Laguna de Aguas Verdes |
En esta ocasión me han ayudado con las imágenes mis compañeros, Antonio José Ramos, guía del parque y Miguel Ángel Díaz Puga, geólogo que ha repasado los textos.
El titular ha tenido un especial éxito y es que "todos llevamos un niño que le gustaban los payasos de la tele dentro". Adjunto enlace a la edición digital del periódico:
http://www.granadahoy.com/vivir/vez-circos_0_1171083432.html
Así quedó la doble página en la versión impresa:
Reproduzco el texto y las fotos originales.
SIERRA
NEVADA, MONTAÑA DE OPORTUNIDADES
Había
una vez… muchos circos
*
Una de las formaciones más características del modelado glaciar son
los ‘circos’.
*
Se formaron durante las fases climáticas frías del Cuaternario,
hace más de 140.000 años.
Circo glaciar de La Caldera.
|
El
paisaje de las zonas más elevadas de Sierra Nevada se corresponde
con una morfología glaciar modelada por glaciares, masas de hielo
importantes de carácter permanente, durante las fases climáticas
frías del Cuaternario. Las altas cumbres de Sierra Nevada estuvieron
ocupadas por glaciares en los diferentes periodos fríos del
Cuaternario, desde hace, al menos, 140.000 años durante el periodo
denominado Pleistoceno. Constituyeron los glaciares más meridionales
de Europa y su actividad ha perdurado hasta hace unos 7.500 años.
Los
circos glaciares, se corresponden con las áreas más
elevadas, alrededor de los grandes picos, donde se produjeron los
mayores acúmulos de nieve, que se transformaron posteriormente en
hielo desarrollando los circos, (denominados localmente ‘corrales’),
por erosión. En la actualidad, estos circos se muestran como cubetas
muy abiertas y amplias, en forma de cuchara. Los circos se continúan,
pendiente abajo, en los típicos valles con perfil en forma de ‘U’,
por donde discurrieron en su momento las lenguas
glaciales.
Otras
‘huellas’ glaciares.
Otras
formas
erosivas del
modelado glaciar son las
cubetas de
sobreexcavación,
(algunas
sirven
de vaso en la actualidad a lagunas, aunque la mayoría se encuentran
colmatadas de sedimentos),
las
rocas
aborregadas,
(rocas
pulidas con estrías longitudinales que indican la dirección del
desplazamiento del hielo),
y los ‘horns’,
(picos
piramidales que deben su morfología a la intersección de grandes
aristas que separan circos glaciares).
También tenemos los sedimentos
finos depositados en el fondo de los valles por los glaciares
(‘tills’)
y
las
morrenas,
que son acumulaciones de bloques y materiales finos arrastrados por
el glaciar y depositados en forma de colinas alomadas o cordones.
‘Corral’ del Veleta en el valle glaciar del Guarnón. |
ETAPAS
GLACIARES.
Al
igual que ocurre en otras cadenas montañosas, en Sierra Nevada sólo
se preservan las morfologías correspondientes a las grandes
glaciaciones cuaternarias. Dada la
latitud tan meridional de Sierra Nevada, es muy que probable que los
glaciares desapareciesen por completo en los períodos
interglaciales, ya que en tales periodos el clima imperante fue muy
similar o incluso algo más cálido que el actual.
Durante
el Pleistoceno, las condiciones climáticas posibilitaron la
acumulación de nieve suficiente para el desarrollo de glaciares en
Sierra Nevada. Estos glaciares ocuparon zonas deprimidas y valles
originados anteriormente por procesos torrenciales y periglaciares.
Tras la retirada del hielo, estos procesos se reactivaron degradando
o enmascarando la morfología glaciar. Con el estudio de los
depósitos glaciares y la utilización de criterios de interpretación
geomorfológica se ha podido establecer una secuencia evolutiva del
paisaje glaciar de Sierra Nevada que se divide en varias etapas:
*
Una etapa preglaciar,
anterior
a los 140.000 años, dominada por la acción erosiva periglaciar y
fluvial. Los cambios de temperatura disgregan las rocas y los ríos
excavan valles encajados con pendientes elevadas por los que
transportan los materiales erosionados. Sobre ellos se instalarán
posteriormente los sistemas glaciares.
