Esta semana el personaje protagonista de mi colaboración semanal en Granada Hoy ha sido el profesor de la UGR, José María Martín Civantos, y las protagonistas principales las acequias históricas de Sierra Nevada.
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https://www.granadahoy.com/sierra_nevada/Jose-Maria-Martin-Civantos-Arqueologo-paisaje-Sierra-Nevada_0_1326467341.html
Y así quedó la versión impresa.
SIERRA
NEVADA, Paisaje y Paisanaje
José
María Martín Civantos
HISTORIADOR
DE LAS ACEQUIAS 'HISTÓRICAS'
“Los
sistemas históricos de regadío son un buen ejemplo de
sostenibilidad y resiliencia, del que podemos aprender mucho”.
“Las
acequias de Sierra Nevada son de época andalusí y tienen, al menos,
mil años de historia”.
José
Mª Martín Civantos, es
profesor titular de Historia y Arqueología Medieval de la
Universidad de Granada y responsable del Laboratorio
de Arqueología Biocultural. Su
tesis doctoral " El Zenete en época medieval: poblamiento y organizacion del territorio", le creó un vínculo sentimental con
Sierra Nevada y muy en especial con
su
vertiente norte.
Considera
los
paisajes desde el altiplano
del Marquesado y
la Hoya de Guadix, con la Sierra de fondo, fascinantes y
de lo más singular de toda la región Mediterránea a la vez que
repletos
de Historia
y
de historias.
Empecemos
por definir los sistemas históricos de
regadío.
Los
sistemas históricos de regadío son complejas construcciones humanas
para el manejo del agua con una finalidad productiva. Como todos los
sistemas de riego están constituidos por una unidad tecnológica,
(la infraestructura, con sus tomas y presas, acequias, partidores y
balsas de regulación), y una unidad social (la comunidad que
mantiene esa infraestructura y que gestiona el agua). La comunidad
encargada de la gestión y mantenimiento está formada por todos los
propietarios de tierra con derecho de riego. El agua no es un derecho
de los propietarios. Es un derecho de la tierra y no puede separarse
de ella. Esa comunidad establece el reparto del agua en función de
esos derechos, mantiene el sistema, resuelve los conflictos.
Este
‘manejo del agua’ ha sido históricamente un elemento clave en el
poblamiento y en la ordenación del territorio.
En
toda Andalucía oriental, como en otras zonas de la Península
Ibérica y el Mediterráneo, una de las principales señas y elemento
articulador de los paisajes son los sistemas históricos de manejo de
agua, los regadíos tradicionales. Estos sistemas han marcado de
manera indeleble el territorio, han condicionado el poblamiento y las
vías de comunicación, así como las formas de relación con el
medio y las estrategias productivas. No todas las sociedades han
sido capaces de desarrollar estos sistemas ni de mantenerlos.
Añadiría incluso que tampoco les ha hecho falta porque sus
estrategias eran otras.
La recuperación de la acequia medieval de Barjas (Cáñar) recibió en 2015 el premio de Hispania Nostra a la mejor intervención en el paisaje. |
Se
ha especulado sobre la antigüedad y origen de las acequias
históricas de Sierra Nevada. ¿Son romanas o árabes?
En
el caso de la sociedad romana, sus
formas de organización social, sus estrategias productivas o el
papel que desempeña el Estado no hacían
necesario (ni viable) los sistemas de
regadío tal y como nosotros los conocemos. Tenían
capacidad técnica y
tecnológica de
sobra pero
su organización social era diferente.
Por tanto, nuestros
sistemas de regadío son una herencia directa del mundo andalusí, un
complejo proceso que se inicia tras la conquista árabe del año 711
y el proceso migratorio de poblaciones que vienen de Oriente y el
Norte de África. Es el resultado de la implantación de una nueva
sociedad con sistemas y estrategias productivas diferentes y con
formas de relación social también distintas. La mayor parte de
nuestros sistemas de regadío se fijaron entre los siglos VIII y X,
por lo que tienen, al
menos, unos mil años.
