Y así quedó la doble página en la versión impresa:
A continuación transcribo el texto original y acompaño las imágenes que aparecen en el artículo y alguna de propina ;).
Los Alayos, al igual que el Trevenque pertenecen al Triásico superior (entre 230 y 210 millones de años). Imagen de J. Miguel Barea
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SIERRA NEVADA, UNA MONTAÑA DE OPORTUNIDADES
Los Alayos, una montaña dentro de la ‘gran montaña’
Los Alayos constituye un lugar de extraordinario valor e interés
geológico y geomorfológico. Los arenales y el aspecto ruiniforme son los
elementos más singulares de este enclave.
La majestuosidad de las altas cumbres que conforman Sierra
Nevada, los picos que superan los 3.000
m de altitud, han ensombrecido u ocultado otros parajes serranos que encierran
unos enormes valores paisajísticos y ecológicos. Este es el caso de una agreste
sucesión de picos que constituyen los conocidos como “Los Alayos de Dilar”, una
minicadena montañosa formada por rocas ricas en carbonato de calcio (calizas) o
de calcio y magnesio (dolomías) que contrastan con las rocas metamórficas,
compuestas principalmente por micaesquistos y cuarcitas, que ocupan gran parte
de la Sierra.
Los Alayos componen una curiosa formación montañosa que
destaca en la media montaña nevadense en su parte occidental. Forman una especie de submacizo calcáreo y
dolomítico, una cadena de cumbres cercana a los 2.000 metros de altitud que
constituye, junto al emblemático pico del Trevenque, uno de los elementos más
representativos y singulares del parque nacional de Sierra Nevada.
Las rocas calizas y calizo-dolomíticas son fácilmente
erosionables. Debido a los procesos erosivos que durante años ha causado la escorrentía
del agua de lluvia, los paisajes que se forman tienen grandes contrastes con
rocas abruptas y agujas de piedra que coexisten con barrancos profundos
rellenos de sedimentos que se deshacen prácticamente sólo con pisarlos.
Las dolomías del conjunto superior son rocas que presentan un
aspecto muy triturado ya que han sufrido multitud de fracturas que las han
roto, haciéndolas fácilmente erosionables y deleznables. El resultado de este
proceso es una grava dolomítica, (popular aunque erróneamente denominadas
arenas), que son arrastradas por el agua de las lluvias torrenciales y tiende a
acumularse en los barrancos o ramblas. En algunos sectores
estas dolomías fueron sometidas a una gran tectonización que las fracturó y
que, junto a la posterior meteorización, produjo los típicos ‘arenales’. A este
tipo especial de dolomías se les conoce como kakiritas.
Los picos más sobresalientes de Los Alayos son: Picacho Alto
(1.776 m), Corazón de la Sandía (1.885 m) y Los Castillejos (1986 y 1978
m).
Corazón de la Sandía |
Relieves ruiniformes: Una de las formas de relieve típica de los materiales que
forman la “orla carbonatada” de Sierra Nevada es el relieve “ruiniforme”,
llamado así por asemejarse a la forma de antiguas construcciones en ruinas,
formando crestas con muchas aristas. El desarrollo de esta forma de relieve se
debe a que existen zonas en las que la dolomía es más compacta y resiste
diferencialmente más a la erosión, dando resaltes rocosos entre otras dolomías
más trituradas. El motivo de la existencia de zonas más resistentes a la
erosión es que en ellas, el agua que circula por las fracturas ha precipitado
un cemento de calcita (carbonato cálcico) que endurece la roca. Otro efecto de
estas diferencias de erosionabilidad en las dolomías, es que en este sector no
se forman grandes paredes, sino pequeños resaltes rocosos entre zonas más
fracturadas, dando así lugar a profundos barrancos, pero no a grandes
desfiladeros o cañones de paredes verticales.
Arenales. Se denominan así a unas curiosas
formaciones que consisten acumulaciones de gravas resultantes de la trituración
de los carbonatos, que cubren grandes superficies formando una especie de ‘ríos’ que se mueven cuando se
producen lluvias torrenciales.
Los Alayos de Dílar, desde el sendero que recorre la Silleta del Padul. Al fondo el Veleta. |
Curiosidades: El nombre de Alayo
(o Galayo) tiene origen árabe y significa ‘pico
de roca desnuda’. Además de los Alayos de Dílar en la península se
encuentra una formación montañosa denominada Los Galayos (también conocidos
como El Galayar), constituida por un conjunto de agujas graníticas entre los
2000 y los 2200 metros de altura situadas en la provincia de Ávila, en la
vertiente sur de la Sierra de Gredos, en el Sistema Central.
¿Cómo llegar?
Desde la localidad de Dílar,
descendemos hasta el río lo cruzamos y circulamos por la pista que nos
conduce hasta el área recreativa junto al Aula de Naturaleza de Ermita Vieja,
donde dejaremos los vehículos. Desde aquí realizamos una subida por una vereda
(un poco dura) hasta Picacho Alto. Hay
una senda que conecta con el Corazón de la Sandía y desde aquí también con Los
Castillejos. La coronación de estos picos es complicada y requiere de algunos
trepamientos pero las vistas hacia la parte occidental del macizo de Sierra Nevada, hacia la capital y
la Vega o hacia la vecina Sierra de Almijara-Tejeda, compensan con creces el
esfuerzo. El regreso podemos hacerlo por el Collado del Pino y, a
través del bosque frondoso de pinos, descender de nuevo hasta el río Dílar
pasando ahora por la toma del Canal de la Espartera y la central eléctrica
llamada de Nuestra Señora de las Angustias, antes de llegar a nuestro punto de
inicio.
Foto Esperanza Jiménez. Vista de Los Alayos desde la ruta para BTT Transnevada |
COMPLEJIDAD
GEOLÓGICA
El macizo de Sierra Nevada forma parte de las Zonas Internas
de las Cordilleras Béticas, en las que se distinguen cuatro complejos
metamórficos superpuestos tectónicamente entre sí, que de abajo a arriba son:
Complejo del Veleta y Complejo del Mulhacén (ambos del Dominio Nevado-Filábride), Complejo
Alpujárride y Complejo Maláguide. Como resultado del plegamiento y de la
erosión, los materiales más antiguos y profundos del dominio nevado-filábride
afloran en la alta montaña, y los alpujárrides son visibles en la media
montaña, formando la orla carbonatada que rodea todo el macizo. Este Complejo
Alpujárride está compuesto por materiales de más de 200 millones de años, que
han sufrido un metamorfismo de moderado a intenso. Está formado por una serie
de unidades tectónicas superpuestas, en las que se diferencian un nivel
inferior detrítico y un nivel superior carbonatado.
La extraordinaria geodiversidad y los diferentes paisajes
geológicos del macizo nevadense se deben a diferentes factores:
- La importante elevación que ha sufrido desde el Mioceno superior (hace
11 millones de años), y que durante el Pleistoceno (1,8 millones de años) se ha
intensificado dando lugar, entre otros efectos, a una intensa fracturación de
las rocas.
- La variedad de litologías existentes.
- Su estructura anticlinal en forma de domo, de dirección aproximada
Este-Oeste.
- La gran variedad de condiciones climáticas producto de las elevadas
diferencias de altitud, entre los 650 m
de la depresión de Granada y los 3.479 del pico del Mulhacén.
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