Dejo aquí el enlace a la edición digital:
http://www.granadahoy.com/granada/agricultor-vistasAntonio-perez-robles_0_1248775634.html
y adjunto la doble página a color de la versión impresa.
Dejo aquí también la versión original íntegra y colección de fotos.
SIERRA
NEVADA, PAISAJE Y PAISANAJE
Un
agricultor “con vistas”
*
Su explotación agrícola tiene unas extraordinarias vistas a todo el
valle del Poqueira. *Ha orientado su finca con vistas a un mercado
que apuesta por los productos ecológicos de calidad.
Antonio
Pérez Robles
PERFIL
PERSONAL: Antonio Pérez Robles, nació en el año 1957 en
Pampaneira, precediendo a cuatro hermanas. Se casó muy joven, apenas
22 años, con Encarna con la que ha tenido tres hijos, Cristina, la
mayor tiene 28 años y vive en Irlanda; Daniel de 27 y la pequeña
Eva con 14, viven en Pampaneira. Hasta los 17 años estudió el
bachillerato y el COU fuera del pueblo aunque durante las vacaciones
de Navidad, Semana Santa y verano las pasaba en el campo ayudando a
la familia en el cultivo de los productos típicos de la época:
habichuelas, trigo, cebada, patatas, habas, maíz y hortalizas para
el consumo familiar. Además tenía que colaborar con el cuidado de
los animales, varias cabras (para la leche), gallinas (huevos),
conejos, cerdos y los mulos necesarios para arar las tierras y para
el transporte a otras fincas situadas en la Sierra. Aunque nunca ha
dejado de lado la agricultura, hasta hace unos años, a raíz de su
participación en un Taller de Empleo de agricultura ecológica, no
se había dedicado por completo a esta actividad habiéndose
convertido en un ejemplo que está empujando a otros vecinos a
recuperar sus huertos con una producción de calidad muy demandada
por el mercado.
ENTREVISTA
Empiezo
mi entrevista con Antonio hablando del pasado, de cómo era La
Alpujarra y el paisaje cuando él era pequeño y cómo se vivía, y
de qué, entonces. Y acabamos hablando de futuro, de expectativas,
de retos.
¿Qué
recuerdos tienes de tu infancia? La vida en esta zona era muy
distinta a la actual. Los juegos, por ejemplo, eran muy diferentes,
prácticamente no teníamos juguetes y algunos nos los fabricábamos
nosotros mismos: aros de madera de alguna criba vieja o metálica de
mis estrevez o el culo de un cubo de latón a los que rodamos por la
plaza del pueblo con un palo, tirachinas y juegos de saltar como
“piola” o de esconderse para que otro grupo tuviera que buscarnos
llamado “tabla”.
Se
hacía vida ‘en pandilla’, ¿no es cierto? Todos los juegos
eran en grupo y era normal entonces salir del pueblo a los campos
cercanos en busca de alguna fruta como cerezas, higos, uvas … pues
las chucherías en raras ocasiones las comíamos. Esto era así en
los meses de escuela porque cuando acababa el curso casi todos lo
pasaban en los cortijos.
¿Una
anécdota de aquella época? Algo que hacíamos muy a menudo y
que ahora no se le ocurre a ningún niño era poner trampas para
coger pajarillos o coger nidos. Recuerdo el último nido que cogí
junto con otros amigos. Tenía cuatro ‘guacharros’, los metimos
en una jaula y la colgamos en la rama de un árbol de mí casa; por
la mañana se levantó mi padre y al oirlos piar me llamó y me
explicó que eso no se debía hacer porque se morirían. Lo que
ocurrió efectivamente, se murieron y me sentí culpable.
Pero
aquella experiencia al final ha resultado positiva. A partir de
ese recuerdo, de este mal recuerdo, el contacto con la naturaleza era
muy estrecho, y me sirvió para entender mejor las tareas del campo y
el cuidado de los animales en los que participaba toda la familia.
Todo
el mundo vivía del campo en aquella época… El turismo que
ocupa ahora a buena parte del Barranco (del Poqueira) entonces no
existía, la mayoría vivía del campo, había mucho contacto entre
los vecinos y una vida social estrecha, ayudándose mutuamente las
familias en la época de la siembra, la parva y en las matanzas. En
estas actividades participaba toda la familia, no faltaba tarea para
nadie.
