Es habitual en este blog encontrar entradas referentes al cambio climático, entradas militantes de esta causa, incluso en los tiempos difíciles y duros en los que sostener posiciones firmes frente a la demagogia, la manipulación, la ignorancia o simplemente el egoísmo insolidario, no es fácil. No en vano, una de las nubes más gordas de los temas que trato en este blog personal es la de Cambio Climático. Soy de los que creo que esta "misión" es larga, sostenida en el tiempo, constante, pero no hay que dejar pasar una oportunidad como la que se ha articulado en torno a "La hora del planeta" que lidera WWF, para hacer apología de la lucha contra el cambio climático y aprovechar para hacer pedagogía de lo que podemos hacer todos y cada uno por nuestro medio ambiente.
En ocasiones anteriores ya me he sumado a esta campaña desde este blog como el año pasado en el que escribí Pocoyó y yo nos hemos sumado a la Hora del Planeta, y tú ¿a qué esperas? en el que aprovechaba mi ración diaria de dibujos animados con Ignacio y Pocoyó, Lula, Ely, Pato y demás personajes de la serie para conectar con el mensaje de cómo hacer de cada día La hora del Planeta. Este año de nuevo Pocoyó apadrina esta celebración y me parece que es una manera estupenda de ir concienciando desde los pequeños a los mayores en este asunto.
También en el 2008 escribí ¿qué estás haciendo tú contra el cambio climático? en torno a esta iniciativa, todavía entonces de menor impacto social en nuestro país.
En el 2009 no se me olvidó este tema pero tuve que contribuir desde Pekín donde me pilló de viaje en esa ocasión la celebración (rastreando en este blog podéis encontrar varias entradas de este viaje por Zhong Guó) y allí, claro está, se vivió y se vive de otra manera esta historia. Pero esa es otra historia.
Mañana nos sumaremos toda la familia a La Hora del Planeta desde Torre del Mar y yo aprovecharé esa hora para correr por la playa y me sumaré simbólicamente a la carrera por el planeta. Y a partir de pasado mañana seguiremos trabajando por reducir nuestra huella de carbono, por las energías renovables y por el ahorro y la eficiencia energética que son, hoy por hoy, las primeras y más importantes "energías alternativas".
En ocasiones anteriores ya me he sumado a esta campaña desde este blog como el año pasado en el que escribí Pocoyó y yo nos hemos sumado a la Hora del Planeta, y tú ¿a qué esperas? en el que aprovechaba mi ración diaria de dibujos animados con Ignacio y Pocoyó, Lula, Ely, Pato y demás personajes de la serie para conectar con el mensaje de cómo hacer de cada día La hora del Planeta. Este año de nuevo Pocoyó apadrina esta celebración y me parece que es una manera estupenda de ir concienciando desde los pequeños a los mayores en este asunto.
También en el 2008 escribí ¿qué estás haciendo tú contra el cambio climático? en torno a esta iniciativa, todavía entonces de menor impacto social en nuestro país.
En el 2009 no se me olvidó este tema pero tuve que contribuir desde Pekín donde me pilló de viaje en esa ocasión la celebración (rastreando en este blog podéis encontrar varias entradas de este viaje por Zhong Guó) y allí, claro está, se vivió y se vive de otra manera esta historia. Pero esa es otra historia.
Mañana nos sumaremos toda la familia a La Hora del Planeta desde Torre del Mar y yo aprovecharé esa hora para correr por la playa y me sumaré simbólicamente a la carrera por el planeta. Y a partir de pasado mañana seguiremos trabajando por reducir nuestra huella de carbono, por las energías renovables y por el ahorro y la eficiencia energética que son, hoy por hoy, las primeras y más importantes "energías alternativas".
Este año el éxito de la convocatoria está asegurado y ya es raro encontrar medios de comunicación, empresas, o instituciones, que no se suban al carro de esta "movida". Hasta Rajoy ha anunciado que la sede del PP se suma a la hora del planeta (no sabemos si su primo avala la medida y se ha convertido como Aznar que pasó de llamarnos fundamentalistas peligrosos a colocarse en la nómina de una organización contra el cambio climático).
Por eso, a partir de ahora, debemos medir el compromiso no tanto por la cantidad de gente que se suma a una hora al año, sino por lo que conseguimos que se haga las 23 horas restantes del sábado y los 364 días siguientes hasta la próxima celebración. Ya veremos.
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