lunes, 7 de mayo de 2018

El gran lector y contador de historias de Sierra Nevada: Manolo Titos

Mi tercera entrega de la serie "Sierra Nevada, Paisaje y Paisanaje" en el periódico Granada Hoy dedicada al profesor Manuel Titos. Mi admiración y reconocimiento a su obra y a su contribución a la conservación de Sierra nevada queda patente a lo largo de la entrevista. Y muchas cosas de las que hablamos que se quedaron en "el tintero".

Enlace a la edición digital 👇

http://www.granadahoy.com/granada/contador-historias-Sierra-Nevadamanuel-martinez_0_1242476174.html

Así quedó la doble página en la versión impresa:





Reproduzco la versión original, He marcado algunos párrafos en color amarillo que hubo que sacrificar por cuestiones de espacio en el periódico y he añadido algunas imágenes más.





SIERRA NEVADA: PAISAJE Y PAISANAJE


Manuel Titos Martínez

El gran lector y contador de historiasde Sierra Nevada


EL PERFIL:

Manuel Titos, nació en 1948 en Guadahortuna, en los montes orientales. Desde un cerro próximo, en el lugar en el que se unen las provincias de Granada y Jaén, le comento que es uno de mis rincones favoritos para disfrutar de una de las más bellas imágenes de Sierra Nevada, un paraje en el que se abarca una amplia panorámica de toda la línea de cumbres occidentales con la inconfundible silueta de sus cimas más emblemáticas, Veleta, Mulhacén, Alcazaba...

Estudió Magisterio, Graduado Social y Filosofía y Letras en la Universidad de Granada, licenciándose en la especialidad de Historia. En la actualidad es catedrático de Historia Contemporánea. Su tesis doctoral versó sobre “Crédito y ahorro en la Granada del siglo XIX”, lo que ha marcado una parte importante de su trayectoria profesional ligada a la historia económica y empresarial de Andalucía y de Granada en particular, convirtiéndose en uno de los mayores especialistas en la historia de las Cajas de Ahorro. En esta línea ha producido numerosas publicaciones entre las que podemos destacar “El sistema financiero en la Andalucía contemporánea” o “Rodríguez-Acosta. Banqueros granadinos 1831-1946”.

De manera paralela y simultánea ha cultivado otra línea de investigación que nace de su afición a la montaña y que está relacionada con la Historia y con las ‘historias’ de Sierra Nevada. Esta vertiente ha sido también fecunda y ha generado una amplia colección de investigaciones y publicaciones de obligada referencia para los que quieran adentrarse en el conocimiento de la Historia de ‘la gran montaña mediterránea’. Además ha sido comisario de varias exposiciones sobre Sierra Nevada entre las que destaca la desarrollada con motivo del vigésimo aniversario de la declaración del parque natural y el décimo del parque nacional que, con el nombre de “Luces de Sulayr: cinco siglos en la imagen de Sierra Nevada”, estuvo expuesta en el Museo de la Memoria de Andalucía y en el Centro de Arte Museo de Almería en los años 2009 y 2010.


No se ha quedado en la distancia del historiador, del investigador y ha mantenido un compromiso constante con la conservación de este espacio protegido y con un modelo de desarrollo respetuoso con el patrimonio natural y cultural, ‘dando la cara’ en los asuntos más controvertidos y contribuyendo activamente en la divulgación de la necesidad de armonizar el desarrollo y la conservación y en la importancia de preservar las montañas de la manera más natural. La hemeroteca guarda artículos suyos sobre ‘casi’ todos los grandes debates relacionados con Sierra Nevada.

Cuenta con numerosos premios y reconocimientos a su trabajo, entre ellos el Premio de Andalucía de Medio Ambiente y la Estrella de las Nieves de la Universidad de Granada, concedidos por la dirección de la colección de libros Sierra Nevada y la Alpujarra”.

Fue miembro del Patronato del Parque Nacional de Sierra Nevada desde su declaración hasta el año 2007 y fue distinguido en 2016 por el parque nacional junto a varias instituciones y entidades en el acto de conmemoración del centenario de los parques nacionales españoles.

Con su hijo en el Lucero en la Sierra de la Almijara, otra gran montaña "entre el cielo y el mar", uno de los miradores extraordinarios de Sierra Nevada.

