Parece difícil medir el resultado de un cara a cara político tan importante como el celebrado ayer por los prejuicios con los que los que lo vimos lo afrontamos y por la parcialidad con la que les llega, según sus fuentes de información, a los que no lo siguieron en directo y sólo han visto algunas imágenes o han leido o escuchado las crónicas, comentarios, tertulias...
Hay una parte de la gente a la que ni les llega el debate aunque parezca mentira. Mi Nhaiara por ejemplo, que acaba de terminar el curso, está en otras cosas y no se ha enterado hasta hoy en la comida de que había debate; por no saber no sabe, ni parece importarle, que hay debate todos los años de estas características. Pero ha salido el tema de los 2.500 euros que comprometió ayer Zapatero, nosotros seremos unos de los afectados y el debate ha llegado indirectamente a la conversación doméstica como a otros muchos hogares españoles.
El tema de la paga extra a los nacidos a partir de ayer ha sido uno de los elementos más comentados y tiene la ventaja de que coloca como líder de la iniciativa política al gobierno y quita protagonismo al manido tema del terrorismo sobre el que Rajoy había volcado toda la estrategia. Todo un acierto estratégico de Zapatero.
Aquí tenemos un buen test para reconocer a un malafollá socialista local. Si una medida de este tipo la hubiera hecho el PP habría dicho que son unos expertos en marketing y que saben vender bien la gestión. Hoy estará diciendo que por qué no desde primero de año, que estas medidas son electoralistas y no engañan a nadie, que por qué se les da también a las familias con más recursos que no los necesitan.
(Espero comentarios sobre el particular para mejorar mi muestra sobre el impacto de esta medida).
Y me refiero a los malafollás propios porque hoy los malafollás conservadores han estado más callados y este sí que es un buen indicador del resultado del debate. Es como cuando hay un derbi Madrid-Barça, de resultado aplastante, y la parte perdedora decide que no se habla de fútbol después de estar toda la semana dando la vara. Hoy podéis descubrir a algunos simpatizantes enmascarados del PP que hay a vuestro alrededor: son los que hoy no querían hablar de política (el día más propicio), los que no vieron el debate, los que hoy evitaban la conversación política hablando del calor o de la Alhambra.
Por lo demás vi a Zapatero bien, presidente en su primera intervención, aprovechando el momento de máxima atención mediática, sin concesiones a la galería, como manda el guión, y luego lo vi como secretario general del PSOE, como candidato, con fuerza, con ganas, transmitiendo confianza, apostando por el futuro, optimista ¿antropológico?. Para mi gusto le faltó un poco de mala leche, para rematar la faena, le faltó chispa o le sobró sobriedad. Pero en el lenguaje no verbal, en lo que perciben los que lo ven a retazos, haciendo otras cosas, que es lo que le llega a mucha gente, estuvo muy por encima de Rajoy.
Le faltó darle una clase de derecho cuando le pidió Rajoy que demostrara su inocencia y que lo hubiera crucificado con el tema del 11-M diciéndole que lo peor de aquél gravísimo atentado no fue que el gobierno no lo evitara y fuera en parte culpable por habernos metido en la guerra de Irak, sino que intentara engañar a un país entero hasta que pasaran las elecciones porque pensaban que mejoraría sus expectativas electorales.
Hay una parte de la gente a la que ni les llega el debate aunque parezca mentira. Mi Nhaiara por ejemplo, que acaba de terminar el curso, está en otras cosas y no se ha enterado hasta hoy en la comida de que había debate; por no saber no sabe, ni parece importarle, que hay debate todos los años de estas características. Pero ha salido el tema de los 2.500 euros que comprometió ayer Zapatero, nosotros seremos unos de los afectados y el debate ha llegado indirectamente a la conversación doméstica como a otros muchos hogares españoles.
El tema de la paga extra a los nacidos a partir de ayer ha sido uno de los elementos más comentados y tiene la ventaja de que coloca como líder de la iniciativa política al gobierno y quita protagonismo al manido tema del terrorismo sobre el que Rajoy había volcado toda la estrategia. Todo un acierto estratégico de Zapatero.
Aquí tenemos un buen test para reconocer a un malafollá socialista local. Si una medida de este tipo la hubiera hecho el PP habría dicho que son unos expertos en marketing y que saben vender bien la gestión. Hoy estará diciendo que por qué no desde primero de año, que estas medidas son electoralistas y no engañan a nadie, que por qué se les da también a las familias con más recursos que no los necesitan.
(Espero comentarios sobre el particular para mejorar mi muestra sobre el impacto de esta medida).
Y me refiero a los malafollás propios porque hoy los malafollás conservadores han estado más callados y este sí que es un buen indicador del resultado del debate. Es como cuando hay un derbi Madrid-Barça, de resultado aplastante, y la parte perdedora decide que no se habla de fútbol después de estar toda la semana dando la vara. Hoy podéis descubrir a algunos simpatizantes enmascarados del PP que hay a vuestro alrededor: son los que hoy no querían hablar de política (el día más propicio), los que no vieron el debate, los que hoy evitaban la conversación política hablando del calor o de la Alhambra.
Por lo demás vi a Zapatero bien, presidente en su primera intervención, aprovechando el momento de máxima atención mediática, sin concesiones a la galería, como manda el guión, y luego lo vi como secretario general del PSOE, como candidato, con fuerza, con ganas, transmitiendo confianza, apostando por el futuro, optimista ¿antropológico?. Para mi gusto le faltó un poco de mala leche, para rematar la faena, le faltó chispa o le sobró sobriedad. Pero en el lenguaje no verbal, en lo que perciben los que lo ven a retazos, haciendo otras cosas, que es lo que le llega a mucha gente, estuvo muy por encima de Rajoy.
Le faltó darle una clase de derecho cuando le pidió Rajoy que demostrara su inocencia y que lo hubiera crucificado con el tema del 11-M diciéndole que lo peor de aquél gravísimo atentado no fue que el gobierno no lo evitara y fuera en parte culpable por habernos metido en la guerra de Irak, sino que intentara engañar a un país entero hasta que pasaran las elecciones porque pensaban que mejoraría sus expectativas electorales.
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Sobre la repetida petición de las actas de las reuniones con ETA pienso que hizo bien en ignorarlo aunque López Garrido podía haberle preguntado por dónde están los ficheros sobre la guerra de Irak que destruyeron o se llevaron cuando perdieron las elecciones. Pero eso puede ser jugar a ser como ellos. Pero por si acaso yo le he dicho en todos los sitios que he podido.
Sobre la repetida petición de las actas de las reuniones con ETA pienso que hizo bien en ignorarlo aunque López Garrido podía haberle preguntado por dónde están los ficheros sobre la guerra de Irak que destruyeron o se llevaron cuando perdieron las elecciones. Pero eso puede ser jugar a ser como ellos. Pero por si acaso yo le he dicho en todos los sitios que he podido.
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