¿Qué
sueños tenías? Los sueños de los niños, cómo no, iban
relacionados con todo esto: montarse en el mulo o caballo, jugar con
los chotillos y becerros, montarse en el trillo, intentar arar la
yunta… hacer las cosas de los mayores.
¿Hoy
día los niños piensan en otras cosas, otros sueños? Ahora
piensan en jugar y tienen ilusiones porque los niños siempre serán
niños. A los que se crían en pueblos pequeños les gusta también
la naturaleza, los animales, pero la relación con el campo es ahora
más escasa, porque habitualmente sus padres los orientan a dedicarse
a otros oficios. Aparte del dedicado a las tareas escolares, el
tiempo de ocio lo emplean en juntarse con los amigos, ver programas
de televisión y usar internet, hay más parecido con los niños que
viven en las ciudades.
Ha
cambiado mucho Pampaneira… En el pueblo convivían
personas y animales a la par en las casas, la planta de arriba era
para la familia y en los bajos estaban las cuadras. Las calles eran
empedradas o de tierra y el alumbrado consistía en unas bombillas de
poca luz, no había agua potable y teniendo que usar fuentes y
lavaderos públicos.
Ahora
la vida ha evolucionado mucho, los niños tienen un buen colegio con
enseñanza de mejor calidad. La sanidad no tiene comparación y las
comunicaciones con el exterior han mejorado.
¿Cuál
es el reto más importante que tiene tu pueblo en estos momentos? La
gente viene a visitar nuestros pueblos porque son muy bonitos y
singulares, con sus casas y calles típicas, pero tenemos que
recuperar el paisaje agrario que siempre es la base de nuestra
cultura, nuestro patrimonio y etnografía (acequias, cortijos,
caminos, balates, albercas …). Hay que recuperar esa economía
agraria que pueda ofertar nuestros productos y evitar que los jóvenes
se tengan que marchar, es decir facilitar el relevo generacional. Ni
el paisaje puede quedar ‘fósil’ sin vida ni los pueblos pueden
envejecer progresivamente. Sin gente el paisaje se cae y los pueblos
se mueren.
¿Hay
sitio, espacio, para la agricultura y la ganadería?
Por
supuesto. Cuidando nuestros campos conseguiremos una economía
complementaria al turismo y de camino, tiene un efecto directo muy
beneficioso para proteger el medio ambiente ya que se cuidan las
paratas,los balates y al estar todo mas verde y cuidado evitamos el
grave peligro de los incendios que por desgracia cada vez son más
frecuentes.
¿Ha
sido positiva la política de protección del patrimonio para la
gente? El Barranco del Poqueira con su protección del conjunto
histórico y la declaración primero del parque natural y luego del
parque nacional, ha marcado un modelo de desarrollo sostenible, sin
crecimiento urbano y apostando por la conservación del nuestro
patrimonio natural y cultural. El turismo llena nuestras calles casi
a diario, lo que ha supuesto un cambio drástico en la vida, en la
actividad de la gente que tiene algunas consecuencias que de alguna
manera hay que corregir. No se puede vivir sólo del turismo y además
hay que dar satisfacción a un turismo cada vez más exigente al que
hay que ofrecerle, algo más.
¿La
gente ve las ayudas
aportadas
por el parque nacional?
En
un pueblo pequeño como el nuestro todo el mundo sabe que la reforma
de la
Iglesia,
la
recuperación de los
lavaderos, el
arreglo de los senderos…
vienen
de esas subvenciones aparte de las que haya recibido algún
particular. No hacen falta las pancartas que lo indiquen, je, je.
Qué
recuerdas de tu etapa de alcalde.
Mi
etapa como alcalde la recuerdo como una experiencia muy agradable y
sobre todo como una oportunidad que no podíamos dejar pasar los
jóvenes a principios de los ochenta. Teníamos muchas ilusiones y
teníamos que cambiar muchas cosas. Aunque el pueblo ya tenía un
reconocimiento no había superado las secuelas de la etapa anterior.
Tuvimos que poner en marcha servicios tan básicos con la recogida de
basura, mejorar los accesos de la parte media y alta del pueblo,
construir un aparcamiento público para los coches, para
descongestionar el centro del pueblo. Algo importante fue la
creación de una escuela taller de medio ambiente, hacía mucha falta
ya que no había trabajo para la gente joven y esta experiencia fue
como una pequeña universidad. Hubo 57 alumnos de Pampaneira y de
otros pueblos cercanos que junto al profesorado el ambiente en el
pueblo se hizo notar, de ahí salieron bastantes iniciativas de cara
al turismo como bodegas, tiendas de artesanía, telares y una empresa
de guías de la naturaleza. Esto hizo que mucha gente joven se
quedara a vivir aquí y en gran medida lo que es hoy Pampaneira se
debe a aquellas iniciativas.
