La Organización de Naciones Unidas ha declarado 2010 como el Año Internacional de la Diversidad Biológica para alertar de la preocupante situación en la que se encuentra nuestro planeta. El panorama es trágico ya que se calcula que entre 10.000 y 50.000 especies desaparecen cada año, muchas de ellas antes de ser catalogadas.
La diversidad biológica es el elemento fundamental para que la Naturaleza siga proporcionándonos los bienes y servicios que necesitamos –alimentos, energía o medicinas-, una suerte de póliza de seguro de supervivencia de nuestra especie. Los ecosistemas regulan el clima, la calidad del agua y del aire. Sin embargo, a medida que las especies se degradan o se destruyen, disminuye también su capacidad para continuar prestando esos servicios. Los humanos (y el resto de nuestra especie) somos parte de esa riqueza y tenemos la capacidad de protegerla o destruirla.
Toda la sociedad debe ser consciente de la importancia de frenar la pérdida de biodiversidad. Cuando nos referimos a este tema, mucha gente piensa en el oso polar o en el tigre siberiano, especies emblemáticas pero lejanas o en todo caso en nuestros amenazados lince, quebrantahuesos o águila imperial. Es preciso que la gente entienda que la biodiversidad es la suma de todos los seres vivos del planeta y de las relaciones entre las especies, y que dependemos totalmente de ella. La mayor parte de los recursos que necesitamos para vivir tiene su origen en la biodiversidad así que protegerla es fundamental para el bienestar humano y para frenar la pobreza y el cambio climático.
Por nuestra parte, iniciamos el año con la inauguración de una Exposición en el Parque de las Ciencias de Granada, (que luego viajará a otros lugares de las provincias de Granada y Almería), sobre “Símbolos de la Biodiversidad de Sierra Nevada”. Sierra Nevada es un continente en sí misma y alberga una enorme biodiversidad animal y vegetal (y también una gran e interesante geodiversidad).
El origen de la biodiversidad nevadense es complejo y se explica por factores históricos que dieron lugar a la entrada en el macizo de elementos de diversa procedencia, a veces muy distante, y factores ambientales propios de Sierra Nevada, que vienen dados por su gran altitud, meridionalidad y aislamiento, que generan unas enormes presiones selectivas, motores de especiación. A esto se une, en época reciente, el factor humano, clave para entender la actual conformación de la fauna de Sierra Nevada.
Se han descrito en Sierra Nevada más de 30.000 especies animales y algo más de 2.100 especies vegetales vasculares. De ellas alrededor de 300 taxones animales y 80 vegetales son endémicos. Podemos aprovechar la oportunidad para explicar la importancia de toda esta diversidad biológica. A lo largo del año iré colgando muestras de esa enorme biodiversidad que atesora nuestro macizo montañoso para que sumemos a los argumentos económicos, ecológicos y éticos, que justifican la protección de la biodiversidad, poderosas razones estéticas para lograr su conservación.
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