lunes, 30 de mayo de 2011

El futuro no es lo que era

Aprendí en la Academia de Oficiales de Infantería en Toledo, mientras hacía la milicia, que las estrategias (en la guerra y en la política) se miden por los resultados, a toro pasado, por lo que podemos decir que la llevada por la dirección del partido en los últimos tiempos no ha sido buena aunque, a priori, no podemos hacer extensiva esta calificación a la que ha diseñado para los próximos meses. Ya veremos. Lo que he aprendido después es que hay estrategias equivocadas por estar basadas en un desconocimiento del estado de los efectivos propios (y de los ajenos) y un incorrecto análisis de la situación de los bandos contendientes. Y el PSOE, me parece a mí, está cometiendo errores de bulto en estos apartados.

El Comité Federal del PSOE, lo que algunos creen que es "el Partido", buena parte de los que no se esperaban y no se explican el varapalo electoral del pasado 22M, (¿dónde viven?, ¿con quién hablan?, ¿quiénes son sus vecinos para quedar sorprendidos de dichos resultados?), este órgano máximo entre Congresos del Partido, ha marcado la hoja de ruta hasta las próximas elecciones generales (y en Andalucía también autonómicas, en principio) al conjunto del Partido, (este sí es el auténtico), lo que tiene un enorme significado e influencia para el conjunto de la sociedad.

La dirección del Partido se ha preocupado más de los números de los malos resultados que de las razones, y de sus causas y ahora la preocupación son las consecuencias de esta derrota y de la previsible subsiguiente. Porque aunque se diga que se ha entendido el mensaje, la verdad es que los mensajes son múltiples y no sólo no se han entendido sino que ni siquiera muchos ni los han escuchado. Tenemos que asumir que la izquierda social, el bloque social de progreso, la mayoría progresista o como lo queramos llamar, no nos va a volver a votar, por la amenaza de que viene la derecha, la derecha extrema. La única posibilidad que tenemos de recomponer esa mayoría estriba en nuestra capacidad para volver a ilusionarlos con nuevos proyectos y nuevos valores que como estamos viendo necesitaremos que se sientan implicados en ellos. Porque lo que ha pasado no es que no nos han sido fieles nuestros electores sino que hemos sido nosotros los que no hemos sido fieles a nuestro electorado.

La nominación de Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato socialista en las próximas elecciones generales, la retirada de Carme Chacón (que ha sido además un aviso a navegantes para otras eventuales candidaturas), y la convocatoria de una Conferencia Política para formular un nuevo programa electoral, (y de camino posponer el debate interno hasta después de las elecciones manteniendo-se como secretario general a Zapatero hasta ese momento), es la solución pergueñada entre bambalinas por los todavía barones del Partido (aunque venidos a menos) como respuesta a la pérdida de las elecciones municipales y autonómicas.

Tengo un altísimo concepto de Rubalcaba. Lo conocí de cerca, muy de cerca, hace muchos años cuando era estudiante universitario y pertenecía a la dirección de los Estudiantes Socialistas y de las Juventudes Socialistas de España y eran frecuentes las reuniones con la dirección del Partido y con el Ministerio de Educación y Ciencia donde estaba “Alfredo”. Era una época también muy convulsa con manifestaciones en las calles y los jóvenes movilizados en las universidades. He seguido luego, en la distancia, su trayectoria política y siempre lo he considerado el listo, el cocinero y estratega, un líder en el buen sentido de la palabra. Creo que está ahora capacitado, y antes, para ser el número 1 aunque ha sido también un estupendo y leal número 2 ó 3.

Quizás Alfredo sea la mejor opción, la más acertada, (la élite ha creído que la única), en el momento y en las circunstancias a las que hemos llegado, para el PSOE como cartel principal para las elecciones generales próximas, descartada al parecer definitivamente la posibilidad de adelantar la convocatoria que antes defendía con insistencia la derecha y ahora creo que lo solicitan sólo de “boquilla”. Los primeros actos del candidato in pectore parecen confirmar que buena parte de las bases socialistas han aceptado, bien como esperanza, bien como mal menor, esta solución y el propio candidato se ha mostrado fiel a sus principios y a sus características como un buen púgil, encajando bien los golpes y lanzando también buenos puñetazos. La reacción de la derecha mediática y la política es un buen síntoma, de momento, de que algo ha cambiado en las expectativas antes las próximas elecciones.

