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Así quedó la doble página en la versión impresa:
Reproduzco la versión original, He marcado algunos párrafos en color amarillo que hubo que sacrificar por cuestiones de espacio en el periódico y he añadido algunas imágenes más.
SIERRA
NEVADA: PAISAJE Y PAISANAJE
Manuel
Titos Martínez
El
gran lector y contador
de
‘historias’
de
Sierra
Nevada
EL
PERFIL:
Manuel
Titos, nació en 1948 en Guadahortuna, en los montes orientales.
Desde un cerro próximo, en el
lugar en el que se unen las provincias de Granada y Jaén, le
comento que es uno de mis rincones favoritos para disfrutar de una de
las más bellas imágenes de Sierra Nevada, un paraje en el que se
abarca una amplia panorámica de toda la línea de cumbres
occidentales con la inconfundible silueta de sus cimas más
emblemáticas, Veleta, Mulhacén, Alcazaba...
Estudió
Magisterio, Graduado Social y Filosofía y Letras en la Universidad
de Granada, licenciándose en la especialidad de Historia. En la
actualidad es catedrático de Historia Contemporánea. Su tesis
doctoral versó sobre “Crédito y ahorro en la Granada del siglo
XIX”, lo que ha marcado una parte importante de su trayectoria
profesional ligada a la historia económica y empresarial de
Andalucía y de Granada en particular, convirtiéndose en uno de los
mayores especialistas en la historia de las Cajas de Ahorro. En esta
línea ha producido numerosas publicaciones entre las que podemos
destacar “El sistema financiero en la Andalucía contemporánea”
o “Rodríguez-Acosta.
Banqueros granadinos 1831-1946”.
De
manera paralela y simultánea ha cultivado otra línea de
investigación que nace de su afición a la montaña y que está
relacionada con la Historia y con las ‘historias’ de Sierra
Nevada. Esta vertiente ha sido también fecunda y ha generado una
amplia colección de investigaciones y publicaciones de obligada
referencia para los que quieran adentrarse en el conocimiento de la
Historia de ‘la gran montaña mediterránea’. Además ha sido
comisario de varias exposiciones sobre Sierra Nevada entre las que
destaca la desarrollada con motivo del vigésimo aniversario de la
declaración del parque natural y el décimo del parque nacional que,
con el nombre de “Luces de Sulayr: cinco siglos en la imagen de
Sierra Nevada”, estuvo expuesta en el Museo de la Memoria de
Andalucía y en el Centro de Arte Museo de Almería en los años 2009
y 2010.
No
se ha quedado en la distancia del historiador, del investigador y ha
mantenido un compromiso constante con la conservación de este
espacio protegido y con un modelo de desarrollo respetuoso con el
patrimonio natural y cultural, ‘dando la cara’ en los asuntos más
controvertidos y contribuyendo activamente en la divulgación de la
necesidad de armonizar el desarrollo y la conservación y en la
importancia de preservar las montañas de la manera más natural. La
hemeroteca guarda artículos suyos sobre ‘casi’ todos los grandes
debates relacionados con Sierra Nevada.
Cuenta
con numerosos premios y reconocimientos a su trabajo, entre ellos el
Premio de Andalucía de Medio Ambiente y la Estrella de las Nieves de
la Universidad de Granada, concedidos por la dirección de la
colección de libros “Sierra Nevada y la Alpujarra”.
Fue
miembro del Patronato del Parque Nacional de Sierra Nevada desde
su declaración hasta
el año 2007 y fue distinguido en 2016
por el parque nacional junto a varias instituciones y entidades en el
acto de conmemoración del
centenario de los parques nacionales españoles.
Con su hijo en el Lucero en la Sierra de la Almijara, otra gran montaña "entre el cielo y el mar", uno de los miradores extraordinarios de Sierra Nevada. |
Con
el profesor Manuel Titos es muy fácil conversar. Hombre erudito, es
de esos ‘maestros’ a los que les gusta enseñar, transmitir y
compartir lo que han investigado y descubierto, muy alejado de
aquella actitud de los que acumulan conocimiento y se empeñan en
querer demostrar cuánto saben. “Si lo que sabes no lo enseñas,
(me dice citando a Platón), no sirve para nada”,
cuestión que ratifican sus alumnos de Ciencias Políticas y
Sociología donde ahora imparte sus clases, que en las evaluaciones
anuales de los docentes lo califican con notas muy altas, por encima
de la media de su departamento, de los estudios de la Licenciatura y
de la de la Universidad. Hablar con él de Sierra Nevada es como
sumergirse en una voluminosa Enciclopedia de imágenes, de historias
(y leyendas), de fechas, datos... que no tiene límite.
