He leído en estos días que el turismo sufre los primeros efectos de la crisis y se une al parón inmobiliario. Baja el número de viajeros y de pernoctaciones, en tanto que se desploma el gasto medio por turista. La recesión afecta ya al segundo motor económico de la provincia. Esta es una noticia propia de mi ciudad, de las que les gusta a los medios impresos locales destacar a cuatro columnas (o más), sacar viñetas humorísticas (maldita la gracia que tienen algunas), hacer encuestas en la red sobre el tema y preguntar a los lectores ¿cuanta culpa tiene la Junta de Andalucía al respecto?
Ya he escrito en mi perfil en este blog que soy granadino con todas las consecuencias y que me avergüenzo del mediocre alcalde y resto del gobierno municipal que tenemos. No es que no acepte democráticamente su mayoría, pero me resisto a pensar que eso es lo que nos merecemos per secula seculorum de la misma manera que me resisto a creer que los programas basura con altos niveles de audiencia justifican su calidad e interés.
Pero por lo que traigo aquí hoy este tema es porque me he quedado estupefacto con la genial idea del ayuntamiento para hacer frente a esos efectos de la crisis en el sector del turismo al convertir el cementerio granadino en un reclamo turístico. Tengo mis dudas sobre quién ha sido el brillante gestor al que se le ha ocurrido semejante idea porque tengo varias candidaturas entre el elenco de componentes del gobierno municipal. Primero he pensado en el concejal de Cultura, el hermano del poeta, que es muy dado ha vender burras cojas. Luego he pensado que la autora de la propuesta podía ser la concejal de Turismo pues, ante su falta de criterio, es fácil que alguien le hubiera podido colar la faena. He seguido repasando los miembros del gobierno (por llamarlo de alguna manera) de la capital pero al final me decanto porque el genio ha sido el propio alcalde. Sin duda esta ha sido una idea que sólo puede salir de una cabeza tan privilegiada y los demás lo que han hecho ha sido seguirle la gracia. Esta apuesta por la modernidad no puede tener otro padre que el homínido de Píñar, el alcalde de la ciudad que cada día se desplaza de Los Ogíjares donde reside al centro en coche oficial (coche que luego disfruta para hacer sus compras y sus visitas familiares su señora como me ha contado un militante, ahora resentido, del Partido Popular).
Pues que sepan que yo no voy a hacer de cicerone de mis amigos e invitados cuando vengan a Granada a hacer esta ruta funeraria por “el cementerio de San José”. Yo seguiré ofertando otras muchas maravillas de la ciudad y de la provincia y no pienso subir por allí (no nombraré más la cosa que trae mal fario) hasta que me toque o sólo para acompañar por última vez a algún familiar o amistad pero que se enteren que no lo haré nunca con ojos de turista.
Ya he escrito en mi perfil en este blog que soy granadino con todas las consecuencias y que me avergüenzo del mediocre alcalde y resto del gobierno municipal que tenemos. No es que no acepte democráticamente su mayoría, pero me resisto a pensar que eso es lo que nos merecemos per secula seculorum de la misma manera que me resisto a creer que los programas basura con altos niveles de audiencia justifican su calidad e interés.
Pero por lo que traigo aquí hoy este tema es porque me he quedado estupefacto con la genial idea del ayuntamiento para hacer frente a esos efectos de la crisis en el sector del turismo al convertir el cementerio granadino en un reclamo turístico. Tengo mis dudas sobre quién ha sido el brillante gestor al que se le ha ocurrido semejante idea porque tengo varias candidaturas entre el elenco de componentes del gobierno municipal. Primero he pensado en el concejal de Cultura, el hermano del poeta, que es muy dado ha vender burras cojas. Luego he pensado que la autora de la propuesta podía ser la concejal de Turismo pues, ante su falta de criterio, es fácil que alguien le hubiera podido colar la faena. He seguido repasando los miembros del gobierno (por llamarlo de alguna manera) de la capital pero al final me decanto porque el genio ha sido el propio alcalde. Sin duda esta ha sido una idea que sólo puede salir de una cabeza tan privilegiada y los demás lo que han hecho ha sido seguirle la gracia. Esta apuesta por la modernidad no puede tener otro padre que el homínido de Píñar, el alcalde de la ciudad que cada día se desplaza de Los Ogíjares donde reside al centro en coche oficial (coche que luego disfruta para hacer sus compras y sus visitas familiares su señora como me ha contado un militante, ahora resentido, del Partido Popular).
