viernes, 1 de febrero de 2008

Más cara que una burra con flemones

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, anda muy crecida desde que cercenó las posibilidades de que Gallardón estuviera en las listas al Congreso de los Diputados. La manera en que fue humillado el alcalde de Madrid y la alegría de sus verdugos dice mucho de cómo se las gastan los de la derecha extrema con los suyos. Imaginad si volvieran a gobernar henchidos de orgullo qué no harían contra los que no somos de los suyos.

Desde que Rajoy se cargó a Gallardón y puso a Pizarro de número dos por encargo de Aznar, con Acebes y Aguirre de notarios (los tres juntos hacen la triple A), se van produciendo encontronazos entre alcalde y presidenta, plantes y desplantes que a veces salen a la luz como la de la entrega de premios de los jóvenes empresarios porque sus protagonistas lo cuentan de manera confidencial (para que sean contados vamos).

Pero traigo a este blog a la Espe por las declaraciones realizadas sobre la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la Ley de Igualdad en relación con las listas paritarias. Ante el revés recibido por el PP ante su recurso a la Ley he visto unas declaraciones en las que decía que no estaba a favor de ninguna discriminación, ni siquiera positiva, pero que reconocía que las cuotas han servido para que haya más mujeres en cargos públicos y eso se había visto especialmente en las últimas elecciones municipales. El mismo día otros dirigentes del PP como Zaplana habían dicho lo contrario sobre las cuotas y burradas sobre la discriminación positiva. Lo curioso es que Rajoy presentó una reforma fiscal para beneficiar a las mujeres trabajadoras y se mostró a favor de la discriminación positiva hacia las mujeres y todos lo aplaudieron como una gran idea coherente con sus planteamientos.

Más cara dura ha demostrado todavía en el tema del caso del Hospital de Leganés negándose a pedir disculpas y a readmitir a los médicos. El PP aquí tampoco respeta la sentencia que absuelve al doctor Montes y sus colaboradores y aplica la presunción de culpabilidad y la carga de la prueba a los acusados. Además se han lanzado a manipular las cifras de muertes para intentar seguir manchando el honor de los profesionales. Dan ganas de pedir que Lamela, Güemes y Aguirre se encuentren en fase terminal y que tengan unas sedaciones caritativas para aliviar su sufrimiento y el nuestro. Otra más del PP para desprestigiar la sanidad pública y hacerle el caldo a sus amigos privatizadores. Yo achaco estos deslices a la falta de azúcar de la Esperanza y las dificultades que confesó para llegar a final de mes antes de la supercrisis económica que vivimos. Ahora su situación de indegencia sólo es comparable a la de los diputados provinciales del PP que no tienen ni una cuenta corriente con 200 euros. Pobrecitos.

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