Esta semana en mis reportajes sobre Paisaje y Paisanaje en el periódico quería visibilizar a una persona relacionada con Sierra Nevada que fuera mujer, joven, emprendedora... alguien que nos diera ilusión y confianza en el futuro que significara que no hemos trabajado en balde. Y tenía a mano a Alicia Pelegrina como un magnífico ejemplo.
Enlace a la edición digital:
http://www.granadahoy.com/granada/Ambientologa-pioneraAlicia-Pelegrina-Lopez_0_1246675684.html
Y así quedó la doble página en la versión impresa:
Sierra
Nevada, paisaje y paisanaje
Ambientóloga
pionera
Alicia
Pelegrina López
*Ha
participado en diferentes proyectos de desarrollo local y de gestión
ambiental. * En la actualidad trabaja en la Oficina de Calidad del
Cielo del Instituto de Astrofísica de Andalucía.
Entre
el suelo y el cielo
PERFIL.
Alicia
Pelegrina es una de las primeras egresadas en Ciencias Ambientales de
la Universidad de Granada. Desarrolla una primera parte de su carrera
profesional vinculada a la gestión de proyectos, creando en el año
2002 una empresa de consultoría en la que lleva a cabo las labores
de dirección técnica, diseñando, coordinando y ejecutando
diferentes proyectos de formación, concienciación y gestión
ambiental en nuestra comunidad autónoma. En el año 2005 comienza a
trabajar como gestora de proyectos europeos en el ámbito del
desarrollo rural, en un territorio (Arco Noreste de la Vega de
Granada) que engloba a dos espacios naturales protegidos, el parque
natural de la Sierra de Huétor y el Espacio Natural Sierra Nevada.
En 2015 cambia de rumbo y pasa de los proyectos concretos, muy
pegados al territorio, asesorando a las pequeñas y medianas
empresas, a la gestión en el ámbito de la
Investigación+Desarrollo+innovación, dando ‘el salto definitivo a
las alturas’, al incorporarse al Instituto de Astrofísica de
Andalucía, investigación dependiente del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, siendo actualmente gestora de la
Oficina de Calidad del Cielo de dicho centro de investigación.
ENTREVISTA
Hablar
con Alicia Pelegrina es como inyectarse una dosis de ilusión, de
energía positiva. Siempre que me la ‘encontrado’ ha venido
cargada de ideas nuevas, de proyectos innovadores en los que me ha
implicado. En una de las ocasiones me ‘enganchó’ especialmente y
desembocó en su tesis doctoral leída hace apenas un año sobre la
percepción social del parque nacional y natural de Sierra Nevada de
la población de su área de influencia socio-económica. Empezamos
nuestra conversación hablando de los resultados de esa investigación
y terminamos hablando de ‘otras cosas’ en las que está liada
aparte de su trabajo actual.
¿Cómo
fue la idea de atreverte a una tesis doctoral, estando implicada en
múltiples tareas laborales? Cuando
terminé la licenciatura comencé un programa de doctorado, empujada
más por el miedo a lo desconocido que por un interés directo o
concreto en algún tema. Poco después me embarqué en mi primera
aventura empresarial junto con otras compañeras ambientólogas,
creando una consultora de gestión ambiental que ocupaba todo mi
tiempo y mi mente. Fue una etapa difícil pero llena de aprendizajes.
Tuve que dejar aparcada la tesis pero más adelante se despertó en
mí el interés ‘dormido’ por la investigación cuando se planteó
la posibilidad de compatibilizarla con mi trabajo profesional y
recobré las fuerzas y el entusiasmo para acabar mi doctorado.
¿Y
de dónde surge el tema que elegiste? La
oportunidad de trabajar como gestora de proyectos de desarrollo
rural, en el grupo Alfanevada, que abarca a los municipios del Arco
Noreste de la Vega de Granada, me posibilitó el contacto directo con
la población que vive en estos territorios y el vínculo laboral con
los equipos de gestión de los espacios naturales protegidos
afectados, (el parque natural de la Sierra de Huétor y el parque
nacional y natural de Sierra Nevada). Pude observar que a pesar de
que se trabaja con objetivos comunes y de la excelencia de los
equipos humanos que había detrás, hay una distancia entre población
y gestión ambiental que me propuse analizar científicamente con la
idea de encontrar formas de reducir ese ‘hueco’ y aportar
fórmulas para una mejor gobernanza.
