lunes, 15 de abril de 2019

Observando, y gestionando el cambio climático




De nuevo he tirado de amigos cercanos para poner de relieve dos cuestiones que quería resaltar aprovechando 'la ventana' que me da el periódico Granada Hoy con la serie de entrevistas que he titulado "Sierra Nevada, paisaje y paisanaje". Quería traer a colación a alguien que hablara del cambio climático, aquí y ahora y de la necesidad de actuar, ya, ante este importante reto de la Humanidad. Alguien que lo hiciera, sin alarmismos, sin catastrofismos y con la cercanía y conocimiento por estar trabajando en el Observatorio, y Laboratorio, de Cambio Global de Sierra Nevada. Pero a José Miguel Barea, el protagonista, le venía 'chico' este asunto porque él es mucho más que uno de los puntales del Programa de Seguimiento del Observatorio y por eso he completado el 'retrato' con un apartado a su faceta de 'joven naturalista moderno'. 

Con todo el equipo, por todo lo alto.


Adjunto enlace a la edición digital:
https://www.granadahoy.com/granada/Jose-Miguel-Barea-Observando-gestionando_0_1345066177.html


Sierra Nevada, Paisaje y Paisanaje

José Miguel Barea Azcón

Observando, y gestionando, el cambio climático.

* Coordinador del Seguimiento de fauna en el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada.
* Naturalista, investigador, divulgador, gestor ambiental.

 José Miguel Barea frente a las cumbres del Mulhacén y la Alcazaba una tarde de
verano.


José Miguel Barea lleva ya casi 20 años trabajando para la administración ambiental andaluza, desarrollando proyectos con diferentes grupos de fauna, principalmente aves y mamíferos entre los vertebrados, y lepidópteros, odonatos, coleópteros y moluscos dulceacuícolas, entre los invertebrados. En la actualidad trabaja en el Seguimiento del Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada como coordinador de los seguimientos de fauna. Su participación en el proyecto Life Adaptamed le ha introducido en el campo de la gestión adaptativa, formando parte del equipo multidisciplinar mixto entre gestores y científicos.

Las montañas, son observatorios privilegiados del cambio climático... Efectivamente, por
muchas razones. Las montañas acogen ecosistemas y comunidades especialmente sensibles
al cambio climático. La atmósfera y la capa de ozono son finas, la radiación muy alta, las
condiciones frías facilitan la condensación de compuestos semi-volátiles y la orografía ejerce
un efecto barrera ante sustancias y microrganismos transportados a lo largo de largas
distancias por las masas de aire. Las comunidades de organismos se encuentran
especializadas a unas condiciones extremas.

3. En la estación meteorológica de Cáñar. Autor J. Enrique Gómez

Y Sierra Nevada muy en especial... La situación biogeográfica, la paleohistoria de Sierra
Nevada... la hacen muy especial y aquí encontramos una biodiversidad única en Europa y en
el Mediterráneo, con más de 2.300 especies de plantas vasculares, más de 4.000 especies de
insectos descritas, casi 300 especies de vertebrados... además con un elevado número de
especies endémicas, joyas vivientes que no podemos dejar que se pierdan. Hemos de facilitar
los procesos de adaptación para cuya implementación la gestión ya dispone de herramientas
adecuadas.


Se habla de los efectos del cambio climático en el Ártico, en islas remotas del Pacífico,
pero el cambio climático también tiene efectos aquí y ahora. Totalmente de acuerdo, el
cambio climático no es una cuestión con efectos sólo en regiones remotas del planeta. En
Sierra Nevada los efectos ya se están observando y las consecuencias no son sólo
ambientales, sobre la biodiversidad, también hay impactos socioeconómicos de gran calado.
Por ejemplo, hemos comprobado en el marco del Observatorio de Cambio Global una subida
de las temperaturas y una tendencia negativa de la cantidad de precipitaciones... Las
condiciones en las lagunas de alta montaña, (ecosistemas únicos, extremadamente complejos
y sensibles), han cambiado notablemente en las últimas décadas... Se han constatado efectos
sobre la biodiversidad que involucran la aparición de nuevas especies y la rarificación de otras.
Sin ir más lejos, el prestigioso diario británico The Guardian incluye a la ‘niña de Sierra
Nevada’, una pequeña mariposa, entre las diez especies más amenazadas por el cambio
climático del Planeta junto a otras especies icónicas como el pingüino de Adelaida o los corales
que forman la famosa Gran Barrera.