Empezamos
la charla hablando sobre el reciente Congreso Internacional de las
Montañas, en el que nuestro protagonista ha sido miembro del Comité
Científico y la terminamos hablando de la última iniciativa en la
que anda, andamos liados: un curso MOOC sobre Sierra Nevada que
promueve la Universidad de Granada y que sucede a otros del mismo
formato sobre la Alhambra y sobre Lorca, del que ha sido nombrado
coordinador.
¿Quién te enseñó más de Sierra Nevada?
Sin duda que mi amigo, compañero y compadre Rafael Millán, cuyas cenizas tuve el desgraciado encargo de enterrar junto a la Laguna Larga. Él, que nunca escribió ni una línea, tenía un conocimiento enciclopédico de Sierra Nevada y me arrastró, durante treinta años, a recorrerla en todas direcciones. Juntos rompimos decenas de botas, perdimos bastones, subimos a todas las cumbres y machacamos todas las veredas, hasta que tuvo la mala idea de irse, para contemplarla mejor desde arriba. Luego, claro, toda la literatura extensísima sobre Sierra Nevada, que he ido descubriendo, aprendiendo y conservando.
¿Cuál
fue el primer libro sobre Sierra Nevada que llegó a tus manos?
La primera
“Guía montañera” de Pablo
Bueno, publicada por la editorial Montblanc en 1963, que compré
precisamente en una librería de Barcelona. Casi a la vez, la “Sierra
Nevada” de Fidel Fernández, que
fotocopié en aquel infernal papel químico de los años setenta,
porque entonces era imposible conseguirla. Me refiero a la edición
de Granada de 1931, no a las dos posteriores de la Editorial Juventud
de Barcelona en las que fue perdiendo cien páginas en cada una.
Lo primero que
escribiste sobre Sierra Nevada.
El primer libro y
realmente lo primero que escribí fue “La aventura de Sierra
Nevada, 1717-1915”, que publicó la Universidad en 1990. El 5
de agosto del año anterior subimos mi mujer y yo con nuestros hijos
a la misa del Mulhacén y para ponerlos en ambiente, el día antes
les escribí un relato sobre la tradición de la Virgen de las
Nieves, la leyenda de su aparición, las cuatro ermitas de Dílar, la
romería de Trevélez… Vi que aquello daba para más y seguí
explotando el material que tenía guardado y ahí está. Uní con
ello profesión y vocación.
El libro que más
te ha gustado e impresionado de Sierra Nevada.
Los
que leí primero quizás y alguno de los
del Padre Ferrer. Pero hay muchos más. En realidad todos los libros
tienen algo bueno y hay que descubrirlo. Me decía mi maestro que los
libros hay que valorarlos por lo que tienen y no por lo que no
tienen.
Los libros
‘nevadenses’ que más trabajo te ha costado leer.
En general,
aquellos para los que no poseo conocimiento profesional y que están
hechos con criterios rigurosamente científicos, por ejemplo la
geología o la botánica. Pero al final he leído y editado a
Boissier o a Willkomm y lo último que he escrito, aun no publicado,
es sobre Schimper, el primero que describió la cabra montés de
Sierra Nevada y elaboró una teoría propia sobre el glaciarismo
nevadense. Además, con textos inéditos, manuscritos y en francés.
¡Un horror! (je, je)
¿Y escribir?
Posiblemente
“Sierra Nevada, una gran historia”,
(1997).
Años de trabajo. Cien capítulos, más de mil quinientas páginas,
miles de notas, miles de referencias bibliográficas. ¡Masoquismo
puro! Una
tortura y una inmensa satisfacción. Después he buscado que los
trabajos estuvieran más medidos.
¿Cuántos
libros en total de Sierra Nevada?
Alrededor de
veinte, compatibilizándolos con la investigación académicamente
computable para oposiciones, sexenios, etc., porque en mi área de
conocimiento lo relacionado con el montañismo no podía ni
mencionarlo. Además de capítulos de libros, artículos, estudios
preliminares, prensa, congresos, prólogos… ¡Ah! Y la colección
“Sierra Nevada y La Alpujarra”,
dedicada a la edición facsímil y la traducción de textos antiguos,
de la que llegamos a hacer 25 tomos, hasta que la Caja de Ahorros se
cansó de tanto libro. Porque había material para otros tantos...
