Hay mucha gente que está preocupada por la irrupción de los obispos en esta fase de la campaña apoyando al Partido Popular, o más bien, promoviendo que no se vote al PSOE. No van por libre sino que han diseñado su campaña en coordinación con la sede del PP o siguen las consignas emanadas de la fundación FAES.
La verdad es que da vergüenza oírlos pero lo más grave es que mientan y que se sumen a la utilización del terrorismo como elemento de confrontación entre las fuerzas democráticas. Lo que dicen sobre la negociación de ZP con ETA es mentira (por eso han fracasado las conversaciones, por la firmeza del gobierno en la defensa de la constitución y por las zancadillas del PP), pero negar el intento de solucionar el problema del terrorismo explorando vías de diálogo es una gran contradicción porque todos los presidentes desde Suárez a Aznar lo han hecho y en este último caso con un obispo (¡hostias!) de mediador. ¿Recordáis a la Conferencia Episcopal condenando esa iniciativa y retirando al obispo de la mesa de conversación/negociación)? Son los mismos que paseaban al dictador bajo palio y santificaban las condenas a muerte (tan preocupados por la vida).
Pienso que la jerarquía de la iglesia está completando lo que ha sido una etapa de colaboración con los dirigentes del PP y están sometidos (voluntariamente) a su estrategia de movilización del voto de la derecha y deslegitimación de las instituciones democráticas. Si han dado este paso penúltimo es porque deben ver las cosas chungas y si hacen estos manifiestos públicos en los púlpitos mediáticos es porque los otros no les son suficientes.
Tampoco hay que sorprenderse. De una u otra manera han hecho siempre lo mismo. Ya lloró la Virgen lágrimas de sangre aquí en Granada, en la Iglesia de San Juan de Dios antes de la primera victoria de Felipe González y decían que era un mensaje divino de la catástrofe que venía. Luego se supo que eran pintadas por la noche por un ultraderechista. No temáis tampoco por los rezos a la Virgen de Begoña o de la Macarena hechos ayer por Carlos Iturgáiz en Sevilla ni por las ofrendas de los peperos granadinos a la Virgen de las Angustias. Mi madre y mi suegra van a misa todos los días y no van a dejar de votarnos por lo que diga el párroco ni mucho menos por lo que aconseje el arzobispo amigo de los niños y condenado por coacciones a un cura.
Tranquil@s. Mis amigos saben que yo soy un poco nihilista y digo que nunca pasa nada, y si pasa ¿qué importa? y si importa ¿qué pasa?
Hipótesis 1. Dios no existe. Las elecciones las decidimos las personas no se resuelven por causas sobrenaturales.
Hipótesis 2. Dios existe y es bueno. No se mete en estas cosas porque hay tarea en el mundo (hambre, enfermedades, guerras…) y debe estar en esos tajos. Y si está por aquí estará con las prostitutas, con los pobres, con los desfavorecidos y no con los mercaderes del templo ni con los poderosos avaros y egoístas (no me refiero a Manuel Pizarro sólo).
Hipótesis 3. Dios existe y está con ellos y los ayuda a ganar las elecciones. Me pienso definitivamente lo de mi conversión al budismo.
La verdad es que da vergüenza oírlos pero lo más grave es que mientan y que se sumen a la utilización del terrorismo como elemento de confrontación entre las fuerzas democráticas. Lo que dicen sobre la negociación de ZP con ETA es mentira (por eso han fracasado las conversaciones, por la firmeza del gobierno en la defensa de la constitución y por las zancadillas del PP), pero negar el intento de solucionar el problema del terrorismo explorando vías de diálogo es una gran contradicción porque todos los presidentes desde Suárez a Aznar lo han hecho y en este último caso con un obispo (¡hostias!) de mediador. ¿Recordáis a la Conferencia Episcopal condenando esa iniciativa y retirando al obispo de la mesa de conversación/negociación)? Son los mismos que paseaban al dictador bajo palio y santificaban las condenas a muerte (tan preocupados por la vida).
Pienso que la jerarquía de la iglesia está completando lo que ha sido una etapa de colaboración con los dirigentes del PP y están sometidos (voluntariamente) a su estrategia de movilización del voto de la derecha y deslegitimación de las instituciones democráticas. Si han dado este paso penúltimo es porque deben ver las cosas chungas y si hacen estos manifiestos públicos en los púlpitos mediáticos es porque los otros no les son suficientes.
Tampoco hay que sorprenderse. De una u otra manera han hecho siempre lo mismo. Ya lloró la Virgen lágrimas de sangre aquí en Granada, en la Iglesia de San Juan de Dios antes de la primera victoria de Felipe González y decían que era un mensaje divino de la catástrofe que venía. Luego se supo que eran pintadas por la noche por un ultraderechista. No temáis tampoco por los rezos a la Virgen de Begoña o de la Macarena hechos ayer por Carlos Iturgáiz en Sevilla ni por las ofrendas de los peperos granadinos a la Virgen de las Angustias. Mi madre y mi suegra van a misa todos los días y no van a dejar de votarnos por lo que diga el párroco ni mucho menos por lo que aconseje el arzobispo amigo de los niños y condenado por coacciones a un cura.
Tranquil@s. Mis amigos saben que yo soy un poco nihilista y digo que nunca pasa nada, y si pasa ¿qué importa? y si importa ¿qué pasa?
Hipótesis 1. Dios no existe. Las elecciones las decidimos las personas no se resuelven por causas sobrenaturales.
Hipótesis 2. Dios existe y es bueno. No se mete en estas cosas porque hay tarea en el mundo (hambre, enfermedades, guerras…) y debe estar en esos tajos. Y si está por aquí estará con las prostitutas, con los pobres, con los desfavorecidos y no con los mercaderes del templo ni con los poderosos avaros y egoístas (no me refiero a Manuel Pizarro sólo).
Hipótesis 3. Dios existe y está con ellos y los ayuda a ganar las elecciones. Me pienso definitivamente lo de mi conversión al budismo.
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