreo y nuevos trabajos de recopilación.
Estos valores absolutos tan elevados tienen además una relevancia cualitativa desde dos puntos de vista distintos. En primer lugar porque esta cantidad supone que en Sierra Nevada está presente el 40% de las plantas de toda la Península Ibérica, porcentaje que habla por sí solo de la importancia de la flora nevadense. Esta cantidad es particularmente alta en comparación con otros espacios naturales como Cazorla que con una superficie aún mayor que Sierra Nevada, ‘solo’ alcanza 1.590 taxones según un reciente estudio similar.
Por otro lado la flora nevadense se caracteriza por su alto porcentaje de endemismos. Hasta 105 plantas han sido confirmadas como exclusivas de Sierra Nevada en este estudio del profesor Lorite, lo que la convierte también en una de las áreas con mayor endemicidad. 
Cuadro: Grado de amenaza de las especies de flora de Sierra Nevada.
201 especies de plantas tienen algún tipo de amenaza, de ellas 35 están en peligro o en peligro crítico de extinción. 
  • 17 en peligro crítico de extinción 
  • 18 en peligro 
  • 105 vulnerables 
  • 68 casi amenazadas 
  • 43 datos insuficientes
ESPECIES AMENAZADAS
En peligro crítico: alfilerillo de Los Alayos (Erodium astragaloides), Arenaria nevadensis, manzanilla real (Artemisia granatensis).

 En peligro: Espuelillas o conejillos de Sierra Nevada (Linaria glacialis) y Ranunculus glacialis.


Vulnerables: Perdiguera del Trevenque (Helianthemun pannosum), Valeriana apula.

Sierra Nevada, paraíso de biodiversidad vegetal.
Sierra Nevada ha sido reconocida desde hace mucho tiempo como un enclave de gran biodiversidad vegetal de la Región Mediterránea, lo que se conoce como hotspot (punto caliente). 154 tipos de comunidades vegetales diferentes han sido descritas que van desde los pastizales psicroxerófilos de la alta montaña hasta los tomillares subdesérticos del extremo oriental almeriense pasando por enebrales-piornales, tomillares dolomíticos, pinares de diversos tipos, robledales, encinares, saucedas o espinares.
La mayoría de los taxones, (2.273), están incluidos entre las angiospermas, (plantas vasculares con flores). En este grupo son mucho más abundantes las dicotiledóneas (1.861 taxones, 82%), que las monocotiledóneas que se quedan en 419 especies (18%); por su parte los helechos llegan a 51 taxones y las coníferas están representadas con 29.
Las familias identificadas en Sierra Nevada suponen el 86,7% de las presentes en Andalucía oriental. Seis de estas familias, Compuestas, Leguminosas, Labiadas, Gramíneas, Crucíferas y la Cariophyllaceae, tienen más de 100 especies cada una.
Diez géneros de plantas tienen 20 o más representantes en Sierra Nevada y entre ellos acumulan 233 especies, un 10% del total. Los géneros con más número de especies presentes en Sierra Nevada son: Astragalus (20), Carex (24), Centaurea (23), Festuca (20), Galium (23), Helianthemun (24), Orobanche (20), Ranunculus (25), Silene (27) y Trifolium (27).
La mayor parte de las especies son autóctonas, 2.232. El resto, un total de 121 especies son alóctonas o exóticas, la mayoría de ellas especies cultivadas o introducidas en las repoblaciones u ornamentales.
Origen de la biodiversidad nevadense
El origen de esta extraordinaria biodiversidad vegetal nevadense se encuentra tanto en factores paleohistóricos como biogeográficos. Sierra Nevada ha funcionado como punto de encuentro de plantas de diversas procedencias tan diferentes como el norte de África, las estepas del sureste de Asia o finalmente todas las llegadas del norte de Europa desde el Cuaternario que encontraron aquí refugio de las sucesivas glaciaciones.
A las plantas provenientes desde lugares tan diferentes, Sierra Nevada les ha proporcionado múltiples ambientes debido a su gradiente altitudinal, distintos tipos de sustratos, derivado de su gran variedad geológica (micaesquistos, filitas, cuarcitas, calizas, dolomías, conglomerados…), su diversidad climática o su compleja orografía.
La explicación más sencilla a esta enorme biodiversidad es entender que Sierra Nevada funciona como si fuera un pequeño continente ya que es un sistema montañoso aislado que posee un gradiente altitudinal muy amplio que va desde los 300 metros de altitud de las estribaciones orientales almerienses hasta las altas cumbres occidentales con más de veinte picos por encima de los 3.000 metros, incluyendo el Mulhacén, techo de la Península. 
 
El Tamaño sí importa 
 
El Inventario Florístico de un espacio natural es un elemento muy importante desde el punto de vista científico ya que es un requisito previo para evaluar la necesidad de planes de conservación, de recuperación y manejo de las diferentes especies vegetales así como un elemento fundamental para diagnosticar la necesidad de estudios más concretos y detallados. Por otro lado, desde el punto de vista social, es la manera más visual y cuantitativa de poner en valor la biodiversidad de un determinado ámbito y su importancia para el conjunto de la sociedad, posibilitando la comparación con otras zonas y estableciendo un ranking. Desde el punto de vista de las políticas ambientales, las Listas pueden servir para establecer prioridades de actuación en áreas con elevada biodiversidad o con alto porcentaje de endemismos. Pero lo verdaderamente importante es que la biodiversidad es un índice de riqueza de los ecosistemas y también de resistencia y resiliencia ante perturbaciones por lo que es un ‘seguro’ de los ecosistemas para seguir proporcionando bienes y servicios a la sociedad.

Endemismos por arriba y por abajo”: La amapola de Sierra Nevada es el endemismo que crece ‘más alto’, por encima de los 3.000 m. en la Loma del Mulhacén, mientras que Euzomodendron bourgaeanum, una planta de la familia de las crucíferas, vive en las cotas más bajas del parque a unos 300 m. de altitud.
Amapola de Sierra Nevada. Foto Luis Ordóñez

Euzomodendron bourgaeanum. Foro de María Luisa Rodríguez Tamayo

ESPECIES INTRODUCIDAS:
Secuoya gigante y pino insigne dos especies originarias de California.



 

Hippocrepis prostrata, una planta que se creyó extinguida durante mucho tiempo y fue redescubierta hace unos pocos años.
Ranunculus cherubicus subsp girelai., es la última especie incorporada a la Lista de Sierra Nevada tras su descubrimiento en el puerto de la Ragua, hace un par de años, por José Miguel Muñoz, botánico que trabaja en los Programas de Seguimiento y de Conservación de flora del parque nacional y natural de Sierra Nevada. Su apellido (girelai) ha sido puesto en honor a Mario Ruiz Girela, director del Jardín Botánico “Hoya de Pedraza”.

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