Lo
más importante de los sistemas históricos de regadío es cómo se
reparte el agua.
Sin
duda, el elemento más complejo y delicado de estos sistemas es el
social, el factor humano. Por eso lo más importante, lo realmente
determinante, es cómo se reparte el agua. A mis alumnos en clase les
suelo preguntar cómo harían si tuvieran que organizar un sistema de
riego. Normalmente callan porque realmente no sabríamos por dónde
empezar, pero también porque desde un principio intuyen que aquello
no acabaría bien. Como suelen decir los labradores “el agua quema”
o “el agua calienta más que el vino”. Siempre ha sido una fuente
de conflicto y el conflicto es una parte esencial de la gestión. Por
eso uno de los principales valores de las comunidades de regantes es
saber solucionar el conflicto en la gestión.
José M. Martín Civantos en una actuación de recuperación de acequias tradicionales en Chorreras Negras (Lugros) |
¿Qué
son y qué representan los ‘careos’?
Los
‘careos’ son una de las principales singularidades y señas de
identidad de las acequias de Sierra Nevada. La palabra literalmente
significa “sacar a pacer el ganado”, porque es una práctica que
en buena medida está ligada a la ganadería y a la generación de
pastos artificiales de montaña. Su gestión es muy compleja, e
implica conocimientos ecológicos locales sobre el clima, la nieve,
los suelos o la geología de la montaña. Implica un proceso de
observación y experimentación que se ha ido transmitiendo a lo
largo de generaciones. De forma muy general se trata de empapar la
montaña de agua durante el periodo de mayor abundancia para que vaya
poco a poco manando a lo largo de centenares de manantiales y
resudaderos durante los meses estivales. Es como si empapáramos una
esponja y la apoyáramos para que fuera soltando el agua poco a poco.
Es un sistema tan original como efectivo.
Se
dice que las acequias de Sierra Nevada "entretienen el agua"...
Una
de las expresiones más bonitas de los alpujarreños es la de
“entretener el agua”. Hace referencia en primer lugar a lo que
explicaba sobre los careos pero también a la propia función del
riego y de las acequias. Los sistemas crean un efecto en cascada, con
acequias y riegos a distintos niveles, desde las lagunas glaciares de
las altas cumbres, hasta la base de la Sierra. Los retornos
provocados por el careo, las filtraciones de las acequias y balsas y
el riego a manta van haciendo que el agua quede retenida en la
montaña, y que los remanentes y manantiales vayan cayendo
directamente en otras acequias más abajo o manando en los ríos para
ser de nuevo aprovechados por otras tomas, aguas abajo. En la región
andina, donde existen sistemas muy parecidos desde época
prehispánica, hablan de ‘siembra del agua’ o de ‘criar el
agua’. Estas expresiones son bastante significativas de lo que los
conocimientos campesinos y las formas de relación con la naturaleza
encierran. El agua no se pierde, es aprovechada y reaprovechada todas
las veces posibles y cumple, además, muchas otras funciones.
Las
acequias de Sierra Nevada sirven para mucho más que para conducir
el agua. Tienen un importante papel
ecológico y en la configuración del paisaje.
Al
derivar el agua a través de las
acequias, estamos expandiendo su zona
de influencia. Estos nuevos socioecosistemas generados,
aportan numerosos
servicios de carácter ambiental, cultural y social. Algunos de ellos
están relacionados con la propia gobernanza, la fijación de la
población rural, la generación de una identidad y un patrimonio
cultural material e inmaterial…. Pero muchos otros están
relacionados directamente con la naturaleza. Los sistemas de manejo
del agua generan una importante diversidad de paisajes, desde las
zonas de pastos y prados a bosques abiertos y dehesas pasando por
todo un mosaico de parcelas de cultivos que, además, en el caso de
Sierra Nevada, están ligados a sistemas de terrazas. La humedad
contribuye a aumentar la fertilidad de los suelos, pero también
genera una importante biodiversidad asociada a las acequias, balsas o
a los riegos y a los
muros de piedra seca,
las paratas. Muchas plantas y animales dependen directamente de esta
gestión y de la actividad agraria más cuidadosa con el medio.