En un muestreo de invertebrados

En el apartado de fauna ¿qué indicadores habéis seleccionado?. Los insectos y las aves
tienen un papel protagonista en nuestros seguimientos de fauna. Son grupos muy sensibles a
los cambios ambientales, y se cuenta con multitud de valiosos datos históricos previos. Entre
los insectos, destacamos el esfuerzo que se está haciendo en el seguimiento de mariposas
diurnas, como uno de los grupos de bioindicadores que reúne mejores condiciones para trazar
los cambios en el clima y en los usos del territorio. Aves y mariposas diurnas son además
objeto de seguimiento a lo largo de multitud de puntos distribuidos por todo el Planeta, lo que
confiere un enorme valor añadido, para comparar resultados y extraer conclusiones a gran
escala.

¿Qué le está ocurriendo a los pájaros en una montaña como la nuestra, al Sur de
Europa? Las comunidades de aves de Sierra Nevada han cambiado mucho en las últimas
décadas. Si comparamos las comunidades actuales con las de los 80, vemos una reducción en
el número de individuos, la aparición de determinadas especies y el deterioro especialmente
acentuado de las poblaciones de especies asociadas a la alta montaña.
Por otro lado, el abandono de la agricultura y la ganadería junto a las políticas de conservación
y el importante trabajo de gestión forestal ha facilitado la mejora del estado de los bosques de
Sierra Nevada. Esta nueva situación podría estar favoreciendo a determinados grupos de aves
en los que se ha detectado un incremento destacado durante este periodo. También estamos
observando el hecho de que especies propias de zonas más bajas experimentaron cambios
positivos en sus poblaciones, mientras que especies con preferencias por zonas elevadas
mostraron tendencias negativas.

En un seminario divulgativo organizado por IDEAL sobre cambio climático con el director del parque nacional, Javier Sánchez, el coordinador científico del  Observatorio de cambio global, Regino Zamora y el periodista Juan Enrique Gómez. 

¿Cuál es el 'estatus' de las poblaciones de rapaces en Sierra Nevada? Sierra Nevada
cuenta con nutridas poblaciones de rapaces. La ‘reina’ de la Sierra es sin duda el águila real,
con más de 20 parejas reproductoras. Prácticamente no hay valle en donde no encontremos
territorios ocupados. La perdicera, por su parte, ocupa zonas menos elevadas con una
población reproductora promedio de 11 territorios en la última década.
En los últimos años, además, estamos asistiendo a la recolonización de dos especies de
rapaces necrófagas, el buitre leonado y el quebrantahuesos. Hace unos años se veían pocos
buitres sobrevolando Sierra Nevada, mientras que en la actualidad la presencia de esta especie
se ha consolidado. No hay constancia de que se estén reproduciendo en Sierra Nevada, pero
todo llegará... El ‘quebranta’ también es un morador habitual ahora, con presencia constante de
varios individuos excepto en pleno invierno. Esta recuperación es el fruto del buen trabajo de
los responsables del programa de reintroducción de esta especie con las crías y liberaciones
que se llevan a cabo en las cercanas Sierras de Cazorla, Segura, las Villas y en la de Castril.