En
Sierra Nevada hay mucha investigación, muchas publicaciones, sobre
diferentes disciplinas científicas, pero falta investigación
social…
¿Ocurre
igual en otros parques nacionales? El
déficit en estudios sobre percepción de la población local en
espacios protegidos es un hecho generalizado, más aún si se compara
con otras disciplinas, como la flora, fauna, geología… Pero no
debemos olvidar, que un espacio protegido es más que esta sucesión
de recursos. Un espacio protegido también es el grupo de personas
que vive en él. No podemos esperar que el simple hecho de declarar
un espacio protegido garantice el éxito de las políticas de
conservación de la biodiversidad. La clave del éxito pasa por
compatibilizarlas con los intereses de la población local y para
conocer estos intereses tenemos que trabajar en la componente social
de los modelos de gestión de los espacios protegidos, que es un
campo de trabajo en el que los análisis de percepción social, como
el que centró mi trabajo de investigación en Sierra Nevada, cobran
gran relevancia.
¿Cuáles
son las principales conclusiones de tu investigación? ¿Cómo
perciben los habitantes de parque nacional y natural de Sierra
Nevada, estar dentro de este espacio protegido? De
mi estudio se concluye que la población local de Sierra Nevada
respalda de forma contundente el modelo de gestión pública del
espacio protegido. Considera que su declaración supuso una mejora en
la imagen e impacto social de este territorio y un gran impulso al
desarrollo del sector turístico y los que han tenido contacto con el
personal de gestión vinculado al mismo lo clasifican como excelente.
Sin embargo, y esta es la principal debilidad identificada, la mayor
parte de la población manifiesta no tener ese contacto. Existe un
desconocimiento generalizado de muchas de las iniciativas que se
llevan a cabo en el espacio protegido y mucha gente no conoce de la
existencia del importante canal de participación, que supone el
órgano de representación en el que están las diferentes
administraciones y colectivos sociales, el Consejo de Participación
del Espacio Natural Sierra Nevada, a través del cual podrían hacer
llegar sus propuestas.
Dos
recetas para la gestión del Espacio Natural de Sierra Nevada que
hayan salido de tu tesis doctoral. La
primera, sin duda, es avanzar hacia un modelo de gestión más
descentralizado y cercano a la población. Como ingredientes
principales de esta primera receta estarían la incorporación de las
TICs para establecer canales de información y participación directa
y eliminar la brecha existente entre los representantes locales en el
Consejo de Participación y la población local. Las diferentes
administraciones y colectivos sociales presentes en dicho órgano de
participación ciudadana tienen que mejorar esa intermediación con
el conjunto de la población local.
Y,
en segundo lugar, trabajar en la incorporación del componente social
en el modelo de gestión realizando análisis de percepción social
periódicos que permitan evaluar cambios en las respuestas
poblacionales asociados a iniciativas concretas puestas en marcha.
Y
como investigadora, como buena conocedora de la gestión de este
espacio y de otros parques nacionales, con los que hayas podido
comparar ¿qué opinas? ¿en qué lugar colocarías al parque
nacional y natural en un ranking hipotético? Sierra
Nevada es el primer espacio natural protegido español y el único
con Doñana, por ahora, que está reconocido internacionalmente por
su gestión excelente a través de su inclusión en la Lista Verde de
la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza que creó
esta Lista en 2014 para señalar modelos de buena gestión en áreas
protegidas. Ese es un título que no regalan y que está otorgado por
la máxima autoridad mundial en conservación de la naturaleza tras
un proceso muy exigente de auditorías externas. Como investigadora
y como conocedora directa del trabajo del Equipo de Gestión que hay
detrás de este espacio creo que estamos en el top mundial en la
gestión de espacios protegidos, siendo pioneros y líderes en
asuntos como el Observatorio de Cambio Global o la Carta Europea de
Turismo Sostenible. Garantizar la conservación de la extraordinaria
riqueza natural de esta montaña, en un espacio en el que además de
vivir más de 95.00 personas se sitúa la estación de esquí más
visitada de España, es un éxito que se debe al trabajo y la
dedicación de muchas personas. Como granadina, y sobre todo como
alpujarreña, lo sitúo en el número 1.
