Hasta el momento el gobierno español ha concentrado sus esfuerzos en frenar la crisis económica, en paliar sus efectos más negativos, protegiendo de su impacto a los más débiles mediante las coberturas a los desempleados y las prestaciones sociales.
Pero esta justa política es insostenible durante mucho tiempo y hay que apostar, se salga mañana o pasado de la crisis, por un nuevo modelo productivo más competitivo e innovador que no esté basado en el ladrillo y en la especulación. El actual modelo basado en el enriquecimiento rápido y la desregulación, además de tremendamente injusto, es insostenible y ha tenido que echar mano de los Estados de los que tanto abominan para salvar los muebles.
El nuevo modelo debe ser sostenible (ni poco ni mucho, ni más o menos sostenible, porque esto es como estar embarazada o muerto, no se está un poco ni a medias). Y se dice que para ser sostenible tiene que ser económicamente viable, ambientalmente sano y socialmente justo (palabras tan “nuevas” como que están sacadas de la Cumbre de Estocolmo).
El presidente Zapatero ha avanzado que quiere que el nuevo modelo económico esté basado en el conocimiento, el desarrollo tecnológico y la innovación. En el proyecto de Ley de Economía Sostenible aprobado por el gobierno y que será debatido en las Cortes a lo largo del 2010, se recogen principios tan “revolucionarios”, como:
“Más controles sobre el sistema financiero, sobre el movimiento de capitales”
“Una Administración más ágil y eficaz”
“Mayor protección al medio ambiente”
“Un urbanismo a la medida de las personas y no de los especuladores”
“Uso de energías limpias y renovables”
“Impulso al transporte público y la movilidad sostenible”
Esta Ley no va a tener efectos inmediatos, ni puede cambiar un modelo económico por sí sola. Pero la inversión prevista de unos 20.000 millones de euros más los 5.000 millones del Nuevo Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, son pasos importantes en ese largo camino hacia una economía sostenible.
Un nuevo modelo económico no se hace por ley ni es fruto de un día, ni de un año ni de una legislatura. Este es un camino largo pero cuyo destino está más lejos cada vez que no lo abordamos y se tarda más si empezamos el camino más tarde, y además apunto a que cuesta más en términos de empleo y de inversión necesaria.
Para mí todo lo que hay que hacer habría que haberlo hecho sin haber llegado a la actual situación de crisis y aunque no hubiera que afrontar el desafío que representa el escenario de cambio global al que nos enfrentamos. Pero la situación actual hace que el desarrollo sostenible sea no una opción sino la opción.
La nueva economía hay que hacerla desde la consideración del respeto al medio ambiente. La nueva protección ambiental no debe hacerse ya sólo desde el medio ambiente. Es bueno que el debate ambiental se saque de lo sectorial, de lo parcial e impregne el conjunto de las políticas (industria, transporte, agricultura…). Economía y Ecología deben volver a su raíz etimológica y caminar juntas.
En este nuevo modelo la apuesta por la Innovación, por la Educación son conditio sine qua non para avanzar hacia la sostenibilidad. Lamentablemente tampoco son cuestiones que se hagan por Decreto ni maduren como el maíz en un verano. Y además requieren el concurso de toda la sociedad, de todas las Administraciones Públicas por lo que incluir esta cuestión en la Conferencia de Presidentes Autonómicos es más importante que cualquier debate sobre la identidad o las banderas.
Andalucía será una región piloto en esta nueva Estrategia, en este nuevo modelo económico al que hay que dirigirse. Así lo ha propuesto el presidente del gobierno y así lo ha aceptado y reclamado el presidente andaluz que ya ha manifestado que no se pueden abordar los problemas económicos con la misma perspectiva e ideas que los generaron.
José Antonio Griñán ha resaltado que Andalucía es una “región de competitividad”, y ha indicado que la comunidad ya ha alcanzado en I+D el 1% del PIB. A ello ha añadido las actuaciones de la red de espacios tecnológicos, el incremento en el número de patentes, su situación de vanguardia en la investigación biomédica o en los estudios aplicados al sector agroalimentario. Con vistas a la nueva estrategia, el presidente andaluz ha apostado por una sostenibilidad económica, social, medioambiental y energética, en el marco de un “diálogo social permanente”.
Pero esta justa política es insostenible durante mucho tiempo y hay que apostar, se salga mañana o pasado de la crisis, por un nuevo modelo productivo más competitivo e innovador que no esté basado en el ladrillo y en la especulación. El actual modelo basado en el enriquecimiento rápido y la desregulación, además de tremendamente injusto, es insostenible y ha tenido que echar mano de los Estados de los que tanto abominan para salvar los muebles.
El nuevo modelo debe ser sostenible (ni poco ni mucho, ni más o menos sostenible, porque esto es como estar embarazada o muerto, no se está un poco ni a medias). Y se dice que para ser sostenible tiene que ser económicamente viable, ambientalmente sano y socialmente justo (palabras tan “nuevas” como que están sacadas de la Cumbre de Estocolmo).
