jueves, 31 de mayo de 2007

SÍ AL DEBATE

En estos momentos de análisis y de reflexión sobre las causas de la derrota electoral del Partido Socialista en Granada me manifiesto a favor de que todo militante que tenga algo que decir, que lo diga, toda persona que tenga algo que opinar, que opine y que no se quede ninguna aportación en el tintero, en el ordenador, o en el bar de la esquina.

No debemos tener miedo a que el debate llegue a la opinión pública. Al fin y al cabo, con las dificultades que tenemos para comunicar muchas cosas, no creo que se vayan a interesar en nuestros temas internos salvo que los convirtamos en noticia por las descalificaciones, porque nos entretengamos más en el quiénes que en el qué o porque seamos tan torpes que al final de la reflexión y propuestas estemos menos y peor que al principio.

He manifestado ya mi opinión de que ese debate sea abierto, sereno y compartido con lo que otras veces llamábamos bloque social de progreso y creo que internamente debe tener unas fórmulas flexibles, más allá de la necesaria Asamblea General antes de las vacaciones de verano. La Asamblea Municipal, por su estructura y formato, es un órgano más para tomar decisiones que para organizar debates. Una Conferencia Política a finales de septiembre o principios de octubre podría ser una idea útil en la que pudiéramos debatir en torno a los temas principales: modo de organización, estrategia política, relaciones de la dirección con el grupo municipal, participación de los socialistas en los movimientos sociales...

En mi opinión personal este debate sólo debe tener dos límites o evitar dos tentaciones: el adanismo y el cainismo
. Eso no significa que se eludan responsabilidades o que no haya que introducir cambios, que considero necesarios en múltiples aspectos, sino que las acciones que impulsemos no partan de cero no hagamos tabula rasa de iniciativas positivas realizadas en los últimos meses ni que gastemos energías en luchas fratricidas.

Para mí hay una decisión que no hay que revisar y que corresponde a algo que ya trasciende al Partido. Nuestros concejales y concejalas, desde el candidato a la alcaldía hasta César (e incluso el resto del equipo hasta Mercedes, Tillo y Ramón), deben mantenerse en el lugar que nos han colocado los electores y no volver a caer en el error, sancionado en cierta medida en estas elecciones, de que cuando las aguas se vuelven turbulentas algunos buscan mares más tranquilos y naves más confortables.

Mis amigos más cercanos saben que si hubiéramos obtenido unos resultados más favorables yo hubiera anunciado el día D+1 mi regreso al tercer plano de la política (ya lo he contado en un post anterior) y hubiera vuelto a colocar entre mis prioridades vitales mi profesión/vocación y mi familia. En estos momentos difíciles en el que todos somos necesarios no he considerado adecuado dar el paso atrás previsto pero si hay que buscar un responsable inmediato y directo, ese debo ser yo como coordinador de la campaña y estoy dispuesto a asumir mi “culpa”.

Que no se gasten balas inútiles porque mi cabeza no tiene valor ni precio: es gratis.

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