Pues que sepan que yo no voy a hacer de cicerone de mis amigos e invitados cuando vengan a Granada a hacer esta ruta funeraria por “el cementerio de San José”. Yo seguiré ofertando otras muchas maravillas de la ciudad y de la provincia y no pienso subir por allí (no nombraré más la cosa que trae mal fario) hasta que me toque o sólo para acompañar por última vez a algún familiar o amistad pero que se enteren que no lo haré nunca con ojos de turista.
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Bueno quizás, como tantas otras veces, sea yo el equivocado y haya muchos Van Helsing aficionados a estos monumentos y haya un turismo funerario como el que reclama Manuel Pedreira al que esta vez tengo que decirle que me gusta cómo lo ha escrito pero que no comparto su texto.
¿No sería más fácil que el ayuntamiento apostara más por el Parque de las Ciencias, por el Palacio de Congresos, que colaborara con el Patronato Provincial de Turismo y abandonara esa miope actitud de aislamiento?
¿No sería más productivo para mejorar el turismo de la ciudad que dedicara un esfuerzo presupuestario al área de la que depende una parte importante del PIB de la ciudad y sin embargo tiene muy poca relevancia en el organigrama municipal y hay a su frente una persona inepta?
Y que conste que no quiero entrar en el tema de los muertos porque sólo me he acercado a este asunto desde la vertiente de oferta turística de la ciudad (por cierto muy lejos del centro de la ciudad). Si la Alhambra está lejos para los munícipes capitalinos del PP cuando triunfe esta opción turística lo mismo se le ocurre poner un teleférico para que no haya colas para subir al cementerio.
Dejo aquí un par de comentarios que he rescatado sobre esta noticia en un diario local:
Después de la sangría económica que hacen a los familiares de los fallecidos, ¿también pretenden violar el descanso de los muertos? Si EMUCESA es el negocio más rentable que tiene Granada, ¿aún pretenden ampliarlo con las visitas guiadas? ¿Para cuando dejan el cobrar por ir a visitar a nuestros difuntos? Ya puestos... Si ya nos estafan en los servicios, ¿también pretenden que las tumbas de nuestros muertos sirvan para enriquecer aún más las arcas del Ayuntamiento y de la empresa que explota el cementerio? Ahora me explico también el "canon" que nos cobran anualmente para "adecentar el recinto": quieren tenerlo bonito para sacarle el dinero a los turistas incautos y que la inversión y el mantenimiento la hagamos los demás. No quiero emplear los epítetos que se me vienen a la cabeza, pero vamos... De vergüenza
Es un error de estrategia turística ofrecerle al visitante que sube directamente a la Alhambra sin pasar por la ciudad, el aliciente de visitar el cementerio ocupándole el escaso tiempo libre del que pudiera disponer antes o después de visitar el monumento nazarí, en lugar de haber buscado algún otro sitio de interés turístico ubicado en la propia ciudad que le hiciera, a ese turista ocasional, desear seguir conociéndola visitando otros espacios monumentales de ella. Resulta evidente que la puesta en valor turístico del camposanto granadino aumentará la cuenta de resultados de la sociedad de capital público que explota el cementerio, llevando ello aparejado seguramente, como ocurre en cualquier sociedad, un proporcional incremento de los emolumentos y dietas percibidas por el Consejo de Administración de dicha sociedad; pero no por ello deja de ser este nuevo incentivo turístico, una mala tarjeta de visita para el turista deseoso de conocer la ciudad, pues ningún visitante podrá sustraerse a 'comparar' cementerio y Alhambra sacando la conclusión que mientras esta última es única en su estilo, el primero carece de verdadero interés artístico, lo que, por extrapolación, haría extensivo -aun sin conocerlos- a los demás monumentos de Granada.
¿No sería más fácil que el ayuntamiento apostara más por el Parque de las Ciencias, por el Palacio de Congresos, que colaborara con el Patronato Provincial de Turismo y abandonara esa miope actitud de aislamiento?
¿No sería más productivo para mejorar el turismo de la ciudad que dedicara un esfuerzo presupuestario al área de la que depende una parte importante del PIB de la ciudad y sin embargo tiene muy poca relevancia en el organigrama municipal y hay a su frente una persona inepta?
Y que conste que no quiero entrar en el tema de los muertos porque sólo me he acercado a este asunto desde la vertiente de oferta turística de la ciudad (por cierto muy lejos del centro de la ciudad). Si la Alhambra está lejos para los munícipes capitalinos del PP cuando triunfe esta opción turística lo mismo se le ocurre poner un teleférico para que no haya colas para subir al cementerio.