El presidente Zapatero ha avanzado que quiere que el nuevo modelo económico esté basado en el conocimiento, el desarrollo tecnológico y la innovación. En el proyecto de Ley de Economía Sostenible aprobado por el gobierno y que será debatido en las Cortes a lo largo del 2010, se recogen principios tan “revolucionarios”, como:
“Más controles sobre el sistema financiero, sobre el movimiento de capitales”
“Una Administración más ágil y eficaz”
“Mayor protección al medio ambiente”
“Un urbanismo a la medida de las personas y no de los especuladores”
“Uso de energías limpias y renovables”
“Impulso al transporte público y la movilidad sostenible”
Esta Ley no va a tener efectos inmediatos, ni puede cambiar un modelo económico por sí sola. Pero la inversión prevista de unos 20.000 millones de euros más los 5.000 millones del Nuevo Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, son pasos importantes en ese largo camino hacia una economía sostenible.
Un nuevo modelo económico no se hace por ley ni es fruto de un día, ni de un año ni de una legislatura. Este es un camino largo pero cuyo destino está más lejos cada vez que no lo abordamos y se tarda más si empezamos el camino más tarde, y además apunto a que cuesta más en términos de empleo y de inversión necesaria.
Para mí todo lo que hay que hacer habría que haberlo hecho sin haber llegado a la actual situación de crisis y aunque no hubiera que afrontar el desafío que representa el escenario de cambio global al que nos enfrentamos. Pero la situación actual hace que el desarrollo sostenible sea no una opción sino la opción.
La nueva economía hay que hacerla desde la consideración del respeto al medio ambiente. La nueva protección ambiental no debe hacerse ya sólo desde el medio ambiente. Es bueno que el debate ambiental se saque de lo sectorial, de lo parcial e impregne el conjunto de las políticas (industria, transporte, agricultura…). Economía y Ecología deben volver a su raíz etimológica y caminar juntas.
En este nuevo modelo la apuesta por la Innovación, por la Educación son conditio sine qua non para avanzar hacia la sostenibilidad. Lamentablemente tampoco son cuestiones que se hagan por Decreto ni maduren como el maíz en un verano. Y además requieren el concurso de toda la sociedad, de todas las Administraciones Públicas por lo que incluir esta cuestión en la Conferencia de Presidentes Autonómicos es más importante que cualquier debate sobre la identidad o las banderas.
Andalucía será una región piloto en esta nueva Estrategia, en este nuevo modelo económico al que hay que dirigirse. Así lo ha propuesto el presidente del gobierno y así lo ha aceptado y reclamado el presidente andaluz que ya ha manifestado que no se pueden abordar los problemas económicos con la misma perspectiva e ideas que los generaron.
José Antonio Griñán ha resaltado que Andalucía es una “región de competitividad”, y ha indicado que la comunidad ya ha alcanzado en I+D el 1% del PIB. A ello ha añadido las actuaciones de la red de espacios tecnológicos, el incremento en el número de patentes, su situación de vanguardia en la investigación biomédica o en los estudios aplicados al sector agroalimentario. Con vistas a la nueva estrategia, el presidente andaluz ha apostado por una sostenibilidad económica, social, medioambiental y energética, en el marco de un “diálogo social permanente”.
Los andaluces estamos en condiciones de afrontar este reto. Hemos sido pioneros en muchos aspectos de la política ambiental pero tenemos que ser capaces de comprender y asumir que ahora no se trata de corregir déficits ambientales ni de ser más o menos ambiciosos en la protección de nuestros espacios naturales. Ahora toca ya, por necesidad, de dar un salto cualitativo de convertir Andalucía en una región modelo del nuevo modelo.
Seguro que el señorito Javi Arenas está a la altura de las circunstancias, piensa en el interés público más que en el personal y partidario y echa una mano al gobierno andaluz en esta trascendental ocasión para el futuro de nuestra Tierra (por los cojones).
1 comentario:
Hola, Ignacio.
Como de costumbre, muy atinadas tus reflexiones.
Sin embargo hay una medida fundamental que se requiere para que el crecimiento económico se cimente sobre el conocimiento, y no sobre la depredación de los recursos naturales: el sistema financiero español es manifiestamente incompetente para valorar bienes intangibles, como patentes, que puedan avalar préstamos. Paradógicamente, el ladrillo sigue siendo el aval por antonomasia, pero ahora te piden más que antes.
El conocimiento tiene grandes ventajas: no se gasta por mucho que lo compartas, puede estar en varios sitios a la vez, transportarse a la velocidad de la luz, se crea y se destruye (no recuerdo donde leí esto, pero me gustó).
¿Por qué no hacer bancos públicos de patentes? Entregando patentes a un organismo que permitiese usarlas de manera pública, te podrían conceder fondos para desarrollar otras investigaciones.
Saludos.
David Rosas.
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