¿Se
puede ganar uno la vida, dignamente en la agricultura?
Hasta
mediados de los 80 mi familia y otras muchas vivían del campo y a
partir de ahí (coincidiendo con el declive de la agricultura en la
zona, sobre todo al dejar de venderse las habichuelas y la papa de
semilla para la costa que habían tenido hasta entonces unos precios
bastante buenos), la agricultura pasó a ser una actividad
complementaria en la economía junto con la construcción, y el
criticado PER pero que tan importante ha sido para adecentar los
pueblos y mantener a la población en el medio rural.
Ahora
estamos buscando fórmulas, productos, para que esta actividad sea
rentable y yo después de unos años en los que he realizado unas
inversiones ahora empiezo a ver que se puede uno ganar un sueldo
medianamente decente. También he contado con una pequeña subvención
de parques nacionales para dedicarme a la agricultura ecológica que
me ha ayudado a recuperar la finca.
¿Cuál
es el tamaño de tu finca? ¿Con qué maquinaria
cuentas? Ahora estoy trabajando un par de hectáreas
de regadío y una de secano de viñedo. Tengo maquinaria pequeña,
dumper, desbrozadora..- y la importante ayuda y compañía de mi
mulo.
¿Qué
productos cultivas? En estos momentos estoy con las fresas y las
frambuesas, las papas y el cáñamo.
¿Hay
alguna variedad local de algún producto? Este es un tema que
tenemos que trabajar. Yo por ejemplo cultivo papas diferentes, las
pinta, las tornado, mona lisa y tengo unas pocas 'copo de nieve' que
me gustaría recuperar. También cultivo la habichuela cora que está
teniendo un buen precio por su calidad. No hay que dejar perder las
variedades locales que están más adaptadas al terreno y al clima.
La
hostelería de la zona ¿consume los productos locales?
Una parte de mis productos va destinada a restaurantes de aquí del
Barranco. Esta debería ser una estrategia colectiva, disminuir los
canales de comercialización, venta directa.
¿Cómo
comercializas el resto de tu producción? La mayor
parte de la producción, todo el ecológico, lo saco a través de la
Cooperativa Las Torcas que me asegura un precio y además me presta
un asesoramiento importante.
DE
TAL PALO TAL ASTILLA.
Antonio
Pérez es hijo de Francisco Pérez conocido por ‘Paco Cruz’, el
vecino de más edad de Pampaneira. Su padre se ha dedicado toda la
vida a trabajar en
los bancales de la Sierra,
una
tierra muy
buena,
suelta, densa y oscura, pero con la dureza del clima en Sierra
Nevada. Este
año cumplirá los 90 años
y
sigue
activo. Paco
fue presidente
de la Hermandad de Labradores y
alcalde
de Pampaneira, desde 1966 a 1970. Un alcalde de izquierdas, durante
el franquismo, que nunca dejó de labrar su tierra y cuidar a los
animales.
Sorteaba
la censura que quería imponer el cura del pueblo y se las apañaba
para rehuir los símbolos de la Dictadura, aprovechando
la lejanía de este rincón alpujarreño para los jerifaltes del
Régimen.
Su
hijo, Antonio
Pérez también fue alcalde del pueblo, ya con la vuelta de la
democracia, desde
el año 1983 hasta el 95 y
aunque nunca dejó de colaborar en las tareas agrícolas, aca-bada
su etapa política fue
cuando recuperó de lleno las faenas del campo junto
a su padre que le enseñó todos los trucos
y secretos
de la agricultura tradicional. Pero para vivir en la actualidad de
esta profesión vio
que
había que dar un valor añadido a la producción para hacerla
rentable y decidió completar su formación en un
Taller de Empleo sobre agricultura ecológica, donde pudo profundizar
en el conocimiento de todas las técnicas de la agricultura y la
ganadería tradicional.
El
director del Taller,
Alberto
Hortelano es ahora el gerente de la empresa que comercializa sus
productos, la
Cooperativa de las Torcas.
Antonio
Pérez y su padre son dos claros ejemplos de vivir en Sierra Nevada y
vivir de Sierra Nevada.
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