Podemos decir que las acequias son
corredores biológicos, infraestructuras
‘azules’ y ‘verdes’.
Vuestro
trabajo de investigación conlleva una intervención en las
comunidades de regantes...
La
crisis de la agricultura (crisis de renta y de falta de
reconocimiento social) se agudiza en los sistemas tradicionales, que
no son competitivos en el marco actual orientado a la producción en
masa. El concepto de eficiencia en el uso del agua se aplica solo
desde una óptica productivista cortoplacista, sin tener en cuenta
todos esos valores y servicios ecosistémicos de los que hablaba
antes. Por eso intentamos desarrollar un trabajo conjunto con las
comunidades de regantes para la defensa de los derechos históricos
de riego y su papel como custodios del territorio, para su
reconocimiento social y para el mantenimiento de los sistemas.
Voluntarios colaboran en la restauración de acequia en Jérez del Marquesado |
… y
requiere la formación y colaboración de un voluntariado social y
ambiental.
Una
de las principales actividades que realizamos es la de la
recuperación y restauración de acequias, dando un apoyo, un
impulso, a las comunidades. En ella invitamos a participar a un
voluntariado de muy distinta naturaleza. La labor del voluntariado es
fundamental, no solo por el trabajo que realizan, sino también por
lo que aprenden del mundo rural y de los propios agricultores y
ganaderos. Intentamos, además, crear siempre un buen ambiente de
trabajo, de aprendizaje y de compañerismo, demostrando que el
trabajo comunitario, la cooperación, funciona. Y al mismo tiempo
intentamos generar tejido social, no solo en las propias comunidades
de regantes y en los pueblos, sino también creando un lazo entre los
que vamos a colaborar y las gentes, paisajes y territorios con los
que nos encontramos.
Y
además estas acequias tradicionales se han mostrado como unos
eficaces sistemas de adaptación al cambio climático.
A
lo largo de los siglos han demostrado ser enormemente resilientes,
siendo capaces de adaptarse a cambios climáticos, sociales,
políticos y económicos. Los sistemas históricos de regadío y
manejo del agua son buenas herramientas para afrontar los cambios y
retos que tenemos ante nosotros, incluido el cambio climático. Pero
necesitan nuestro apoyo, desde la ‘Academia’, la sociedad y desde
las administraciones. Los regantes, los agricultores y ganaderos, no
pueden hoy en día soportar solos la carga de intentar producir
alimentos, sino también de conservar nuestros paisajes y sus valores
y servicios ecosistémicos, que nos benefician a todos en general.
Estamos en un punto crítico, no solo desde el punto de vista de la
crisis ambiental, sino también en el tipo de relación que, como
seres humanos, queremos mantener con la naturaleza, con nuestro
planeta.
Parte del equipo del proyecto europeo ‘MEMOLA’ |
Un
Proyecto que ‘mola’.
José
M. Martín Civantos es el coordinador del proyecto europeo MEMOLA,
acrónimo de “Mediterranean Mountainous Landscapes”
(Paisajes montañosos de Mediterráneo) que consiste en una aproximación a los paisajes culturales montañosos del Mediterráneo, teniendo como eje central el estudio histórico de dos recursos naturales esenciales para la generación de los
agrosistemas: el agua y el suelo. El estudio se centra en cuatro
áreas: Sierra Nevada, Monti di Trapani y Colli Euganei en Italia y
el Valle del Vjosa en Albania. El
objetivo, aparte de entender mejor los procesos de formación de los paisajes desde una perspectiva interdisciplinar, es ofrecer alternativas y hacer algo útil por su conservación a través del reconocimiento de su valor patrimonial y la articulación de estrategias para el desarrollo sostenible de las áreas rurales.
.
El proyecto Memola tiene un importante papel en educación y sensibilización ambiental. |
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