Hacía tiempo que barajaba escribir algo sobre los lobos que incluyera la cita del último lobo en Sierra Nevada, algunas reflexiones personales sobre el debate, recurrente, sobre la reintroducción del lobo, problemas sobre la conservación de este gran depredador... Aprovechando unas imágenes enviadas por mi amigo y compañero Rafael Arenas, más otras de Fran Parody, preparé el reportaje para el fin de semana pasado que como siempre fue extraordinariamente interpretado y montado por la gente del periódico (en este caso Marisa que le tocaba "de cierre"). Además de las imágenes de lobos hemos introducido una de la Plaza de los Lobos de Granada y otra de los Peñones de San Francisco, lugar donde fue visto el último lobo en Sierra Nevada, hace casi 100 años.
http://www.granadahoy.com/granada/Vuelve-lobo_0_1091591167.html
y así quedó la doble página en la versión impresa:
¿Vuelve
el lobo?
El
objetivo actual en Andalucía se centra en establecer un modelo de
desarrollo del mundo rural que posibilite la convivencia con los
grandes carnívoros en lugares en los que desaparecieron hace
décadas.
Mientras que en la mitad norte de
España el problema actual con el lobo es la gestión de las
poblaciones, en Andalucía el problema es el riesgo de extinción.
Según
los datos del último inventario ofrecido por el Ministerio de
Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, el lobo es una
especie en expansión en buena parte del cuadrante noroccidental del
territorio nacional (se estima que hay unos 300 grupos familiares
censados, 50 más que en el inventario anterior a principios de este
siglo), pero sin embargo en el caso de Andalucía, desde los años
90 en los que se censaron ocho grupos con apenas medio centenar de
individuos, la población ha ido perdiendo efectivos hasta situarse
al borde de su extinción.
Causas
del retroceso.
A
pesar de su protección desde los años 80, la especie no se ha
recuperado sino que ha menguado en nuestra región hasta llegar
prácticamente a la desaparición, haciendo inviable su supervivencia
dado el exiguo tamaño poblacional. La hibridación con otros cánidos
y la pérdida de variabilidad genética parece que han acelerado el
proceso en las poblaciones relictas de Sierra Morena.
El
rechazo social hacia el lobo, que acaba en su persecución y muerte
ilegal, no viene, como en otros tiempos, desde la ganadería, sino
desde el sector de la caza y el conflicto se centra en el impacto
económico que supone la entrada del lobo en un coto, que lleva a
que sean perseguidos y eliminados. Los últimos lobos andaluces han
vivido en grandes superficies dedicadas a la explotación cinegética
(mayoritariamente caza mayor) en donde los sistemas de gestión de la
caza se han mostrado incompatibles con la supervivencia de uno de los
últimos grandes carnívoros de Europa. La persecución ha sido
intensa y constante hasta hace no demasiados años, quizá cuando ya
ha sido demasiado tarde y las poblaciones se han situado bajo los
umbrales desde donde la recuperación es prácticamente imposible.
”A
lobo flaco todo se le hacen pulgas”
y a sus poblaciones ya mermadas les afloran problemas de pérdida de
variabilidad genética y posiblemente enfermedades. La realidad es
que a día de hoy la recuperación del lobo en Andalucía solamente
pasa por el refuerzo poblacional.
¿Lobos
contra jabalíes y cabras monteses?
Desde
varias asociaciones de defensa y protección de la naturaleza y
desde diferentes colectivos naturalistas y ecologistas, se ha
considerado que sería beneficiosa y conveniente la reintroducción
de lobos en Sierra Nevada, (y en otros sistemas montañosos como la
sierra de Baza-Filabres), que ejercieran de controladores de especies
que actualmente no tienen depredadores naturales, como el jabalí y
la cabra montés. No cabe duda de que el lobo incluiría en su dieta
a estos ungulados silvestres, aunque resulta también claro que es
muy poco probable que se produzca un efecto de ‘control
poblacional’ dada la elevada densidad de presas potenciales en
relación al número de grupos familiares que estos sistemas
montañosos podrían albergar y que esta especie tenderá a optar por
'piezas' menos complicadas de capturar.
Dejando
aparte la consideración de la efectividad directa de estas medidas
sobre las poblaciones de los ungulados silvestres, diferentes
expertos en la materia han señalado que la
reintroducción del lobo a partir de la cría en cautividad tiene
dificultades para el éxito pues la suelta de ejemplares acarrea
problemas de adaptación por ser el lobo una especie eminentemente
social que tiene que aprender ciertos hábitos de supervivencia como
la caza en 'manada'. Otra posibilidad sería la traslocación de
ejemplares cogiendo grupos familiares ya estructurados
‘excedentarios’ del Norte y soltándolos en Sierra Morena, con
el riesgo de que los animales se vayan o mueran si no se eliminan
previamente las amenazas que han puesto en jaque a este gran
depredador en nuestra región.
