viernes, 15 de julio de 2016

Campeonas de los 3.000 metros


Amapola de Sierra Nevada, especie en peligro de extinción con una población escasa y muy localizada en las proximidades del Mulhacén.

Como está el verano muy deportivo y competitivo con la Eurocopa, el Tour, luego vendrá el baloncesto, las Olimpiadas... he pensado en sumarme a la fiesta con un titular de esta índole y con una metáfora sobre las especies vegetales, del amplio pelotón de cerca de 2.500 especies, que han llegado en su escalada a las cotas más elevadas, por encima de los 3.000 metros. Como ocurre en el Tour sólo llegan en cabeza arriba lo más selecto de cada familia botánica, cerca de un centenar, que han desarrollado estrategias evolutivas para afrontar las duras condiciones de la alta montaña, tanto en invierno como en verano.

Os dejo el enlace a la edición digital del periódico AQUÍ.

Y aquí os dejo también la versión en papel, más amplia y con más imágenes.


Como siempre transcribo la versión original con las fotos que aparecen en el periódico y algunas más que no "han cabido".


A pesar de su apariencia 'el desierto de alta montaña' esconde una amplia colección de joyas botánicas.

 Campeonas de los 3.000 metros

Un grupo selectivo del amplio ‘pelotón’ de plantas nevadenses, es capaz de sobrevivir la ‘escalada’ a más de 3.000 metros.


Sierra Nevada es el núcleo central y la parte más elevada de todas las Cordilleras Béticas. Del conjunto del macizo nevadense, que ocupa unas 200.000 has aproximadamente, algo más del 1%, unas 2.260 has, están situadas por encima de los 3.000 metros. La línea de los tres miles va desde el Caballo (3.011), la cima más occidental y más al sur, hasta el Picón de Jérez (3088), el más al norte y más oriental de todos los que superan esta cota. En el centro de este área se encuentran las cimas más altas de todo el macizo, Veleta (3.396), Mulhacén (3.479) y Alcazaba (3.369). También se incluyen varias lagunas por encima de los tres mil metros: Laguna del Corral del Veleta (3.086), Aguas Verdes (3.056), La Caldera (3.028), Río Seco (3.023-2.995) y Laguna Altera -Siete Lagunas- (3.050 m). Toda esta zona tiene una base geológica de rocas metamórficas, las más antiguas de la Sierra, en las que abundan esquistos, pizarras y cuarcitas.

De las cerca de 2.500 plantas presentes en Sierra Nevada, apenas un centenar han conseguido colonizar sus cotas más elevadas, gracias al desarrollo de estrategias que les permiten sobrevivir a las duras condiciones de la vida en las altas cumbres mediterráneas. Pertenecen a familias vegetales muy diferentes que han llegado a ‘soluciones’ a los mismos problemas de supervivencia por distintas vías evolutivas.

Esta vegetación singular se corresponde con el piso bioclimático más alto de toda la región biogeográfica mediterránea que se denomina crioromediterráneo, (el prefijo griego crio significa “frío intenso”, “congelación”), y está dominado por la fisonomía del pastizal de alta montaña conocido como psicroxerófilo (de frío + sequía). Es la vegetación más original y característica de Sierra Nevada y alberga buena parte de los endemismos nevadenses. En general a esta altitud el 50% de las plantas que nos encontramos son exclusivas de Sierra Nevada, porcentaje de endemicidad que asciende hasta el 80% en roquedos y cascajares.

DURAS CONDICIONES PARA LA VIDA VEGETAL

La alta montaña presenta unas condiciones muy adversas para el desarrollo de las plantas ya que el periodo vegetativo es muy corto por la permanencia de la nieve durante buena parte del año. Además en la época más ‘benigna’ tienen que soportar una radiación solar elevada, fuertes vientos, oscilaciones térmicas muy amplias o la sequía estival. Las plantas han debido adaptarse a este medio hostil con unas raíces muy desarrolladas para captar agua y nutrientes de manera eficaz. Son frecuentes los órganos de reserva subterráneos (rizomas, tubérculos, bulbos). Las plantas anuales son muy raras. En muchas especies la parte aérea desaparece y quedan las yemas a ras del suelo, cubiertas por la parte seca que las protegen de las bajas temperaturas. Otras adaptaciones son la presencia de pelos blanquecinos a manera de aislante térmico y para atenuar la radiación solar. Las flores suelen ser grandes en proporción al tamaño diminuto de muchas plantas para atraer a los polinizadores que pululan por las cumbres, o bien pequeñas y poco llamativas, las adaptadas a la polinización anemófila.

