Detalle de la flor del narciso de Sierra Nevada. |
Elaborado el texto sólo me cabía buscar el asesoramiento y revisión de mis "botánicos de cabecera", José Miguel Muñoz y Mario Ruiz que buscaron en los archivos las imágenes que ilustran el artículo y que justifican el titular.
Adjunto enlace a la edición digital en la web del periódico Granada Hoy. http://www.granadahoy.com/granada/bellos-Sierra_0_1101790337.html
Y así quedó la edición en papel, a doble página y en color, del pasado sábado, al que nos hemos pasado ya que dice la directora que es el día en el que se venden más periódicos y en el que la gente lee más tranquila este tipo de reportajes. Amén.
Los
más ‘bellos’ de la Sierra
Dos
géneros de plantas, Narcissus
y Adonis,
han recibido los nombres de los seres mitológicos más
representativos de la belleza masculina.
NARCISO DE SIERRA NEVADANarcisos de Sierra Nevada |
El
“Narciso de Sierra Nevada”, (Narcissus
nevadensis) es una planta
perenne que puede llegar hasta los 50 cm de altura., bulbosa, glabra
(desprovista de pelos y glándulas) y glauca (color verde natural).
Pertenece a la familia Amaryllidaceae.
Vive
en suelos generalmente silíceos, en praderas de juncos o herbazales
permanentemente húmedos y estacionalmente encharcados, sobre todo en
bordes de arroyuelos y pequeños manantiales, entre los 1.400 y los
2.300 m de altitud. Florece entre marzo y abril. Es endémica de
Sierra Nevada y de la Sierra de Baza.
Los narcisos, por ser
plantas con flores de una gran belleza, han sufrido de intensas
recolecciones que diezmaron sus poblaciones. En la actualidad es una
planta amenazada por la escasez de su hábitat y por su fragilidad
ante los usos antrópicos, las variaciones climáticas y la
alteración del régimen hídrico.
En Sierra Nevada hay
presentes otras tres especies de narcisos. Narcissus
baeticus, N. triandrus subsp.
pallidulus y N.
cantabricus.
Narcissus
triandrus subsp.
pallidulus
|
Narcissus cantabricus |
Narcissus baeticus |
FLOR
DE ADONIS
Adonis
vernalis. La adonis de
primavera, ojo de perdiz o flor de Adonis, es una planta de
distribución euroasiática que en la Península Ibérica queda
restringida al Noroeste del Sistema Ibérico y parte oriental de la
Cornisa Cantábrica. En el Sur sólo está presente en el Sistema
Penibético y Sierras del Levante Valenciano. En Andalucía está
limitada su presencia a la provincia de Granada, en Sierra Nevada y
en el parque natural de la Sierra de Huétor.
Pertenece
a la familia de las ranunculáceas. Es una planta calcícola de
suelos húmedos que forma parte de herbazales umbríos en bosquetes
caducifolios o marcescentes (robledales o quejigales), entre los
1.100 y 1.800 m. Florece entre abril y junio. Adonis
vernalis, fue descrita por
Carlos Linneo en 1753.
Otras especies del
género Adonis presentes en Sierra Nevada son: las lágrimas de
sangre (Adonis annua),
gotas de sangre (Adonis
flammea), el adonis estival
(Adonis aestivalis
subsp. squarrosa)
y el adonis amarrillo (Adonis
microcarpa).
el adonis estival (Adonis aestivalis subsp. squarrosa) |
adonis amarrillo (Adonis microcarpa) |
las lágrimas de sangre (Adonis annua) |
gotas de sangre (Adonis flammea) |
MUY PROTEGIDAS Y ‘MIMADAS’
El narciso de Sierra
Nevada y la flor de Adonis son especies incluidas en la Lista
Roja de la Flora Vascular de Andalucía.
El narciso está además en el Libro
rojo de la flora vascular amenazada de España,
como especie en peligro de extinción. Ambas especies están bajo el
paraguas del Plan de
recuperación y conservación de especies de altas cumbres de
Andalucía mediante el que se
llevan a cabo experiencias de protección de los ejemplares y de
reforzamiento de las poblaciones. Se conservan semillas en el Banco
de Germoplasma Vegetal Andaluz y se realiza un seguimiento
demográfico detallado de estas especies.
Adonis de primavera. Plantas para refuerzo de poblaciones en Sierra Nevada |
Curiosidades:
El nombre de Narciso deriva de la palabra
griega narkào
(= narcótico) y se refiere al olor penetrante y embriagante de las
flores de algunas especies de narcisos.
Adonis, el bello joven amado por
Afrodita, fue considerado por los griegos como el dios de las
plantas.
ORÍGENES
MITOLÓGICOS
NARCISO.