Yo pienso que esta línea tomada no es lo único que necesitábamos los socialistas y desde luego la manera en la que se han adoptado las decisiones no me parece la más adecuada ni desde luego es revulsivo suficiente para reilusionar a toda la militancia y al electorado socialista. Y me parece que tampoco era la mejor forma de colocar a Rubalcaba en la parrilla de salida en la que ocupa la pole, con una distancia importante, Mariano Rajoy sin haberse apenas entrenado (yo diría que ni se ha puesto el casco).

No soy de los que sacralizan las primarias ni estoy seguro de que la convocatoria de un proceso real de primarias (no el sucedáneo que se ha diseñado) hubiera sido mejor opción. Ya he expresado que en este momento soy poco útil al partido porque tengo más preguntas que respuestas, más dudas que certezas. Sobre todo dudo que las primarias hubieran contribuido a mejorar nuestra posición porque desconfío del comportamiento ante un proceso de esas características por parte de los aparatos regionales y provinciales, que a su vez parecen desconfíar del comportamiento de las bases del Partido. Pero hubiera sido mejor decir que se tomaba la decisión de exceptuar el procedimiento de las primarias por las circunstancias políticas que desvirtuarlo, que viciarlo. Porque al final acabamos perdiendo coherencia y credibilidad cuando nos referimos a las excelencias de la participación democrática pero la tememos tanto, la evitamos tanto.


El paripé inventado por la Ejecutiva y convalidado por el Comité Federal ha sido una cagada y ha hecho que Zapatero haya dejado a Rubalcaba a la misma altura que Aznar colocó a Rajoy con la diferencia de que Aznar lo hizo cuando estaba mejor valorado que ahora está ZP y con la diferencia de que el PSOE no es lo mismo, no debiera serlo, que el PP, a la hora de tomar decisiones de este calado). Lamento darle la razón a Arenas (el político que más “gordo” me cae junto a Sebastián Pérez Hijo) cuando se ha referido a las sucesiones en España y en Andalucía porque esa es la sensación que hemos dado al conjunto de la ciudadanía.



Las primarias son una cuestión instrumental no un fin en sí mismas. Por sí solas no significan el necesario cambio, (profundo y radical), del modelo de partido. Las primarias, internas y externas, para renovar los liderazgos, la limitación de mandatos, la eliminacion de las duplicidades (y triplicidades) de cargos, la determinación de incompatibilidades entre responsabilidades públicas y en el partido, las listas abiertas para la elección de delegados y también para la elección de representantes públicos, sí pueden conducirnos a una mayor implicación de los militantes que así se sienten útiles y corresponsables en la toma de esas decisiones.


Tenemos que ensayar fórmulas de participación nuevas, abiertas al conjunto de la militancia y a nuestros simpatizantes (algunos más militantes que otros que tienen el carnet) y definitivamente apostar por una sectorialización real de la participación de los militantes que supere el encuadramiento en las viejas agrupaciones locales que en las ciudades se juntan o se separan más por intereses de parte que de partido.

Con un nuevo modelo de partido conseguiremos que nuestros responsables públicos estén más cerca de sus propios compañeros y del conjunto de la sociedad y gasten sus energías en esas misiones institucionales que les encargamos y no desgastados en intrigas palaciegas para matener el control del aparato (que en algunos casos es tan cutre, está tan anticuado, o está quedando tan reducido que no llega ni a cacharrillo).

En definitiva, que muchos no se han enterado que no basta ya con engrasar la maquinaria electoral sino que necesitamos renovarla, modernizarla y cambiar en gran medida los maquinistas.