ENTREVISTA

Con el profesor Manuel Titos es muy fácil conversar. Hombre erudito, es de esos ‘maestros’ a los que les gusta enseñar, transmitir y compartir lo que han investigado y descubierto, muy alejado de aquella actitud de los que acumulan conocimiento y se empeñan en querer demostrar cuánto saben. “Si lo que sabes no lo enseñas, (me dice citando a Platón), no sirve para nada”, cuestión que ratifican sus alumnos de Ciencias Políticas y Sociología donde ahora imparte sus clases, que en las evaluaciones anuales de los docentes lo califican con notas muy altas, por encima de la media de su departamento, de los estudios de la Licenciatura y de la de la Universidad. Hablar con él de Sierra Nevada es como sumergirse en una voluminosa Enciclopedia de imágenes, de historias (y leyendas), de fechas, datos... que no tiene límite. 
 
Empezamos la charla hablando sobre el reciente Congreso Internacional de las Montañas, en el que nuestro protagonista ha sido miembro del Comité Científico y la terminamos hablando de la última iniciativa en la que anda, andamos liados: un curso MOOC sobre Sierra Nevada que promueve la Universidad de Granada y que sucede a otros del mismo formato sobre la Alhambra y sobre Lorca, del que ha sido nombrado coordinador.

¿Quién te enseñó más de Sierra Nevada?

Sin duda que mi amigo, compañero y compadre Rafael Millán, cuyas cenizas tuve el desgraciado encargo de enterrar junto a la Laguna Larga. Él, que nunca escribió ni una línea, tenía un conocimiento enciclopédico de Sierra Nevada y me arrastró, durante treinta años, a recorrerla en todas direcciones. Juntos rompimos decenas de botas, perdimos bastones, subimos a todas las cumbres y machacamos todas las veredas, hasta que tuvo la mala idea de irse, para contemplarla mejor desde arriba. Luego, claro, toda la literatura extensísima sobre Sierra Nevada, que he ido descubriendo, aprendiendo y conservando.

¿Cuál fue el primer libro sobre Sierra Nevada que llegó a tus manos?
La primera “Guía montañera” de Pablo Bueno, publicada por la editorial Montblanc en 1963, que compré precisamente en una librería de Barcelona. Casi a la vez, la “Sierra Nevada” de Fidel Fernández, que fotocopié en aquel infernal papel químico de los años setenta, porque entonces era imposible conseguirla. Me refiero a la edición de Granada de 1931, no a las dos posteriores de la Editorial Juventud de Barcelona en las que fue perdiendo cien páginas en cada una.
Lo primero que escribiste sobre Sierra Nevada.
El primer libro y realmente lo primero que escribí fue “La aventura de Sierra Nevada, 1717-1915”, que publicó la Universidad en 1990. El 5 de agosto del año anterior subimos mi mujer y yo con nuestros hijos a la misa del Mulhacén y para ponerlos en ambiente, el día antes les escribí un relato sobre la tradición de la Virgen de las Nieves, la leyenda de su aparición, las cuatro ermitas de Dílar, la romería de Trevélez… Vi que aquello daba para más y seguí explotando el material que tenía guardado y ahí está. Uní con ello profesión y vocación.
El libro que más te ha gustado e impresionado de Sierra Nevada.
Los que leí primero quizás y alguno de los del Padre Ferrer. Pero hay muchos más. En realidad todos los libros tienen algo bueno y hay que descubrirlo. Me decía mi maestro que los libros hay que valorarlos por lo que tienen y no por lo que no tienen.
Los libros ‘nevadenses’ que más trabajo te ha costado leer.
En general, aquellos para los que no poseo conocimiento profesional y que están hechos con criterios rigurosamente científicos, por ejemplo la geología o la botánica. Pero al final he leído y editado a Boissier o a Willkomm y lo último que he escrito, aun no publicado, es sobre Schimper, el primero que describió la cabra montés de Sierra Nevada y elaboró una teoría propia sobre el glaciarismo nevadense. Además, con textos inéditos, manuscritos y en francés. ¡Un horror! (je, je)
¿Y escribir?
Posiblemente “Sierra Nevada, una gran historia”, (1997). Años de trabajo. Cien capítulos, más de mil quinientas páginas, miles de notas, miles de referencias bibliográficas. ¡Masoquismo puro! Una tortura y una inmensa satisfacción. Después he buscado que los trabajos estuvieran más medidos.
¿Cuántos libros en total de Sierra Nevada?
Alrededor de veinte, compatibilizándolos con la investigación académicamente computable para oposiciones, sexenios, etc., porque en mi área de conocimiento lo relacionado con el montañismo no podía ni mencionarlo. Además de capítulos de libros, artículos, estudios preliminares, prensa, congresos, prólogos… ¡Ah! Y la colección “Sierra Nevada y La Alpujarra”, dedicada a la edición facsímil y la traducción de textos antiguos, de la que llegamos a hacer 25 tomos, hasta que la Caja de Ahorros se cansó de tanto libro. Porque había material para otros tantos...
¿Cuáles han sido recibidos mejor por el público?
Con ediciones pequeñas y sin derechos de autor no es fácil saberlo. Posiblemente “El tranvía de Sierra Nevada”, “Mulhacén. Vida y leyenda de una montaña”, o la recopilación de “Leyendas de Sierra Nevada” que realicé en 1998.
¿Qué le gusta más a tus alumnos, las historias o las leyendas? ¿Cuál es tu leyenda preferida, la que más veces has contado?
Yo explico historia política, social y económica y ahí hay poco margen para las leyendas. Pero todo se termina sabiendo. Ahora, aunque casi siempre salgo sólo, a veces me acompañan estudiantes que quieren conocer algo más que las aulas y hablamos de todo. Como leyenda, seguramente que la más llamativa es la del enterramiento del penúltimo rey nazarí Muley Hacén en la cumbre que lleva su nombre conducido por su esposa, Zoraida, la cristiana Isabel de Solís. En torno a eso hay abundantes derivaciones.  "Toda Sierra Nevada es territorio de leyenda”



