miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿quién sabe quién soy?

Desde que colgué este blog personal (tan personal e instranferible que lleva mi propio nombre) en internet edité unas características en mi perfil que no he variado y que han visto, según las estadísticas que me facilita blogger, más de 1.500 personas (o un chalao que lo ha hecho 1500 veces). Todos ellos y ellas han podido ver que me defino así. "Desde pequeño quise ser biólogo y ahora trabajo en la Consejería de Medio Ambiente como conservador del parque nacional y natural de Sierra Nevada. Desde joven me ha gustado la política y me he dedicado a ella con pasión aunque ya he pasado de joven promesa a vieja gloria. Soy granadino con todas las consecuencias. Amo a esta ciudad y por eso me duele que esté gobernada en estos momentos por unos mediocres".

Algunos acceden a mi blog a través del periódico digital El Plural, donde lo tengo alojado en el apartado dedicado a esta cuestión en la web del periódico y junto a algunos de los primeros en el top de blogs políticos (Javier Valenzuela, NeoRatón 2.0, Los Genoveses). En este caso se encuentran esta presentación mía directamente sin tener que rastrear por mi blog.

Otras personas me han podido encontrar en la blogosfera progresista rodeado de compañeros y compañeras que cuentan aquí en abierto lo que pasa en sus agrupaciones locales, en sus ayuntamientos, en sus ciudades... o en sus vidas. En este caso depende de cuando haya escrito para que se localicen mejor mis posts. Pero si se pincha en el mapa de Andalucía y luego en la provincia de Granada, casi siempre, habrá alguna entrada mía por ahí.

En este momento puedo decir que sigue plenamente vigente esta declaración de principios, esa presentación. Mi profesión/ vocación con "un puesto por todo lo alto", ocupa una gran parte de mi vida y me hace sentirme, ser un privilegiado. Mi implicación en la lucha contra el cambio climático ha quedado reforzada por esta especial atalaya de seguimiento del cambio global en que se ha convertido mi parque nacional y natural de Sierra Nevada. Hoy, más que nunca, puedo decir que ya he pasado de joven promesa a vieja gloria con mi reciente salida de la secretaría de organización de la ejecutiva municipal. Ni que decir tiene de lo que opino de lo que debiera hacer mucho dinosaurio (algunos no muy mayores pero bastante viejos) que debieran dar un paso al lado o atrás para dejar entrar savia nueva. Y soy un granadino con todas las consecuencias, (con mi cuota de malafollá vamos), aunque últimamente me fastidia tanto localismo, tanta catetería, tanto ombliguismo como pecan muchos de mis paisanos y casi me he abstraido de opinar de las polémicas locales (estatuas de granadinos ilustres, nuevas modificaciones del proyecto del Metro, restos de Lorca, venta de la Casa de Agreda y otras "polladas"). Pero bueno caeré en la tentación pronto y me enredaré también yo en estas cosas.

Cuando la Granada ensimismada, acomplejada, manda en la ciudad, como ahora, nos va muy mal. Gastamos todas las energías en quejarnos, nos henchimos de victimismo estéril y el lamento y los agravios paralizan las ideas y los proyectos. Mucho orgullo, mucho amor patrio pero el equipo de fútbol en Tercera y la ciudad perdiendo trenes, metros, aviones y carros. Cuando la Granada abierta, universal se ha impuesto nos ha ido mejor, la creatividad y el ingenio han aflorado y la ciudad ha crecido culturalmente y ha avanzado. Espero que en este momento estemos en este tránsito; Granada necesita escapar de esa red en la que se ha enredado en los últimos años en la que continuamente nos hemos entretenido en tejer y destejer.

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