martes, 18 de octubre de 2016

Montaña de nieves, montaña de bienes (y servicios)

Coincidiendo con la primera nevada de la temporada hemos elaborado un informe para resaltar los bienes y servicios que aporta a los ecosistemas la nieve que ha visto forma de doble página en Granada Hoy y también un  reportaje en El Independiente de Granada.

Enlace a la edición digital de Granada Hoy: "Montaña de nieves, bienes... y servicios".

http://www.granadahoy.com/article/granada/2389765/montana/nieve/bienes/y/servicios.html

Enlace a la edición digital de El Independiente de Granada. "Montaña de nieves, montaña de bienes". http://www.elindependientedegranada.es/economia/montana-nieves-montana-bienes

 Y así quedó en el periódico digital El Independiente de Granada el informe.

Publicamos un detallado informe elaborado por el director conservador del Parque Natural de Sierra Nevada, Ignacio Henares, que nos acerca a la nieve desde una perspectiva medioambiental y detalla cómo el Observatorio de Cambio Global mide la nieve y estudia su dinámica.
El Observatorio del Cambio Global hace un seguimiento de la nieve.
P.N. Sierra Nevada. El Observatorio del Cambio Global hace un seguimiento de la nieve. 
 
Sierra Nevada, debido a su gran altitud, es la montaña del sur de la Península donde la cubierta de nieve está presente durante más tiempo. Es conocida la relevancia de la explotación de la nieve como recurso deportivo-recreativo para la economía granadina durante la temporada invernal y primaveral pero además es un elemento físico clave para entender el funcionamiento de multitud de procesos en los ecosistemas de montaña. 

El manto de nieve que cubre la Sierra funciona como un gran embalse natural de agua, que, tras su fusión, puede penetrar en el terreno o bien escurrir hasta los cauces de los ríos. Supone un porcentaje muy alto de las aportaciones de agua a diferentes cuencas hidrológicas. Este papel se hace aún más importante en el contexto de cambio climático al que nos enfrentamos, que predice cambios importantes en la abundancia y distribución de las precipitaciones.

El cambio climático de origen antropogénico está acelerando el proceso natural de calentamiento del planeta y afectará, por tanto, en Sierra Nevada, de manera directa al estado y al comportamiento de la cubierta de nieve, lo que provocará cambios en los ecosistemas de la media y alta montaña nevadense

Espectacular imagen de la zona de cumbres de Sierra Nevada tras los primeros copos de la temporada. Cetursa

La Sierra, nevada, es una montaña de bienes y servicios ecosistémicos

Provisión de agua y regulación de dicho servicio

Uno de los principales beneficios de la nieve consiste en que se trata de agua en estado sólido, que se va liberando progresivamente y en diferentes momentos a lo largo del periodo de deshielo. Este fenómeno convierte a las cumbres de Sierra Nevada en un inmenso embalse que va dosificando el agua a lo largo de toda la primavera y del comienzo del verano. Esta agua desciende por los manantiales y ríos abasteciendo embalses y zonas agrícolas. Este efecto tiene una repercusión a una escala muy local (municipios de Sierra Nevada) y también a escalas más amplias, como por ejemplo la propia provincia de Granada y toda la población asociada a las grandes cuencas hidrográficas que drenan el agua de esta gran montaña. En este caso sería la cuenca del Guadalquivir (tanto a través de la cuenca del Genil, como a través de la cuenca del Guadiana Menor), la cuenca del Guadalfeo y otra serie de cuencas de menor entidad que vierten hacia los subdesiertos de la provincia de Almería. Es importante destacar aquí la importancia del suministro de agua, por poca que sea, en el desierto.

Protección de la vegetación

Bajo la nieve se produce un ‘efecto iglú’. La temperatura nunca baja tanto como cabría esperar a tenor de la temperatura de la atmósfera. La nieve, por tanto, protege a la vegetación (y también a otros organismos) de las bajas temperaturas. Estas bajas temperaturas y los fuertes vientos que azotan las cumbres de Sierra Nevada durante el duro invierno podrían deteriorar la vegetación que habitualmente queda protegida bajo una gruesa capa de nieve. Los años en los que nieva poco o en los que la nieve se retira excesivamente pronto se puede apreciar la vegetación ‘quemada’ por el frio y las fuertes rachas de viento. Esto tiene importantes consecuencias también para los organismos fitófagos, como muchos artrópodos endémicos de las cumbres o como para el propio ganado doméstico y silvestre. La cantidad y calidad del pasto disminuye y se deterioran los recursos tróficos de especies tan emblemáticas como las mariposas endémicas que pueblan estas cumbres.

Sincronización de la fenología a escala de ecosistema

La retirada de la nieve es el detonante para que comiencen a desarrollarse ciclos biológicos como por ejemplo la floración o el nacimiento y desarrollo de las orugas de las mariposas endémicas. Estos fenómenos están fenológicamente sincronizados. Una retirada anómalamente prematura de la nieve puede desencadenar el nacimiento y el comienzo del desarrollo de la oruga mientras que la planta aún no ha recibido las señales climáticas que le inducen el desarrollo de las flores o los brotes tiernos. Se produce, por tanto, un desacople fenológico, con severas consecuencias para ambos organismos. El ecosistema y las redes ecológicas tienen un elevado nivel de interconexión y la escasez o la retirada prematura de la nieve pueden desencadenar un desacople y colapso en estos ciclos vitales que sostienen a los sensibles ecosistemas de alta montaña.