Y lo de la Conferencia Política, a la vuelta del verano, si van a estar los mismos que en el Comité Federal más allegados, gente que lleva más de 20 años subidos a un coche oficial, pisando moqueta y viviendo de la política (utilizo las expresiones que escucho en mi trabajo, en mi familia, en mi barrio, sobre los políticos en general), pues no me da mucha garantías de que sirva para afrontar de verdad la grave situación (susceptible de empeorar) en que nos encontramos. No podemos, ni debemos, dejar que se consolide la imagen de que Rubalcaba es el candidato que sirve sólo para frenar una caída o hacerla lo más suave posible, sino el inicio de una nueva etapa aunque hayamos escogido la opción del tercer hermano de la fábula a la que me refería en el post anterior, que nos conduce un poco estrábicos. Por tanto, hay que conseguir que en la Conferencia Política no estén sólo los que tienen vértigo al cambio y se han demostrado paralizados, amuermados y faltos de reflejos, sino que debe llenarse, lo más posible, de compañeros que ante la situación angustiosa actual tengan la capacidad de agudizar el ingenio, de innovar, de mirar hacia delante pensando en cuanto podemos conquistar en lugar de hasta dónde podremos defender.

La Conferencia Política, (aparte del necesario espectáculo que se monta hacia los medios de comunicación), como proceso interno, de reflexión, de participación, de formulación de una nueva oferta electoral, sólo será un éxito, si la dirección del Partido lo afronta pensando más en tenernos en cuenta a los militantes que en contarnos, en oírnos que en mandarnos. Y debe tener en cuenta que lo mejor que tiene este partido es sus militantes, que somos como el Betis que somos capaces de resistir hasta nuestras directivas y volver a Primera y a ser los primeros.


Pero conociendo el paño como lo conozco, más por viejo ya que por diablo, habrá que ir organizándose para hacer que #democraciareal llegue también a la Conferencia e ir preparando candidaturas de gente “normal”, sin cargos orgánicos y/o institucionales relevantes que defender, que no sean asesores del estilo de Javier de Paz (es un poner), de esos que cobran una fortuna y viven la crisis de otra manera distinta; habrá que conseguir llenar la Conferencia Política de gente que piense más en la boca de otros que en el culo propio porque estos ya tendrán asegurada su participación. Quizás consigamos más si podemos hacer que lleguen a la Conferencia Política personas sin “tanta experiencia”, que “no sepan tanto de política y de bambalinas” pero que estén más cerca de la calle, de los problemas de la gente. Podemos hacer un #psoerevolution haciendo que las asambleas sean la plataforma de los que queremos que el partido abra ya una nueva etapa frente a los que lo plantean como un lugar donde resistir.


En resumen, que yo, como muchos militantes socialistas, aunque no estuve allí, en el Comité Federal en el que se tomaron las decisiones y mi voz no estuvo representada, y tengo mis reservas en cómo se ha conducido el proceso hasta ahora, creo que otro PSOE es posible y estaré aquí, como siempre, como nunca, por lo que nos jugamos, el PSOE y los españoles, dando la cara, y trabajando para que el futuro de este país, de nuestra sociedad, se escriba en clave de valores de progreso que hoy, como siempre pueden resumirse en libertad, igualdad y solidaridad (y yo le sumo sostenibilidad).

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajajajaaj

Maru dijo...

Me alegra oir tu discurso, Ignacio, me da esperanza ver que en el "aparato" hay vida inteligente, me ilusiona que recojas la demanda de los ingnados, los nadie, todos nosotros. Es tiempo de cambios como en cada crisis y nos toca imaginar una revolución inédita para despertar de este letargo injusto e inmoral.
Gracias por la reflexión de un tipo con principios. Un abrazo

Antonio Martín dijo...

Tiene gracia porque ayer mismo, tuve un debate largo y tendido con algunos compañeros de clase en la universidad sobre este mismo tema, y tras los resultados del 22-M, poco o nada podemos discutir, sobre cuales van a ser los resultados de las generales. La situación es durísima, dificilísima, sobre todo para nosotros, jóvenes que intentan hacerse un hueco en el mercado y que se topan con la cruda realidad cuando intentan buscar ese hueco. Entre caras de espanto, la única conclusión que sacamos en claro fué, que el futuro al que nos enfrentamos es totalmente incierto y desolador. Cuando empecé mi carrera, tenía muy claro que lo que quería realmente era trabajar en Sierra Nevada (es mi gran pasión, y por esa pasión es por la que sigo este blog). Hoy en día, intento hacerme a la idea de que si me quedo en España, acabaré trabajando en cualquier cosa que no tendrá nada que ver con los estudios que realizo, mal remunerado, con una hipoteca que no la salta ni un lince, y con la ilusión de haber desempeñado un buen papel, laboralmente hablando, por los suelos. Total, podría seguir, pero lo mejor es no pensar tan a largo plazo, y más a corto, porque como ya he dicho, el futuro es totalmente incierto.