¿Cuáles han
sido recibidos mejor por el público?
Con ediciones
pequeñas y sin derechos de autor no es fácil saberlo. Posiblemente
“El tranvía de Sierra Nevada”,
“Mulhacén. Vida y leyenda de una
montaña”, o la recopilación de
“Leyendas de Sierra Nevada” que
realicé en 1998.
¿Qué le gusta
más a tus alumnos, las historias o las leyendas? ¿Cuál es tu
leyenda preferida, la que más veces has contado?
Yo explico historia
política, social y económica y ahí hay poco margen para las
leyendas. Pero todo se termina sabiendo. Ahora, aunque casi siempre
salgo sólo, a veces me acompañan estudiantes que quieren conocer
algo más que las aulas y hablamos de todo. Como leyenda,
seguramente que la más llamativa es la del enterramiento del
penúltimo rey nazarí Muley Hacén en la cumbre que lleva su nombre
conducido por su esposa, Zoraida, la cristiana Isabel de Solís. En
torno a eso hay abundantes derivaciones. "Toda
Sierra Nevada es territorio de leyenda”
Publicaciones
destacadas sobre Sierra Nevada
Textos
históricos sobre Sierra Nevada
Sierra
Nevada: una gran historia
Leyendas
de Sierra Nevada
Historia
del Esquí en Sierra Nevada, 1914-2014 (Cien años de esfuerzo y
pasión)
El
tranvía de Sierra Nevada
La
imagen gráfica de Sierra Nevada 1500-1900
Mulhacén,
vida y leyenda de una montaña
La
aventura de Sierra Nevada (1717-1915)
Los
neveros de Sierra Nevada
Las
cuatro ermitas de Sierra Nevada
¿QUÉ
OPINA DE?
Ampliación
de la estación de esquí. Está
bien como está. Además de ser ilegal, en este momento, creo que no
sería ambientalmente conveniente, científicamente asumible, ni
económicamente sostenible.
Masificación
de algunos lugares de las altas cumbres. En
determinados sitios y momentos la masificación es real. Verbigracia
la cima del Mulhacén en agosto. Es un tema extremadamente delicado y
sensible pero llegará un momento en que, con prudencia, habrá que
actuar. El montañismo tiene cada vez más adeptos, afortunadamente,
pero la naturaleza no puede adaptarse para soportar esa presión
creciente.
Teleférico
a Sierra Nevada. Económicamente no
lo veo viable, no sustituiría el tráfico de la carretera sino que
incrementaría la demanda en la estación de esquí y, con ella, la
presión para la descalificación de espacios protegidos. Creo que
escribí sobre ello algún artículo amplio y a él me remito. “Proteger
la naturaleza es, además, rentable”
RECOMENDACIONES:
¿Dónde
te perderías en Sierra Nevada?
En
ningún sitio, que luego tienen que ir a rescatarte, cuesta un
dineral y pones en peligro la vida de la gente. Pero mis lugares
favoritos son la Laguna Larga, la de Bacares (me gusta escribirla con
B) y la del Mulhacén (mal llamada y no se por qué, de La Mosca,
nombre que deberíamos desterrar). Son lugares de ensueño. Y hay
más.
Un
sendero para recorrer con los amigos.
Los
que discurren paralelos a la 'verea
de la Estrella':
el de las canteras al Hornillo y el del Vadillo, Presidiarios, Aceral
y Junta de
los Ríos.
¿Dónde
te harías un selfie con tus nietos para imagen de perfil?
La
Loma de Maitena con los tres miles al fondo y ahora, con nieve.
Escoge
una imagen que consideres la más representativa, la más
identificativa de Sierra Nevada.
El
perfil norte del Veleta, la visión desde el área metropolitana de
la ciudad quizás sea la imagen que más identifica a Sierra Nevada,
por lo que ha sido profusamente utilizada como icono y simbolo.
Personalmente me gusta más la agresividad de las caras norte del
Mulhacén y la Alcazaba, (por algo les llaman “los colosos”),
desde Juego de Bolos y la figura del Trevenque, el rey indiscutible
de la media montaña, desde cualquier sitio, en redondo.
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