Dejo aquí un par de comentarios que he rescatado sobre esta noticia en un diario local:
Después de la sangría económica que hacen a los familiares de los fallecidos, ¿también pretenden violar el descanso de los muertos? Si EMUCESA es el negocio más rentable que tiene Granada, ¿aún pretenden ampliarlo con las visitas guiadas? ¿Para cuando dejan el cobrar por ir a visitar a nuestros difuntos? Ya puestos... Si ya nos estafan en los servicios, ¿también pretenden que las tumbas de nuestros muertos sirvan para enriquecer aún más las arcas del Ayuntamiento y de la empresa que explota el cementerio? Ahora me explico también el "canon" que nos cobran anualmente para "adecentar el recinto": quieren tenerlo bonito para sacarle el dinero a los turistas incautos y que la inversión y el mantenimiento la hagamos los demás. No quiero emplear los epítetos que se me vienen a la cabeza, pero vamos... De vergüenza
Es un error de estrategia turística ofrecerle al visitante que sube directamente a la Alhambra sin pasar por la ciudad, el aliciente de visitar el cementerio ocupándole el escaso tiempo libre del que pudiera disponer antes o después de visitar el monumento nazarí, en lugar de haber buscado algún otro sitio de interés turístico ubicado en la propia ciudad que le hiciera, a ese turista ocasional, desear seguir conociéndola visitando otros espacios monumentales de ella. Resulta evidente que la puesta en valor turístico del camposanto granadino aumentará la cuenta de resultados de la sociedad de capital público que explota el cementerio, llevando ello aparejado seguramente, como ocurre en cualquier sociedad, un proporcional incremento de los emolumentos y dietas percibidas por el Consejo de Administración de dicha sociedad; pero no por ello deja de ser este nuevo incentivo turístico, una mala tarjeta de visita para el turista deseoso de conocer la ciudad, pues ningún visitante podrá sustraerse a 'comparar' cementerio y Alhambra sacando la conclusión que mientras esta última es única en su estilo, el primero carece de verdadero interés artístico, lo que, por extrapolación, haría extensivo -aun sin conocerlos- a los demás monumentos de Granada.
2 comentarios:
Ignacio, como apunte decir que soy una viajera que adoro visitar cementerios en cada uno de mis puntos de parada, porque hay arte en su interior, porque a través de ellos se conoce un poco más a la sociedad que habita esa ciudad o pueblo, son expresiones de cada momento del tiempo, personajes, y lo mejor, un ámbiente silencioso y fresco (suele tener muchos árboles).
En realidad que los cementerios sean visitables o no es algo que en el resto de Europa es ya normal. No se cuantos he visitado en mi vida, y es que la relación en España con esta zona de descanso eterno es muy peliaguda, mientras que en muchos lugares (Alemania, Inglaterra, Irlanda, Escandinavia, Suecia, Finlandia, Marruecos...)muchos forman parte de la ciudad y se toman como un parque por el que pasear. Arquitectos como Miralles han hecho cementerios a los que se acude para ver la obra arquitectónica de gran valor.
No le veo mayor problema en dar a conocer nuestro patrimonio artístico haciendo un recorrido porla memoria, ya que hay restos del Palacio de Alijares, patio del s XIX con Melchor Almagro o Ángel Ganivet y panteones familiares de escultores de renombre, patio del s XX con Seco de Lucena, miradores increibles y paseos entre cipreses muy agradables.
No seamos tan rancios y antiguos para no aceptar que donde descansan nuestros muertos son sitios de paseos placenteros, de patrimonio artístico importante, y que pueden concebirse como una forma de explicación más a nuestra propia antropología.
PD: no es una fuente de ingresos, es gratis la entrada.
yo tampoco estoy en contra de que se hagan estas cosas, conmigo que no cuenten, pero lo que observo es que se quiera parar una crisis con este asunto y sobre todo que falte una mayor atención por parte del gobierno de la ciudad a este sector. Un ejemplo: la ubicación del centro de recepción turística. Apostaría a que no saben ni dónde está ni para qué sirve el 90% del sector. Mal ubicado, mal planificado, sin conexión con el resto del sector turístico...
Por lo demás pienso que el patrimonio histórico artístico de Granada es tan inmenso que yo para los turistas tengo 55 rutas más importantes y más atractivas para proponer sin salir de Granada y sin ser un experto en la cuestión.
gracias por tu comentario en todo caso.
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