Ignacio Henares Civantos dijo...

Antonio, quién la sigue la consigue, yo también de joven tuve la ilusión de trabajar en Sierra Nevada y ahora tengo el privilegio de tener un puesto "por lo más alto" en ella, pero no creas que el cámino me ha sido fácil. No desfallezcas, estudia y aprende, el único lugar en el que la suerte está antes que el trabajo está en el diccionario. Que tengas buen fin de curso y te espero un día por la oficina y charlamos.

Antonio Prieto Cara dijo...

"Si, que si. Hasta el ultimo punto."

Manuel Peña dijo...

"Me gusta tu sesuda reflexión. Comparto gran parte de su contenido, pero agradezco que lo hayas escrito con humildad, desde la sencillez y la experiencia, virtudes propias de los sabios

Anónimo dijo...

Me ale gro que aun queden políticos ilusionados y que crean en un proyecto como tu. Desgraciadamente tu sentir se queda solo en intenciones, los dos sabemos que las decisiones importantes y estructurales de ningun pais de la UE ni en EEUU las toman sus gabinetes presidenciales. Se toman de más arriba y que ninguna de las medidas adoptadas estudiadas concienzudamente palian en absoluto ni deficit ni paro.
El "tratado"-perdón-acuerdo de Lisboa y el pacto del Euro han delegado los últimos vestigios de soberania nacional e independiente a un gobierno CENTRAL compuesto por presidentes, si, pero no de gobierno sino de corporaciones.
Ojala tu grupo de optimistas pudierais hacer algo un dia que cada vez se ve más lejano.

Laura MT dijo...

Totalmente de acuerdo Ignacio. El PSOE necesita aferrarse a sus principios fundacionales y dejar de difuminar su ideología, incorporando a la vez la sostenibilidad para dar lugar a un verdadero programa ecosocialista. Este programa es la única alternativa que nos queda para hacer frente a todos los problemas sociales y medioambientales a los que nos enfrentamos actualmente y nos enfrentaremos en el futuro.
Está claro que nunca habrá un trasvase de votos del PP al PSOE y que los ‘indignados’ son un grupo tan variopinto y antisistema que todavía tardarán en desarrollar de forma coherente sus propuestas y por tanto llegarán demasiado tarde a las elecciones generales. Por otro lado, no se puede confiar en IU, que una vez más han traicionado a sus bases pactando con el PP. Es de estos dos grupos y del electorado decepcionado (con razón) de izquierdas que se ha quedado en casa, de donde necesitamos conseguir más votos.
Para ello, la única esperanza que nos queda, radica en una reformulación de todo el programa socialista. Necesitamos entre muchas otras cosas, una nueva política económica ( “ecologizar la economía” que diría Jorge Riechman), basándonos en la autolimitación frente al crecimiento económico per se y una regulación exhaustiva del mercado, para dejar de ser arrastrados al colapso social y medioambiental por los especuladores financieros del capital mundializado; necesitamos luchar contundentemente contra el racismo y la xenofobia apostando firmemente por el multiculturalismo tan despreciado por la señora Merkel y sus socios europeos; necesitamos pasar de esta democracia representativa a una democracia participativa que represente a todos los sectores de la sociedad; necesitamos un sistema electoral más justo con los partidos minoritarios; y necesitamos abandonar este autonomismo de pacotilla por un verdadero federalismo que reconozca de una vez por todas la pluralidad del estado español y mejore la coordinación y eficacia del autogobierno de las CCAA.
Ahora más que nunca es el momento de mantenerse firmes y apostar por estas idas, de las que estoy completamente convencida que son las únicas posibles para construir un mundo mejor.