En suelos un poco desarrollados dominan las gramíneas vivaces y plantas de pequeño porte (nanocaméfitos y hemicriptófitos). En determinados hábitats como las laderas soleadas, los canchales móviles o los roquedos se establecen comunidades vegetales con adaptaciones específicas.

Toda el área por encima de la cota 3.000 está incluida en el parque nacional, (salvo una pequeñísima parte de la estación de esquí en la falda del picacho del Veleta), y además está clasificada como zona 'núcleo' de la Reserva de la Biosfera de Sierra Nevada, por lo que goza del máximo grado de protección. Está prohibida la recolección de cualquier planta o de partes de ella.

ADAPTACIONES:

Genciana azul. Una flor grande y vistosa en una planta muy diminuta.
Estrella de las nieves. Ejemplo de adaptación de las hojas a la radiación solar y de las flores a una polinización anemófila.
Siempreviva de Sierra Nevada. Mantiene una roseta de hojas gruesas que acumulan agua.
La romperrocas de la Sierra está adaptada a roquedos húmedos y fríos.
Diferentes gramíneas también están adaptadas a la vida en la alta montaña.

Una ‘tundra’ diferente

La alta montaña ha sido denominada ‘tundra alpina’ por su similitud con la original tundra, la ártica. El término deriva del finés ‘tunturi’, aunque nos ha llegado a través del ruso y del lapón, y representa una “llanura sin árboles”, “tierra infértil”. En ocasiones se ha resaltado la similitud entre ambas, disponer de un periodo vegetativo corto por la presencia de nieve, pero hay que hacer constar también las enormes diferencias. En el invierno ártico existe una noche continua y en verano un día permanente por lo que las oscilaciones térmicas diarias son muy pequeñas, especialmente en los días claros. En Sierra Nevada, por el contrario estas oscilaciones son muy acusadas con una intensa radiación diurna que en todo caso es muy débil en latitudes septentrionales, donde los rayos solares son casi paralelos a la superficie. Por otro lado en la tundra ártica el suelo se encuentra helado hasta la superficie la mayor parte del año y solamente se deshiela, en verano, la capa superficial.


CURIOSIDADES

Sólo una gimnosperma supera los tres mil metros, el enebro rastrero que en la vertiente sur puede alcanzar los 3.100 metros. (foto enebro rastrero).
Enebro rastrero (Juniperus communis subspecie alpina)

Cuatro especies de helechos (Polystichum lonchitis, Botrichium lunaria, Asplenium viride y Cryptogramma crispa) también consiguen ‘trepar’ por encima de los tres mil metros.

 Lunaria menor, (Botrychium lunaria) una especie catalogada como Vulnerable.

El ranúnculo glacial es la flor que se encuentra más cerca del Polo Norte. Tiene el récord de altura tanto en países nórdicos como en las montañas europeas. 

Ranunculus glacialis 

OTRAS ESPECIES DE ALTAS CUMBRES EXCLUSIVAS DE SIERRA NEVADA

Androsace vitaliana subsp. nevadenis. Gregoria.

Linaria glacialis. Conejitos de la sierra. 

Viola crassiuscula. Violeta.

Leontodon boryi. Diente de león


Ranunculus acetosellifolius. Ranillo de las nieves
Nevadensia purpurea. El ‘piornillo’ rosa es otra planta exclusiva de las altas cumbres nevadenses.
La famosa manzanilla real también está entre el selecto club de las que superan los 3.000 metros.

Dos especies del mismo género:

Arenaria tetraquetra subsp. amabilis. Piel de león o papo.

Arenaria nevadensis. Esta especie anual está en peligro de extinción por reducción de su hábitat.

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