El bello y vanidoso joven llamado Narciso, era hijo del dios río
Cephissus y de la ninfa Leiriope. Preocupada por el bienestar de su
hijo, Liríope decidió consultar al vidente Tiresias sobre el futuro
de su hijo. Este le dijo a la ninfa que Narciso viviría hasta una
edad avanzada mientras nunca se conociera a sí mismo.
Narciso
era muy hermoso. Las doncellas se enamoraban de él, pero el las
rechazaba. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa
Eco, condenada por la diosa Hera, (celosa de esta ninfa, que no
quería que encandilase a su esposo Zeus), a repetir las últimas
palabras de aquello que se le dijera. Un día cuando Narciso estaba
caminando por el bosque, se apartó de sus compañeros y al oír un
ruido preguntó: “¿Hay alguien aquí?”, a lo que Eco respondió:
“Aquí, aquí”. Incapaz de verla oculta entre los árboles,
Narciso le gritó: “¡Ven!”. Eco salió de entre los árboles y
le declaró su amor e intentó abrazar a su amado. Narciso la rechazó
y le dijo vanidosamente que lo dejara en paz, y tomándose a mofa la
declaración ya que se consideraba el más apuesto y guapo, capaz de
tener a las más jóvenes y bellas de Atenas, Esparta o Corinto y
despreciando a la ‘incapacitada’ ninfa. Desolada, Eco se ocultó
en una cueva sola, triste y rota de desamor y allí se consumió
hasta que sólo quedó su voz. Sin embargo, antes de su muerte, esta
musa oró a Némesis, deidad de la venganza y la justicia divina, que
maldijera a Narciso. Para castigar a Narciso por su engreimiento,
Némesis, lo condenó a enamorarse únicamente de su propio reflejo.
Cuenta
la leyenda que al ver su propio rostro reflejado en una fuente (o en
un río) quedó Narciso en una contemplación absorta, incapaz de
apartarse de su imagen y acabó arrojándose a las aguas. En el sitio
donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo
honor a su nombre y memoria. Narciso pasó el resto de la eternidad
en el inframundo atormentado por su soberbia y vanidad.
En la tradición helénica, hay una
variante en la que el joven Ameinias ama a Narciso pero es rechazado
cruelmente por él. Como una forma de burlarse de Ameinias, Narciso
le entrega una espada; él la utiliza para suicidarse ante las
puertas de la casa de Narciso, mientras reza a la diosa Némesis
pidiéndole que un día conozca el dolor del amor no correspondido.
Se cree que esta maldición se cumple cuando Narciso se enamora de su
propia imagen reflejada en un estanque e intenta seducir al hermoso
joven sin darse cuenta de que se trata de él mismo hasta que intenta
besarlo. Entristecido de dolor, Narciso se suicida con su espada y su
cuerpo se convierte en una flor a la que se le puso su nombre.
ADONIS.
En la mitología griega
Adonis es hijo de Cíniras, rey de Chipre, y de su hija Mirra,
castigada por Afrodita, diosa del amor, a enamorarse de su padre.
Fruto de esta relación incestuosa queda embarazada Mirra por lo que
los dioses la convierten en una planta, el arrayán. De este arbusto
partido nacerá Adonis, cuya belleza ya sorprendía incluso siendo un
bebé. Afrodita ocultó al pequeño Adonis en un cajón y se lo llevó
a Perséfone, diosa del Averno. Cuando Perséfone miró dentro del
cajón quedó prendada y llevó al pequeño a su propio palacio,
rechazando devolvérselo a la diosa del amor. Zeus no quiso pasar
inadvertido en esta historia y decidió que el niño debería pasar
una tercera parte del año con Afrodita, otra con Perséfone y el
resto del tiempo, sólo.
Afrodita
hechizada por la belleza de Adonis, lo que significaba que estaba
perdidamente enamorada de un mortal, temía por su adorado y le
advertía de los peligros del bosque. Pero el joven hizo oídos
sordos y durante una cacería fue atacado por un jabalí, (que era
Ares, dios de la guerra y celoso amante de la diosa), que acabó con
la vida de Adonis; la inconsolable Afrodita hizo brotar anémonas
rojas de cada gota de sangre vertida.
Zeus
permitió que Adonis resucitase durante la primavera y el verano,
siempre joven y bello, de manera que pudiese pasar el periodo de
tiempo establecido con Afrodita. Su leyenda está unida al cambio de
las estaciones, su coincidencia con Afrodita en el tiempo y el
reencuentro de ambos marca el inicio de la primavera y el reverdecer
de la naturaleza, mientras que su regreso al inframundo con Perséfone
promueve el estreno del otoño y el inicio del invierno.
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