Prevención de catástrofes naturales

La precipitación puede y suele ser más intensa en la cima de las montañas y en las cabeceras de los grandes valles. Esta precipitación, que a veces puede ser abundante y caer en tromba, habitualmente cae en forma sólida, de nieve, por encima de determinadas cotas. Si no fuera así y cayera directamente en forma líquida, estas trombas podrían ser canalizadas por los angostos valles de cabecera y en consecuencia podrían provocar catástrofes naturales en forma de grandes avenidas.

La nieve: una gran despensa para las aves insectívoras de alta montaña

Las grandes corrientes de aire que asciende desde las zonas bajas a las cumbres arrastran gran cantidad de pequeños artrópodos. Estos artrópodos caen sobre los neveros primaverales y son especialmente conspicuos y visibles debido a que destacan sobre el blanco manto de nieve. Al final de la primavera, en el borde de cada nevero hay siempre algún acentor alpino escudriñando y buscando alimento. La condición física de estas aves en una época tan importante como el periodo reproductor depende de este suministro de alimento que, sin la nieve, sería casi imposible (o al menos muy difícil) de detectar. Los polluelos, una vez que han nacido, también son muy dependientes de este recurso.

Valor paisajístico

La belleza de los paisajes nevados no pasa inadvertida para nadie. La visión de las cumbres de Sierra Nevada repletas de nieve que puede disfrutarse durante el invierno y la primavera desde muchos puntos de la ciudad de Granada nos reporta una estampa excepcional. Los espectaculares pueblos de la Alpujarra se embellecen aún más cuando el manto blanco de las cumbres nevadenses enmarca el verde de las laderas en las zonas bajas.
Panorámica en la que se aprecia las primeras nieves de Sierra Nevada. parque natural sierra nevada

¡La nieve es divertida!

La nieve es una fuente de disfrute y diversión. Tirarnos en trineo, practicar el esquí en sus diferentes modalidades o jugar con la nieve…, son actividades que la mayoría habrá practicado alguna vez. Recordemos lo bien que lo hemos pasado haciendo un muñeco de nieve por ejemplo y pensemos que este es un servicio más, de los muchos, que la nieve nos aporta.

La nieve, un recurso, un beneficio, muy estudiado

Dada la gran importancia de la nieve, tanto como recurso socioeconómico como para la dinámica de los ecosistemas, desde el Observatorio del Cambio Global de Sierra Nevada se ha puesto en marcha un sistema, a diferentes escalas, de seguimiento de las características de la cubierta de nieve. La escala más detallada consiste en la realización de muestreos in situ para evaluar las características físicas de la nieve (peso, densidad, estructura) y su capacidad de almacenar agua. También a esta escala de detalle se realizan mediciones periódicas de la temperatura del suelo y substrato a varias profundidades. Estos datos son utilizados en combinación con los aportados por la red de estaciones meteorológicas multiparamétricas. Pero lo más destacable es el seguimiento extensivo de la cubierta de nieve mediante las imágenes de satélite suministradas por el sensor MODIS instalado en el satélite TERRA de la NASA, que nos facilita información directa de la superficie máxima ocupada por la nieve, cada 8 días. Este seguimiento han permitido constatar la gran variabilidad espacial y temporal de la capa de nieve en Sierra Nevada. El análisis que se efectúa va más allá de calcular la superficie y el espesor de la cubierta de nieve.

El seguimiento sistemático que se ha realizado durante la última década se extiende hasta el conocimiento del peso, la densidad, el número de capas y otras propiedades de la nieve (dureza, temperatura, tamaño de grano), lo que ha permitido diseñar modelos de estimación de la cantidad de nieve almacenada y su equivalente en agua, y de paso valorar cuestiones de gran importancia como la estabilidad del manto y el cálculo del riesgo de aludes en las zonas más inestables.
De este estudio detallado se extraen las peculiaridades de la nieve en Sierra Nevada frente a otros macizos montañosos situados a otras latitudes y altitudes. Por un lado, destacan unos espesores pequeños, salvo en aquellas zonas muy concretas de acumulación de nieve. Por otro, la enorme variabilidad, en el tiempo y en el espacio, con gran presencia de 'manchas' de nieve y una considerable diferencia entre laderas contiguas en función de la orientación y/o vientos dominantes. Cabe señalar la excepcional acumulación de nieve durante la campaña 2010-2011 en comparación con el resto de años de la serie analizada, que fue hasta cuatro veces mayor que en un año normal.

Primera nevada del otoño sobre el macizo. Cetursa

En Sierra Nevada, la nieve está sometida a una climatología propia de su carácter mediterráneo, lo que le confiere un patrón distintivo. Su comportamiento especial está más relacionado con regiones donde la baja latitud y la elevación permiten la aparición de la nieve en entornos semiáridos o mediterráneos, (como ciertas partes de los Andes centrales, el Atlas o las montañas del suroeste de los Estados Unidos), que con contextos alpinos.

En Sierra Nevada, la nieve contribuye de forma notable al funcionamiento de bosques, matorrales y ecosistemas acuáticos pero también al de la agricultura, ganadería y otras actividades humanas como las recreativas, incluida la propia estación de esquí y todas las actividades ligadas al uso deportivo o lúdico de la nieve. La nieve, aparte de los importantes efectos sobre los sistemas bióticos, se convierte en un condicionante básico de la distribución en el tiempo del recurso agua, especialmente escaso en nuestra región, que tiene que almacenarse en los pantanos 'entretenerse' gracias al sofisticado y ancestral ingenio de las acequias tradicionales para estar disponible para los usos humanos en la larga época en la que escasean las precipitaciones.

La planificación en el uso del agua para riego y consumo doméstico no puede hacerse con efectividad sin un conocimiento del desarrollo del manto de nieve y de los pronósticos de su evolución a corto, medio y largo plazo.

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