Publicaciones destacadas sobre Sierra Nevada

Textos históricos sobre Sierra Nevada
Sierra Nevada: una gran historia
Leyendas de Sierra Nevada
Historia del Esquí en Sierra Nevada, 1914-2014 (Cien años de esfuerzo y pasión)
El tranvía de Sierra Nevada
La imagen gráfica de Sierra Nevada 1500-1900
Mulhacén, vida y leyenda de una montaña
La aventura de Sierra Nevada (1717-1915)
Los neveros de Sierra Nevada
Las cuatro ermitas de Sierra Nevada

¿QUÉ OPINA DE?
Ampliación de la estación de esquí. Está bien como está. Además de ser ilegal, en este momento, creo que no sería ambientalmente conveniente, científicamente asumible, ni económicamente sostenible.
Masificación de algunos lugares de las altas cumbres. En determinados sitios y momentos la masificación es real. Verbigracia la cima del Mulhacén en agosto. Es un tema extremadamente delicado y sensible pero llegará un momento en que, con prudencia, habrá que actuar. El montañismo tiene cada vez más adeptos, afortunadamente, pero la naturaleza no puede adaptarse para soportar esa presión creciente.

Teleférico a Sierra Nevada. Económicamente no lo veo viable, no sustituiría el tráfico de la carretera sino que incrementaría la demanda en la estación de esquí y, con ella, la presión para la descalificación de espacios protegidos. Creo que escribí sobre ello algún artículo amplio y a él me remito. Proteger la naturaleza es, además, rentable”
RECOMENDACIONES:
¿Dónde te perderías en Sierra Nevada?
En ningún sitio, que luego tienen que ir a rescatarte, cuesta un dineral y pones en peligro la vida de la gente. Pero mis lugares favoritos son la Laguna Larga, la de Bacares (me gusta escribirla con B) y la del Mulhacén (mal llamada y no se por qué, de La Mosca, nombre que deberíamos desterrar). Son lugares de ensueño. Y hay más.
Un sendero para recorrer con los amigos.
Los que discurren paralelos a la 'verea de la Estrella': el de las canteras al Hornillo y el del Vadillo, Presidiarios, Aceral y Junta de los Ríos.

¿Dónde te harías un selfie con tus nietos para imagen de perfil?
La Loma de Maitena con los tres miles al fondo y ahora, con nieve.
Escoge una imagen que consideres la más representativa, la más identificativa de Sierra Nevada.
El perfil norte del Veleta, la visión desde el área metropolitana de la ciudad quizás sea la imagen que más identifica a Sierra Nevada, por lo que ha sido profusamente utilizada como icono y simbolo. Personalmente me gusta más la agresividad de las caras norte del Mulhacén y la Alcazaba, (por algo les llaman “los colosos”), desde Juego de Bolos y la figura del Trevenque, el rey indiscutible de la media montaña, desde cualquier sitio, en redondo.




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