¿Qué
aportan los ambientólogos, esta nueva profesión en la gestión de
los espacios protegidos? ¿tienen un campo de acción propio? Si
me haces esta pregunta hace 15 años hubiera dicho que no. Cuando
terminas la carrera es difícil para personas con formación
científica multidisciplinar encontrar nichos profesionales
específicos en los que tienes que competir con físicos, químicos,
biólogos o ingenieros de caminos, por poner algún ejemplo. Hoy, con
la perspectiva de quien ha recorrido un trocito de camino, mi
respuesta es sí. Las ambientólogas y ambientólogos tenemos en esa
multidisciplinariedad nuestra fortaleza. Podemos adaptarnos a
contextos laborales diversos aportando esa capacidad de visión
global que nos convierte en grandes coordinadores estratégicos.
Desde aquí animo a mis colegas a luchar por estos espacios y a
defender con orgullo nuestros valores profesionales.
¿Cómo
surge la posibilidad de cambiar radicalmente de actividad e
incorporarte al Instituto de Astrofísica de Andalucía? Cuando
una puerta se cierra otra se abre. Los grupos de desarrollo rural en
el año 2014 paralizaron sustancialmente su actividad a la espera de
un nuevo programa de ayudas quedando los equipos de trabajo reducidos
al mínimo. Yo formaba parte de uno. Tras un año estudiando en el
extranjero, Marte me abrió las puertas del Universo. Comencé a
trabajar en el Instituto de Astrofísica de Andalucía como gestora
de un proyecto europeo de investigación sobre el planeta rojo.
Durante este periodo comenzó a definirse la Oficina Técnica de
Calidad del Cielo. Hace dos años se pone en marcha y tengo la suerte
de ser su gestora.
¿Cuál
es el papel de la Oficina Técnica de la Calidad de Cielo?
Esta Oficina se constituye
como un instrumento para garantizar la preservación de la calidad
del cielo en nuestra comunidad autónoma. Su objetivo fundamental
reside en servir de referente científico a las
distintas
instituciones y agentes que trabajan en la conservación del cielo
oscuro, así como para como promover las mejores prácticas en la
protección de la ‘bóveda celeste’.
¿Cuáles
son sus líneas de trabajo?
Tenemos cuatro líneas de trabajo estratégicas: investigación,
asesoramiento técnico, certificaciones de la calidad del cielo y
formación, divulgación y concienciación.
NUEVOS
HORIZONTES
¿En
qué andas metida ahora aparte en el ámbito de la I+D+i? Cuando
Granada es reconocida como Ciudad de la Ciencia y la Innovación, a
iniciativa del Ayuntamiento y con la participación de otras muchas
entidades, me incorporo a la Mesa de la Ciencia y ahora coordino el
equipo de trabajo de búsqueda de oportunidades de financiación.
Como
ambientóloga hay mucho ‘verde’ en tu curriculum, en toda tu vida
profesional pero también como mujer hay un evidente tono ‘violeta’.
¿Cómo se traduce hoy esta lucha por la igualdad? Aparte
de la actividad reivindicativa que hay que seguir haciendo por la
igualdad de oportunidades entre hombre y mujeres creo que hay
aprovechar los espacios de participación y llevar a la práctica
medidas para hacer efectiva esa igualdad y remover los obstáculos, a
veces invisibles, que la impiden. En ese sentido por ejemplo formo
parte de la comisión de igualdad de género de mi centro de
investigación.
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