*
Una etapa
glaciar propiamente
dicha, en
la que se desarrollan los
glaciares de valle de tipo alpino. Su duración se extiende entre
unos 140.000 y 7.500 años. Algunos
autores introducen una fase denominada tardiglaciar, (que
correspondería al período entre unos 13.000 y 7.500 años), que
generaría, en sus episodios finales, depósitos en las cabeceras de
los circos -por encima de los 2.550 m. en la vertiente norte y 2.700
m. en la sur-, y formación de pequeños glaciares rocosos.
*
Una
etapa
postglaciar dominada
por procesos periglaciales que disgregan las rocas y por erosión
fluvial que remodela las formas glaciales precedentes.
En
la última
etapa fría, en la conocida
como ‘Pequeña
Edad del Hielo’ (siglos XV al XIX), se formaron masas de hielo
permanente recluidas
en los circos con innivación y orientación más favorable,
propiciando también el desarrollo de glaciares rocosos.
INTENSIDAD
DEL GLACIARISMO
La
fase de glaciarismo de clima más frio y por tanto de mayor
intensidad fue la de Mindel (hace 260.000 años); al ser la más
extensa, borró prácticamente las huellas de las fases glaciales
anteriores. A partir de ella, las fases posteriores han ido
disminuyendo progresivamente en magnitud y sus efectos quedan
limitados a cotas cada vez más altas, sobreexcavando allí los
circos modelados por fases previas. La mayoría de las morfologías
que podemos ver ahora en Sierra Nevada corresponden a la glaciación
Würm y Younger Dryas. Según las últimas dataciones realizadas por
el profesor Antonio Gómez, de la Universidad de Barcelona, el
momento de máximo desarrollo de las formas que ahora vemos fue hace
unos 25.000 años y las últimas morfologías son de hace unos 7.000
(a excepción de las de la Pequeña Edad del Hielo).
Laguna Hondera y Circo de Siete Lagunas en el valle del Trevélez. |
Principales glaciaciones del Cuaternario.
-
Mindel (hace unos 260.000 años).
-
Riss (hace unos 140.000 años)
-
Würm (aproximadamente hace 20.000 años),
-
Otras glaciaciones menores ligadas a episodios fríos muy recientes:
Younger Dryas (acontecido hace 10.000 años) y
la Pequeña Edad
del Hielo
(que tuvo lugar entre los siglos XVI y XIX de nuestra era, con un
máximo alrededor del año 1700).
Multitud
de circos y valles glaciares:
Se
reconocen 10 valles glaciares principales en la vertiente norte:
los valles del Dílar, Monachil, San Juan, Guarnón, Valdeinfierno,
Valdecasillas, Vacares, Vadillo, Maitena y Alhorí, con 35 circos
diferenciados en sus respectivas cuencas. El glaciar del Dílar
alcanzó la cota más baja reconocida en este sector, en torno a
1.650 metros.
En
la vertiente sur se han distinguido 12 valles glaciares
principales y 39 circos asociados, situados en las cuencas de los
ríos Dúrcal, Lanjarón, río Chico, Poqueira, río Lagunillos y río
de Trevélez. En todos estos valles, los circos glaciares se sitúan
en las laderas orientadas al este mientras que en las vertientes
oeste no hay desarrollo de formas glaciares.
Para
poder disfrutar del espectacular paisaje de la huella de los
glaciares se recomiendan dos itinerarios:
1.
Desde la Hoya de la Mora hasta la Hoya del Portillo en el trayecto
que une los Picos Veleta y Mulhacén, por la pista que va desde el
Collado de la Carihuela hasta la Laguna de La Caldera.
Circo glaciar del Valdecasillas con las lagunas Larga y Gabata. |
2.
Desde la Hoya de la Mora hasta el Pico del Caballo, por los Tajos de
la Virgen, Elorrieta y Tozal del Cartujo, valles de los ríos Dílar
y Lanjarón.
Valle glaciar del río Lanjarón, el más meridional. |
PIES
DE FOTO:
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