En el periódico le han buscado 'un hueco' de dos páginas a color en la edición del sábado con dos entradas en la web: "Ciudad de la plata... y de los molinos" e "Itinerario histórico lanteirano".
Así ha quedado la versión impresa:
Reproduzco el reportaje en su versión y fotografías originales.
Cerro de las Minas. Chimenea del horno de fundición de las Minas del Tio Seguro. |
Ciudad de la plata… y de los molinos
Un
paseo por los alrededores de la localidad de Lanteira es una evocación a su
pasado minero. Los río Barrio y Pueblo están además salpicados de antiguos
molinos harineros.
Situada en el Marquesado del
Zenete a 1.280 m de altitud, Lanteria limita con los municipios del Valle del
Zalabí, La Calahorra, Alquife y Aldeire, en la vertiente norte de Sierra Nevada
y con los de Válor y Alpujarra de la Sierra en la otra vertiente, en la
Alpujarra.
Su primer nombre, Argentaria,
proviene de la cultura íbero-romana y deriva de las explotaciones argentíferas
(de plata). La pronunciación nativa durante el Bajo Imperio Romano, se
transformó en Argenteira y durante la Edad Media se conoció como Alyanteira,
nombre que se fue transformando poco a poco en el actual de Lanteira.
La existencia de los primeros
molinos estuvo ligada a la trituración de los minerales que se extraían en la
zona, continuando su explotación en la época de dominación árabe de la que
consta los primeros molinos harineros.
En los márgenes de los dos río
que atraviesan Lanteira crecieron numerosos molinos que podemos recorrer en un
agradable paseo por la llamada ‘Ruta de los Molinos’. Otros parajes de interés son el Camino de Válor, el
mirador del Peñón, el Tajo del Toril, el Tajo de los Vencejos, ‘la Rinconá’ y
el Área Recreativa del Barrio.
Fachada del Ayuntamiento
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Siempre se ha pensado que
Lanteira no ha sido una localidad importante en la época andalusí por estar
apartada de las principales vías de comunicación. Sin embargo, todos los restos
arqueológicos que se conservan desmienten esta teoría, en especial la presencia
de dos castillos medievales para su defensa.
Pasó a manos de los Reyes
Católicos en su campaña de reconquista del Reino de Granada, que culminaron en
el año 1492. En 1568 se produjo la sublevación de los moriscos, que fueron
expulsados tras su represión, por lo que la villa quedó casi desierta. Años más
tarde se repobló con colonos procedentes del centro y norte de la Península.
Patrimonio:
De la etapa musulmana se
conservan Los Baños, (siglos XII-XIV) en el pago conocido como Los Bañuelos, a orillas
del río Barrio. De la Edad Media quedan restos de dos castillos: el primero conocido
como ‘La casa del los morillos’ está frente al pueblo, formando una especie de
poblado del que, por las piezas de cerámica encontradas y otros restos, se
deduce que su principal ocupación fue nazarí;
el otro está cerca del cementerio y sólo se conserva parte de su planta
y la torre de fachada.
Iglesia de Santa María de la Anunciación
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Entre los monumentos de
carácter religioso destaca la Iglesia de Santa María de la Asunción, construida
entre 1540 y 1560 sobre lo que anteriormente fuera mezquita, destacando el
artesonado ochavado y la cúpula del presbiterio, ambos de estilo mudéjar. En su
interior guarda uno de los tesoros más queridos por sus vecinos, la soberbia
imagen del Santo Cristo de las Penas, patrón del pueblo que se procesiona el 25
de septiembre. Otra fiesta grande es la de San Marcos, que congrega en la plaza
a todo el pueblo, con reparto de roscos y procesión.
Además de la Iglesia Parroquial
cuenta con cinco ermitas, cuatro dedicadas a las Ánimas (Escuchagranos, Camino
de Alquife, de Tía Lucia y de la Cañada), y la del Santo Cristo de la Penas,
patrón del pueblo.
Ermita del Cristo de Las Penas, Patrón de Lanteira
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Como las otras poblaciones del
Marquesado del Zenete además de las fortalezas tenía su derecho de aguas y
pastos en la Sierra y numerosos molinos harineros. La repoblación castellana, que siguió a la
expulsión morisca, dio un nuevo aire a sus viviendas y calles, que se tornaron
‘más castellanas’.
Ruta de los Molinos Harineros
Este sendero recorre, a través
de los dos ríos del pueblo, una buena parte de los antiguos molinos harineros de
Lanteira. La mayoría está en ruinas, algunos están reformados y dedicados a uso
particular o a turismo rural pero siempre manteniendo la estética y la esencia
de los antiguos molinos.
Molino de la Teresica
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Descripción
del recorrido:
Se inicia el sendero en la
misma localidad de Lanteira de la que se sale por la calle del Altozano, en la
parte alta del pueblo. Un cartel informativo nos muestra un mapa y
características del sendero a la misma salida hacia la Sierra. Al principio caminaremos por una senda paralela
al río, conocida como Camino de la Cañada. Al llegar al Barranco del Pueblo, a
la izquierda hay un camino que nos lleva hacia el molino de ‘Don Fernando’ y
más arriba hasta las ruinas del molino del ‘Tío Chispas’; conviene desviarse
unos metros hacia el camino de la derecha que nos lleva al molino, conocido
como ‘de la Teresica’ o de Magüe. Fue restaurado para uso residencial
particular pero aún conserva partes importantes de su estructura básica como los
dos cárcavos (bóveda) con sus rodeznos (noria horizontal), fabricados con
piedra caliza. Quedan también restos del saetillo, (pieza que conduce el agua a
presión hacia el rodezno para generar movimiento giratorio). En este mismo barranco un poco más arriba está
el molino, habilitado como posada, denominado ‘Piedra de la Herradura’ por
estar situado bajo una enorme roca con esta forma.
Molino Piedra de la Herradura, convertido en posada
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A partir de aquí, abandonamos el
carril y continuamos por una senda que de nuevo discurre paralela al río y que
transcurre entre un bonito bosquete de álamos. Dejamos el río para hacer una
pequeña subida hasta el Barranco de Tierras Coloradas y poder disfrutar de unas
maravillosas vistas. Volvemos sobre nuestros pasos de nuevo hasta el cruce del
río para continuar por la pista que nos conduce bordeando Cerro Redondo hacia
el otro río, el del Barrio, en cuyo camino nos encontraremos con hermosos
ejemplares de castaños centenarios.
En dirección a una coqueta
área recreativa, hallaremos el molino más grande que había en Lanteira, el del
Tío Víctor, aunque en estado de ruina. Siguiendo esta ruta frente al Cerro de
las Minas podemos descubrir los restos de otros molinos a ambos lados del río
del Barrio (Tío Pepe, Toñillo, del Chato…) lo que nos da una idea de la
importancia que tuvieron en otros tiempos.
Restos del Molino del Tío Victor |
De vuelta en el pueblo podemos
completar nuestro paseo por la historia de los molinos harineros visitando uno
en funcionamiento, el del Tío Enrique, o los restos de otro molino que pasó
después a central eléctrica, ‘El Matacán’.
Ruinas de un antiguo molino |
FICHA TÉCNICA:
Distancia:
8 km
Tiempo
en movimiento: 2 horas
Altura
Mínima: 1.268 m
Altura
Máxima: 1.421 m
Desnivel
Acumulado: 500 m
Dificultad:
Baja
Tipo
terreno: carriles forestales y veredas.
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