¿Qué le pasa a la chova piquirroja? Esta ave es emblemática de la montaña y su piar está
inexorablemente unido a esa fabulosa sensación que experimentamos al asomarnos a un
paisaje abrupto de montaña. El problema con esta especie no es otro que los cambios en los
usos del suelo y la gestión actual de la agricultura que afectan a su alimento, los insectos.
También la matorralización de los pastizales de alta montaña tiene efectos. Esta especie ha
disminuido cerca de un 60% en España en diez años por lo que estamos preocupados y
haciendo un seguimiento en colaboración con la Universidad de Granada.

¿Cuál es el carnívoro más 'en peligro' en Sierra Nevada? El carnívoro más amenazado de
Sierra Nevada es el gato montés. En realidad, las poblaciones de este felino han sufrido una
regresión importantísima en toda la provincia de Granada en menos de dos décadas. Los
motivos aún no están del todo claros. En Sierra Nevada, nuestro trabajo mediante seguimiento
a través de trampeo fotográfico ha desvelado la presencia de unos 74 individuos. Las mejores
poblaciones se mantienen en la orla forestal de la Sierra Nevada almeriense y en determinados
puntos de las alpujarras granadinas. Urgen medidas para la conservación de esta especie que
se está perdiendo de forma silenciosa.
Investigación. Especialistas en mariposas en una sesión de campo. Autor J. Enrique Gómez

Y a las mariposas, ¿cómo les va? En el Observatorio de Cambio Global contamos con
completos seguimientos de este grupo, en los que colabora una red de voluntarios, que han
desvelado que cada vez hay menos mariposas en Sierra Nevada. Esta conclusión es extensiva
a toda la superficie del Parque excepto para las zonas de cumbres en donde las poblaciones
parecen estar creciendo. La explicación a este crecimiento en las zonas más elevadas hemos
de buscarlo en que las cumbres se han convertido en un lugar más ‘amigable’ para las
mariposas debido a la subida de temperaturas y la reducción de los periodos de innovación que
está facilitando que algunas especies propias de zonas no tan altas ‘pasen arriba’ cada vez
más tiempo y encuentren la ‘ventana de oportunidades’ que necesitan para tratar de completar
sus ciclos vitales. Algo que hace unas décadas seguramente sería impensable. La reducción
de las poblaciones de mariposas en zonas bajas se debe a la pérdida de usos tradicionales que
está favoreciendo la escasez de hábitats en mosaico que favorecen la aparición de multitud de
nichos ecológicos. Esto nos indica la importancia de conciliar en la montaña la conservación
con el mantenimiento de las actividades tradicionales como la ganadería extensiva o una
agricultura de montaña.

Exponente del ‘nuevo naturalismo’

Seguimiento de aves junto a Fran 'Parody' . Autor J. Enrique Gómez
José Miguel Barea Azcón es de formación, licenciado en Ciencias Biológicas, especializado en Zoología, lo que venía a llamarse un “biólogo de bota”, de campo. De vocación, es uno de los nuevos grandes naturalistas, heredero de aquellos investigadores decimonónicos enciclopédicos de Historia Natural y de los grandes naturalistas del siglo XX como Félix Rodríguez de la Fuente, Valverde o Araujo. Lo mismo lo encuentras en un seminario internacional de seguimiento de mariposas diurnas, junto a los más importantes investigadores europeos, que inventariando pequeños moluscos de agua dulce o proponiendo ideas para la
renaturalización del Río Genil por la ciudad y para eliminar las barreras que impiden el paso de la nutria hacia Sierra Nevada. José Miguel Barea es uno de los grandes naturalistas ‘modernos’. Como sus antecesores, es un biólogo 4X4, un ‘todo terreno’, que aunque especializado en fauna, tiene un conocimiento muy amplio en otras disciplinas y una curiosidad y una pasión eternamente juvenil por descubrir, por conocer. Su motivación y entusiasmo por emprender nuevos proyectos, por explorar ideas, por abrir nuevos campos de investigación, es digna de admiración y debiera ser una 'enfermedad' infecto-contagiosa. De casta le viene al galgo y él la heredó de sus padres y la comparte con su mujer y sus hijos pequeños.

Con su mujer Elena y sus hijos.

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