Resulta
mucho más adecuado como solución 'dejar
que lleguen los lobos por su cuenta”,
es decir, permitir que los grupos reproductores vayan avanzando hacia
el sur de la península; más aún se podría incluso facilitar esa
necesaria expansión natural con una política coordinada con las
comunidades de Castilla-La Mancha y Extremadura, para conectar las
poblaciones de Castilla y León con Sierra Morena.
Mientras tanto deberíamos ir
avanzando en una serie de medidas como la recuperación de técnicas
tradicionales de ganadería extensiva abandonadas (uso de perros
especializados, guardar por la noche el ganado, que los ganaderos
sean ‘pastores’...), así como adaptar las infraestructuras para
evitar los daños (rediles, pastores eléctricos, barbacanas,
ahuyentadores luminosos, etc.), amén de un sistema ágil y justo de
Indemnizaciones económicas para compensar los eventuales daños
producidos por el lobo sobre el ganado doméstico.
El
futuro del lobo en Andalucía
Recientemente se ha puesto en marcha
un nuevo proyecto europeo de Gobernanza y Comunicación Ambiental
para la recuperación del lobo ibérico que tiene como socio
principal a la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del
Territorio y en el que participan también colectivos cinegéticos y
ganaderos. A través de él, se articularán las acciones del
Programa de Recuperación de la especie. Esta iniciativa cuenta con
un presupuesto de 1,6 millones de euros y se extenderá hasta el año
2020. El proyecto consiste en diferentes acciones de comunicación y
divulgación para involucrar a todos los sectores implicados en la
recuperación y la preservación de este cánido.
El
proyecto se ha denominado “El
Lobo en Andalucía: Cambiando actitudes”
lo que indica que la primera necesidad para la recuperación de la
población del 'lobo andaluz', caracterizada por estar aislada del
resto de poblaciones ibéricas y por su bajo número de ejemplares,
requiere antes que otras medidas de conservación y recuperación,
eliminar o al menos minimizar las amenazas que han conducido al lobo
al borde de su extinción.
TOPONIMIAS
Aldeire:
Morrón del Lobo
Alpujarra
de la Sierra: Peñón del Lobo y la Lobera
Bérchules:
Puerto del Lobo
Dílar
y Dúrcal: Barranco de los Lobos
Dólar
y Huéneja: Cerro de los Lobos
Fiñana:
Rambla de los Lobos
Jeres
del Marquesado: Cortijo del Lobero
Laujar.
Puerto del Lobo
Monachil.
Cortijo Barranco del Lobo
Pinos
Genil: Fuente del Lobo y Camino del Lobo
Pitres:
Hoya del Lobo
Trevélez:
Pico de la Plaza de los Lobos
Se
llaman loberos
a la gente de Huéneja que cuenta con una hermandad.
La
localidad de Lugros viene de lupus,
y significa ‘tierra de lobos’
Plaza de los Lobos en la actualidad |
El
último lobo en Sierra Nevada
El
lobo fue abundante en Sierra Nevada en la Edad Media. Debió aumentar
mucho su población tras la expulsión de los moriscos y el abandono
posterior del campo aunque su presencia fue diezmada por su caza, que
era recompensada por las autoridades municipales granadinas en una
casa en la céntrica Plaza de los Lobos, denominada así por esta
razón. A mediados del XVII por ejemplo se entregaban allí una media
de 55 ejemplares al año.
En
el siglo XIX todavía eran abundantes en muchas comarcas de la Sierra
y en años de mucha nieve bajaban hasta la Vega produciendo
cuantiosos daños al ganado doméstico.
El
ocaso de la especie hay que encontrarlo tanto en la desaparición de
herbívoros silvestres, (paralelamente a la deforestación del
territorio, los otrora abundantes ciervos, gamos, corzos o jabalíes
habían ido desapareciendo y sólo quedaban cabras monteses), como en
las severas campañas de envenenamiento a que fue sometido, siendo la
estricnina el causante principal del ènrarecimiento' del lobo a
principios del siglo XX.
Se
cita el año 1933 como el del último avistamiento de un lobo, un
ejemplar solitario, en Sierra Nevada. Mientras construían el
Albergue Universitario, en los alrededores de los Peñones de San
Francisco, los obreros fueron testigos de esta última cita. Una
década después desaparecería de la Sierra de Cazorla y entre 1951
y 1952 se abatieron los últimos lobos en las marismas de Doñana
aunque hay una cita de caza de un ejemplar adulto en 1972, en Moguer,
en el mismo paraje en que Juan Ramón Jiménez se inspiró para
escribir su obra “Platero y yo”.
Albergue universitario, junto a los Peñones de San Francisco |
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